La leche humana contiene todos los nutrientes necesarios para el lactante de manera óptima, incluyendo proteínas, lípidos, carbohidratos, vitaminas y minerales. Aunque la concentración de muchos nutrientes es menor que en la leche de vaca, la biodisponibilidad es mayor en la leche humana. La composición de la leche humana sirve como referencia para establecer los requerimientos nutricionales del lactante.
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Módulo 3. Características y Propiedades de la Leche Humana.
3.1. Composición de la leche humana.
Los diversos componentes de la leche se dividen en dos grupos, según la función que
ejerzan en el organismo del lactante: componentes nutritivos y componentes no nutritivos.
Los primeros son el objeto de este tema y los siguientes son la materia de estudio del tema
siguiente.
Componentes nutritivos de la leche humana.
Cuando se establece la composición de la leche humana se toma como referencia la propia
de la leche madura, dado que es la etapa más larga y durante la cual se van a aportar los
nutrientes necesarios para afrontar el desarrollo y crecimiento más intenso del lactante.
En la leche humana se encuentran todos los nutrientes necesarios para el lactante, tanto los
esenciales como los no esenciales (aquellos que el organismo puede sintetizar de forma
endógena y que por tanto no es imprescindible su aporte dietético). Es importante destacar
que algunos de los nutrientes no esenciales en la edad adulta sí lo son en esta etapa
fisiológica, ya que convergen las elevadas demandas propias de la etapa de crecimiento con
la inmadurez del organismo que limita la capacidad de su síntesis. La concentración de los
nutrientes se caracteriza por ser óptima, evitando carencias y también excesos que
sobrecargarían los sistemas de regulación del organismo; aportados, además en las
condiciones idóneas para su máximo aprovechamiento, es por ello que los minerales más
complejos en su absorción como calcio o zinc presentan en la leche materna la máxima
biodisponibilidad en relación a cualquier otro alimento. Es por ello que la composición de la
leche materna sirve como referencia para establecer los requerimientos nutricionales del
lactante, y con ellos las ingestas recomendadas; el aporte de cada nutriente por el lactante
alimentado a pecho es la base para la elaboración de preparados lácteos y otros alimentos
alternativos.
Según la proporción en que están presentes se dividen en macronutrientes y
micronutrientes.
● Proteínas. Las proteínas son los principales elementos plásticos necesarios para el
crecimiento y desarrollo de la especie humana. Su concentración desciende
bruscamente desde los primeros días hasta aproximadamente 1g / 100mL que
permanecen estables toda la lactancia. Este contenido es la tercera parte del que se
encuentra en leche de vaca, además de las diferencias en contenido, tampoco la
naturaleza de las proteínas es la misma.
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Las proteínas más importantes de la leche son las seroproteínas y las caseínas. En
leche madura existe una proporción entre ellas de 60/40, y sus variaciones a lo largo
de la lactancia determinan las diferencias en el contenido de aminoácidos que se
presentan a lo largo de la misma. Las seroproteínas o proteínas solubles se
caracterizan por ser de mejor absorción y calidad, en leche humana son las más
abundantes: alfa-lactoalbúmina y lactoferrina escasas en leche de vaca, mientras que
no hay otras como beta-lactoalbúmina no tolerables por el lactante humano. Algunas
de estas proteínas (inmunoglobulinas, enzimas o glucoproteínas), además de su
interés nutricional, desempeñan funciones defensivas.
● Lípidos. Los lípidos de la leche además de aportar energía suministran ácidos grasos
esenciales y son vehículo de las vitaminas liposolubles y de las hormonas. La fracción
grasa es la más variable, su valor representativo es de 4 g/100 mL, similar al de leche
de vaca y superior al que se obtiene en calostro; el 99% son triglicéridos y el resto
está compuesto por fosfolípidos, colesterol, ácidos grasos libres, vitaminas,
prostaglandinas. Se han identificado decenas de ácidos grasos, el perfil de cada leche
depende de la alimentación de la madre pero siempre se encuentran de forma
mayoritaria los de naturaleza insaturada, destacan los poliinsaturados de cadena
larga (araquidónico, docosahexaenoico) relacionados con el desarrollo cognitivo del
lactante. Junto a la fracción lipídica la leche materna proporciona “herramientas”
útiles; la distribución físico-química de los glóbulos de grasa, la ubicación de los
ácidos grasos y el aporte de lipasas como enzimas activas en su digestibilidad
permiten facilitar al lactante el aprovechamiento de los ácidos grasos necesarios
para su desarrollo y explica las diferencias en la digestibilidad respecto a la leche de
vaca, de nuevo otra razón que impide su empleo para la alimentación de los
lactantes.
● Carbohidratos. Los hidratos de carbono constituyen una importante fuente de
energía para el lactante. Su contenido en leche humana supera al de otras especies,
dotandola de un sabor especialmente dulce. La lactosa es el componente mayoritario
de la leche; entre sus funciones destaca: ser fuente de glucosa como sustrato
energético, favorecer la absorción del calcio, proporciona galactosa que es
constituyente de las membranas neuronales y promueve el crecimiento de la flora
intestinal. A diferencia de otras especies en las que sólo se encuentra la lactosa, la
leche de mujer aporta oligosacáridos y glucoproteínas, que no sólo desempeñan un
papel nutritivo, sino que participan en el sistema de defensa del lactante, tanto por
mecanismos indirectos al reducir el pH, como por mecanismos directos uniéndose a
bacterias y toxinas, favoreciendo el crecimiento de bacterias bífidas y evitando el
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desarrollo de microorganismos patógenos. Los oligosacáridos de la leche materna
proporciona al lactante un efecto laxante, con importantes implicaciones
nutricionales y biológicas, incluyendo el control de la motilidad intestinal, el volumen
fecal y el tiempo de tránsito, de especial interés en los primeros días de vida para la
eliminación del meconio, beneficio propio del calostro en el que estos compuestos
son más abundantes.
● Vitaminas. La leche humana contiene todas las vitaminas, hidrosolubles y
liposolubles, en concentración variable ya que algunas de ellas se ven afectadas por
la dieta materna.
La vitamina A, la vitamina C y la vitamina E, las tres con actividad antioxidante, se
encuentran en concentración mayor en leche de mujer que en leche de vaca; la
vitamina B12 muestra diferencias estructurales entre ambas especies y es deficitaria
en leche de mujeres vegetarianas. El contenido de vitamina D es escaso, inferior a los
aportes recomendados, sin embargo como la irradiación solar es una importante
fuente de síntesis sólo sería necesario suplementar su aporte en países con escasa
insolación. También la vitamina K tiene una baja concentración en leche de mujer,
aunque con alta absorción.
Así, el aporte de vitaminas en leche humana cubre los requerimientos de los
lactantes. Si el estado nutricional de la madre es adecuado y el lactante tiene acceso
frecuente a la luz del sol no es necesaria la suplementación, recomendándose sólo si
existe alteración del estado nutricional materno o la dieta materna no es equilibrada
y completa.
● Minerales. El contenido de minerales en leche de mujer es bajo, muy bajo en
relación a leche de vaca, y muestra un brusco descenso en el paso desde calostro a
leche madura. La leche humana contiene hasta tres veces menos contenido en
minerales que la leche de vaca, sin embargo su aprovechamiento es muy superior al
de cualquier alimento, lo que garantiza una ingesta adecuada para el lactante. Como
ejemplo, la biodisponibilidad del calcio en leche humana es del orden del 75% frente
al 50% en fórmulas lácteas. La baja osmolaridad de la leche humana proporciona al
lactante beneficios muy importantes ya que siendo suficiente para garantizar sus
requerimientos evita la sobrecarga renal, situación de riesgo dada la inmadurez del
sistema en esta temprana etapa.
En general la concentración de minerales no depende de la dieta materna y se
mantiene estable incluso en leche de madres desnutridas, como es el calcio en leche
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procedente de mujeres procedentes de países con hambruna. El hierro es
prácticamente inexistente en leche de mujer, al igual que en el resto de especies. Sin
embargo los depósitos del neonato cubren sus necesidades durante los primeros 4-6
meses sin necesitar suplementación.
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