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I
Enrique del Teso Martín
'Compendio y ~jercicios
de semántica 1': ;
, I. I ,
AARCO/LlBROS,S.L
1
1
CUADERNOS DE
Lengua Española.
Dirección: L. Gómez Torrego
. 1
.,
I
© by Arco Libros, S.L., 2002
Juan Bautista de Toledo, 28. 28002 Madrid
ISBN: 84-7635-510-6 Obra completa
ISBN: 84-7635-511-4 Volurrien 1
Depósito legal: M-14.435-2002
Printed in Spain - Impreso por Ibérica Grafic, S.A. (Madrid)

ÍNDICE Págs.
7INTRODUCCIÓN .
l. Mfu"IERAS DE REFERIRSE A LA REAllDAD: SIMBÓUCA, FIGURADA E IMPÚCITA.
l.1. leonos, índices y símbolos ; , .
1.2. Explícito e implícito .
. 1.3. Representaciones lógicas y representaciones débiles .
1.4. Sentidos literales, sentidos no literales e implícitos .
1.5. Símbolos e índices .
9
9
12
13
13
17
2. EJERCICIOS ...............................................•........................ 18
3. SEMÁNTICA LÉXICA. VARIACIONES SOBRE EL SIGNIFICADO 22
3.1. Semántica léxica, palabras y significados 22
3.2. Significado, referencia y ámbito referencial ,.......... 23
3.3. Componentes semánticos o semas 24
3.4. Implicaciones y semas ::................... 25
3.5. Campos semánticos 26
3.6 Relaciones semánticas 27
3.7 Relaciones semánticas y uso. real de las palabras :.............. 29
4. EJERCICIOS :......................................... 32
5. UNIDAD y PLURALIDAD DE SENTIDOS. VARIACIÓN CONCEPTUAL E INDE-
TERMINACIÓN .. 36
5.1. Ámbitos bivalentes y ámbitos difusos 36
5.2. Ámbitos con prototipo y razonamiento por defecto 39
5.3. Típico, claro y borroso 42
5.4. Variabilidad conceptual........................................................... 43
5.5. Contextos y variación con textual 45
5.6. Restricciones contextuales 47
5.7. Contextos neutros . 49
5.8. Homonimia y polisemia 50
5.9. Indeterminación y explicitud . 51
6. EJERCICIOS 53
7. RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS ,........................................ 65
6
COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
BIBLIOGRAFÍA . 95
INTRODUCCIÓN
7.l. Maneras de referirse a la realidad: simbólica, figurada e im-
plícita .
7.2. Semántica léxica. Variaciones sobre el significado : ..
7.3. Unidad y pluralidad de sentidos. Variación conceptual e m-
determinación .
65
69
74
En este trabajo intentaremos principalmente tres cosas. En
primer lugar, trataremos de que la organización y presentación
de los contenidos y bloques de ejercicios dibuje un cuerpo estruc-
turado y organizado de materia que contenga las preguntas y res-
puestas esenciales que configuran el campo de la semántica, se-
gún el consenso más general. Yesto con un doble objetivo: el de
presentar de manera estructurada temas que muchas veces se tra-
tan de manera dispersa en libros de texto o materiales de referen-
cia; y el de hacer fácil que cualquier ampliación o lectura que se
haga de aspectos parciales de la semántica se puedan integrar fá-
cilmente en un cuerpo ordenado, en vez de acumularse como
una erudición caprichosa. En segundo lugar, y puesto que el libro
se estructura a partir de ejercicios y actividades, se pretende pre-
sentar la semántica como una disciplina que habla de cosas per-
fectamente reconocibles en las situaciones de comunicación ordi-
narias y que explica fenómenos con los que nos encontramos
cada vez que tengamos que tratar con el lenguaje. Es decir, trata-
remos de que tenga una aplicación práctica explicativa transpa-
rente. y, en tercer lugar, intentaremos que los bloques de ejer-
cicios sirvan a un doble propósito. Por un lado, que sirvan por sí
mismos de repaso y sedimentación de conocimientos para quie-
nes ya lleven tiempo trabajando con el lenguaje y los significados.
y, por otro lado, que sirvan para introducir, casi a granel, temas
más específicos que maticen los generales y les den pulso y valor
metodológico. Se trata, en definitiva, alcanzar el punto que un
lingüista «duro» podría aceptar como un buen punto de partida
para cosas más complejas y un profesional, estudiante o estudioso
aceptaría como práctico y explicativo.
En cada capítulo habrá una breve exposición de contenidos
que servirán para ir vertebrando el conjunto y para ir dando uni-
dad temática a los ejercicios. Por su parte, los ejercicios serán de
dos tipos. Habrá ejercicios de tipo test, donde hay que escoger
opciones. Y habrá problemas, que se presentarán como tales y
[--------------------~----~--~--------------~-
8 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
que exigirán un desarrollo. Con frecuencia se plantearán pregun-
tas y problemas a propósito de textos, literarios o no, para hacer
más visible el potencial de aplicación de los contenidos.
.Espero q~e ~llibro resulte ~til a todos los que tienen que tra-
bajar con análsis de textos, prmcipalmente profesores de secun-
daria y profesores y estudiantes universitarios. El análisis de textos
s~rvepara explicar racionalmente la reacción que los receptores
tienen ante las cosas que oyen: por qué entienden lo que entien-
den y por qué les afecta como les afecta (por qué les irrita una
frase, por qué les persuade, por qué les distrae, ...). Ese es un tra-
bajo que ~equiere una :aja de herramientas que vamos adquirien-
~o a medlda que estudiamos las disciplinas lingüísticas. La semán-
trca pone parte de ese instrumental y quizá el lector se deje
convencer en estas páginas de que se trata de una parte especial-
mente fértil. Lógicamente espero también que resulte de utilidad
este libro a estudiantes y profesores de lingüística o de filosofia
que tengan que trabajar con contenidos semánticos.
. No quiero dejar de mencionar que la idea y el impulso de es-
cnbir este trabajo partieron de Victoria Escandell y Manuel Leo-
netti, con q~lÍenes me había citad~ una tarde con otros propósi-
~os. En algun momento, cosas dispersas de aquí y de allá se
J~ntaron en un punto y se les ocurrió la idea de que podía escri-
bir este cuaderno. El lector sabrá al final si fue su culpa o su méri-
to que tenga estas páginas en las manos. Yo me limito a agrade-
cerles esta y otras complicidades *.
, * En todo caso, este libroy sus materiales se elaboraron en el seno del proyecto
PB98.(}7ü7 "Gramática o interpretación a la teoría de la relevancia».

,,'
1
MANERASDE REFERIRSE A LA REALIDAD:SIMBÓLICA
FIGURADAE IMPLÍCITA1 ' '
1.1. ICONOS, ÍNDICES y SÍMBOLOS
La semántica estudia la parte del lenguaje donde sucede lo
que nuestra intuición nos dice que es lo más genuino del lengua-
je: es la parte donde se asocian las expresiones lingüísticas con los
hechos y,objetos del mundo. Con nuestras palabras podemos re-
ferirnos a las cosas del mundo yhacérselas llegar a nuestros inter-
locutores. El lenguaje, sin embargo, no es la única forma de refe-
rirse al mundo. .En el mundo animal no hay palabras ni nada
parecido al lenguaje humano, pero sí comportamientos con los
que se refieren a las cosas del mundo. Hay muchas especies que
utilizan señales y que establecen algún tipo de comunicación,
aunque su repertorio de señales no sea un lenguaje como el nues-
tro. Ni siquiera un lenguaje en pequeño. Nosotros conservamos
ese tipo de comportamientos. La risa, el llanto, el susto, los gestos
de extrañeza, los gritos, ... son manifestaciones con las que nos re-
ferimos al mundo y que, sin embargo, no son palabras. Lo especí-
fico de las palabras no es el hecho referirse -al mundo y represen-
tarlo, sino la manera en que lo hacen.
Peirce señaló tres formas básicas de representar objetos o si-
tuaciones del mundo: la icónica, la indéxica y la simbólica. La icó-
nica se basa en la semejanza entre representante y representado,
la indéxica se basa en la contigüidad de uno y otro, mientras que
la simbólica se basa en una convención que asocia representante
con representado. Se supone que estas tres formas de representa-
ción se suceden históricamente, puesto que cada una requiere un
soporte cognitivo más sofisticado que la anterior.
La representación icónica es, por ejemplo, la que hace un di-
bujo con respecto al objeto que representa. Su sencillez es profu-
1Ver Bibliografia, núms. 1,2, 6, 15 Y17.
10
,
COMPENDIO YEJERCICIOS DE SEMÁNTICA I
1
[
MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 11
samente aprovechada en las interfaces de usuario de los progra-
mas informáticos. Los iconos no son sustancialmente idénticos a
las cosas que representan, pero sí son acontecimientos que, bajo
ciertas condiciones, pueden experimentarse como si fueran idénti-
cos a los objetos representados, como una repetición suya. Lo
único que se necesita para manejar iconos es la capacidad de re-
conocer una experiencia como idéntica a otra experiencia ante-
rior. Los distintos sistemas perceptivos y los distintos soportes cog-
nitivos que se dan en las distintas especies pueden hacer variar las
condiciones bajo las cuales es posible que dos cosas que no son
sustancialmente idénticas se puedan experimentar como si lo fue-
ran y se puedan así asociar por semejanza. Por eso una foto puede
ser un icono para nosotros, pero quizás no para una serpiente,
que sí es capaz, sin embargo, de reconocer representaciones icó-
nicas.
La huellas que asociamos con el animal que las deja o el humo
que asociamos con la proximidad del fuego son ejemplos de Índi-
ces. En este caso la señal y el objeto representado son contiguos,
forman una escena habitual en nuestra memoria. Los Índices se
adquieren por condicionamiento clásico: a base de experimentar
dos sucesosjuntos, la percepción de uno permite representar la
proximidad del otro, siempre que tenga algún interés para el su-
jeto el objeto representado; ninguna especie se sensibiliza con
acontecimientos irrelevantes. La capacidad de realizar esta aso-
ciación no requiere ningún tipo de conciencia ni conocimiento
reflexivo sobre ella. Si entrenamos a un perro para que se siente
cada vez que oye ventana, lo hará como respuesta condicionada.
Cuando reacciona correctamente a la voz siéntate, lo hace con la
misma inconsciencia. El hecho de que los Índices se adquieran
por condicionamiento tiene dos consecuencias. Una es que el
manejar ciertos Índices no ayuda a adquirir otros nuevos. Cada
índice se adquiere por la experiencia repetida de su contigüidad
con el objeto representado. La otra es que la relación entre el Ín-
dice y el objeto representado se puede romper si nuestra expe-
riencia con ellos cambia. Por ejemplo, a base de oler muchas ve-
ces humo sin que haya fuego dejamos de asociar una cosa con la
otra y el olor a humo dejará de ser indicio del fuego.
Los símbolos que nos son más familiares son las palabras y ex-
presiones lingüísticas, aunque obviamente hay muchos más. Tan-
tos que muchos autores llaman a la nuestra la especie simbólica o
se refieren a ella como chimpancés con símbolos. Hay símbolo
siempre que la asociación entre señal y objeto representado se
base en una convención. Una bandera o un himno son símbolos
de las entidades a las que representan y lo son por pura conven-
ción: no hay nada en la historia ni geografía de España que se pa-
rezca al color amarillo ni al rojo que están en su bandera: La sim-
bolización está vinculada a la existencia de un pensamiento
consciente. Simbolizar un hecho mediante una señal supone re-
procesar conscientemente los Índices que lo representan, romper
la inmediatez con el objeto en cuestión y atrapar la idea de mane-
ra que sea combinable con otras. El calor, la luz parpadeante o el
humo pueden ser indicios de que hay fuego y puede cada uno
por separado activar la conducta adecuada. El paso al pensamien-
to simbólico consiste en coordinar esos indicios «darse cuenta»
de lo que son y formar así una idea con la que determinar esa rea-
lidadque es el fuego. Los símbolos no representan las cosas por-
que ocurran a la vez que ellas. La idea que asociamos con él es lo
que determina el objeto representado. Una idea así formada es ya
combinable con otras en pensamientos complejos y, curiosamen-
te, aleja el signo de la cosa representada. Simbolizar el fuego en
una palabra supone que podamos representar ese hecho sin que
esté cerca ni tengamos que reaccionar en consecuencia.
A diferencia de los Índices, el disponer de símbolos favorece
la adquisición de otros símbolos. Por ejemplo, para aprender lo
que significa una nueva palabra no hace falta experimentar la
concomitancia de su cuerpo sonoro con determinado objeto
hasta que se produzca una asociación por condicionamiento.
Cualquiera nos puede decir lo que significa y lo habremos en-
tendido rápidamente. Además el símbolo no puede separarse
de lo representado. Decíamos que si nos acostumbramos a oler
humo sin que haya fuego dejará de ser para nosotros el uno Ín-
dice del otro. Sin embargo, aunque descubramos que no exis-
ten los centauros ni los unicornios, esas palabra seguirán simbo-
lizando la misma cosa.
Lógicamente, el que seamos una especie con lenguaje no
quiere decir que hayamos perdido las otras maneras de referirse a
la realidad (gestos, gritos, gruñidos, ...) yel que tengamos símbo-
los no quiere decir que no podamos reconocer indicios e iconos.
Lo que ocurre es que todas esas formas de representación las ha-
cemos también con las palabras. Todo lo que sabemos hacer para
comunicarnos y para representar la realidad lo sabemos hacer
con el lenguaje. Las palabras son de suyo símbolos. Pero una
·1
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12 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I MANERAS DE REFERIRSE A lA REALIDAD 13
mente simbólica es capaz de simbolizar algo y hacer que esa sim-
bolización sea un indicio de otra cosa. O puede utilizar un símbo-
lo como icono de otra cosa distinta de la qué simboliza. Por eso
las palabras pueden referirse a ~ distintas de las que determi-
.na su significado cuando se utilizan como iconos o como índices.
El simbolizar algo para referirse icónica o indéxicamente a otra
cosa está directamente relacionado con el llamado lenguaje figu-
rado, aunque no se reduce a ello. Volveremos enseguida a este
punto.
.I Es información intencional. Si decimos que la frase del ejem-
plo implícitamente quiere decir que se cierre la ventana, esta-
mos diciendo con ello que el emisor la dijo con la intención
de que se cerrara la ventana .
.lEs información inferida y contextual, no semántica. Si el emi-
sor dice que hace mucho frío, nosotros sólo podemos enten-
der que quiere cerrar la ventana por el contexto. Sus palabras
no significan-nada que tenga que ver con ventanas ni con ce-
rrar. Lo implícito es algo que deducimos conjuntamente del
contexto y de las palabras. Inversamente, la única forma de
decir implícitamente que hace frío es utilizar palabras que no
signifiquen precisamente eso. Con la frase hace frío, estamos
diciendo explícitamente, que hace frío. Sin embargo, con una
frase corno ponte abrigo y guantes, dicha a alguien que se dispo-
ne a salir a la calle, se le comunica que hace frío pero esta vez
implícitamente .
.I Es una información mediata. La información implícita nunca
es lo primero que se forma en nuestra mente. Si decimos hace
mucho fria, la primera idea que ocupa nuestra mente es la de
que hace mucho frío y después, dadas las circunstancias, dedu-
cimos que la intención de colocar en nuestra mente esa idea
es que cerremos la ventana. Si no captamos la información ex-
plícita, se bloquea la inferencia que debía llevamos a la implí-
cita.
.I Nunca es una concreción de la información explícita. Pense-
mos en la frase eso vale quince mil pesetas. Por el contexto, .pode-
mos saber que el emisor se refiere a que los cuatro libros que
tenemos en las manos valen ese dinero. El contexto nos dice
que lo'que «realmente» dicen sus palabras es que esos cuatro li-
bros valen quince mil pesetas, que es una especificación o concre-
ción de la frase inicial. No es esto lo que llamamos implícito.
Podría suceder que estuviéramos tratando de salir de una li-
brería sin pagar esos libros y el librero nos dijera la frase del
ejemplo para amonestarnos y advertirn?s. Esa advertencia o
mandato de que paguemos sí es implícita y como tal no es una
especificación del significado de la frase emitida.
.I Es una información que se añade a la explícita, pero ni la co-
rrige ni-la niega. Puede ser que al decir hace mucho fria lo que
realmente queramos es pedir que se cierre la ventana. Pero
eso no quiere decir que no haga mucho frío. La petición de
que se Cierre la ventana es una información más importante,
pero seguimos sintiendo que el emisor tiene por verdadero
que hace mucho frío. No debe confundirse con lo que sucede
en los usos figurados.
1.2. EXPLÍCITO E IMPLÍCITO
Cualquier hablante tiene la intuición de que muchas veces
con las palabras queremos decir más cosas de lo que significan.
Pensemos en la frase: hace mucho fria. Si decimos esto en una sala
con la ventana abierta, nuestro interlocutor entenderá que le es-
tamos pidiendo que cierre las ventanas. Si se lo decimos a un
niño de cinco años que está en manga corta, entenderá que le es-
tamos mandando poner alguna prenda de abrigo. Si se lo deci-
mos a alguien que nos acaba de preguntar si queremos dar un pa-
seo, entenderá que no queremos dar ese paseo. La frase significa
siempre lo mismo, lo que quiere decir que la información explíci-
ta no cambia. Lo que cambia es lo que solemos llamar su infor-
mación implícita: explícitamente decimos que hace frío para que
implícitamente se entienda que hay que cerrar la ventana, poner-
se un abrigo o que no queremos salir de casa. La información im-
plícita tiene las siguientes características:
. Como es lógico, son mecanismos semánticos todos los que
permiten obtener la información explícita y lo que la especifique.
Los mecanismos por los que se infiere la información implícita
son ya mecanismos pragmáticos. La significación, es decir, la re-
presentación semántica, se refiere a la información simbólica co-
dificada.
14 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 15
1.3. REPRESENTACIONES LÓGICAS Y REPRESENTACIONES DÉBILES
Lo que comunicamos con nuestras palabras (y con cualquier
otro procedimiento) son representaciones cognitivas. Una repre-
sentación cognitiva es un patrón que se activa en nuestra mente y
que representa algo del mundo exterior o interior. Las represen-
taciones fuertes tienen estructura lógica y admiten ser tratadas
como objetos de naturaleza lógica. Pero también forman parte
del fenómeno comunicativo las representaciones débiles. En es-
tos casos los patrones se activan débilmente y no llegan a formar
una estructura lógica, pero sejuntan varios a la vez para dar lugar
a una experiencia cognitiva lo bastante prominente como para
ser comunicada. Tales representaciones débiles son lo que identi-
ficamos como impresiones, emociones, insinuaciones poco es-
tructuradas, ... Es el tipo de comunicación que se establece con
un video-clip, En un anuncio de Coca-Cola, por ejemplo, ni se
puede' precisar el número de proposiciones «<pensamientos»)
que se transmite, ni se transmite nada que sea en sí mismo refuta-
ble o negable. Con el lenguaje continuamente creamos y comuni-
camos estados emocionales o pensamientos imprecisos y no es-
tructurados.
Pero estamos viendo que nuestras palabras comunican cosas
por lo que significan y también por lo que se puede inferir de
ellas. Debemos recordar que sólo se pueden codificar representa-
ciones con estructura lógica. La semántica nunca opera con re-
presentaciones débiles, porque el propio mecanismo de la codifi-
cación lo impide. Sólo se pueden comunicar representaciones
débiles inferencialmente. Así pues, a partir de las'palabras dichas
se pueden actualizar inferencialmente representaciones lógicas y
representaciones débiles, pero sólo se pueden codificar represen-
taciones con estructura lógica. Siempre que una palabra o' con-
junto de palabras comuniquen supuestos débiles, tales supuestos
se deducirán de esas palabras, nunca serán su significado.
cierto punto lo que nos interesa destacar aquí. Por eso, en vez de
pensar en usos figurados podemos pensar en usos no literales, es
decir, en expresiones en que la información explícita no es lo que
significan las palabras. Los usos creativos del lenguaje son casos
de este tipo más elaborados de lo normal. Es importante captar
que las necesidades ordinarias de comunicación obligan a los
usos no literales y que los sentidos figurados no son fenómenos
que aparezca cuando algún hablante hace algún esfuerzo estético
particular.
Yaseñalamos en 1.1.que una mente capaz de manejar símbo-
los tiene que ser capaz de manejar también índices e iconos. Y
apuntamos que esa mente es también capaz de emplear icónica o
indéxicamente a los propios símbolos. Esto quiere decir lo si-
guiente. Un símbolo se refiere a ciertos objetos del mundo en vir-
tud de la idea con la que convencionalmente se asocia. Los obje-
tos a los que podemos referirnos con el símbolo en cuestión son
aquellos 'que puedan entenderse como determinados por esa
idea. Ningún símbolo deja nunca de ser portador de la idea con
la que se asocia. Pero a veces el emisor no quiere que el receptor
represente un objeto determinado por el significado del símbolo,
sino que lo que determine ese objeto sea algún tipo de semejanza
(asociación icónica) con algún componente del símbolo utiliza-
do. Naturalmente, la semejanza siempre se da entre aspectos con-
cretos de las cosas. Si decimos que dos personas son parecidas,
puede ser que se parezcan en el carácter, en sus cualidades fisicas,
en su rostro, en su manera de jugar al fútbol, ... De la misma ma-
nera, las semejanzas que pueden aprovecharse para que un sím-
bolo se asocie con un objeto pueden ser variadas:
Teniendo a la vista lo dicho en 1.1 y 1.2 es más fácil entender
lo que son los usos figurados. Los usos figurados solemos asociar-
los a usos creativos del lenguaje y esta asociación oscurece hasta
,/ En símbolos como las palabras hay sonidos y esa puede ser
una fuente de semejanzas: onomatopeyas, estilo directo, meta-
lenguaje (por ejemplo, eme simboliza el fonema Im/), eco
(cuando introducimos en nuestros enunciados palabras de
otros), ... La referencia de las palabras no depende aquí de lo
que significan sino del parecido que tengan sus sonidos con
otros sonidos.
,/ Las palabras se asocian convencionalmente con ideas (signifi-
cados). El hablante concibe en su mente una idea y la quiere
poner en la mente de su receptor (con el propósito que sea),
para lo cual busca la cadena de palabras cuyo significado se
asemeje suficientemente a esa idea que concibió. Aquí hay
1.4. SENTIDOS LITERALES, SENTIDOS NO LITERALES Y SENTIDOS
IMPLÍCITOS
16 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I
otro punto de semejanza que puede afectar-al uso de las pala-
bras. A veces el hablante puede codificar con sus palabras una
idea que no es la idea que él concibió, pero que la puede re-
presentar por semejanza. Por ejemplo, cuando decimos de ~l-
guien que lo sabe todo, absolutamente todo, es evidente que la
idea codificada por la frase no se corresponde con la que no-
sotros concebimos en nuestra mente (realmente nosotros no
creemos que alguien pueda saberlo todo), pero retiene una
semejanza con nuestro pensamiento (que alguien abruma
con sus conocimientos). Las metáforas se basan también en la
semejanza entre idea codificada e idea pensada. - .
./ También puede suceder que la idea que codifiquen las pala-
bras no intente representar ninguna idea concebida por el
emisor, sino por otro u otros sujetos, determinados o no. En el
caso de la ironía, por ejemplo, hay que buscar una semejanza
o identidad entre la idea codificada y el pensamiento de al-
guien que no es el emisor (aunque el emisor esté expresando
así cierta actitud con respecto a ese alguien).
Utilizaremos los términos de Sperber-Wilson de descripción e
interpretación para distinguir las maneras en que el símbolo pu~de
referirse a su objeto. Si tuviéramos que hacer entender a alguien
que Juan está jugando al tenis, podemos describirle el hecho di-
ciendo que está jugando al tenis. O podemos interpretarle la situa-
ción haciendo con nuestros brazos los gestos característicos del
tenis. Cuando el significado del símbolo es lo que determina el
objeto al.que se refiere, diremos que el símbolo describe a su obje-
to. Cuando representa al objeto por semejanza con alguno de los
componentes que intervienen en la simbolización, diremos que
se está haciendo un uso interpretativo del signo.
Debemos evitar cualquier confusión entre los sentidos no lite-
rales y los sentidos implícitos. Hay un sentido implícito, por ejem-
plo, en hace mucho frío cuando con esa frase intentamos que cie-
rren la ventana. Pero el implícito no anula el significado literal de
los signos emitidos. El sentido implícito o implicatura es un con-
tenido añadido (y más relevante) que el contenido semántica de
las palabras, pero este se incorpora inalterable al conjunto de da-
tos comunicados; hace mucho frío sigue comunicando, entre otras
cosas, que literalmente hace mucho frío. Precisamente los senti-
dos no literales se llaman así porque el significado de las palabras
no forma parte de lo que se comunica. Cuando decimos que una
,
"

MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 17
persona es dura como una roca, estamos codificando esa idea, pero
no es lo que queremos comunicar: no pretendemos que nuestro
interlocutor piense de verdad que alguien es como una roca, que
es lo que dicen nuestras palabras. El sentido no literal supone
modificar el significado de las palabras, es decir, asumir que el sig-
nificado de las palabras no es la información explícita que quiere
decir el emisor.
1.5. SÍMBOLOS E ÍNDICES
De la misma manera que una mente simbólica es capaz de
concebir asociaciones icónicas con los símbolos, también es capaz
de añadir a las representaciones simbólicas otros valores añadidos
como índice. Desde el punto de vista de la teoría de la comunica-
ción hay.una diferencia sutil pero relevante. Las referencias que
hace un símbolo por semejanza normalmente las hará por inten-
ción expresa del sujeto emisor. Es difícil que una ironía, una me-
táfora o una reproducción literal de palabras de otro se hagan sin
querer. Sin embargo, nuestras palabras pueden ser indicios de
muchas cosas distintas de las que significan, al margen de nuestra
voluntad consciente. Podemos contar una anécdota de vacacio-
nes y dejar indicios de que tenemos mucho dinero, o de que esta-
mos divorciados o de que tenemos problemas de salud. Puede
que no haya ninguna palabra, combinación de palabras ni senti-
do implícito que tenga que ver con eso. Nuestras palabras signifi-
can lo que significan, pero además nos delatan como hablantes
de tal zona, o como personas conservadoras, o dejan ver nuestra
tristeza o nuestro enfado. Como decimos, a veces el hablante con-
trola intencionalmente el proceso y dice unas cosas para dejar in-
dicios de otras distintas, pero otras muchas veces no sucede esto.
Es fácil' que las palabras del emisor indiquen que es del norte o
que fue sacerdote sin que el emisor haya pretendido consciente-
mente referirse a tales cosas.
2
EJERCICIOS
1. Un paciente le dice al médico: me levanté pálido, con fiebre y con
náuseas. El médico detecta el problema por esta descripción.
¿Tienen valor simbólico esas palabras?
a) Sí. El médico no puede interpretar esas palabras más que
por el significado que tienen y ese valor simbólico es el
que le hace entender la enfermedad del paciente.
b) El médico las interpreta como símbolos, por lo que signi-
fican, pero también como índices de la enfermedad del
paciente.
e) Las palabras tienen un valor simbólico y además indican
implícitamente la enfermedad del paciente.
2. En la oficinaJuan le dice a Pedro: no te vi ayer aquí en toda la ma-
ñana. Pedro responde: me levanté pálido, con fiebre y con náuseas.
¿Tienen aquí el mismo valor simbólico que antes estas palabras?
a) Sí, porque significan lo mismo.
b) Sí, significan 10 mismo, aunque esas palabras son indicio
de cosas distintas a las del ejemplo anterior.
e) Sí, significan lo mismo, pero aquí añaden información
implícita.
3. Sigamos con la situación anterior. Tras la respuesta de Pedro,
Juan repite sus palabras, imitando su voz en tono burlón y
teatral: (ah) , me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. ¿Qué
simbolizan ahora estas mismas palabras?
a) Simbolizan lo mismo, pero ahora además de lo que sim-
bolizan son un índice de que el emisor no se cree lajusti-
ficación de su interlocutor.
b) Se trata de un uso no literal: el significado de las palabras
no forma parte de lo que realmente te comunica.
e) Las palabras no tienen aquí valor simbólico. Se refieren
icónicamente a las palabras del oficinista.

MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD. EJERCICIOS Í9
4. Una persona con aspecto perfectamente saludable y sin nin-
gún tipo de padecimiento dice al médico estar muy preocu-
pada. Añade con angustia: me levanté pálido, con fiebre y con
náuseas. El médico cree que son imaginaciones del paciente.
¿Tienen estas palabras su valor simbólico habitual?
a) Sí, porque tienen el significado habitual, pero aquí son
también índices de la aprerisión del emisor.
b) Sí, pero aquí, además de su valor simbólico, indican im-
plícitamente que el emisor es muy aprensivo.
c) No. Hay que suponer que el aprensivo emisor está imitan-
do icónicamente a un enfermo auténtico.
5. Consideremos este diálogo: -¿ Te iJ,ijeronya lo que costaba la ave-
ría? -(Sí). Me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. ¿Tiene el
valor simbólico normal esta última frase?
a) sí, pero tiene añadida la información implícita de que la
avería fue muy costosa.
b) Hay información implícita y además no tiene el valor sim-
bólico normal, porque no se usan literalmente las palabras.
c) Sí, pero además las palabras son índices de cómo se vio
afectado el emisor por la noticia.
6. Observa este diálogo de Valle-Inclán:
EL MARQuÉs.- Yo no cambio mi bautismo de cristiano por la sonrisa
de un cínico griego. Yo espero ser eterno por mis pecados.
RUBÉN.- ¡Admirable!
¿Qué tipo de supuesto comunica la respuesta de Rubén?
a) Nada concreto. La.respuesta es incongruente con respec-
to a la pregunta.
b) Comunica principalmente implicaturas, porque dominan
en la interpretación los procesos inferenciales.
e) Comunica principalmente representaciones débiles.
7. Observa el sig.uiente fragmento de Borges y señala si hay pa-
labras que se utilicen interpretativamente:
De golpe hay un silencio total, sólo ignorado por la desatinada voz
del borracho. Ha entrado un mejicano más que fornido, con cara
de india vieja. Abunda en un desaforado sombrero y en dos pistolas
20 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
laterales. En duro inglés desea las buenas noches .a todos los gringos
hijos de perra que están bebiendo. Nadie recoge el desafio.
8. Haz la misma comprobación en este pasaje de Clarín: .
-¿Cómo se llama usted? -preguntó el catedrático, que usaba anteo-
jos de cristal ahumado y bigotes de medio punto, erizados, de un
castaño claro .
.Una voz que temblaba como la hoja en el árbol respondió en el
fondo del aula, desde el banco más alto, cerca del techo:
-Zurita, para servir a usted.
-Ese es el apellido; yo pregunto por el nombre.
-Hubo un momento de silencio. La cátedra, que se aburría con
los ordinarios preliminares de Sl1 tarea,vio un elemento dramático,
probablemente cómico, en aquel diálogo que provocaba el profesor
con un desconocido que tenía voz de niño llorón.
Zurita tardaba en contestar.
-¿No sabe usted cómo se llama? -gritó el catedrático, buscando
al estudiante tímido con aquel par de agujeros negros que tenía en
el rostro.
-Aquiles Zurita.
Carcajada general, prolongada con el santo propósito de moles-
tar al paciente y alterar el orden.
-¿Aquiles ha dicho usted?
-Sí... señor -respondió la voz de arriba, con señales de arrepen-
timiento en el tono.
-¿Es usted el hijo de Peleo? -preguntó muy serio el profesor.
- No, señor -contestó el estudiante cuando se lo permitió la al-
gazara que produjo la gracia del maestro. Y sonriendo, como bur-
lándose de sí mismo, de su nombre y hasta de su señor 'padre, aña-
dió con rostro de jovialidad lastimosa-: Mi padre era alcarreño .
.Nuevo estrépito, carcajadas, gritos, patadas en los bancos, boli-
tas de papel que buscan, en gracioso giro por el espacio, las narices
del hijo de Peleo.
9. Fíjate en esta secuencia: tengoyo una paciente que tiene la misma
manía. Si no conociéramos de nada al emisor, supondríamos
que es médico. ¿De qué manera la frase manifiesta ese dato:
simbólicamente, implícitamente o mediante algún índice?
10. El ejercicio anterior tiene una respuesta basada en la suposi-
ciónmás habitual. Trata de buscar contextos donde sean co-
'.. ' rrectas las dos posibilidades que hayas rechazado.
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MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD. EJERCICIOS 21
11. «No le comprendéis, ha vivido vidas muy difíciles y necesita
apoyo en esta». Señala qué valor tienen estas palabras como
índices.
12. Observa este diálogo: -¿En qué trabajas? -No, yo estoy casada.
Señala qué información implícita se da en la respuesta y de
qué otros datos es índice esa misma respuesta.
13. ¿Comunica supuestos débiles esta secuencia?:
La visión política de una mujer. ¿Qué puedo decir?
14. Lee el siguiente párrafo de J. Rulfo. Señala:tres casos de uso
figurado. "
-Por cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar muy triste.
Usted que va para allá se dará cuenta. Yo diría que es el lugar donde
anida la tristeza. Donde no se' conoce la sonrisa, como si a toda la
gente le hubieran entablado la cara. Y usted, si quiere, puede ver
esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la revuelve,
pero no se la lleva nunca. Está allí como si allá hubiera nacido. Y
hasta se puede probar y sentir, porque está siempre encima de uno,
apretada contra uno, y porque es oprimente como una gran cata-
, plasma sobre la carne viva del corazón.
15. Después de leer el texto anterior sabrás que el receptor se di-
rige a un pueblo llamado Luvina y que el emisor ya vivió allí.
Di si el texto transmite uno y otro dato como símbolo o como
índice.
3
SEMÁNTICALÉXICA.VARIACIONESSOBRE EL
SIGNIFICADO2
3.1. SEMÁNTICA LÉXICA, PALABRAS Y SIGNIFICADOS
La semántica es una parte de la lingüística debido a que las pa-
labras son primariamente y antes que otras cosas símbolos. Esto
quiere decir que: a) las palabras se refieren a las cosas del mundo;
b) las palabras originan un cierto tipo de representación cognitiva
igrosso modo, «idea») y esa representación .deterrnina la cosa del
mundo a la que se refiere; y c) las palabras se asocian con esa re-
presentación mental en virtud de una convención socialmente es-
tablecida. Todo esto quiere decir que las palabras tienen un signi-
ficado y que, en virtud de ese significado, se pueden referir a las
cosas que pasan. En realidad, no sólo las palabras, sino también las
combinaciones de palabras. Cualquier trozo de discurso lingüísti-
co significa algo y tiene, por tanto, propiedades semánticas. Decir
que las palabras son sobre todo símbolos es recordar que normal-
mente el significado es lo que hay que saber para entender qué
dice una palabra. Usar una palabra como icono o como índice,de
manera que su interpretación no descanse en la idea con la que se
asocia, no es la manera primaria de usar las palabras.
La semántica léxica es la semántica de la palabra, frente a la
semántica cornbinatoria que estudia los significados de las se-
cuencias más complejas, en que se combinan dos o más palabras.
Por supuesto esta es una diferencia puramente expositiva que se
hace sólo porque no se puede hablar de todo a la vez. En su mo-
mento hablaremos de argumento y estructuras argumentales y
será fácil comprobar que una semánticaléxica exhaustiva debería
incluir todo lo que se necesita saber para combinar palabras den-
tro de patrones gramaticales. Es interesante empezar la semántica
por la semántica léxica porque nos permite acceder más fácil-
2 Ver Bibliografía, núms. 1,3,7,8,12,13 Y16:
SEMÁNTICA LÉXICA 23
mente a las nociones más básicas. Por ejemplo, una semántica
siempre tendrá que hablar del significado, antes o después. Pero
será más fácil hablar del significado a propósito de las unidades
más simples que lo tienen (las palabras) que no a partir de estruc-
turas más complejas. Empezaremos entonces por aquí.
3.2. SIGNIFICADO, REFERENCIA Y ÁMBITO REFERENCIAL
Muchos autores señalan de muchas maneras distintas que
cada vez que se dice una palabras hay tres cosas distintas. Por un
lado, la expresión de la palabra; por otro, el concepto con el que
se asocia; y por otro la cosa a la que se refiere. Está claro que
cuando decimos manzana hay algo que se oye (expresión), hay un
concepto de manzana (significado) y hay una cosa que es una
manzana (referencia). Habremos oído esta palabra muchas veces
y sin duda' cada vez se refería a una manzana distinta. Las referen-
cias son muchas y cambian de un uso a otro. El significado, sin
embargo, es constante: la idea de manzana es siempre la misma.
Además las propiedades del significado y de la referencia son dis-
tintas: la manzana referida por la palabra en cuestión se puede
pelar y comer; la idea de manzana, no.
El valor semántica de una palabra podemos pensarlo como el
conjunto de objetos o situaciones a los que se puede referir. En el
caso de la palabra manzana, conocer el valor de esa palabra con-
siste en conocer la clase objetos a los que podemos referirnos con
ella. Llamaremos a esta clase ámbito referencial. El ámbito re-
ferencial es el conjunto de objetos que podrían ser referencia de
una palabra en algún uso. El ámbito referencial y el significado se
refieren a lo mismo, el primero en términos extensionales y el se-
gundo en términos intensionales: el ámbito referencial es una
clase de objetos y el significado es la propiedad que comparten
esos objetos, la idea o representación mental que tenemos de
ellos. Obsérvese que las palabras pueden usarse para referirse a
alguno de los objetos del ámbito referencial, por ejemplo, para
referirse a una manzana en particular. Pueden usarse también
para señalar la propiedad o idea a la que responden esos objetos,
pero sin referirse a ningún objeto. Si digo, por ejemplo, que tal
cosa es una manzana, debe entenderse que 'manzana' es una pro-
piedad; como si hubiera dicho que tal cosa tiene la cualidad de
manzana o pertenece a la clase de las manzanas. Ypueden utili-
24 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I
zarse también para referirse a un cierto rango de los elementos
de la clase considerada; esto es, pueden referirse a la clase, pero
cuantificada. Es el caso si digo que algunas manzanas sori amari-
llas. En síntesis, una palabra puede utilizarse para manifestar una
clase (o propiedad), o bien esa misma claseinstanciada ('ejempli-
ficada') en un individuo (referencia a un objeto particular) o ran-
go de individuos (clase cuantificada). Como iremos viendo, en el
primer caso la palabra introduce predicados lógicos (propieda-
des de las cosas) y en el segundo introduce argumentos. La dife-
rencia entre unos casos y otros es gramatical y contextual.Una pa-
labra como manzana designará una propiedad, un objeto o 'un
rango de objetos dependiendo del contexto y dependiendo de su
caracterización gramatical (por ejemplo, con un artículo de ter-
minado y en singular designará normalmente un objeto particu-
lar). Más adelante será el momento de precisar más esto. Aquí
sólo debemos decir que, elementos gramaticales y contextuales
aparte, una palabra tiene por significado natural una propiedad y
se asocia, por tanto, con clases de elementos. Todo lo que se codi-
fica tiene que ser necesariamente una agrupación de objetos. Se
puede aludir a un objeto particular o a un suceso, pero para una
cosa y otra necesitamos' combinar palabras. Lo que define el dic-
cionario siempre son propiedades.
3.3. COMPONENTES SEMÁNTICOS O SEMAS
Normalmente se presentan los significados como entidades
conceptuales compuestas de otras entidades. Se dice entonces
que la idea de 'mesa' atrapada en la palabra correspondiente se
puede entender como compuesta por otras ideas como 'mueble',
'con patas', 'con tablero', ... Estos conceptos en que podemos
despiezar los significados reciben el nombre de semas o compo-
nentes semánticos. Podemos aceptar la idea de que los'significa-
dos son unidades complejas de tres maneras:
./ Recurriendo a nuestra intuición de hablantes. Si tuviéramos
que explicar a un extranjero qué significa en español trigo, in-
tuitivamente lo que haríamos sería coleccionar detalles 'que
poco a poco fueran completando la idea ('plaritas', 'que nacen
en grandes campos', 'amarillas cuando se siegan', 'tienen gra-
no', ...). Con mejor o peor fortuna, imaginaríamos' trigo' como
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SEMÁNTICA LÉXICA 25
una idea que hay que partir en ideas más evidentes para que
otro pueda concebida. .
./ La asociación de palabras. Es evidente hay parecidos y diferen-
cias en el significado de las palabras. Si tomamos una serie
como húmedo, encharcado, empapado, rociado, regado, impregnado,
podemos ver que no son palabras sinónimas, ni de significado
totalmente diferente. Algo hay en su significado que permite
asociarlas y algo hay que hace de cada una de ellas un matiz di-
ferente del que marcan las otras. No podríamos tener esa sen-
sación si no fuera porque Ios significados tienen piezas en las
que pueden coincidir y por las que pueden diferenciarse.
./ Nuestra forma espontánea de hablar. Al introducir una pala-
bra en un texto, quedan en ese texto introducidos los semas
de su significado, de manera que podemos tratados en él
como unidades sobreentendidas. Si decimos a alguien que
compr;;tmos una silla, no sería extraño que nos preguntara si
.las pa~s son cuadradas o torneadas. Aunque nadie había ha-
blado de patas, se menciona este detalle con un artículo,
como si ya se hubiera hablado de él. Son naturales secuencias
como no será sal, pero desde luego es granuloso, donde el emisor
acredita que concibe la propiedad 'sal' como algo que contie-
ne, en algún sentido, la propiedad 'granuloso' (yotras).
Es importante tener en cuenta el carácter complejo de los sig-
nificados, porque en los textos y en el uso real las unidades de
contenido que estructuran los bloques informativos, las que son
susceptibles de reiteración, énfasis y matización o, en fin, las que
son susceptibles de ser contradichas son precisamente los semas.
Normalmente las palabras no se refuerzan unas a otras en sus sig-
.nificados completos, sino en sus implicaciones comunes (los se-
mas no dejan de ser implicaciones de los significados; 'animal' es
un sema de 'perro' en la medida en que la idea de perro implica
la de animal). Haga~os un pequeño apunte sobre esto.
3.4. IMPLICACIONES y SEMAS
Debemos ser algo más precisos en la afirmación del carácter
complejo del significado. Decir que un significante se compone
de fonemas es fácil de entender literalmente: el significan te es
más largo que los fonemas y podemos trocear (físicamente) el sig-
26 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICAI
nificante en sílabas o sonidos. Decir que un significado se compo-
ne de semas es algo más dificil de sostener literalmente. El signifi-
cado no es más «largo» que los senias, por lo que los semas no
pu.eden ser l~teralmente trozos del significado. Un significante es
mas complejo que un fonema, pero no se ve en qué sentido se
puede decir que la idea de 'perro' es más compleja que la de 'ani-
mal', que es sema suyo. Como decimos, no podemos tomar en un
sentido literal esta manera de presentar los hechos. Materialmen-
te, un significado es una representación mental, es decir,una
cierta actividad que sucede en nuestro cerebro que representa
una i~~a determina~a. El significad,o de una palabra es el patrón
cogrunvo que se activa cuando la Olmos. Si entrar en detalles in-
necesarios, la activación de un patrón consiste en la activación de
las unidades de procesamiento que lo integran y esas unidades
mantienen ciertas conexiones con otras. La activación de un pa-
trón supone la activación de otros patrones y la inhibición de
otros, según las conexiones que se den entre ellos. Este hecho de
que unos patrones activen otros es lo que recogemos en el len-
guaje corriente diciendo que unas cosas «evocan» otras. La idea
de animal es componente de la idea de perro en la medida en
que esta evoca a aquella. No tiene mayor importancia si 'perro' es
una :epresentación cognitiva más o menos compleja (es decir,
una idea más o menos «difícil») que 'animal'. La cuestión es que
cuando se activa la primera también se activa (en menor grado)
la segunda y eso es lo que hace componente a esta segunda. Pues-
to que se trata de unidades con propiedades lógicas, podemos re-
coger este hecho formalmente diciendo que una implica a la
otra: si un objeto es perro, ha de ser también animal El hecho de
que esta segunda sea una implicación de la primera la hace com-
P?nente s.uyo..Los semas de un significado son entonces las pro-
piedades implicadas (o evocadas) por ese significado: los semas
de 'perro' son las ideas en las que pensamos más débilmente
cuando pensamos la idea 'perro'.
3.5. CAMpos SEMÁNTICOS
Las palabras y sus significados no forman, sin más, una lista
d?nde cada elemento se limita a ser distinto de los demás. Los sig-
mficados pueden diferenciarse y coincidir parcialmente, por 1<11
que establecen ciertas asociaciones que dan lugar a una estructura
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SEMÁNTICA LÉXICA 27
de términos más que a una lista. Todos percibimos un aire de fami-
lia en la serie citada en 3.3, húmedo, encharcado, empapado, rociado, re-
gado, impregnado, mientras que en la serie chincheta, tintero, alcalde,
verde no vemos ningún tipo de asociación. Llamamos campos se-
mánticos a los significados,que tienen en común un sema genérico.
La serie húmedo, encharcado, ... forma un campo. También lo for-
man perro, gato, vaca, ... En estos casos sucede que los significado,s
tienen un sema en común, es decir, comparten una idea y además
ese sema es genérico. La idea de perro y la de gato comparten la
propiedad de ser animales y podríamos decir que la clase 'animal'
es el género al que pertenecen (es correcto decir que perros y ga-
tos son animales). Las propiedades de húmedo, empapado, rega-
do, ... comparten la idea de que se trata de objetos o sitios sobre los
que se distribuyó agua de alguna manera. También esta idea es un
sema genérico, porque también es cierto que regar, rociar o em-
papar son maneras de distribuir agua en cuerpos o espacios. Com-
párese, por ejemplo, con series como ablución, abad, escapulario, cris-
tianismo, confesional, monasterio, ... Los significados de estas palabras
comparten la idea de 'religión', pero no forman un campo semán-
tico porque la religión no es el género de esas propiedades: no po-
demos decir que los escapularios, las abluciones o los monasterios
sean especies de religión; sí lo serían en todo caso 'cristianismo',
'taoísmo', etc. Digamos que los significados que componen un
campo deben ser especificaciones de una idea común (como 'pe-
rro' y 'gato' son concreciones de 'animal').
3.6. RELACIONES SEMÁNTICAS
El interés de tener en mente la estructura de los c,ampos se-
mánticos es que en su interior se establecen las relaciones semán-
ticas. Dos palabras pueden establecer una relación semántica si
sus significados coinciden en el sema genérico, es decir, si perte-
necen al mismo campo semántica. Las relaciones semánticas son
asociaciones que los hablante s hacen con los significados de las
palabras. Las más importantes que podemos mencionar son la an-
tonimia, la sinonimia y la hiperonimia.
Antonimia. Es la relación que establecen palabras que parecen
ser una la negación de la otra. Los significados antónimos son
normalmente contrarios o contradictorios. Una y otra noción ad-
28
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I
COMPENDIO YEJERCICIOS DE SEMÁNTICA I
miten ser pensadas en términos de enunciados o en términos de
clase~.Son contradictorias las.p~opie?ades que no pueden ser si-
multaneamente verdaderas ni sImultaneamente falsas del mismo
objeto. Es el caso de muerto y vivo; ninguno de mis parientes pue-
de ,es~r. vivo.y muerto a la vez, pero tampoco puede ser que no
este m ViVO m muerto (al menos legalmente). En términos de cla-
ses, las clases contradictorias o complementarias tienen un pro-
ducto nulo, porque no hay elementos comunes a las dos clases y
una suma exhaustiva, porque no puede haber elementos que ~o
per~enez:an a una de las dos clases. Según esto, mis parientes vivos
y. mis parientes =»:tienen que s~r inevitablemente todos mis pa-
nentes. Las propiedades contranas no pueden ser simultánea-
mente verdaderas del mismo objeto, pero sí simultáneamente fal-
sas. Por consiguie~te, dicho en términos de clases, el producto de
dos clas~s contranas es nulo pero su suma no es exhaustiva. Así,
alto y bala r;t~pueden ser ciertas del mismo individuo pero sí fál-
sas: u~ individuo no. puede ser ~ la vez alto y bajo, pero sí puede
ocurnr que no sea ru una cosa m otra. Por tanto, la clase de los al-
tos y la de los bajos no tienen elementos en común y su suma no
lo agota todo: los altos más los bajos no son todos.
En realidad los antónimos son siempre términos contradicto-
r~oso bien términos contrarios que se portan como contradicto-
nos, porque su suma se entiende en la mayoría de los contextos
como exhaustiva. Sólo si se cumple esta condición los contrarios
son a,:tó~imos. Po~ eje:nplo, es cierto que hay gente que no es
alta ni baja, Vero SIdecimos de un determinado deporte que lo
pued:n practicar los altos y los bajos, se entiende que lo puede
p~~ctIcar todo el.mun~o, no que los medianos no puedan. Tam-
bién son contranos calzente yfrío, pero si nos dicen que la tortilla
de patata se puede comer caliente o fría, no entendemos que no
se pueda comer templada, sino que 'caliente' más 'frío' equivale
a todas las temperaturas. "
Se suelen citar también como antónimas las palabras inversas.
Dos relaciones son inversas si se establecen entre los mismos pa-
res de elementos, pero con la posición de dominio y codominio
trocada. Es el caso de pares como tío - sobrino, ir - venir o comprar-
vender. La propiedad 'tío' es una condición que puede tener una
p.ersona con respecto a otra. Si formamos todos los pares así rela-
clO,nad:,sy formamos d~spués l~s pares correspondientes a 'sobri-
no , evídentemenre seran los mismos pares con la posición de los
elementos cambiada.

SEMÁNTICA LÉXICA 29,
Sinonimia. La sinonimia es la coincidencia de dos expresiones
distintas con un mismo significado. Es el caso de acabary terminar.
No tiene demasiado interés teórico la cuestión de si hay verdade-
ros sinónimos y,en ese caso, si se trata de un fenómeno excepcio-
nal. Lo que sí es seguro es que hay grados de semejanza semánti-
ca. Dos palabras son tanto más parecidas cuantos más contextos
haya en que puedan alternar sin cambiar el sentido de la frase.
Palabras como dar y proporcionar se parecen bastante porque po-
demos elegir entre las dos muchas veces sin que cambie nada. Ha-
blar de sinonimia nos permite pensar en el caso perfecto en que
dos palabras podrían intercambiarse en cualquier contexto ima-
ginable, de manera que pensando en el caso límite podemos refe-
rirnos con conocimiento a los casos aproximados, como cuando
hablamos en geometría de una circunferencia perfecta que segu-
ramente no se da en la vida real.
La sinonimia no debe confundirse con una relación segura-
mente más interesante (aunque no es estrictamente semántica)
que es la correferencialidad. Dos expresiones son correferentes si
tienen la misma referencia, esto es, si designan el mismo objeto.
Por ejemplo, las expresiones Presidente del PPy Presidente del Gobier-
no designan en 2001 a la misma persona, pero no son sinónimas.
En cada contexto y en cada texto se tejen unas relaciones que
continuamente establecen correferencialidades donde no las ha-
bía que desaparecerán en cualquier otro texto.
l, .
Hiperonimia. Es la relación de inclusión. Si el ámbito referencial
de una palabra incluye al ámbito de otra palabra, decimos que la
primera es hiperónima de la segunda y que la segunda es hipónima
'de la primera. Pensando en términos de enunciados, en vez de cla-
ses, la hiperonimia es una relación de implicación: el hipónimo im-
plica a su hiperónimo, tener perros implica tener animales.
3.7. RELACIONES SEMÁNTlCAS y USO REAL DE LAS PALABRAS
Cuando hablamos de estructuras lingüísticas en fonología o en
gramática, estamos hablando de unos complejos que nos dicen
qué unidades utilizamos y cómo las usamos. Por ejemplo, si esta-
blecemos el sistema verbal español, con sus modos, tiempos y as-
pectos, estamos estableciendo qué unidades existen en ese sistema
verbal y estamos explicando sus valores y condiciones de uso. Un
30 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
análisis así nos dirá que en español hay modos y que uno de ellos
es el subJuntivo. ~~bién nos dirá qué valor tiene el subjuntivo y
con esa información comprenderemos cómo se usa en español.
Lo mismo nos pasará con las vocales y con las consonantes. Y lo
mismo nos debería pasar con el léxico. Ynos pasa (o no estaría-
mos hablando de relaciones semánticas), pero no de la misma ma-
nera. La ~onología nos enseña que la palabra casa se pronuncia
con la sene de fonemas /'kasa/ yeso es algo que sucederá siem-
pre que se pronuncie esa palabra, salvo errores o ruidos ocasiona-
les. La semántica nos enseña cuál es el contenido 'natural' de una
palabra. Los diccionarios recogen ese contenido y lo redactan de
una manera divulgativa.Pero ese contenido es una unidad cogniti-
va, es decir, la representación de un concepto que se produce en
nuestra mente cuando nos dicen la palabra correspondiente.
Nuestra mente nunca está en blanco ni tampoco poblada por to-
dos nuestros conocimientos y creencias. En cada momento están
activados determinados datos y el contenido de la palabra cae en
medio de esos datos y reacciona con ellos. Lo que dice esa palabra
en un uso determinado es precisamente el resultado de esa reac-
ción. Esto es lo que quiere decir que siempre hay un contexto. El
resultado de esa reacción puede consistir en la intensificación de
alguno de los co~ponentes del significado y el «olvido» de otros,
en un procesamiento muy apresurado e impreciso de la idea ex-
presada por la palabra, en un procesamiento muy atento que pro-
voca más evocaciones de las normales, etc. En ese proceso las pala-
bras pued~n establecer ~so~i~cionesy relaciones esporádicas, que
no figuranan en la descripción de las estructuras léxicas.
. La descripción de las estructuras fonológicas y gramaticales in-
dica con claridad las condiciones y el porqué del uso que hace-
mos de esas unidades lingüísticas. En el caso del léxico no ocurre
lo mismo. Si tuviéramos una lista con todos los campos semánti-
cos, un~ r~l~ción comp~eta de sinónimos, antónimos, hiperóni-
mos e hipónimos, tales listas no harían deducible el uso que real-
mente ?a,ce~os de las palabras. Por ejemplo, nadie propondría
como smommas las palabras fragmento y texto. Sin embargo, si po-
nemos un te.xto?~ra trabajar sobre él, sería indiferente empezar
el comentano diciendo «en este texto vemos ...» o diciendo «en
este fragmento vemos ...», Nadie registraría como antónimas pala-
b~as como abso~uto e histórico ni como sinónimas-historia y génesis.
Sin embar?"o aSIha~ que. entender~as cu.ando Finkielkraut opone
el pensamiento racionalista al nacionalismo romántico anticipa-

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SEMÁNTICA LÉXICA 31
do de Herder. Para los racionalistas lo bello, lojusto o lo verdade-
ro tenían esa condición intemporalmente; lo que hacía bella la
obra de Miguel Ángel era absoluto, ligado a la condición huma-
na. Los románticos sostenían que nada era absoluto, que la belle-
za y la verdad lo eran en cada momento y para cada comunidad,
una contingencia histórica. Lo verdadero no lo fue siempre, sino
que cada verdad tiene su génesis y su tiempo y espacio. Historia es
la negación de absoluto y recoge la misma idea que génesis, pero
sólo en los párrafos de Finkielkraut.
. El interés que tiene la descripción de las estructuras léxicas
para comprender el funcionamiento del idioma es mucho más
limitado que el que tienen las equivalentes de la gramática y el
léxico. Sencillamente, los campos semánticos y las relaciones
semánticas que se dan en ellos nos explican menos del funciona-
mientos de las unidades léxicas que las estructuras que se estu-
dian en la gramática y la fonología. Los conceptos son muy sensi-
bles a los' otros conceptos con los que se mezclan cada vez que
son evocados en nuestra mente y fácilmente se despegan de sus
asociados habituales para hacer corrillos y entablar relaciones
ocasionales con otros conceptos que estén más vivos en el mo-
mento del habla. La pregunta razonable que se impone es en ton- f
ces para qué hablamos de relaciones semánticas, si tan bajo rendi- ")
miento tienen para racionalizar el uso que hacemos del idioma. ~)
Ciertamente, hay razones por las que conviene estudiar las rela- &
ciones semánticas. Por un lado, porque esas relaciones se dan
constantemente aunque no sea constante el inventario de pala-
bras que las establecen. Estudiando el tipo de oposición que esta-
blecen 'bueno' y 'malo' aprendemos lo que es la -antonimia y
cómo funciona esa relación es los discursos, aunque no se pueda
prever que en un texto particular la contraigan pares como 'his-
tórico' y 'absoluto'. Por otro lado, los inventarios de sinónimos y
antónimo s tienen un valor descriptivo evidente. Es cierto que no
tienen el valor explicativo que tienen sus equivalentes gramatica-
les y fonológicos, pero siguen teniendo un valor descriptivo y un
valor práctico. Cuando estudiamos la antonimia, estudiamos en
qué consiste esa relación. Cuando hacemos la lista de antónimos,
indicamos pares de palabras que en español fácilmente contraen
esa relación, aunque la puedan contraer sólo en contextos especí-
ficos otros pares que no se pueden prever. Digamos que hacemos
una lista de los términos que, a menos que medien determinacio-
nes contextuales, contraen las relaciones especificadas.
4
EJERCICIOS
16. ¿Qué quiere decir que los semas de un significado son pro~
piedades implicadas por ese si~ificado? . .
a) Significado y sema son propiedades y los objetos que lle-
nen la primera no pueden dejar de tener la segunda.
b) Dada la manifestación de un significado, los semas son las
propiedades que pueden darse por consabidas.
c) Que el sema es una propiedad evocada por el significado.
17. ¿Hay signos con significado pero sin ámbito referencial, es
decir, con intensión pero sin extensión?
a) Sí, cuando la idea expresada por el signo se refiere a algo
inexistente (como en centauro o unicornio; tenemos un
concepto, pero la clase de los centauros es vacía porque
no existen) .
b) No. Si se codifica alguna idea, debe haber objetos que le
correspondan, aunque sea en mundos imaginarios.
e) Sí, cuando el signo requiere combinarse con otro signo y
no se le puede asignar referencia alguna más que después
de la combinación.
18. ¿En cuál de los siguientes casos la palabra antiguo (o variante
gramatical) tiene sólo iritensión y no tiene.extensión? .
a) .Las universidades antiguas tienen otra estructura arqUI-
tectónica.
b) Los antiguos pero firmes edificios de esta universidad son
aún el marco de intensos debates científicos. '
e) Este antiguo edificio universitario, hoy sede del Ayunta-
miento, albergaba todas las carreras a mediados de los 50.
19. ¿Hay signos con referencia pero sin significado, es decir, con
extensión pero sin intensión?
a) Sí, los nombres propios.

SEMÁNTICA LÉXICA. EJERCICIOS 33
b) Sí,losnombres propios y los nombres comunes con artículo.
c) No. No se puede asociar un signo con nada si no es a través
de alguna idea o concepto de aquello a lo que se refiere.
20. ¿En cuál de los siguientes casos podemos entender que dos
signos son antónimo s?
a) Su afirmación simultánea es incongruente.
b) Sus significados representan los puntos máximos de una
cualidad.
c) Es habitual que su suma lógica en un enunciado equival-
ga referencialmente a un cuantificador universal.
21. ¿En qué caso decimos que un signo A es hiperónimo de otro
signo B?
a) El signo A tiene un alcance referencialmás amplio que el
signo B. .
b) El ámbito referencial de A contiene al ámbito de B.
c) El significado de A implica al significado de B.
22. ¿Puede un hiperónimo ser correferente con alguno de sus hi-
pónimos?
a) No. La clase asociada con el hiperónimo siempre será
más amplia que la asociada con el hipónimo.
b) Sí, es lo más habitual.
c) Sí, si el hipónimo apareció en el contexto inmediato.
23. La negación de una palabra, ¿equivale referencialmente a su
antónimo (si lo tiene)?
a) Sólo si son contradictorios.
b) . Sí si son contradictorios o contrarios, pero no si son inver-
sos.
c) Sí cuando son contradictorios o cuando son contrarios y
uno de los términos es tabú.
24. ¿En cuál de estos casos nos basamos en la relación de hipero-
nimia?
a) Cuando una palabra recoge lo dicho por otra desde otro
punto de vista.
b) Cuando generalizamos con una palabra lo dicho por
otras palabras.
c) Cuando una palabra añade un matiz a lo dicho por otra.
34 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
25. ¿En cuál de estos ejemplos se utiliza la palabra conductor para
designar un individuo?
a) Juan es conductor desde los veinte años.
b) El conductor debe dar prioridad a los peatones.
c) El conductor llegó huraño, como todos los días.
26. Si dos palabras comparten un sema en sus significados, ¿es fá-
cil que se hagan correferentes en un texto en virtud de ese
punto de similitud semántica?
a) Sí, si ese sema es el género próximo y no son antónimos.
b) Sí, siempre.
c) Rara vez los términos correferentes comparten algún
sema.
27. ¿En cuál de estos ejemplos la palabra alumnos designa un in-
dividuo? •
a) Los alumnos abarrotaban el aula.
b) Los alumnos están ahora de vacaciones.
c) Llamó por teléfono a todos y cada uno de los alumnos.
28. ¿En cuál de estos ejemplos la palabra alumnos designa una
clase cuantificada universalmente?
a) Los alumnos abarrotaban el aula.
b) Los alumnos están ahora de vacaciones.
c) Llamó por teléfono a los alumnos que pudo.
29. Observa nuevamente este pasaje de Borges:
De golpe hay un silencio total, sólo ignorado por la desatinada voz
del borracho. Ha entrado un mejicano más que fornido, con tara
de india vieja. Abunda en un desaforado sombrero y en dos pistolas
laterales. En duro inglés desea las buenas noches a todos los gringos
hijos de perra que están bebiendo. Nadie recoge el desafio. Bill pre-
gunta quién es, y le susurran temerosamente que el Dago -el Diego-
es Belisario Villagrán, de Chihuahua. Una detonación retumba en
seguida. Parapetado por aquel cordón de hombres altos, Bill ha dis-
parado sobre el intruso. La copa cae del puño de Villagrán; des-
pués, el hombre entero. El hombre no precisa otra bala. Sin dignar-
se a mirar al muerto lujoso, Bill reanuda la plática.
Señala todas las expresiones que hagan referencia al meji-
cano (y sean, de esa manera, correferentes).

SEMÁNTICALÉXICA. EJERCICIOS 35
30. Lee ahora este otro fragmento de Borges:
Adoctrinada por un ejercicio de siglos, la república de los inmorta-
les había logrado la perfección de la tolerancia y casi del desdén.
Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las
cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes, todo hombre es acreedor a
toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pa-
sado o del porvenir. Así como en los juegos de azar las cifras pares y
las cifras impares tienden al equilibrio, así también se 'anulan y se
corrigen el ingenio y la estolidez, y acaso el rústico poema del Cid
es el contrapeso exigido por un solo epíteto de las Églogas o por
una sentencia de Heráclito. El pensamiento más fugaz obedece a
un dibujo invisible y puede coronar, o inaugurar, una forma secreta.
Sé de quienes obraban el mal para que en los siglos futuros resulta-
ra el bien, o hubiera resultado en los ya pretéritos ... Encarados así,
todos nuestros actos son justos, pero también son indiferentes. No
hay méritos morales o intelectuales. Hornero compuso la Odisea;
postulado un plazo infinito, con infinitas circunstancias y cambios,
lo imposible es no componer, siquiera una vez, la Odisea.
Como en un tiempo infinito ocurren todas las cosas, lo
que le ocurra hoya un inmortal tendrá su contrapunto en al-
gún otro momento de la eternidad. La característica esencial
de la inmortalidad es el equilibrio, la neutralidad, el contra-
peso exacto y Borges expresa esta característica mediante el
juego de opuestos. Señala los pares de antónimos de este pá-
rrafo que desarrollan esta idea. Di si estas antonimias estaban
dadas ya en el idioma o si algunas de ellas resultan del con-
texto en que se usan las palabras implicadas.
31. En una de sus obras Ortega y Gasset se hace eco de una defi-
nición de latoso transmitida por B. Croce:
Latoso es el que nos quita la soledad y no nos da la compañía.
¿Qué provoca la sensación de contradicción en una pri-
mera lectura?
32. Vuelve a leer el texto del ejercicio 29 y observa la expresión el
desafío. Esta expresión recoge algo dicho antes en el texto -.¿A
qué se refiere exactamente, es decir, con qué secuencia es co-
rreferente? ¿Qué relación semántica tiene con ella?
UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 37
5 ,
UNIDAD YPLURALIDAD DE SENTIDOS. V~CION
CONCEPTUAL E INDETERMINACION3
Rey? Un castellano parlante sin duda aceptaría las siguientes afir-
maciones: 1. El Rey es un político, EN SENTIDO AMPLIO. 2. El Rey no es
un político, EN SENTIDO ESTRICTO. 3. El Rey no es un político PROPIAMENTE
DICHO. 4. El Rey es un político y no es un político. Sustitúyase el Rey
por el Presidente de Gobierno (Aznar, en el momento en que se
escriben estas líneas) y compruébese el resultado: Aznar es un po-
lítico propiamente dicho, en sentido amplio y estricto, y es enig-
mático decir que lo es y no lo es. Sustitúyase por Maradona: Mara-
dona no es un político en ningún sentido y es falso que sea un
político y no lo sea. Se trata de comprobar a qué aplicamos una
palabra como político, cuál es su valor de uso en español. Lo cierto
es que es más verdad del Rey que de Maradona que sea un políti-
co y menos cierto que de Aznar. Si tomamos la palabra pájaro y
pensamos en un jilguero, una gallina, un murciélago y una piedra
pómez, veremos que es aplicable al jilguero, porque ciertamente
es un pájaro. Las gallinas y los murciélagos no pertenecen a esa
clase, pero menos aún pertenece la piedra pómez. Tiene sentido
decir que es falso que las gallinas y los murciélagos sean pájaros y
MÁSFALSOaún que lo sea la piedra pómez. Esto supone que no
es total y absolutamente falso que las gallinas sean pájaros; tiene
que tener algún grado de verdad si estamos dispuestos a aceptar
que es un poco más verdadero de ellas que de la piedra pómez
que sean pájaros. Para el lenguaje esto significa que la palabra pá-
jaro puede entenderse como referida a un jilguero, que es aplica-
ble pero menos a una gallina y que no es aplicable en absoluto a
una piedra pómez (es decir, un castellano parlante no sería capaz
de entender ese uso). La clases difusas operan también con dos
valores (verdadero y falso) pero en ellas esos valores son gradua-
les (muy verdadero, casi falso, ...). El cálculo lógico resulta así
afectado en algunas operaciones básicas. Por ejemplo, en la )jgi: ..
ca biva!~9Je normal la conjunción de dos enunciados sólo es ver-
"dadera si"son verdaderos los dos. En la lqK~Sª.!i.i[lJ.~ª"",el valor de
verdad de una conjunción es el más bajoque tengan los enuncia-
dos conjuntados. Como consecuencia, en la lógica bivalente, si
afirmamos una cosa y su negación, necesariamente estamos di-
ciendo algo falso (esto se llama el principio de tercio excluso). En
la lógica difusa no tenemos por qué estar diciendo algo totalmen-
te falso. Aceptemos que es bastante cierto que el Reyes un políti-
co. Si °es falso y 1 verdadero, que el Rey sea un político tendría
valor 0,7. Su negación tendrá entonces 0,3 (es bastante falso que
no sea un político). La afirmación de que el Reyes un político y
5.1. ÁMBITOS BlVALENTES y ÁMBITOS DIFUSOS
"
I
I
I
Venimos diciendo que el valor semántica de una palabra con-
siste en la clase de objetos que nombramos con esa palabra.
Cuando pensamos en clases de elementos, pensamos en ~grupa-
ciones donde no hay grados de pertenencia a la clase c<:msIderada
o, si se quiere, donde no hay grados de verdad: un objeto que se
señale será un coche o no lo será; lo podremos nombrar con es~
palabra o no. No puede ser un coche hasta cierto punto o ser casi
falso que es un coche. Ni mucho menos puede ser verdader? y
falso a la vez que sea un coche. Estas clases se llaman clases biva-
lentes, porque en ellas sólo son relevantes dos valores: pertenen-
cia o no pertenencia a la clase (verdadero. o falso). P~ro con las
estructuras lógicas nos pasa como con las Ci~cunferenCi~s:el cas?
más fácil para'uuestro entendimiento (la circunferencia geome-
tricamente perfecta) es relativamente raro en el mundo real. Ylas
clases bivalentes no son las más habituales en nuestros actos co-
municativos, porque no son las más habituales en nuestra mente.
Se ajustan a este patrón los tecnicismos y algunas palabras que de-
signan categorías particular~ente relevantes par~ nosotros
(como lo relacionado con la Viday la muerte, la duah~a,d de se-
xos o lo humano frente a lo no humano). Pero la mayona de las
palabras de uso corriente admi.te uso~ ~ue no encajan en es~ es-
tructura. Si tomamos el sustantivo polztzco y la clase de los objetos
que podemos nombrar con él, sabem.os que pert~ne~:n a ella el
Presidente de Gobierno o el Secretano de Organización del Par-
tido Socialista' sin duda, son políticos. Sabemos que no pertenece
a ella Maradona (al menos, por el momento). ¿Yqué diríamos del
3 Ver las mismas referencias que en el capítulo anterior y además Bibliografía,. núms.
9, 10, 11 Y18.
I .
38 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
I I
no es un político sería contradictoria y necesariamente falsa en
un sistema bivalente; pero en un sistema difuso tendría valor 0,3,
que no es la falsedad total. Lo cierto es que para un castellano-ha-
blante la secuencia el rey es un político y no es un político es perfecta-
mente aceptable y no se percibe como con.tradictoriavSe__,~S<::P1e-..
esaconjunción porque la palabra políJico está asociada con un árn-
bito~aifií~so~"ñobiváJe'üte.'J?ürlamisma razóií;'acépfamos'como'"
~~nciad(;snOimaie'sunámadre es una madre, la guerra es la guerra,
Jorge siempre será Jorge, .., En un sistema bivalente estas afirmacio-
nes serían perogrulladas tan obvias como que cuando llueve llue-
ve hacia abajo. Pero en un sistema difuso el valor de verdad de
esos enunciados puede no ser 1 y puede que la guerra del sujeto
sea menos guerra que la del predicado.
El aparato teórico y formal de la lógica difusa puede ser por
momentos sofisticado y complejo, pero no sus ideas básicas. Yne-
cesitamos manejar esas ideas básicas porque sólo entenderemos
cómo usamos realmente las palabras si entendemos la estructura
lógica que representa nuestra mente en el momento de usarlas.
Decir que las palabras se asocian con ámbitos difusos es recono-
cer sin más que la frontera entre los objetos que pueden ser refe-
ridos por una palabra y los que no pueden ser referidos por ella
es una frontera gradual. No tiene esto nada de extraño. Solemos
conocer bien los límites de una propiedad, porque hay un docu-
mento notarial que los especifica y porque tenemos que tenerlos
en cuenta para muchas cosas. Sin embargo, no solemos saber
dónde empiezan y terminan exactamente los barrios en las ciuda-
des. Estamos seguros de que tal zona pertenece a tal barrio, pero
no sabríamos decir dónde está la raya que lo separa del barrio si-
guiente, lo que significa que hay zonas que nos parecerán del ba-
rrio «hasta cierto punto». La razón de que desconozcamos límites
.precisos es que no hay ninguna circunstancia que nos obligue a
tenerlos en cuenta, por lo que sencillamente nunca llegamos a
trazar una frontera definida. Podemos suponer que una palabra
se asocia con un concepto que no se confunde con otros concep-
tos parecidos. Pero no hay nunca un contexto en que sea relevan-
te la diferencia entre el significado de una palabra y todos los
conceptos próximos a éL No es lo mismo un piso que una vivien-
da, pero muchas veces no importa esa diferencia. Nunca tenemos
.representada en nuestra mente la diferencia exacta que hay entre
un piso, una vivienda, un edificio, una casa, un apartamento, un
complejo de oficinas, oO, cuando usamos u oímos la palabra piso.

UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 39
Ningún uso nos obliga a exprimir su alcance conceptual hasta ese
p.unto. Simplemente elámbito.deusn.de una palabra es un espa- f
cio que nunca recorremos completo y que, por eso mismo, no te-l
nemos establecido con precisión. En los tecnicismos sí se dan ám- [
bitos bivalentes porque hay una es¡;ecie~:"'aillofídad que'
promulga lo que significa una palabra. Pero las palabras del len-
guaje corriente no tienen dueño y sus confines se parecen a los
barrios urbanos. Lógicamente esto afecta mucho a los Usosde las
palabras y a la coherencia con que las palabras se combinan unas
con otras.
5.2. ÁMBITOS CON PROTOTIPO Y RAZONAMIENTO POR DEFECTO
El significado de una palabra es el concepto del que es porta-
dora. Cuando definimos el significado de una palabra, lo que ha-
cemos es «redactar» las propiedades de ese concepto. Acabamos
de ver que muchas veces es un concepto impreciso que condicio-
na de manera borrosa la clase de objetos que podemos nombrar
con la palabra considerada. Pero aún debemos apartarnos un
poco más de la clase «perfecta». Nuestro sentido común nos dice
que la definición que demos de una palabra debe valer para to-
dos los objetos que pueda designar (dejamos fuera usos figura-
dos). Un poco más técnicamente diríamos que los semas de un
significado han de ser propiedades verdaderas de todos los obje-
tos que designe la palabra que estemos considerando. Sin embar-
go, las cosas no son tan sencillas. Una silla es un mueble para sen-
tarse, pequeño, para un solo usuario, con respaldo pero sin
brazos y con patas sin ruedas. Lo cierto es que la silla que usa el
profesor en un aula normalmente tiene brazos y, a veces, ruedas.
Pero es demasiado pequeña y demasiado austera para llamarla
butaca o sillón. Con brazos y con ruedas sigue siendo una silla.
Sería lógico pensar que la definición de silla estaba mal hecha,
puesto que hay sillas que no la cumplen. Pero en realidad no esta-
ba tan maL La definición que habíamos conjeturado es la que re-
coge el concepto que realmente representamos en nuestra mente
cuando oímos la palabra silla. Esa palabra nos evoca la idea de un
objeto con respaldo y sin brazos y sólo pensaremos en un objeto
con brazos si el contexto nos obliga a ello. Un hablante entende-
rá que una silla no tiene brazos, salvo que tenga evidencia de lo
contrario. Se dice entonces que las sillas,por defecto, no tienen bra-
=r-«
40 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1
zos; O, si se quiere, que el sema 'sin brazos' es defectible, verdadero
mientras no conste lo contrario.
Lo que sucede en la clase de las sillas, es que se trata de una
agrupación de objetos con un prototipo o canon. Las sillas pue-
den ser de muchas maneras y más si tenemos en cuenta la varie-
dad introducida por los nuevos diseñadores. Pero típicamente
una silla es un asiento sobrio, duro, con respaldo, sin brazos, ...,
algo parecido a las sillas de cocina. Un análisis lingüístico realista
debe consignar como significado la idea real que evocan las pala-
bras y esa no es otra que la que se corresponde con el prototipo
de las clases.
Consideramos rasgos típicos de una clase a todas aquellas pro-
piedades que sean frecuentes en los objetos de esa clase y que
marquen el mayor contraste con otras clases. Por ejemplo, no es
típico de las aves tener el cuello muy largo, porque no es frecuen-
te. Tampoco diríamos que es típico de ellas tener ojos o sangre,
porque es frecuente pero poco específico de esa clase. Lo típico
es, por ejemplo, volar y tener plumas, porque es frecuente y muy
singular de esa clase, como señala Kleiber. Es típico de un avión
tener alas, pero no tener suelo; las dos cosas son frecuentes, pero
sólo la primera es una característica contrastiva de esa categoría
con otras próximas. Con respecto a una vaca, siempre pensare-
mos antes en los cuernos que en los ojos. Yen semántica lo que
nos interesa es en qué pensamos cuando hablamos. Pensamos en
las clases a través de sus objetos típicos y estos son los que tengan
más rasgos típicos. El significado de las palabras no es un concep-
to que se refiera por igual a todos los objetos que se puedan nom-
brar con esa palabra, sino que caracteriza sólo .alos ejemplares tí-
picos. El significado 'silla' es el conjunto de propiedades de las
sillas típicas, no de todas las sillas. El significado se expresa como
un conjunto de semas, según lo que dijimos en 6.3. Pero ahora
añadimos que, cuando el ámbito referencial es una clase con pro-
totipo, esos semas son defectibles y se anulan cuando hay eviden-
cia de su falsedad. La silla se definirá como un asiento sin brazos,
pero no resultará una contradicción en los términos hablar de si-
llas con brazos: la propiedad de no tener brazos es defectible y se
abandona porque el contexto obliga a ello; y se incluye por defec-
to, porque en principio la idea real que asociamos con la palabra
es la de un asiento sin brazos.
La existencia de prototipos es una consecuencia de nuestra
tendencia al razonamiento por defecto. Damos por hecho, por
UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 41
ejemplo, que ninguno de nuestros vecinos fue astronauta, aun-
que realmente no podamos saber si lo fue o no. Simplemente asu-
mimos que, si lo hubiera sido, nosotros lo sabríamos y, si no nos
consta una cosa así, es que tal cosa no ocurrió. Tenemos una pre-
sunción acerca de cómo es de completo nuestro conocimiento
del mundo, de cómo estamos de informados de las cosas, de ma-
nera que asumimos por defecto todo lo que sea adecuado para
ese nivel de información que nos atribuimos. Cuanto menos in-
formados nos creamos, menos tendemos al razonamiento por de-
fecto porque nos parece poco significativo que nosotros no sepa-
mos algo. Cuanto más informados nos creamos, más r~zo~~mos
por defecto porque nos parece que el no saber algo es mdICIOde
que ese algo no ocurrió.
Esto tiene que ver también con nuestra tendencia a razonar
con el menor gasto posible. Las categorías con las que pensamos
y con las que nos comunicamos tienen que ser rápidas y no in-
cluir matices costosos de procesar que son relevantes muy pocas
veces.Además los detalles que representamos con más fuerza son
los que nos permiten representar la categoría con el menor nú-
mero posible de detalles. El detalle de que un ave tiene ojos nos
resulta poco útil porque vamos a tener que seguir acumulando
detalles para pensar en esa categoría, mientras que las plumas y
las alas la identifican inmediatamente.
Dos curiosidades sobre prototipos. Obsérvese que, según lo
dicho, los objetos típicos no tienen por qué ser frecuentes. Lo
que hace típico a un objeto no es su frecuencia, sino el que sus
propiedades sean típicas (y la frecuencia sí influye en que una
propiedad sea típica). Un águila no es una experiencia ~omún
para la mayoría de nosotros, pero a todos n?s parece un eJe~plo
de avemás típico que un pollo. Aunque seamfrecuente el objeto,
sus propiedades de volar y tener alas son muy frecuentes en las
avesy muy genuinas de ellas. La otra curiosidad es que los proto-
tipos se modifican muy poco por la experiencia divergente ~e los
hablantes. Un botánico sabe mejor que un hablante cornente
que las hojas no siempre son planas y anchas. Un zoólogo sabe
que hay muchos peces que no se parecen a las sardinas. Pero su
particular experiencia de las cosas no altera en su mente el canon
de las clases. Cuando un zoólogo dibuja a su hijo pequeño en un
papel un pez, lo que dibuja se parece a una s~rdina y. un botáni~o
no piensa en acículas de pinos cuando alguien le pide una: hoja
de un árbol. Tenemos cierta intuición de cuándo nuestra expe-
'.
42 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 43
riencia y conocimiento diverge del de los demás y no perdemos la
conciencia de lo que los demás representan en sus mentes.
totipo. Para la semántica léxica es importante tener en cuenta
esta casuística. El hecho de que una clase sea difusa afecta a la ex-
tensión en que se puede aplicar una palabra y afecta a las pautas
que rigen la coherencia que esperamos encontrar en las cosas
que decimos. Recordemos, por ejemplo, que con ámbitos difusos
se puede afirmar y negar la misma cosa sin que la secuencia sea
contradictoria. El hecho de que una clase tenga prototipo afecta
a la carga conceptual que una palabra introduce en un discurso y
a los mecanismos que permiten asociarla con objetos que no
cumplan las propiedades del significado. La palabra pez permitirá
referirse a las aletas como elementos sobreentendidos, aunque
los pulpos no las tengan. Y habrá mecanismos con textuales que
nos permitan asociar esa palabra con pulpos, rayas y hasta con
mejillones, sin que el significado idiomático del término deje de
ser el mismo.
5.3. TÍPICO, CLARO Y BORROSO
li
I
Evidentemente hay una relación entre clases con prototipo y
clases difusas. Una clase difusa es una clase con prototipo. La cla-
. se de las sillas, siguiendo el ejemplo anterior, es difusa. Una silla
de madera con respaldo y sin brazos es enteramente una silla. Los
asientos de los pupitres escolares no son, en el sentido más estric-
to, sillas; pero sí podemos admitirle, simbólicamente, un 0,2 de
verdad de que lo sean. Después de todo, un alumno que diga te-
ner rota la silla se hará entender perfectamente en un contexto
adecuado. Sin embargo nunca le entenderíamos la palabra silla si
intenta referirse con ella al encerado; a él le reservamos el °abso- .
luto de pertenencia. En la medida en que esto es cierto, ha de ser
cierto que la clase considerada tiene prototipo. Las «más sillas»,
las de pertenencia 1, han de ser las sillas canónicas, el tipo de ob-
jeto en el que se piensa por defecto cuando se oye esta palabra.
Los objetos que son menos sillas, que son sillas hasta cierto punto
o que apenas son sillas, son así en la medida en que no son sillas
típicas y en la medida en que sólo podemos pensar en ellas al oír
la palabra silla por efecto de un contexto muy marcado, tanto
más cuanto menos típica sea la silla.
Pero no es cierta la inversa. El que una clase tenga prototipo
no supone que tenga que ser difusa. La definición de ave debe
adecuarse más a las características de las golondrinas y de las águi-
las que de las gallinas o los avestruces. Los primeros son los obje-
tos a los que corresponde el concepto que realmente evocamos
con esa palabra, es decir, son aves más típicas. Pero un avestruz
no es menos ave que una golondrina. Un peztípicamente tiene
forma de sardina o de tiburón, según el tamaño. No asociamos
con la palabra correspondiente una clase que/se parezca a una
raya o una anguila. Pero ambos son tan peces como la sardina.
Un hombre manco no es un hombre típico, pero es tan cierto de
él como de cualquiera que es un hombre. Todas' estas son clases
bivalentes con prototipo.
Las palabras, por tanto, se asociarán con clases difusas o con
clases bivalentes de elementos. Las primeras son siempre clases
con prototipo, mientras que las segundas pueden tener o no pro-
5.4. VARIABILIDAD CONCEPTUAL
i I
Solemos suponer que la variación conceptual de las palabras
está relacionada con los fenómenos de polisemia y homonimia. Y
ciertamente lo están, pero no hace falta que la palabra tenga
acepciones o que haya dobles sentidos para estar ante el hecho de
que una misma palabra represente conceptos diferentes. Las cla-
ses difusas y las clases con prototipo ya nos permiten apreciar
que, siendo una la clase que se asocia con una palabra y, por tan-
to, siendo uno el concepto significado, una misma palabra puede
referirse a cosas distintas que no se corresponden siempre con un
mismo concepto. Pero además, se trate de un concepto bivalente
o difuso, compuesto de semas defectibles o no, ese concepto está
continuamente mutando en otros conceptos por efecto del con-
texto, hasta el punto de que rara vez es el concepto expresado en
el diccionario el que se activa en nuestra mente cuando oímos
una palabra, .
La idea de que hay algo entre el signo y la cosa referida se en-
cuentra de una u otra forma en los autores más influyentes en la
teoría del signo y la significación, quizás Frege, Peirce y Saussure
(que llamaron a ese algo intermedio, respectivamente, sentido,
interpretan te y significado). La percepción de un signo da lugar a
una representación cognitiva (o «idea») que determina el objeto
al que se refiere el signo. Esa determinación del objeto puede es-
44 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 45
u,
tar más o menos desarrollada: un objeto puede determinarse con
apen~s un gesto o con varios folios que lo caractericen. Ypuede
cambiar nuestra forma de determinado, es decir, nuestra forma
de pensar en él o.de representado mediante nuestro pensamien-
to según cambie nuestra experiencia o nuestro conocimiento del
objeto en cuestión. Un día aprendimos que la luna era una man-
cha bl~nca en el cielo noctu~no; después, que era un satélite y
que velamos de noche el reflejo del sol; después que su presencia
estabiliza el eje de la Tierra y hace posible la constancia climática
y la vida; después que la energía disipada por las mareas ralentiza
la rotación de la Tierra y hace que el satélite se vayaalejando cada
vez más; ... La determinación del objeto 'luna' se hace más y más
desarrollada y la idea con la que la palabra luna se refiera a ese
objeto puede ir cambiando. Los científicos llamaron Orfeo al pla-
neta que se estrelló con el nuestro e hizo nacer el satélite, para
significar que si miramos hacia atrás, cuando no había luna, sólo
veremos el infierno y el caos. Semejante ocurrencia supone una
determinación conceptual muy desarrollada de la luna, donde ya
se representa como necesaria para la vida. Ni en este uso ni en
ningún otro una palabra cae en una mente en blanco. Siempre
hay un contexto que provoca que el concepto asociado con la pa-
labra no sea exactamente el que trae el diccionario, sino muchas
veces algo más lleno o más vacío que eso. En el caso de luna men-
cionado antes, tejimos un contexto en el que la palabra circula
con más carga conceptual que en el diccionario. Otras veces pasa
lo contrario. En una frase como hay que catalogar por separado los li-
bros, las misceláneas y las revistas, la palabra libros se procesa con
cierto cuidado. Representamos mentalmente un concepto lo bas-
tante detallado como para no confundir lo que es un libro con lo
que es cualquier otro tipo de publicación. Pero en empieza el exa-
men; quitad los libros de encima de las mesas se entiende que libros se
refiere a cualquier fuente escrita de consulta: habría que quitar
de las mesas libros, revistas, apuntes, ... Yen una frase como me lo
dijo aquella que lleva libros bajo el brazo, hay que entender que libros
se puede referir a cualquier cosa de papel que se lleve bajo el bra-
zo. El concepto asociado con esta palabra es en estos últimos dos
casos mucho más laxo que en el primer caso.
Si queremos acercarnosal funcionamiento real de las pala-
bras, debemos tener en cuenta que el significado es una especie
de sustancia química lista para reaccionar con el contexto que le
propongamos. Pocas veces veremos esa sustancia pura, como la
refleja el diccionario o nuestra intuición de hablantes cuando
pensamos en ella fuera de contexto.
5.5. CONTEXTOS Y VARIACIÓN CONTEXTUAL
Es fácil aceptar que el contexto en que se dicen las palabras
afecta mucho a su valor. Elcontexto es un compañero de viaje de
las palabras que intuimos con fuerza, pero en el que normalmen-
te sólo pensamos guiados por la intuición. Merece la pena que
tengamos algunas ideas claras al respecto para tener herramien-
tas que nos permitan comprender cómo usamos realmente las pa-
labras. ..
El contexto no es el marco previo en el que hablamos; a ese
marco lo llamaremos enseguida situación. Las palabras del erni-
sor son portadoras de ciertos conceptos y proposiciones y noso-
tros relacionamos esas ideas con otras no dichas para compren-
der la intención del emisor, el verdadero sentido que quiso dar a
sus palabras. Esas ideas no dichas son las que forman el contexto.
Sabemos qué es lo que significa la frase hoy es miércoles. La situa-
ción de discurso puede hacemos relacionar ese significado con
otros datos, como que el emisor es nuestro jefe y nos mandó ter-
minar un informe para el miércoles. De esa relación surgirá el
bloque de datos que realmente se comunica. E~contexto es en-
tonces algo que evocamos al recibir las palabras del emisor y bus-
carles un sentido y,por tanto, más bien después que antes de reci-
bidas. Seguramente quien escribe estas palabras comparte con
sus receptores el nombre del río que pasa por Londres. Pero ese
dato, aunque compartido, no fue contexto nunca en este libro,
porque no se dijo nada que requiriera pensar en el Támesis para
ser interpretado. En estas últimas líneas, sin embargo, ese dato sí
hizo de contexto porque sí intervino en el procesamiento de estas
dos últimas frases. Son las palabras del emisor lo que provoca que
el contexto sea uno u otro y que se vayamodificando. No es, por
tanto, algo inmutable y previo a las palabras: es el conjunto de
ideas o proposiciones que hacemos intervenir en el procesamien-
to de un mensaje. .
Para que el receptor pueda apoyar la interpretación de un.
mensaje en un cierto dato con textual, tiene que suceder que el
mensaje le llegue en un momento en que sea fácil evocar o acti-
var ese dato. Si le llega en un momento en que no tenga en la ca~
46 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁl'lTICA I UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 47
beza el dato en cuestión, el emisor mejor hará bien en no confiar-
lo al contexto y decirlo con palabras. Se puede estar comunican-
do lo mismo diciendo cinco mil que diciendo el precio del libro que
me mandaste mirar el jueves era de cinco mil pesetas. La diferencia es
que en el segundo caso el emisor piensa que su interlocutor no
tiene en ese momento en mente el asunto del libro y que, por
tanto, no va a poder activar el contexto apropiado. Para evitar
problemas simplemente no confía al contexto ese dato y lo verba-
liza para que se active en su mente. El estado cognitivo de un su-
jeto es el conjunto de datos que tienen alguna activación en su
mente en un momento dado. Es lo que coloquialmente diríamos
que tiene en la cabeza en el momento considerado. La situación
es el conjunto de factores que condicionan los estados cognitivos
de los sujetos. Sabemos reconocer muy bien estos factores y por
eso normalmente sabemos mucho del estado cognitivo de los
otros. Aunque lógicamente no podemos saber completamente
qué tiene alguien en mente, sí representamos con facilidad mu-
chas cosas. Los datos más vivosen la mente de dos o más sujetos
que interactúan son los datos de los que podemos decir técnica y
un poco farragosamente que es mutuamente manifiesto su alto
grado de activación. Estos son datos compartidos por dos sujetos,
cuando a cada uno le consta que el otro lo sabe y lo tiene en men-
te en ese momento y además cada uno es consciente de que el
otro sabe que él mismo lo tiene en mente. Cuando estamos con
otras personas no tenemos en la cabeza lo que para nosotros sea
más importante. Lo que está consumiendo más actividad de pro-
cesamiento es la parte de nuestra mente que sabemos que los de-
más están «viendo». Esos datos especialmente transparentes entre
los sujetos son los que más afectan a los contextos y al valor de las
palabras, lo que mejor tenemos que conocer. De hecho, cuando
una persona rige su comportamiento y su atención por datos que
no son mutuamente manifiestos, produce a los demás una sensa-
ción extraña de distracción y de estar en otra parte. A veces la
transparencia es tal, con tal evidencia sienten dos o más personas
que están coincidiendo en su pensamiento, que pierden momen-
táneamente la libertad de hablar de lo que quieran y no pueden
evitar centrar la comunicación en ese dato tan activo. Si se de-
rrumba con estruendo del techo de un restaurante una lámpara
pesada, sería anómalo que nuestras siguientes palabras no tuvie-
ran que ver con lo que todos sabemos que los demás tienen en
mente representado con más intensidad.
Por eso decíamos antes que las palabras nunca caen en una
mente en blanco. No es realista pensar que las palabras colocan
en nuestra mente su significado y después «completamos» la idea
buscando datos en el contexto. La recién llegada es la palabra
que llega a una mente con datos ya muy activos, aquellos que los
interlocutores saben que cada uno tiene en mente. Rara vez de-
positará la palabra en cuestión la idea exacta que vemos en el dic-
cionario. En el encaje con lo que esa mente ya tenía perderá
semas; o cada sema se desarrollará de manera que la idea inme-
diatamente asociada con la palabra será mucho más compleja
que la que dice el diccionario; o se asociará con conceptos dedu-
cibles de su significado pero que rara vez representamos porque
no solemos hacer esa deducción; ... El significado del diccionario
no es ninguna invención. Es el punto hacia el que una palabra
tiende a arrastrar lo que sea que tengamos en mente al oírla.
Pero es 1:lnpunto que no se alcanza. Los contextos y los estados
cognitivos provocan que la lista de conceptos que se pueden aso-
ciar con una palabra sea realmente abierta y que una de las ta-
reas del análisis de las palabras en textos reales sea el fijar el con-
cepto que está incorporando a ese texto y los factores que lo
explican.
, ,1
i'
1
5.6. RESTRICCIONES CONTEXTUALES
l,:¡'I'11'
ii: Hay situaciones de discurso en las que a los hablantes les re-
sulta muy fácil entenderse. Son situaciones en las que intuitiva-
mente decimos que hay «mucho' contexto» entre los interlocuto-
res, es decir, situaciones en las que el hablante tiene que
esforzarse poco porque el receptor va a contextualizar sin dificul-
tad sus palabras. Lo que sucede en estas situaciones es que la
mente de cada interlocutor es un libro abierto para el otro. Los
hablantes tienen estados cognitivos muy similares y ambos tienen
conciencia clara de ello. Esto sucede, por ejemplo, entre dos per-
sonas que se conozcan bien. En un caso aSÍ,además de compartir
muchos datos, cada uno tiene una conciencia inusualmente alta
de lo que comparte con el otro y de lo que el otro sabe de él. Los
contextos se forman muy fácilmente porque hay muchos datos
susceptibles de ser activados como marco del mensaje cuando
haga falta, hasta el punto de que un tercero puede no entender
lo que se están diciendo dos personas que tengan mucha rela-
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Compendio

  • 1. '1 I Enrique del Teso Martín 'Compendio y ~jercicios de semántica 1': ; , I. I , AARCO/LlBROS,S.L
  • 2. 1 1 CUADERNOS DE Lengua Española. Dirección: L. Gómez Torrego . 1 ., I © by Arco Libros, S.L., 2002 Juan Bautista de Toledo, 28. 28002 Madrid ISBN: 84-7635-510-6 Obra completa ISBN: 84-7635-511-4 Volurrien 1 Depósito legal: M-14.435-2002 Printed in Spain - Impreso por Ibérica Grafic, S.A. (Madrid) ÍNDICE Págs. 7INTRODUCCIÓN . l. Mfu"IERAS DE REFERIRSE A LA REAllDAD: SIMBÓUCA, FIGURADA E IMPÚCITA. l.1. leonos, índices y símbolos ; , . 1.2. Explícito e implícito . . 1.3. Representaciones lógicas y representaciones débiles . 1.4. Sentidos literales, sentidos no literales e implícitos . 1.5. Símbolos e índices . 9 9 12 13 13 17 2. EJERCICIOS ...............................................•........................ 18 3. SEMÁNTICA LÉXICA. VARIACIONES SOBRE EL SIGNIFICADO 22 3.1. Semántica léxica, palabras y significados 22 3.2. Significado, referencia y ámbito referencial ,.......... 23 3.3. Componentes semánticos o semas 24 3.4. Implicaciones y semas ::................... 25 3.5. Campos semánticos 26 3.6 Relaciones semánticas 27 3.7 Relaciones semánticas y uso. real de las palabras :.............. 29 4. EJERCICIOS :......................................... 32 5. UNIDAD y PLURALIDAD DE SENTIDOS. VARIACIÓN CONCEPTUAL E INDE- TERMINACIÓN .. 36 5.1. Ámbitos bivalentes y ámbitos difusos 36 5.2. Ámbitos con prototipo y razonamiento por defecto 39 5.3. Típico, claro y borroso 42 5.4. Variabilidad conceptual........................................................... 43 5.5. Contextos y variación con textual 45 5.6. Restricciones contextuales 47 5.7. Contextos neutros . 49 5.8. Homonimia y polisemia 50 5.9. Indeterminación y explicitud . 51 6. EJERCICIOS 53 7. RESPUESTAS A LOS EJERCICIOS ,........................................ 65
  • 3. 6 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 BIBLIOGRAFÍA . 95 INTRODUCCIÓN 7.l. Maneras de referirse a la realidad: simbólica, figurada e im- plícita . 7.2. Semántica léxica. Variaciones sobre el significado : .. 7.3. Unidad y pluralidad de sentidos. Variación conceptual e m- determinación . 65 69 74 En este trabajo intentaremos principalmente tres cosas. En primer lugar, trataremos de que la organización y presentación de los contenidos y bloques de ejercicios dibuje un cuerpo estruc- turado y organizado de materia que contenga las preguntas y res- puestas esenciales que configuran el campo de la semántica, se- gún el consenso más general. Yesto con un doble objetivo: el de presentar de manera estructurada temas que muchas veces se tra- tan de manera dispersa en libros de texto o materiales de referen- cia; y el de hacer fácil que cualquier ampliación o lectura que se haga de aspectos parciales de la semántica se puedan integrar fá- cilmente en un cuerpo ordenado, en vez de acumularse como una erudición caprichosa. En segundo lugar, y puesto que el libro se estructura a partir de ejercicios y actividades, se pretende pre- sentar la semántica como una disciplina que habla de cosas per- fectamente reconocibles en las situaciones de comunicación ordi- narias y que explica fenómenos con los que nos encontramos cada vez que tengamos que tratar con el lenguaje. Es decir, trata- remos de que tenga una aplicación práctica explicativa transpa- rente. y, en tercer lugar, intentaremos que los bloques de ejer- cicios sirvan a un doble propósito. Por un lado, que sirvan por sí mismos de repaso y sedimentación de conocimientos para quie- nes ya lleven tiempo trabajando con el lenguaje y los significados. y, por otro lado, que sirvan para introducir, casi a granel, temas más específicos que maticen los generales y les den pulso y valor metodológico. Se trata, en definitiva, alcanzar el punto que un lingüista «duro» podría aceptar como un buen punto de partida para cosas más complejas y un profesional, estudiante o estudioso aceptaría como práctico y explicativo. En cada capítulo habrá una breve exposición de contenidos que servirán para ir vertebrando el conjunto y para ir dando uni- dad temática a los ejercicios. Por su parte, los ejercicios serán de dos tipos. Habrá ejercicios de tipo test, donde hay que escoger opciones. Y habrá problemas, que se presentarán como tales y [--------------------~----~--~--------------~-
  • 4. 8 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 que exigirán un desarrollo. Con frecuencia se plantearán pregun- tas y problemas a propósito de textos, literarios o no, para hacer más visible el potencial de aplicación de los contenidos. .Espero q~e ~llibro resulte ~til a todos los que tienen que tra- bajar con análsis de textos, prmcipalmente profesores de secun- daria y profesores y estudiantes universitarios. El análisis de textos s~rvepara explicar racionalmente la reacción que los receptores tienen ante las cosas que oyen: por qué entienden lo que entien- den y por qué les afecta como les afecta (por qué les irrita una frase, por qué les persuade, por qué les distrae, ...). Ese es un tra- bajo que ~equiere una :aja de herramientas que vamos adquirien- ~o a medlda que estudiamos las disciplinas lingüísticas. La semán- trca pone parte de ese instrumental y quizá el lector se deje convencer en estas páginas de que se trata de una parte especial- mente fértil. Lógicamente espero también que resulte de utilidad este libro a estudiantes y profesores de lingüística o de filosofia que tengan que trabajar con contenidos semánticos. . No quiero dejar de mencionar que la idea y el impulso de es- cnbir este trabajo partieron de Victoria Escandell y Manuel Leo- netti, con q~lÍenes me había citad~ una tarde con otros propósi- ~os. En algun momento, cosas dispersas de aquí y de allá se J~ntaron en un punto y se les ocurrió la idea de que podía escri- bir este cuaderno. El lector sabrá al final si fue su culpa o su méri- to que tenga estas páginas en las manos. Yo me limito a agrade- cerles esta y otras complicidades *. , * En todo caso, este libroy sus materiales se elaboraron en el seno del proyecto PB98.(}7ü7 "Gramática o interpretación a la teoría de la relevancia». ,,' 1 MANERASDE REFERIRSE A LA REALIDAD:SIMBÓLICA FIGURADAE IMPLÍCITA1 ' ' 1.1. ICONOS, ÍNDICES y SÍMBOLOS La semántica estudia la parte del lenguaje donde sucede lo que nuestra intuición nos dice que es lo más genuino del lengua- je: es la parte donde se asocian las expresiones lingüísticas con los hechos y,objetos del mundo. Con nuestras palabras podemos re- ferirnos a las cosas del mundo yhacérselas llegar a nuestros inter- locutores. El lenguaje, sin embargo, no es la única forma de refe- rirse al mundo. .En el mundo animal no hay palabras ni nada parecido al lenguaje humano, pero sí comportamientos con los que se refieren a las cosas del mundo. Hay muchas especies que utilizan señales y que establecen algún tipo de comunicación, aunque su repertorio de señales no sea un lenguaje como el nues- tro. Ni siquiera un lenguaje en pequeño. Nosotros conservamos ese tipo de comportamientos. La risa, el llanto, el susto, los gestos de extrañeza, los gritos, ... son manifestaciones con las que nos re- ferimos al mundo y que, sin embargo, no son palabras. Lo especí- fico de las palabras no es el hecho referirse -al mundo y represen- tarlo, sino la manera en que lo hacen. Peirce señaló tres formas básicas de representar objetos o si- tuaciones del mundo: la icónica, la indéxica y la simbólica. La icó- nica se basa en la semejanza entre representante y representado, la indéxica se basa en la contigüidad de uno y otro, mientras que la simbólica se basa en una convención que asocia representante con representado. Se supone que estas tres formas de representa- ción se suceden históricamente, puesto que cada una requiere un soporte cognitivo más sofisticado que la anterior. La representación icónica es, por ejemplo, la que hace un di- bujo con respecto al objeto que representa. Su sencillez es profu- 1Ver Bibliografia, núms. 1,2, 6, 15 Y17.
  • 5. 10 , COMPENDIO YEJERCICIOS DE SEMÁNTICA I 1 [ MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 11 samente aprovechada en las interfaces de usuario de los progra- mas informáticos. Los iconos no son sustancialmente idénticos a las cosas que representan, pero sí son acontecimientos que, bajo ciertas condiciones, pueden experimentarse como si fueran idénti- cos a los objetos representados, como una repetición suya. Lo único que se necesita para manejar iconos es la capacidad de re- conocer una experiencia como idéntica a otra experiencia ante- rior. Los distintos sistemas perceptivos y los distintos soportes cog- nitivos que se dan en las distintas especies pueden hacer variar las condiciones bajo las cuales es posible que dos cosas que no son sustancialmente idénticas se puedan experimentar como si lo fue- ran y se puedan así asociar por semejanza. Por eso una foto puede ser un icono para nosotros, pero quizás no para una serpiente, que sí es capaz, sin embargo, de reconocer representaciones icó- nicas. La huellas que asociamos con el animal que las deja o el humo que asociamos con la proximidad del fuego son ejemplos de Índi- ces. En este caso la señal y el objeto representado son contiguos, forman una escena habitual en nuestra memoria. Los Índices se adquieren por condicionamiento clásico: a base de experimentar dos sucesosjuntos, la percepción de uno permite representar la proximidad del otro, siempre que tenga algún interés para el su- jeto el objeto representado; ninguna especie se sensibiliza con acontecimientos irrelevantes. La capacidad de realizar esta aso- ciación no requiere ningún tipo de conciencia ni conocimiento reflexivo sobre ella. Si entrenamos a un perro para que se siente cada vez que oye ventana, lo hará como respuesta condicionada. Cuando reacciona correctamente a la voz siéntate, lo hace con la misma inconsciencia. El hecho de que los Índices se adquieran por condicionamiento tiene dos consecuencias. Una es que el manejar ciertos Índices no ayuda a adquirir otros nuevos. Cada índice se adquiere por la experiencia repetida de su contigüidad con el objeto representado. La otra es que la relación entre el Ín- dice y el objeto representado se puede romper si nuestra expe- riencia con ellos cambia. Por ejemplo, a base de oler muchas ve- ces humo sin que haya fuego dejamos de asociar una cosa con la otra y el olor a humo dejará de ser indicio del fuego. Los símbolos que nos son más familiares son las palabras y ex- presiones lingüísticas, aunque obviamente hay muchos más. Tan- tos que muchos autores llaman a la nuestra la especie simbólica o se refieren a ella como chimpancés con símbolos. Hay símbolo siempre que la asociación entre señal y objeto representado se base en una convención. Una bandera o un himno son símbolos de las entidades a las que representan y lo son por pura conven- ción: no hay nada en la historia ni geografía de España que se pa- rezca al color amarillo ni al rojo que están en su bandera: La sim- bolización está vinculada a la existencia de un pensamiento consciente. Simbolizar un hecho mediante una señal supone re- procesar conscientemente los Índices que lo representan, romper la inmediatez con el objeto en cuestión y atrapar la idea de mane- ra que sea combinable con otras. El calor, la luz parpadeante o el humo pueden ser indicios de que hay fuego y puede cada uno por separado activar la conducta adecuada. El paso al pensamien- to simbólico consiste en coordinar esos indicios «darse cuenta» de lo que son y formar así una idea con la que determinar esa rea- lidadque es el fuego. Los símbolos no representan las cosas por- que ocurran a la vez que ellas. La idea que asociamos con él es lo que determina el objeto representado. Una idea así formada es ya combinable con otras en pensamientos complejos y, curiosamen- te, aleja el signo de la cosa representada. Simbolizar el fuego en una palabra supone que podamos representar ese hecho sin que esté cerca ni tengamos que reaccionar en consecuencia. A diferencia de los Índices, el disponer de símbolos favorece la adquisición de otros símbolos. Por ejemplo, para aprender lo que significa una nueva palabra no hace falta experimentar la concomitancia de su cuerpo sonoro con determinado objeto hasta que se produzca una asociación por condicionamiento. Cualquiera nos puede decir lo que significa y lo habremos en- tendido rápidamente. Además el símbolo no puede separarse de lo representado. Decíamos que si nos acostumbramos a oler humo sin que haya fuego dejará de ser para nosotros el uno Ín- dice del otro. Sin embargo, aunque descubramos que no exis- ten los centauros ni los unicornios, esas palabra seguirán simbo- lizando la misma cosa. Lógicamente, el que seamos una especie con lenguaje no quiere decir que hayamos perdido las otras maneras de referirse a la realidad (gestos, gritos, gruñidos, ...) yel que tengamos símbo- los no quiere decir que no podamos reconocer indicios e iconos. Lo que ocurre es que todas esas formas de representación las ha- cemos también con las palabras. Todo lo que sabemos hacer para comunicarnos y para representar la realidad lo sabemos hacer con el lenguaje. Las palabras son de suyo símbolos. Pero una ·1 l··· I l' I L- ~ ~ ~ _
  • 6. 12 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I MANERAS DE REFERIRSE A lA REALIDAD 13 mente simbólica es capaz de simbolizar algo y hacer que esa sim- bolización sea un indicio de otra cosa. O puede utilizar un símbo- lo como icono de otra cosa distinta de la qué simboliza. Por eso las palabras pueden referirse a ~ distintas de las que determi- .na su significado cuando se utilizan como iconos o como índices. El simbolizar algo para referirse icónica o indéxicamente a otra cosa está directamente relacionado con el llamado lenguaje figu- rado, aunque no se reduce a ello. Volveremos enseguida a este punto. .I Es información intencional. Si decimos que la frase del ejem- plo implícitamente quiere decir que se cierre la ventana, esta- mos diciendo con ello que el emisor la dijo con la intención de que se cerrara la ventana . .lEs información inferida y contextual, no semántica. Si el emi- sor dice que hace mucho frío, nosotros sólo podemos enten- der que quiere cerrar la ventana por el contexto. Sus palabras no significan-nada que tenga que ver con ventanas ni con ce- rrar. Lo implícito es algo que deducimos conjuntamente del contexto y de las palabras. Inversamente, la única forma de decir implícitamente que hace frío es utilizar palabras que no signifiquen precisamente eso. Con la frase hace frío, estamos diciendo explícitamente, que hace frío. Sin embargo, con una frase corno ponte abrigo y guantes, dicha a alguien que se dispo- ne a salir a la calle, se le comunica que hace frío pero esta vez implícitamente . .I Es una información mediata. La información implícita nunca es lo primero que se forma en nuestra mente. Si decimos hace mucho fria, la primera idea que ocupa nuestra mente es la de que hace mucho frío y después, dadas las circunstancias, dedu- cimos que la intención de colocar en nuestra mente esa idea es que cerremos la ventana. Si no captamos la información ex- plícita, se bloquea la inferencia que debía llevamos a la implí- cita. .I Nunca es una concreción de la información explícita. Pense- mos en la frase eso vale quince mil pesetas. Por el contexto, .pode- mos saber que el emisor se refiere a que los cuatro libros que tenemos en las manos valen ese dinero. El contexto nos dice que lo'que «realmente» dicen sus palabras es que esos cuatro li- bros valen quince mil pesetas, que es una especificación o concre- ción de la frase inicial. No es esto lo que llamamos implícito. Podría suceder que estuviéramos tratando de salir de una li- brería sin pagar esos libros y el librero nos dijera la frase del ejemplo para amonestarnos y advertirn?s. Esa advertencia o mandato de que paguemos sí es implícita y como tal no es una especificación del significado de la frase emitida. .I Es una información que se añade a la explícita, pero ni la co- rrige ni-la niega. Puede ser que al decir hace mucho fria lo que realmente queramos es pedir que se cierre la ventana. Pero eso no quiere decir que no haga mucho frío. La petición de que se Cierre la ventana es una información más importante, pero seguimos sintiendo que el emisor tiene por verdadero que hace mucho frío. No debe confundirse con lo que sucede en los usos figurados. 1.2. EXPLÍCITO E IMPLÍCITO Cualquier hablante tiene la intuición de que muchas veces con las palabras queremos decir más cosas de lo que significan. Pensemos en la frase: hace mucho fria. Si decimos esto en una sala con la ventana abierta, nuestro interlocutor entenderá que le es- tamos pidiendo que cierre las ventanas. Si se lo decimos a un niño de cinco años que está en manga corta, entenderá que le es- tamos mandando poner alguna prenda de abrigo. Si se lo deci- mos a alguien que nos acaba de preguntar si queremos dar un pa- seo, entenderá que no queremos dar ese paseo. La frase significa siempre lo mismo, lo que quiere decir que la información explíci- ta no cambia. Lo que cambia es lo que solemos llamar su infor- mación implícita: explícitamente decimos que hace frío para que implícitamente se entienda que hay que cerrar la ventana, poner- se un abrigo o que no queremos salir de casa. La información im- plícita tiene las siguientes características: . Como es lógico, son mecanismos semánticos todos los que permiten obtener la información explícita y lo que la especifique. Los mecanismos por los que se infiere la información implícita son ya mecanismos pragmáticos. La significación, es decir, la re- presentación semántica, se refiere a la información simbólica co- dificada.
  • 7. 14 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 15 1.3. REPRESENTACIONES LÓGICAS Y REPRESENTACIONES DÉBILES Lo que comunicamos con nuestras palabras (y con cualquier otro procedimiento) son representaciones cognitivas. Una repre- sentación cognitiva es un patrón que se activa en nuestra mente y que representa algo del mundo exterior o interior. Las represen- taciones fuertes tienen estructura lógica y admiten ser tratadas como objetos de naturaleza lógica. Pero también forman parte del fenómeno comunicativo las representaciones débiles. En es- tos casos los patrones se activan débilmente y no llegan a formar una estructura lógica, pero sejuntan varios a la vez para dar lugar a una experiencia cognitiva lo bastante prominente como para ser comunicada. Tales representaciones débiles son lo que identi- ficamos como impresiones, emociones, insinuaciones poco es- tructuradas, ... Es el tipo de comunicación que se establece con un video-clip, En un anuncio de Coca-Cola, por ejemplo, ni se puede' precisar el número de proposiciones «<pensamientos») que se transmite, ni se transmite nada que sea en sí mismo refuta- ble o negable. Con el lenguaje continuamente creamos y comuni- camos estados emocionales o pensamientos imprecisos y no es- tructurados. Pero estamos viendo que nuestras palabras comunican cosas por lo que significan y también por lo que se puede inferir de ellas. Debemos recordar que sólo se pueden codificar representa- ciones con estructura lógica. La semántica nunca opera con re- presentaciones débiles, porque el propio mecanismo de la codifi- cación lo impide. Sólo se pueden comunicar representaciones débiles inferencialmente. Así pues, a partir de las'palabras dichas se pueden actualizar inferencialmente representaciones lógicas y representaciones débiles, pero sólo se pueden codificar represen- taciones con estructura lógica. Siempre que una palabra o' con- junto de palabras comuniquen supuestos débiles, tales supuestos se deducirán de esas palabras, nunca serán su significado. cierto punto lo que nos interesa destacar aquí. Por eso, en vez de pensar en usos figurados podemos pensar en usos no literales, es decir, en expresiones en que la información explícita no es lo que significan las palabras. Los usos creativos del lenguaje son casos de este tipo más elaborados de lo normal. Es importante captar que las necesidades ordinarias de comunicación obligan a los usos no literales y que los sentidos figurados no son fenómenos que aparezca cuando algún hablante hace algún esfuerzo estético particular. Yaseñalamos en 1.1.que una mente capaz de manejar símbo- los tiene que ser capaz de manejar también índices e iconos. Y apuntamos que esa mente es también capaz de emplear icónica o indéxicamente a los propios símbolos. Esto quiere decir lo si- guiente. Un símbolo se refiere a ciertos objetos del mundo en vir- tud de la idea con la que convencionalmente se asocia. Los obje- tos a los que podemos referirnos con el símbolo en cuestión son aquellos 'que puedan entenderse como determinados por esa idea. Ningún símbolo deja nunca de ser portador de la idea con la que se asocia. Pero a veces el emisor no quiere que el receptor represente un objeto determinado por el significado del símbolo, sino que lo que determine ese objeto sea algún tipo de semejanza (asociación icónica) con algún componente del símbolo utiliza- do. Naturalmente, la semejanza siempre se da entre aspectos con- cretos de las cosas. Si decimos que dos personas son parecidas, puede ser que se parezcan en el carácter, en sus cualidades fisicas, en su rostro, en su manera de jugar al fútbol, ... De la misma ma- nera, las semejanzas que pueden aprovecharse para que un sím- bolo se asocie con un objeto pueden ser variadas: Teniendo a la vista lo dicho en 1.1 y 1.2 es más fácil entender lo que son los usos figurados. Los usos figurados solemos asociar- los a usos creativos del lenguaje y esta asociación oscurece hasta ,/ En símbolos como las palabras hay sonidos y esa puede ser una fuente de semejanzas: onomatopeyas, estilo directo, meta- lenguaje (por ejemplo, eme simboliza el fonema Im/), eco (cuando introducimos en nuestros enunciados palabras de otros), ... La referencia de las palabras no depende aquí de lo que significan sino del parecido que tengan sus sonidos con otros sonidos. ,/ Las palabras se asocian convencionalmente con ideas (signifi- cados). El hablante concibe en su mente una idea y la quiere poner en la mente de su receptor (con el propósito que sea), para lo cual busca la cadena de palabras cuyo significado se asemeje suficientemente a esa idea que concibió. Aquí hay 1.4. SENTIDOS LITERALES, SENTIDOS NO LITERALES Y SENTIDOS IMPLÍCITOS
  • 8. 16 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I otro punto de semejanza que puede afectar-al uso de las pala- bras. A veces el hablante puede codificar con sus palabras una idea que no es la idea que él concibió, pero que la puede re- presentar por semejanza. Por ejemplo, cuando decimos de ~l- guien que lo sabe todo, absolutamente todo, es evidente que la idea codificada por la frase no se corresponde con la que no- sotros concebimos en nuestra mente (realmente nosotros no creemos que alguien pueda saberlo todo), pero retiene una semejanza con nuestro pensamiento (que alguien abruma con sus conocimientos). Las metáforas se basan también en la semejanza entre idea codificada e idea pensada. - . ./ También puede suceder que la idea que codifiquen las pala- bras no intente representar ninguna idea concebida por el emisor, sino por otro u otros sujetos, determinados o no. En el caso de la ironía, por ejemplo, hay que buscar una semejanza o identidad entre la idea codificada y el pensamiento de al- guien que no es el emisor (aunque el emisor esté expresando así cierta actitud con respecto a ese alguien). Utilizaremos los términos de Sperber-Wilson de descripción e interpretación para distinguir las maneras en que el símbolo pu~de referirse a su objeto. Si tuviéramos que hacer entender a alguien que Juan está jugando al tenis, podemos describirle el hecho di- ciendo que está jugando al tenis. O podemos interpretarle la situa- ción haciendo con nuestros brazos los gestos característicos del tenis. Cuando el significado del símbolo es lo que determina el objeto al.que se refiere, diremos que el símbolo describe a su obje- to. Cuando representa al objeto por semejanza con alguno de los componentes que intervienen en la simbolización, diremos que se está haciendo un uso interpretativo del signo. Debemos evitar cualquier confusión entre los sentidos no lite- rales y los sentidos implícitos. Hay un sentido implícito, por ejem- plo, en hace mucho frío cuando con esa frase intentamos que cie- rren la ventana. Pero el implícito no anula el significado literal de los signos emitidos. El sentido implícito o implicatura es un con- tenido añadido (y más relevante) que el contenido semántica de las palabras, pero este se incorpora inalterable al conjunto de da- tos comunicados; hace mucho frío sigue comunicando, entre otras cosas, que literalmente hace mucho frío. Precisamente los senti- dos no literales se llaman así porque el significado de las palabras no forma parte de lo que se comunica. Cuando decimos que una , " MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD 17 persona es dura como una roca, estamos codificando esa idea, pero no es lo que queremos comunicar: no pretendemos que nuestro interlocutor piense de verdad que alguien es como una roca, que es lo que dicen nuestras palabras. El sentido no literal supone modificar el significado de las palabras, es decir, asumir que el sig- nificado de las palabras no es la información explícita que quiere decir el emisor. 1.5. SÍMBOLOS E ÍNDICES De la misma manera que una mente simbólica es capaz de concebir asociaciones icónicas con los símbolos, también es capaz de añadir a las representaciones simbólicas otros valores añadidos como índice. Desde el punto de vista de la teoría de la comunica- ción hay.una diferencia sutil pero relevante. Las referencias que hace un símbolo por semejanza normalmente las hará por inten- ción expresa del sujeto emisor. Es difícil que una ironía, una me- táfora o una reproducción literal de palabras de otro se hagan sin querer. Sin embargo, nuestras palabras pueden ser indicios de muchas cosas distintas de las que significan, al margen de nuestra voluntad consciente. Podemos contar una anécdota de vacacio- nes y dejar indicios de que tenemos mucho dinero, o de que esta- mos divorciados o de que tenemos problemas de salud. Puede que no haya ninguna palabra, combinación de palabras ni senti- do implícito que tenga que ver con eso. Nuestras palabras signifi- can lo que significan, pero además nos delatan como hablantes de tal zona, o como personas conservadoras, o dejan ver nuestra tristeza o nuestro enfado. Como decimos, a veces el hablante con- trola intencionalmente el proceso y dice unas cosas para dejar in- dicios de otras distintas, pero otras muchas veces no sucede esto. Es fácil' que las palabras del emisor indiquen que es del norte o que fue sacerdote sin que el emisor haya pretendido consciente- mente referirse a tales cosas.
  • 9. 2 EJERCICIOS 1. Un paciente le dice al médico: me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. El médico detecta el problema por esta descripción. ¿Tienen valor simbólico esas palabras? a) Sí. El médico no puede interpretar esas palabras más que por el significado que tienen y ese valor simbólico es el que le hace entender la enfermedad del paciente. b) El médico las interpreta como símbolos, por lo que signi- fican, pero también como índices de la enfermedad del paciente. e) Las palabras tienen un valor simbólico y además indican implícitamente la enfermedad del paciente. 2. En la oficinaJuan le dice a Pedro: no te vi ayer aquí en toda la ma- ñana. Pedro responde: me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. ¿Tienen aquí el mismo valor simbólico que antes estas palabras? a) Sí, porque significan lo mismo. b) Sí, significan 10 mismo, aunque esas palabras son indicio de cosas distintas a las del ejemplo anterior. e) Sí, significan lo mismo, pero aquí añaden información implícita. 3. Sigamos con la situación anterior. Tras la respuesta de Pedro, Juan repite sus palabras, imitando su voz en tono burlón y teatral: (ah) , me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. ¿Qué simbolizan ahora estas mismas palabras? a) Simbolizan lo mismo, pero ahora además de lo que sim- bolizan son un índice de que el emisor no se cree lajusti- ficación de su interlocutor. b) Se trata de un uso no literal: el significado de las palabras no forma parte de lo que realmente te comunica. e) Las palabras no tienen aquí valor simbólico. Se refieren icónicamente a las palabras del oficinista. MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD. EJERCICIOS Í9 4. Una persona con aspecto perfectamente saludable y sin nin- gún tipo de padecimiento dice al médico estar muy preocu- pada. Añade con angustia: me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. El médico cree que son imaginaciones del paciente. ¿Tienen estas palabras su valor simbólico habitual? a) Sí, porque tienen el significado habitual, pero aquí son también índices de la aprerisión del emisor. b) Sí, pero aquí, además de su valor simbólico, indican im- plícitamente que el emisor es muy aprensivo. c) No. Hay que suponer que el aprensivo emisor está imitan- do icónicamente a un enfermo auténtico. 5. Consideremos este diálogo: -¿ Te iJ,ijeronya lo que costaba la ave- ría? -(Sí). Me levanté pálido, con fiebre y con náuseas. ¿Tiene el valor simbólico normal esta última frase? a) sí, pero tiene añadida la información implícita de que la avería fue muy costosa. b) Hay información implícita y además no tiene el valor sim- bólico normal, porque no se usan literalmente las palabras. c) Sí, pero además las palabras son índices de cómo se vio afectado el emisor por la noticia. 6. Observa este diálogo de Valle-Inclán: EL MARQuÉs.- Yo no cambio mi bautismo de cristiano por la sonrisa de un cínico griego. Yo espero ser eterno por mis pecados. RUBÉN.- ¡Admirable! ¿Qué tipo de supuesto comunica la respuesta de Rubén? a) Nada concreto. La.respuesta es incongruente con respec- to a la pregunta. b) Comunica principalmente implicaturas, porque dominan en la interpretación los procesos inferenciales. e) Comunica principalmente representaciones débiles. 7. Observa el sig.uiente fragmento de Borges y señala si hay pa- labras que se utilicen interpretativamente: De golpe hay un silencio total, sólo ignorado por la desatinada voz del borracho. Ha entrado un mejicano más que fornido, con cara de india vieja. Abunda en un desaforado sombrero y en dos pistolas
  • 10. 20 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 laterales. En duro inglés desea las buenas noches .a todos los gringos hijos de perra que están bebiendo. Nadie recoge el desafio. 8. Haz la misma comprobación en este pasaje de Clarín: . -¿Cómo se llama usted? -preguntó el catedrático, que usaba anteo- jos de cristal ahumado y bigotes de medio punto, erizados, de un castaño claro . .Una voz que temblaba como la hoja en el árbol respondió en el fondo del aula, desde el banco más alto, cerca del techo: -Zurita, para servir a usted. -Ese es el apellido; yo pregunto por el nombre. -Hubo un momento de silencio. La cátedra, que se aburría con los ordinarios preliminares de Sl1 tarea,vio un elemento dramático, probablemente cómico, en aquel diálogo que provocaba el profesor con un desconocido que tenía voz de niño llorón. Zurita tardaba en contestar. -¿No sabe usted cómo se llama? -gritó el catedrático, buscando al estudiante tímido con aquel par de agujeros negros que tenía en el rostro. -Aquiles Zurita. Carcajada general, prolongada con el santo propósito de moles- tar al paciente y alterar el orden. -¿Aquiles ha dicho usted? -Sí... señor -respondió la voz de arriba, con señales de arrepen- timiento en el tono. -¿Es usted el hijo de Peleo? -preguntó muy serio el profesor. - No, señor -contestó el estudiante cuando se lo permitió la al- gazara que produjo la gracia del maestro. Y sonriendo, como bur- lándose de sí mismo, de su nombre y hasta de su señor 'padre, aña- dió con rostro de jovialidad lastimosa-: Mi padre era alcarreño . .Nuevo estrépito, carcajadas, gritos, patadas en los bancos, boli- tas de papel que buscan, en gracioso giro por el espacio, las narices del hijo de Peleo. 9. Fíjate en esta secuencia: tengoyo una paciente que tiene la misma manía. Si no conociéramos de nada al emisor, supondríamos que es médico. ¿De qué manera la frase manifiesta ese dato: simbólicamente, implícitamente o mediante algún índice? 10. El ejercicio anterior tiene una respuesta basada en la suposi- ciónmás habitual. Trata de buscar contextos donde sean co- '.. ' rrectas las dos posibilidades que hayas rechazado. ~T ,1 It ¡ I) • i ·1 MANERAS DE REFERIRSE A LA REALIDAD. EJERCICIOS 21 11. «No le comprendéis, ha vivido vidas muy difíciles y necesita apoyo en esta». Señala qué valor tienen estas palabras como índices. 12. Observa este diálogo: -¿En qué trabajas? -No, yo estoy casada. Señala qué información implícita se da en la respuesta y de qué otros datos es índice esa misma respuesta. 13. ¿Comunica supuestos débiles esta secuencia?: La visión política de una mujer. ¿Qué puedo decir? 14. Lee el siguiente párrafo de J. Rulfo. Señala:tres casos de uso figurado. " -Por cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar muy triste. Usted que va para allá se dará cuenta. Yo diría que es el lugar donde anida la tristeza. Donde no se' conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara. Y usted, si quiere, puede ver esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la revuelve, pero no se la lleva nunca. Está allí como si allá hubiera nacido. Y hasta se puede probar y sentir, porque está siempre encima de uno, apretada contra uno, y porque es oprimente como una gran cata- , plasma sobre la carne viva del corazón. 15. Después de leer el texto anterior sabrás que el receptor se di- rige a un pueblo llamado Luvina y que el emisor ya vivió allí. Di si el texto transmite uno y otro dato como símbolo o como índice.
  • 11. 3 SEMÁNTICALÉXICA.VARIACIONESSOBRE EL SIGNIFICADO2 3.1. SEMÁNTICA LÉXICA, PALABRAS Y SIGNIFICADOS La semántica es una parte de la lingüística debido a que las pa- labras son primariamente y antes que otras cosas símbolos. Esto quiere decir que: a) las palabras se refieren a las cosas del mundo; b) las palabras originan un cierto tipo de representación cognitiva igrosso modo, «idea») y esa representación .deterrnina la cosa del mundo a la que se refiere; y c) las palabras se asocian con esa re- presentación mental en virtud de una convención socialmente es- tablecida. Todo esto quiere decir que las palabras tienen un signi- ficado y que, en virtud de ese significado, se pueden referir a las cosas que pasan. En realidad, no sólo las palabras, sino también las combinaciones de palabras. Cualquier trozo de discurso lingüísti- co significa algo y tiene, por tanto, propiedades semánticas. Decir que las palabras son sobre todo símbolos es recordar que normal- mente el significado es lo que hay que saber para entender qué dice una palabra. Usar una palabra como icono o como índice,de manera que su interpretación no descanse en la idea con la que se asocia, no es la manera primaria de usar las palabras. La semántica léxica es la semántica de la palabra, frente a la semántica cornbinatoria que estudia los significados de las se- cuencias más complejas, en que se combinan dos o más palabras. Por supuesto esta es una diferencia puramente expositiva que se hace sólo porque no se puede hablar de todo a la vez. En su mo- mento hablaremos de argumento y estructuras argumentales y será fácil comprobar que una semánticaléxica exhaustiva debería incluir todo lo que se necesita saber para combinar palabras den- tro de patrones gramaticales. Es interesante empezar la semántica por la semántica léxica porque nos permite acceder más fácil- 2 Ver Bibliografía, núms. 1,3,7,8,12,13 Y16: SEMÁNTICA LÉXICA 23 mente a las nociones más básicas. Por ejemplo, una semántica siempre tendrá que hablar del significado, antes o después. Pero será más fácil hablar del significado a propósito de las unidades más simples que lo tienen (las palabras) que no a partir de estruc- turas más complejas. Empezaremos entonces por aquí. 3.2. SIGNIFICADO, REFERENCIA Y ÁMBITO REFERENCIAL Muchos autores señalan de muchas maneras distintas que cada vez que se dice una palabras hay tres cosas distintas. Por un lado, la expresión de la palabra; por otro, el concepto con el que se asocia; y por otro la cosa a la que se refiere. Está claro que cuando decimos manzana hay algo que se oye (expresión), hay un concepto de manzana (significado) y hay una cosa que es una manzana (referencia). Habremos oído esta palabra muchas veces y sin duda' cada vez se refería a una manzana distinta. Las referen- cias son muchas y cambian de un uso a otro. El significado, sin embargo, es constante: la idea de manzana es siempre la misma. Además las propiedades del significado y de la referencia son dis- tintas: la manzana referida por la palabra en cuestión se puede pelar y comer; la idea de manzana, no. El valor semántica de una palabra podemos pensarlo como el conjunto de objetos o situaciones a los que se puede referir. En el caso de la palabra manzana, conocer el valor de esa palabra con- siste en conocer la clase objetos a los que podemos referirnos con ella. Llamaremos a esta clase ámbito referencial. El ámbito re- ferencial es el conjunto de objetos que podrían ser referencia de una palabra en algún uso. El ámbito referencial y el significado se refieren a lo mismo, el primero en términos extensionales y el se- gundo en términos intensionales: el ámbito referencial es una clase de objetos y el significado es la propiedad que comparten esos objetos, la idea o representación mental que tenemos de ellos. Obsérvese que las palabras pueden usarse para referirse a alguno de los objetos del ámbito referencial, por ejemplo, para referirse a una manzana en particular. Pueden usarse también para señalar la propiedad o idea a la que responden esos objetos, pero sin referirse a ningún objeto. Si digo, por ejemplo, que tal cosa es una manzana, debe entenderse que 'manzana' es una pro- piedad; como si hubiera dicho que tal cosa tiene la cualidad de manzana o pertenece a la clase de las manzanas. Ypueden utili-
  • 12. 24 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I zarse también para referirse a un cierto rango de los elementos de la clase considerada; esto es, pueden referirse a la clase, pero cuantificada. Es el caso si digo que algunas manzanas sori amari- llas. En síntesis, una palabra puede utilizarse para manifestar una clase (o propiedad), o bien esa misma claseinstanciada ('ejempli- ficada') en un individuo (referencia a un objeto particular) o ran- go de individuos (clase cuantificada). Como iremos viendo, en el primer caso la palabra introduce predicados lógicos (propieda- des de las cosas) y en el segundo introduce argumentos. La dife- rencia entre unos casos y otros es gramatical y contextual.Una pa- labra como manzana designará una propiedad, un objeto o 'un rango de objetos dependiendo del contexto y dependiendo de su caracterización gramatical (por ejemplo, con un artículo de ter- minado y en singular designará normalmente un objeto particu- lar). Más adelante será el momento de precisar más esto. Aquí sólo debemos decir que, elementos gramaticales y contextuales aparte, una palabra tiene por significado natural una propiedad y se asocia, por tanto, con clases de elementos. Todo lo que se codi- fica tiene que ser necesariamente una agrupación de objetos. Se puede aludir a un objeto particular o a un suceso, pero para una cosa y otra necesitamos' combinar palabras. Lo que define el dic- cionario siempre son propiedades. 3.3. COMPONENTES SEMÁNTICOS O SEMAS Normalmente se presentan los significados como entidades conceptuales compuestas de otras entidades. Se dice entonces que la idea de 'mesa' atrapada en la palabra correspondiente se puede entender como compuesta por otras ideas como 'mueble', 'con patas', 'con tablero', ... Estos conceptos en que podemos despiezar los significados reciben el nombre de semas o compo- nentes semánticos. Podemos aceptar la idea de que los'significa- dos son unidades complejas de tres maneras: ./ Recurriendo a nuestra intuición de hablantes. Si tuviéramos que explicar a un extranjero qué significa en español trigo, in- tuitivamente lo que haríamos sería coleccionar detalles 'que poco a poco fueran completando la idea ('plaritas', 'que nacen en grandes campos', 'amarillas cuando se siegan', 'tienen gra- no', ...). Con mejor o peor fortuna, imaginaríamos' trigo' como t__ -,-- ¡, r I1 ¡ ¡ ¡ I J. SEMÁNTICA LÉXICA 25 una idea que hay que partir en ideas más evidentes para que otro pueda concebida. . ./ La asociación de palabras. Es evidente hay parecidos y diferen- cias en el significado de las palabras. Si tomamos una serie como húmedo, encharcado, empapado, rociado, regado, impregnado, podemos ver que no son palabras sinónimas, ni de significado totalmente diferente. Algo hay en su significado que permite asociarlas y algo hay que hace de cada una de ellas un matiz di- ferente del que marcan las otras. No podríamos tener esa sen- sación si no fuera porque Ios significados tienen piezas en las que pueden coincidir y por las que pueden diferenciarse. ./ Nuestra forma espontánea de hablar. Al introducir una pala- bra en un texto, quedan en ese texto introducidos los semas de su significado, de manera que podemos tratados en él como unidades sobreentendidas. Si decimos a alguien que compr;;tmos una silla, no sería extraño que nos preguntara si .las pa~s son cuadradas o torneadas. Aunque nadie había ha- blado de patas, se menciona este detalle con un artículo, como si ya se hubiera hablado de él. Son naturales secuencias como no será sal, pero desde luego es granuloso, donde el emisor acredita que concibe la propiedad 'sal' como algo que contie- ne, en algún sentido, la propiedad 'granuloso' (yotras). Es importante tener en cuenta el carácter complejo de los sig- nificados, porque en los textos y en el uso real las unidades de contenido que estructuran los bloques informativos, las que son susceptibles de reiteración, énfasis y matización o, en fin, las que son susceptibles de ser contradichas son precisamente los semas. Normalmente las palabras no se refuerzan unas a otras en sus sig- .nificados completos, sino en sus implicaciones comunes (los se- mas no dejan de ser implicaciones de los significados; 'animal' es un sema de 'perro' en la medida en que la idea de perro implica la de animal). Haga~os un pequeño apunte sobre esto. 3.4. IMPLICACIONES y SEMAS Debemos ser algo más precisos en la afirmación del carácter complejo del significado. Decir que un significante se compone de fonemas es fácil de entender literalmente: el significan te es más largo que los fonemas y podemos trocear (físicamente) el sig-
  • 13. 26 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICAI nificante en sílabas o sonidos. Decir que un significado se compo- ne de semas es algo más dificil de sostener literalmente. El signifi- cado no es más «largo» que los senias, por lo que los semas no pu.eden ser l~teralmente trozos del significado. Un significante es mas complejo que un fonema, pero no se ve en qué sentido se puede decir que la idea de 'perro' es más compleja que la de 'ani- mal', que es sema suyo. Como decimos, no podemos tomar en un sentido literal esta manera de presentar los hechos. Materialmen- te, un significado es una representación mental, es decir,una cierta actividad que sucede en nuestro cerebro que representa una i~~a determina~a. El significad,o de una palabra es el patrón cogrunvo que se activa cuando la Olmos. Si entrar en detalles in- necesarios, la activación de un patrón consiste en la activación de las unidades de procesamiento que lo integran y esas unidades mantienen ciertas conexiones con otras. La activación de un pa- trón supone la activación de otros patrones y la inhibición de otros, según las conexiones que se den entre ellos. Este hecho de que unos patrones activen otros es lo que recogemos en el len- guaje corriente diciendo que unas cosas «evocan» otras. La idea de animal es componente de la idea de perro en la medida en que esta evoca a aquella. No tiene mayor importancia si 'perro' es una :epresentación cognitiva más o menos compleja (es decir, una idea más o menos «difícil») que 'animal'. La cuestión es que cuando se activa la primera también se activa (en menor grado) la segunda y eso es lo que hace componente a esta segunda. Pues- to que se trata de unidades con propiedades lógicas, podemos re- coger este hecho formalmente diciendo que una implica a la otra: si un objeto es perro, ha de ser también animal El hecho de que esta segunda sea una implicación de la primera la hace com- P?nente s.uyo..Los semas de un significado son entonces las pro- piedades implicadas (o evocadas) por ese significado: los semas de 'perro' son las ideas en las que pensamos más débilmente cuando pensamos la idea 'perro'. 3.5. CAMpos SEMÁNTICOS Las palabras y sus significados no forman, sin más, una lista d?nde cada elemento se limita a ser distinto de los demás. Los sig- mficados pueden diferenciarse y coincidir parcialmente, por 1<11 que establecen ciertas asociaciones que dan lugar a una estructura I,¡ ¡ ~ 1 t li. J~I SEMÁNTICA LÉXICA 27 de términos más que a una lista. Todos percibimos un aire de fami- lia en la serie citada en 3.3, húmedo, encharcado, empapado, rociado, re- gado, impregnado, mientras que en la serie chincheta, tintero, alcalde, verde no vemos ningún tipo de asociación. Llamamos campos se- mánticos a los significados,que tienen en común un sema genérico. La serie húmedo, encharcado, ... forma un campo. También lo for- man perro, gato, vaca, ... En estos casos sucede que los significado,s tienen un sema en común, es decir, comparten una idea y además ese sema es genérico. La idea de perro y la de gato comparten la propiedad de ser animales y podríamos decir que la clase 'animal' es el género al que pertenecen (es correcto decir que perros y ga- tos son animales). Las propiedades de húmedo, empapado, rega- do, ... comparten la idea de que se trata de objetos o sitios sobre los que se distribuyó agua de alguna manera. También esta idea es un sema genérico, porque también es cierto que regar, rociar o em- papar son maneras de distribuir agua en cuerpos o espacios. Com- párese, por ejemplo, con series como ablución, abad, escapulario, cris- tianismo, confesional, monasterio, ... Los significados de estas palabras comparten la idea de 'religión', pero no forman un campo semán- tico porque la religión no es el género de esas propiedades: no po- demos decir que los escapularios, las abluciones o los monasterios sean especies de religión; sí lo serían en todo caso 'cristianismo', 'taoísmo', etc. Digamos que los significados que componen un campo deben ser especificaciones de una idea común (como 'pe- rro' y 'gato' son concreciones de 'animal'). 3.6. RELACIONES SEMÁNTICAS El interés de tener en mente la estructura de los c,ampos se- mánticos es que en su interior se establecen las relaciones semán- ticas. Dos palabras pueden establecer una relación semántica si sus significados coinciden en el sema genérico, es decir, si perte- necen al mismo campo semántica. Las relaciones semánticas son asociaciones que los hablante s hacen con los significados de las palabras. Las más importantes que podemos mencionar son la an- tonimia, la sinonimia y la hiperonimia. Antonimia. Es la relación que establecen palabras que parecen ser una la negación de la otra. Los significados antónimos son normalmente contrarios o contradictorios. Una y otra noción ad-
  • 14. 28 ¡ i I I COMPENDIO YEJERCICIOS DE SEMÁNTICA I miten ser pensadas en términos de enunciados o en términos de clase~.Son contradictorias las.p~opie?ades que no pueden ser si- multaneamente verdaderas ni sImultaneamente falsas del mismo objeto. Es el caso de muerto y vivo; ninguno de mis parientes pue- de ,es~r. vivo.y muerto a la vez, pero tampoco puede ser que no este m ViVO m muerto (al menos legalmente). En términos de cla- ses, las clases contradictorias o complementarias tienen un pro- ducto nulo, porque no hay elementos comunes a las dos clases y una suma exhaustiva, porque no puede haber elementos que ~o per~enez:an a una de las dos clases. Según esto, mis parientes vivos y. mis parientes =»:tienen que s~r inevitablemente todos mis pa- nentes. Las propiedades contranas no pueden ser simultánea- mente verdaderas del mismo objeto, pero sí simultáneamente fal- sas. Por consiguie~te, dicho en términos de clases, el producto de dos clas~s contranas es nulo pero su suma no es exhaustiva. Así, alto y bala r;t~pueden ser ciertas del mismo individuo pero sí fál- sas: u~ individuo no. puede ser ~ la vez alto y bajo, pero sí puede ocurnr que no sea ru una cosa m otra. Por tanto, la clase de los al- tos y la de los bajos no tienen elementos en común y su suma no lo agota todo: los altos más los bajos no son todos. En realidad los antónimos son siempre términos contradicto- r~oso bien términos contrarios que se portan como contradicto- nos, porque su suma se entiende en la mayoría de los contextos como exhaustiva. Sólo si se cumple esta condición los contrarios son a,:tó~imos. Po~ eje:nplo, es cierto que hay gente que no es alta ni baja, Vero SIdecimos de un determinado deporte que lo pued:n practicar los altos y los bajos, se entiende que lo puede p~~ctIcar todo el.mun~o, no que los medianos no puedan. Tam- bién son contranos calzente yfrío, pero si nos dicen que la tortilla de patata se puede comer caliente o fría, no entendemos que no se pueda comer templada, sino que 'caliente' más 'frío' equivale a todas las temperaturas. " Se suelen citar también como antónimas las palabras inversas. Dos relaciones son inversas si se establecen entre los mismos pa- res de elementos, pero con la posición de dominio y codominio trocada. Es el caso de pares como tío - sobrino, ir - venir o comprar- vender. La propiedad 'tío' es una condición que puede tener una p.ersona con respecto a otra. Si formamos todos los pares así rela- clO,nad:,sy formamos d~spués l~s pares correspondientes a 'sobri- no , evídentemenre seran los mismos pares con la posición de los elementos cambiada. SEMÁNTICA LÉXICA 29, Sinonimia. La sinonimia es la coincidencia de dos expresiones distintas con un mismo significado. Es el caso de acabary terminar. No tiene demasiado interés teórico la cuestión de si hay verdade- ros sinónimos y,en ese caso, si se trata de un fenómeno excepcio- nal. Lo que sí es seguro es que hay grados de semejanza semánti- ca. Dos palabras son tanto más parecidas cuantos más contextos haya en que puedan alternar sin cambiar el sentido de la frase. Palabras como dar y proporcionar se parecen bastante porque po- demos elegir entre las dos muchas veces sin que cambie nada. Ha- blar de sinonimia nos permite pensar en el caso perfecto en que dos palabras podrían intercambiarse en cualquier contexto ima- ginable, de manera que pensando en el caso límite podemos refe- rirnos con conocimiento a los casos aproximados, como cuando hablamos en geometría de una circunferencia perfecta que segu- ramente no se da en la vida real. La sinonimia no debe confundirse con una relación segura- mente más interesante (aunque no es estrictamente semántica) que es la correferencialidad. Dos expresiones son correferentes si tienen la misma referencia, esto es, si designan el mismo objeto. Por ejemplo, las expresiones Presidente del PPy Presidente del Gobier- no designan en 2001 a la misma persona, pero no son sinónimas. En cada contexto y en cada texto se tejen unas relaciones que continuamente establecen correferencialidades donde no las ha- bía que desaparecerán en cualquier otro texto. l, . Hiperonimia. Es la relación de inclusión. Si el ámbito referencial de una palabra incluye al ámbito de otra palabra, decimos que la primera es hiperónima de la segunda y que la segunda es hipónima 'de la primera. Pensando en términos de enunciados, en vez de cla- ses, la hiperonimia es una relación de implicación: el hipónimo im- plica a su hiperónimo, tener perros implica tener animales. 3.7. RELACIONES SEMÁNTlCAS y USO REAL DE LAS PALABRAS Cuando hablamos de estructuras lingüísticas en fonología o en gramática, estamos hablando de unos complejos que nos dicen qué unidades utilizamos y cómo las usamos. Por ejemplo, si esta- blecemos el sistema verbal español, con sus modos, tiempos y as- pectos, estamos estableciendo qué unidades existen en ese sistema verbal y estamos explicando sus valores y condiciones de uso. Un
  • 15. 30 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 análisis así nos dirá que en español hay modos y que uno de ellos es el subJuntivo. ~~bién nos dirá qué valor tiene el subjuntivo y con esa información comprenderemos cómo se usa en español. Lo mismo nos pasará con las vocales y con las consonantes. Y lo mismo nos debería pasar con el léxico. Ynos pasa (o no estaría- mos hablando de relaciones semánticas), pero no de la misma ma- nera. La ~onología nos enseña que la palabra casa se pronuncia con la sene de fonemas /'kasa/ yeso es algo que sucederá siem- pre que se pronuncie esa palabra, salvo errores o ruidos ocasiona- les. La semántica nos enseña cuál es el contenido 'natural' de una palabra. Los diccionarios recogen ese contenido y lo redactan de una manera divulgativa.Pero ese contenido es una unidad cogniti- va, es decir, la representación de un concepto que se produce en nuestra mente cuando nos dicen la palabra correspondiente. Nuestra mente nunca está en blanco ni tampoco poblada por to- dos nuestros conocimientos y creencias. En cada momento están activados determinados datos y el contenido de la palabra cae en medio de esos datos y reacciona con ellos. Lo que dice esa palabra en un uso determinado es precisamente el resultado de esa reac- ción. Esto es lo que quiere decir que siempre hay un contexto. El resultado de esa reacción puede consistir en la intensificación de alguno de los co~ponentes del significado y el «olvido» de otros, en un procesamiento muy apresurado e impreciso de la idea ex- presada por la palabra, en un procesamiento muy atento que pro- voca más evocaciones de las normales, etc. En ese proceso las pala- bras pued~n establecer ~so~i~cionesy relaciones esporádicas, que no figuranan en la descripción de las estructuras léxicas. . La descripción de las estructuras fonológicas y gramaticales in- dica con claridad las condiciones y el porqué del uso que hace- mos de esas unidades lingüísticas. En el caso del léxico no ocurre lo mismo. Si tuviéramos una lista con todos los campos semánti- cos, un~ r~l~ción comp~eta de sinónimos, antónimos, hiperóni- mos e hipónimos, tales listas no harían deducible el uso que real- mente ?a,ce~os de las palabras. Por ejemplo, nadie propondría como smommas las palabras fragmento y texto. Sin embargo, si po- nemos un te.xto?~ra trabajar sobre él, sería indiferente empezar el comentano diciendo «en este texto vemos ...» o diciendo «en este fragmento vemos ...», Nadie registraría como antónimas pala- b~as como abso~uto e histórico ni como sinónimas-historia y génesis. Sin embar?"o aSIha~ que. entender~as cu.ando Finkielkraut opone el pensamiento racionalista al nacionalismo romántico anticipa- ¡ i t I "I l· I , ~ SEMÁNTICA LÉXICA 31 do de Herder. Para los racionalistas lo bello, lojusto o lo verdade- ro tenían esa condición intemporalmente; lo que hacía bella la obra de Miguel Ángel era absoluto, ligado a la condición huma- na. Los románticos sostenían que nada era absoluto, que la belle- za y la verdad lo eran en cada momento y para cada comunidad, una contingencia histórica. Lo verdadero no lo fue siempre, sino que cada verdad tiene su génesis y su tiempo y espacio. Historia es la negación de absoluto y recoge la misma idea que génesis, pero sólo en los párrafos de Finkielkraut. . El interés que tiene la descripción de las estructuras léxicas para comprender el funcionamiento del idioma es mucho más limitado que el que tienen las equivalentes de la gramática y el léxico. Sencillamente, los campos semánticos y las relaciones semánticas que se dan en ellos nos explican menos del funciona- mientos de las unidades léxicas que las estructuras que se estu- dian en la gramática y la fonología. Los conceptos son muy sensi- bles a los' otros conceptos con los que se mezclan cada vez que son evocados en nuestra mente y fácilmente se despegan de sus asociados habituales para hacer corrillos y entablar relaciones ocasionales con otros conceptos que estén más vivos en el mo- mento del habla. La pregunta razonable que se impone es en ton- f ces para qué hablamos de relaciones semánticas, si tan bajo rendi- ") miento tienen para racionalizar el uso que hacemos del idioma. ~) Ciertamente, hay razones por las que conviene estudiar las rela- & ciones semánticas. Por un lado, porque esas relaciones se dan constantemente aunque no sea constante el inventario de pala- bras que las establecen. Estudiando el tipo de oposición que esta- blecen 'bueno' y 'malo' aprendemos lo que es la -antonimia y cómo funciona esa relación es los discursos, aunque no se pueda prever que en un texto particular la contraigan pares como 'his- tórico' y 'absoluto'. Por otro lado, los inventarios de sinónimos y antónimo s tienen un valor descriptivo evidente. Es cierto que no tienen el valor explicativo que tienen sus equivalentes gramatica- les y fonológicos, pero siguen teniendo un valor descriptivo y un valor práctico. Cuando estudiamos la antonimia, estudiamos en qué consiste esa relación. Cuando hacemos la lista de antónimos, indicamos pares de palabras que en español fácilmente contraen esa relación, aunque la puedan contraer sólo en contextos especí- ficos otros pares que no se pueden prever. Digamos que hacemos una lista de los términos que, a menos que medien determinacio- nes contextuales, contraen las relaciones especificadas.
  • 16. 4 EJERCICIOS 16. ¿Qué quiere decir que los semas de un significado son pro~ piedades implicadas por ese si~ificado? . . a) Significado y sema son propiedades y los objetos que lle- nen la primera no pueden dejar de tener la segunda. b) Dada la manifestación de un significado, los semas son las propiedades que pueden darse por consabidas. c) Que el sema es una propiedad evocada por el significado. 17. ¿Hay signos con significado pero sin ámbito referencial, es decir, con intensión pero sin extensión? a) Sí, cuando la idea expresada por el signo se refiere a algo inexistente (como en centauro o unicornio; tenemos un concepto, pero la clase de los centauros es vacía porque no existen) . b) No. Si se codifica alguna idea, debe haber objetos que le correspondan, aunque sea en mundos imaginarios. e) Sí, cuando el signo requiere combinarse con otro signo y no se le puede asignar referencia alguna más que después de la combinación. 18. ¿En cuál de los siguientes casos la palabra antiguo (o variante gramatical) tiene sólo iritensión y no tiene.extensión? . a) .Las universidades antiguas tienen otra estructura arqUI- tectónica. b) Los antiguos pero firmes edificios de esta universidad son aún el marco de intensos debates científicos. ' e) Este antiguo edificio universitario, hoy sede del Ayunta- miento, albergaba todas las carreras a mediados de los 50. 19. ¿Hay signos con referencia pero sin significado, es decir, con extensión pero sin intensión? a) Sí, los nombres propios. SEMÁNTICA LÉXICA. EJERCICIOS 33 b) Sí,losnombres propios y los nombres comunes con artículo. c) No. No se puede asociar un signo con nada si no es a través de alguna idea o concepto de aquello a lo que se refiere. 20. ¿En cuál de los siguientes casos podemos entender que dos signos son antónimo s? a) Su afirmación simultánea es incongruente. b) Sus significados representan los puntos máximos de una cualidad. c) Es habitual que su suma lógica en un enunciado equival- ga referencialmente a un cuantificador universal. 21. ¿En qué caso decimos que un signo A es hiperónimo de otro signo B? a) El signo A tiene un alcance referencialmás amplio que el signo B. . b) El ámbito referencial de A contiene al ámbito de B. c) El significado de A implica al significado de B. 22. ¿Puede un hiperónimo ser correferente con alguno de sus hi- pónimos? a) No. La clase asociada con el hiperónimo siempre será más amplia que la asociada con el hipónimo. b) Sí, es lo más habitual. c) Sí, si el hipónimo apareció en el contexto inmediato. 23. La negación de una palabra, ¿equivale referencialmente a su antónimo (si lo tiene)? a) Sólo si son contradictorios. b) . Sí si son contradictorios o contrarios, pero no si son inver- sos. c) Sí cuando son contradictorios o cuando son contrarios y uno de los términos es tabú. 24. ¿En cuál de estos casos nos basamos en la relación de hipero- nimia? a) Cuando una palabra recoge lo dicho por otra desde otro punto de vista. b) Cuando generalizamos con una palabra lo dicho por otras palabras. c) Cuando una palabra añade un matiz a lo dicho por otra.
  • 17. 34 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 25. ¿En cuál de estos ejemplos se utiliza la palabra conductor para designar un individuo? a) Juan es conductor desde los veinte años. b) El conductor debe dar prioridad a los peatones. c) El conductor llegó huraño, como todos los días. 26. Si dos palabras comparten un sema en sus significados, ¿es fá- cil que se hagan correferentes en un texto en virtud de ese punto de similitud semántica? a) Sí, si ese sema es el género próximo y no son antónimos. b) Sí, siempre. c) Rara vez los términos correferentes comparten algún sema. 27. ¿En cuál de estos ejemplos la palabra alumnos designa un in- dividuo? • a) Los alumnos abarrotaban el aula. b) Los alumnos están ahora de vacaciones. c) Llamó por teléfono a todos y cada uno de los alumnos. 28. ¿En cuál de estos ejemplos la palabra alumnos designa una clase cuantificada universalmente? a) Los alumnos abarrotaban el aula. b) Los alumnos están ahora de vacaciones. c) Llamó por teléfono a los alumnos que pudo. 29. Observa nuevamente este pasaje de Borges: De golpe hay un silencio total, sólo ignorado por la desatinada voz del borracho. Ha entrado un mejicano más que fornido, con tara de india vieja. Abunda en un desaforado sombrero y en dos pistolas laterales. En duro inglés desea las buenas noches a todos los gringos hijos de perra que están bebiendo. Nadie recoge el desafio. Bill pre- gunta quién es, y le susurran temerosamente que el Dago -el Diego- es Belisario Villagrán, de Chihuahua. Una detonación retumba en seguida. Parapetado por aquel cordón de hombres altos, Bill ha dis- parado sobre el intruso. La copa cae del puño de Villagrán; des- pués, el hombre entero. El hombre no precisa otra bala. Sin dignar- se a mirar al muerto lujoso, Bill reanuda la plática. Señala todas las expresiones que hagan referencia al meji- cano (y sean, de esa manera, correferentes). SEMÁNTICALÉXICA. EJERCICIOS 35 30. Lee ahora este otro fragmento de Borges: Adoctrinada por un ejercicio de siglos, la república de los inmorta- les había logrado la perfección de la tolerancia y casi del desdén. Sabía que en un plazo infinito le ocurren a todo hombre todas las cosas. Por sus pasadas o futuras virtudes, todo hombre es acreedor a toda bondad, pero también a toda traición, por sus infamias del pa- sado o del porvenir. Así como en los juegos de azar las cifras pares y las cifras impares tienden al equilibrio, así también se 'anulan y se corrigen el ingenio y la estolidez, y acaso el rústico poema del Cid es el contrapeso exigido por un solo epíteto de las Églogas o por una sentencia de Heráclito. El pensamiento más fugaz obedece a un dibujo invisible y puede coronar, o inaugurar, una forma secreta. Sé de quienes obraban el mal para que en los siglos futuros resulta- ra el bien, o hubiera resultado en los ya pretéritos ... Encarados así, todos nuestros actos son justos, pero también son indiferentes. No hay méritos morales o intelectuales. Hornero compuso la Odisea; postulado un plazo infinito, con infinitas circunstancias y cambios, lo imposible es no componer, siquiera una vez, la Odisea. Como en un tiempo infinito ocurren todas las cosas, lo que le ocurra hoya un inmortal tendrá su contrapunto en al- gún otro momento de la eternidad. La característica esencial de la inmortalidad es el equilibrio, la neutralidad, el contra- peso exacto y Borges expresa esta característica mediante el juego de opuestos. Señala los pares de antónimos de este pá- rrafo que desarrollan esta idea. Di si estas antonimias estaban dadas ya en el idioma o si algunas de ellas resultan del con- texto en que se usan las palabras implicadas. 31. En una de sus obras Ortega y Gasset se hace eco de una defi- nición de latoso transmitida por B. Croce: Latoso es el que nos quita la soledad y no nos da la compañía. ¿Qué provoca la sensación de contradicción en una pri- mera lectura? 32. Vuelve a leer el texto del ejercicio 29 y observa la expresión el desafío. Esta expresión recoge algo dicho antes en el texto -.¿A qué se refiere exactamente, es decir, con qué secuencia es co- rreferente? ¿Qué relación semántica tiene con ella?
  • 18. UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 37 5 , UNIDAD YPLURALIDAD DE SENTIDOS. V~CION CONCEPTUAL E INDETERMINACION3 Rey? Un castellano parlante sin duda aceptaría las siguientes afir- maciones: 1. El Rey es un político, EN SENTIDO AMPLIO. 2. El Rey no es un político, EN SENTIDO ESTRICTO. 3. El Rey no es un político PROPIAMENTE DICHO. 4. El Rey es un político y no es un político. Sustitúyase el Rey por el Presidente de Gobierno (Aznar, en el momento en que se escriben estas líneas) y compruébese el resultado: Aznar es un po- lítico propiamente dicho, en sentido amplio y estricto, y es enig- mático decir que lo es y no lo es. Sustitúyase por Maradona: Mara- dona no es un político en ningún sentido y es falso que sea un político y no lo sea. Se trata de comprobar a qué aplicamos una palabra como político, cuál es su valor de uso en español. Lo cierto es que es más verdad del Rey que de Maradona que sea un políti- co y menos cierto que de Aznar. Si tomamos la palabra pájaro y pensamos en un jilguero, una gallina, un murciélago y una piedra pómez, veremos que es aplicable al jilguero, porque ciertamente es un pájaro. Las gallinas y los murciélagos no pertenecen a esa clase, pero menos aún pertenece la piedra pómez. Tiene sentido decir que es falso que las gallinas y los murciélagos sean pájaros y MÁSFALSOaún que lo sea la piedra pómez. Esto supone que no es total y absolutamente falso que las gallinas sean pájaros; tiene que tener algún grado de verdad si estamos dispuestos a aceptar que es un poco más verdadero de ellas que de la piedra pómez que sean pájaros. Para el lenguaje esto significa que la palabra pá- jaro puede entenderse como referida a un jilguero, que es aplica- ble pero menos a una gallina y que no es aplicable en absoluto a una piedra pómez (es decir, un castellano parlante no sería capaz de entender ese uso). La clases difusas operan también con dos valores (verdadero y falso) pero en ellas esos valores son gradua- les (muy verdadero, casi falso, ...). El cálculo lógico resulta así afectado en algunas operaciones básicas. Por ejemplo, en la )jgi: .. ca biva!~9Je normal la conjunción de dos enunciados sólo es ver- "dadera si"son verdaderos los dos. En la lqK~Sª.!i.i[lJ.~ª"",el valor de verdad de una conjunción es el más bajoque tengan los enuncia- dos conjuntados. Como consecuencia, en la lógica bivalente, si afirmamos una cosa y su negación, necesariamente estamos di- ciendo algo falso (esto se llama el principio de tercio excluso). En la lógica difusa no tenemos por qué estar diciendo algo totalmen- te falso. Aceptemos que es bastante cierto que el Reyes un políti- co. Si °es falso y 1 verdadero, que el Rey sea un político tendría valor 0,7. Su negación tendrá entonces 0,3 (es bastante falso que no sea un político). La afirmación de que el Reyes un político y 5.1. ÁMBITOS BlVALENTES y ÁMBITOS DIFUSOS " I I I Venimos diciendo que el valor semántica de una palabra con- siste en la clase de objetos que nombramos con esa palabra. Cuando pensamos en clases de elementos, pensamos en ~grupa- ciones donde no hay grados de pertenencia a la clase c<:msIderada o, si se quiere, donde no hay grados de verdad: un objeto que se señale será un coche o no lo será; lo podremos nombrar con es~ palabra o no. No puede ser un coche hasta cierto punto o ser casi falso que es un coche. Ni mucho menos puede ser verdader? y falso a la vez que sea un coche. Estas clases se llaman clases biva- lentes, porque en ellas sólo son relevantes dos valores: pertenen- cia o no pertenencia a la clase (verdadero. o falso). P~ro con las estructuras lógicas nos pasa como con las Ci~cunferenCi~s:el cas? más fácil para'uuestro entendimiento (la circunferencia geome- tricamente perfecta) es relativamente raro en el mundo real. Ylas clases bivalentes no son las más habituales en nuestros actos co- municativos, porque no son las más habituales en nuestra mente. Se ajustan a este patrón los tecnicismos y algunas palabras que de- signan categorías particular~ente relevantes par~ nosotros (como lo relacionado con la Viday la muerte, la duah~a,d de se- xos o lo humano frente a lo no humano). Pero la mayona de las palabras de uso corriente admi.te uso~ ~ue no encajan en es~ es- tructura. Si tomamos el sustantivo polztzco y la clase de los objetos que podemos nombrar con él, sabem.os que pert~ne~:n a ella el Presidente de Gobierno o el Secretano de Organización del Par- tido Socialista' sin duda, son políticos. Sabemos que no pertenece a ella Maradona (al menos, por el momento). ¿Yqué diríamos del 3 Ver las mismas referencias que en el capítulo anterior y además Bibliografía,. núms. 9, 10, 11 Y18.
  • 19. I . 38 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 I I no es un político sería contradictoria y necesariamente falsa en un sistema bivalente; pero en un sistema difuso tendría valor 0,3, que no es la falsedad total. Lo cierto es que para un castellano-ha- blante la secuencia el rey es un político y no es un político es perfecta- mente aceptable y no se percibe como con.tradictoriavSe__,~S<::P1e-.. esaconjunción porque la palabra políJico está asociada con un árn- bito~aifií~so~"ñobiváJe'üte.'J?ürlamisma razóií;'acépfamos'como'" ~~nciad(;snOimaie'sunámadre es una madre, la guerra es la guerra, Jorge siempre será Jorge, .., En un sistema bivalente estas afirmacio- nes serían perogrulladas tan obvias como que cuando llueve llue- ve hacia abajo. Pero en un sistema difuso el valor de verdad de esos enunciados puede no ser 1 y puede que la guerra del sujeto sea menos guerra que la del predicado. El aparato teórico y formal de la lógica difusa puede ser por momentos sofisticado y complejo, pero no sus ideas básicas. Yne- cesitamos manejar esas ideas básicas porque sólo entenderemos cómo usamos realmente las palabras si entendemos la estructura lógica que representa nuestra mente en el momento de usarlas. Decir que las palabras se asocian con ámbitos difusos es recono- cer sin más que la frontera entre los objetos que pueden ser refe- ridos por una palabra y los que no pueden ser referidos por ella es una frontera gradual. No tiene esto nada de extraño. Solemos conocer bien los límites de una propiedad, porque hay un docu- mento notarial que los especifica y porque tenemos que tenerlos en cuenta para muchas cosas. Sin embargo, no solemos saber dónde empiezan y terminan exactamente los barrios en las ciuda- des. Estamos seguros de que tal zona pertenece a tal barrio, pero no sabríamos decir dónde está la raya que lo separa del barrio si- guiente, lo que significa que hay zonas que nos parecerán del ba- rrio «hasta cierto punto». La razón de que desconozcamos límites .precisos es que no hay ninguna circunstancia que nos obligue a tenerlos en cuenta, por lo que sencillamente nunca llegamos a trazar una frontera definida. Podemos suponer que una palabra se asocia con un concepto que no se confunde con otros concep- tos parecidos. Pero no hay nunca un contexto en que sea relevan- te la diferencia entre el significado de una palabra y todos los conceptos próximos a éL No es lo mismo un piso que una vivien- da, pero muchas veces no importa esa diferencia. Nunca tenemos .representada en nuestra mente la diferencia exacta que hay entre un piso, una vivienda, un edificio, una casa, un apartamento, un complejo de oficinas, oO, cuando usamos u oímos la palabra piso. UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 39 Ningún uso nos obliga a exprimir su alcance conceptual hasta ese p.unto. Simplemente elámbito.deusn.de una palabra es un espa- f cio que nunca recorremos completo y que, por eso mismo, no te-l nemos establecido con precisión. En los tecnicismos sí se dan ám- [ bitos bivalentes porque hay una es¡;ecie~:"'aillofídad que' promulga lo que significa una palabra. Pero las palabras del len- guaje corriente no tienen dueño y sus confines se parecen a los barrios urbanos. Lógicamente esto afecta mucho a los Usosde las palabras y a la coherencia con que las palabras se combinan unas con otras. 5.2. ÁMBITOS CON PROTOTIPO Y RAZONAMIENTO POR DEFECTO El significado de una palabra es el concepto del que es porta- dora. Cuando definimos el significado de una palabra, lo que ha- cemos es «redactar» las propiedades de ese concepto. Acabamos de ver que muchas veces es un concepto impreciso que condicio- na de manera borrosa la clase de objetos que podemos nombrar con la palabra considerada. Pero aún debemos apartarnos un poco más de la clase «perfecta». Nuestro sentido común nos dice que la definición que demos de una palabra debe valer para to- dos los objetos que pueda designar (dejamos fuera usos figura- dos). Un poco más técnicamente diríamos que los semas de un significado han de ser propiedades verdaderas de todos los obje- tos que designe la palabra que estemos considerando. Sin embar- go, las cosas no son tan sencillas. Una silla es un mueble para sen- tarse, pequeño, para un solo usuario, con respaldo pero sin brazos y con patas sin ruedas. Lo cierto es que la silla que usa el profesor en un aula normalmente tiene brazos y, a veces, ruedas. Pero es demasiado pequeña y demasiado austera para llamarla butaca o sillón. Con brazos y con ruedas sigue siendo una silla. Sería lógico pensar que la definición de silla estaba mal hecha, puesto que hay sillas que no la cumplen. Pero en realidad no esta- ba tan maL La definición que habíamos conjeturado es la que re- coge el concepto que realmente representamos en nuestra mente cuando oímos la palabra silla. Esa palabra nos evoca la idea de un objeto con respaldo y sin brazos y sólo pensaremos en un objeto con brazos si el contexto nos obliga a ello. Un hablante entende- rá que una silla no tiene brazos, salvo que tenga evidencia de lo contrario. Se dice entonces que las sillas,por defecto, no tienen bra-
  • 20. =r-« 40 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 zos; O, si se quiere, que el sema 'sin brazos' es defectible, verdadero mientras no conste lo contrario. Lo que sucede en la clase de las sillas, es que se trata de una agrupación de objetos con un prototipo o canon. Las sillas pue- den ser de muchas maneras y más si tenemos en cuenta la varie- dad introducida por los nuevos diseñadores. Pero típicamente una silla es un asiento sobrio, duro, con respaldo, sin brazos, ..., algo parecido a las sillas de cocina. Un análisis lingüístico realista debe consignar como significado la idea real que evocan las pala- bras y esa no es otra que la que se corresponde con el prototipo de las clases. Consideramos rasgos típicos de una clase a todas aquellas pro- piedades que sean frecuentes en los objetos de esa clase y que marquen el mayor contraste con otras clases. Por ejemplo, no es típico de las aves tener el cuello muy largo, porque no es frecuen- te. Tampoco diríamos que es típico de ellas tener ojos o sangre, porque es frecuente pero poco específico de esa clase. Lo típico es, por ejemplo, volar y tener plumas, porque es frecuente y muy singular de esa clase, como señala Kleiber. Es típico de un avión tener alas, pero no tener suelo; las dos cosas son frecuentes, pero sólo la primera es una característica contrastiva de esa categoría con otras próximas. Con respecto a una vaca, siempre pensare- mos antes en los cuernos que en los ojos. Yen semántica lo que nos interesa es en qué pensamos cuando hablamos. Pensamos en las clases a través de sus objetos típicos y estos son los que tengan más rasgos típicos. El significado de las palabras no es un concep- to que se refiera por igual a todos los objetos que se puedan nom- brar con esa palabra, sino que caracteriza sólo .alos ejemplares tí- picos. El significado 'silla' es el conjunto de propiedades de las sillas típicas, no de todas las sillas. El significado se expresa como un conjunto de semas, según lo que dijimos en 6.3. Pero ahora añadimos que, cuando el ámbito referencial es una clase con pro- totipo, esos semas son defectibles y se anulan cuando hay eviden- cia de su falsedad. La silla se definirá como un asiento sin brazos, pero no resultará una contradicción en los términos hablar de si- llas con brazos: la propiedad de no tener brazos es defectible y se abandona porque el contexto obliga a ello; y se incluye por defec- to, porque en principio la idea real que asociamos con la palabra es la de un asiento sin brazos. La existencia de prototipos es una consecuencia de nuestra tendencia al razonamiento por defecto. Damos por hecho, por UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 41 ejemplo, que ninguno de nuestros vecinos fue astronauta, aun- que realmente no podamos saber si lo fue o no. Simplemente asu- mimos que, si lo hubiera sido, nosotros lo sabríamos y, si no nos consta una cosa así, es que tal cosa no ocurrió. Tenemos una pre- sunción acerca de cómo es de completo nuestro conocimiento del mundo, de cómo estamos de informados de las cosas, de ma- nera que asumimos por defecto todo lo que sea adecuado para ese nivel de información que nos atribuimos. Cuanto menos in- formados nos creamos, menos tendemos al razonamiento por de- fecto porque nos parece poco significativo que nosotros no sepa- mos algo. Cuanto más informados nos creamos, más r~zo~~mos por defecto porque nos parece que el no saber algo es mdICIOde que ese algo no ocurrió. Esto tiene que ver también con nuestra tendencia a razonar con el menor gasto posible. Las categorías con las que pensamos y con las que nos comunicamos tienen que ser rápidas y no in- cluir matices costosos de procesar que son relevantes muy pocas veces.Además los detalles que representamos con más fuerza son los que nos permiten representar la categoría con el menor nú- mero posible de detalles. El detalle de que un ave tiene ojos nos resulta poco útil porque vamos a tener que seguir acumulando detalles para pensar en esa categoría, mientras que las plumas y las alas la identifican inmediatamente. Dos curiosidades sobre prototipos. Obsérvese que, según lo dicho, los objetos típicos no tienen por qué ser frecuentes. Lo que hace típico a un objeto no es su frecuencia, sino el que sus propiedades sean típicas (y la frecuencia sí influye en que una propiedad sea típica). Un águila no es una experiencia ~omún para la mayoría de nosotros, pero a todos n?s parece un eJe~plo de avemás típico que un pollo. Aunque seamfrecuente el objeto, sus propiedades de volar y tener alas son muy frecuentes en las avesy muy genuinas de ellas. La otra curiosidad es que los proto- tipos se modifican muy poco por la experiencia divergente ~e los hablantes. Un botánico sabe mejor que un hablante cornente que las hojas no siempre son planas y anchas. Un zoólogo sabe que hay muchos peces que no se parecen a las sardinas. Pero su particular experiencia de las cosas no altera en su mente el canon de las clases. Cuando un zoólogo dibuja a su hijo pequeño en un papel un pez, lo que dibuja se parece a una s~rdina y. un botáni~o no piensa en acículas de pinos cuando alguien le pide una: hoja de un árbol. Tenemos cierta intuición de cuándo nuestra expe- '.
  • 21. 42 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA 1 UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 43 riencia y conocimiento diverge del de los demás y no perdemos la conciencia de lo que los demás representan en sus mentes. totipo. Para la semántica léxica es importante tener en cuenta esta casuística. El hecho de que una clase sea difusa afecta a la ex- tensión en que se puede aplicar una palabra y afecta a las pautas que rigen la coherencia que esperamos encontrar en las cosas que decimos. Recordemos, por ejemplo, que con ámbitos difusos se puede afirmar y negar la misma cosa sin que la secuencia sea contradictoria. El hecho de que una clase tenga prototipo afecta a la carga conceptual que una palabra introduce en un discurso y a los mecanismos que permiten asociarla con objetos que no cumplan las propiedades del significado. La palabra pez permitirá referirse a las aletas como elementos sobreentendidos, aunque los pulpos no las tengan. Y habrá mecanismos con textuales que nos permitan asociar esa palabra con pulpos, rayas y hasta con mejillones, sin que el significado idiomático del término deje de ser el mismo. 5.3. TÍPICO, CLARO Y BORROSO li I Evidentemente hay una relación entre clases con prototipo y clases difusas. Una clase difusa es una clase con prototipo. La cla- . se de las sillas, siguiendo el ejemplo anterior, es difusa. Una silla de madera con respaldo y sin brazos es enteramente una silla. Los asientos de los pupitres escolares no son, en el sentido más estric- to, sillas; pero sí podemos admitirle, simbólicamente, un 0,2 de verdad de que lo sean. Después de todo, un alumno que diga te- ner rota la silla se hará entender perfectamente en un contexto adecuado. Sin embargo nunca le entenderíamos la palabra silla si intenta referirse con ella al encerado; a él le reservamos el °abso- . luto de pertenencia. En la medida en que esto es cierto, ha de ser cierto que la clase considerada tiene prototipo. Las «más sillas», las de pertenencia 1, han de ser las sillas canónicas, el tipo de ob- jeto en el que se piensa por defecto cuando se oye esta palabra. Los objetos que son menos sillas, que son sillas hasta cierto punto o que apenas son sillas, son así en la medida en que no son sillas típicas y en la medida en que sólo podemos pensar en ellas al oír la palabra silla por efecto de un contexto muy marcado, tanto más cuanto menos típica sea la silla. Pero no es cierta la inversa. El que una clase tenga prototipo no supone que tenga que ser difusa. La definición de ave debe adecuarse más a las características de las golondrinas y de las águi- las que de las gallinas o los avestruces. Los primeros son los obje- tos a los que corresponde el concepto que realmente evocamos con esa palabra, es decir, son aves más típicas. Pero un avestruz no es menos ave que una golondrina. Un peztípicamente tiene forma de sardina o de tiburón, según el tamaño. No asociamos con la palabra correspondiente una clase que/se parezca a una raya o una anguila. Pero ambos son tan peces como la sardina. Un hombre manco no es un hombre típico, pero es tan cierto de él como de cualquiera que es un hombre. Todas' estas son clases bivalentes con prototipo. Las palabras, por tanto, se asociarán con clases difusas o con clases bivalentes de elementos. Las primeras son siempre clases con prototipo, mientras que las segundas pueden tener o no pro- 5.4. VARIABILIDAD CONCEPTUAL i I Solemos suponer que la variación conceptual de las palabras está relacionada con los fenómenos de polisemia y homonimia. Y ciertamente lo están, pero no hace falta que la palabra tenga acepciones o que haya dobles sentidos para estar ante el hecho de que una misma palabra represente conceptos diferentes. Las cla- ses difusas y las clases con prototipo ya nos permiten apreciar que, siendo una la clase que se asocia con una palabra y, por tan- to, siendo uno el concepto significado, una misma palabra puede referirse a cosas distintas que no se corresponden siempre con un mismo concepto. Pero además, se trate de un concepto bivalente o difuso, compuesto de semas defectibles o no, ese concepto está continuamente mutando en otros conceptos por efecto del con- texto, hasta el punto de que rara vez es el concepto expresado en el diccionario el que se activa en nuestra mente cuando oímos una palabra, . La idea de que hay algo entre el signo y la cosa referida se en- cuentra de una u otra forma en los autores más influyentes en la teoría del signo y la significación, quizás Frege, Peirce y Saussure (que llamaron a ese algo intermedio, respectivamente, sentido, interpretan te y significado). La percepción de un signo da lugar a una representación cognitiva (o «idea») que determina el objeto al que se refiere el signo. Esa determinación del objeto puede es-
  • 22. 44 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁNTICA I UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 45 u, tar más o menos desarrollada: un objeto puede determinarse con apen~s un gesto o con varios folios que lo caractericen. Ypuede cambiar nuestra forma de determinado, es decir, nuestra forma de pensar en él o.de representado mediante nuestro pensamien- to según cambie nuestra experiencia o nuestro conocimiento del objeto en cuestión. Un día aprendimos que la luna era una man- cha bl~nca en el cielo noctu~no; después, que era un satélite y que velamos de noche el reflejo del sol; después que su presencia estabiliza el eje de la Tierra y hace posible la constancia climática y la vida; después que la energía disipada por las mareas ralentiza la rotación de la Tierra y hace que el satélite se vayaalejando cada vez más; ... La determinación del objeto 'luna' se hace más y más desarrollada y la idea con la que la palabra luna se refiera a ese objeto puede ir cambiando. Los científicos llamaron Orfeo al pla- neta que se estrelló con el nuestro e hizo nacer el satélite, para significar que si miramos hacia atrás, cuando no había luna, sólo veremos el infierno y el caos. Semejante ocurrencia supone una determinación conceptual muy desarrollada de la luna, donde ya se representa como necesaria para la vida. Ni en este uso ni en ningún otro una palabra cae en una mente en blanco. Siempre hay un contexto que provoca que el concepto asociado con la pa- labra no sea exactamente el que trae el diccionario, sino muchas veces algo más lleno o más vacío que eso. En el caso de luna men- cionado antes, tejimos un contexto en el que la palabra circula con más carga conceptual que en el diccionario. Otras veces pasa lo contrario. En una frase como hay que catalogar por separado los li- bros, las misceláneas y las revistas, la palabra libros se procesa con cierto cuidado. Representamos mentalmente un concepto lo bas- tante detallado como para no confundir lo que es un libro con lo que es cualquier otro tipo de publicación. Pero en empieza el exa- men; quitad los libros de encima de las mesas se entiende que libros se refiere a cualquier fuente escrita de consulta: habría que quitar de las mesas libros, revistas, apuntes, ... Yen una frase como me lo dijo aquella que lleva libros bajo el brazo, hay que entender que libros se puede referir a cualquier cosa de papel que se lleve bajo el bra- zo. El concepto asociado con esta palabra es en estos últimos dos casos mucho más laxo que en el primer caso. Si queremos acercarnosal funcionamiento real de las pala- bras, debemos tener en cuenta que el significado es una especie de sustancia química lista para reaccionar con el contexto que le propongamos. Pocas veces veremos esa sustancia pura, como la refleja el diccionario o nuestra intuición de hablantes cuando pensamos en ella fuera de contexto. 5.5. CONTEXTOS Y VARIACIÓN CONTEXTUAL Es fácil aceptar que el contexto en que se dicen las palabras afecta mucho a su valor. Elcontexto es un compañero de viaje de las palabras que intuimos con fuerza, pero en el que normalmen- te sólo pensamos guiados por la intuición. Merece la pena que tengamos algunas ideas claras al respecto para tener herramien- tas que nos permitan comprender cómo usamos realmente las pa- labras. .. El contexto no es el marco previo en el que hablamos; a ese marco lo llamaremos enseguida situación. Las palabras del erni- sor son portadoras de ciertos conceptos y proposiciones y noso- tros relacionamos esas ideas con otras no dichas para compren- der la intención del emisor, el verdadero sentido que quiso dar a sus palabras. Esas ideas no dichas son las que forman el contexto. Sabemos qué es lo que significa la frase hoy es miércoles. La situa- ción de discurso puede hacemos relacionar ese significado con otros datos, como que el emisor es nuestro jefe y nos mandó ter- minar un informe para el miércoles. De esa relación surgirá el bloque de datos que realmente se comunica. E~contexto es en- tonces algo que evocamos al recibir las palabras del emisor y bus- carles un sentido y,por tanto, más bien después que antes de reci- bidas. Seguramente quien escribe estas palabras comparte con sus receptores el nombre del río que pasa por Londres. Pero ese dato, aunque compartido, no fue contexto nunca en este libro, porque no se dijo nada que requiriera pensar en el Támesis para ser interpretado. En estas últimas líneas, sin embargo, ese dato sí hizo de contexto porque sí intervino en el procesamiento de estas dos últimas frases. Son las palabras del emisor lo que provoca que el contexto sea uno u otro y que se vayamodificando. No es, por tanto, algo inmutable y previo a las palabras: es el conjunto de ideas o proposiciones que hacemos intervenir en el procesamien- to de un mensaje. . Para que el receptor pueda apoyar la interpretación de un. mensaje en un cierto dato con textual, tiene que suceder que el mensaje le llegue en un momento en que sea fácil evocar o acti- var ese dato. Si le llega en un momento en que no tenga en la ca~
  • 23. 46 COMPENDIO Y EJERCICIOS DE SEMÁl'lTICA I UNIDAD Y PLURALIDAD DE SENTIDOS 47 beza el dato en cuestión, el emisor mejor hará bien en no confiar- lo al contexto y decirlo con palabras. Se puede estar comunican- do lo mismo diciendo cinco mil que diciendo el precio del libro que me mandaste mirar el jueves era de cinco mil pesetas. La diferencia es que en el segundo caso el emisor piensa que su interlocutor no tiene en ese momento en mente el asunto del libro y que, por tanto, no va a poder activar el contexto apropiado. Para evitar problemas simplemente no confía al contexto ese dato y lo verba- liza para que se active en su mente. El estado cognitivo de un su- jeto es el conjunto de datos que tienen alguna activación en su mente en un momento dado. Es lo que coloquialmente diríamos que tiene en la cabeza en el momento considerado. La situación es el conjunto de factores que condicionan los estados cognitivos de los sujetos. Sabemos reconocer muy bien estos factores y por eso normalmente sabemos mucho del estado cognitivo de los otros. Aunque lógicamente no podemos saber completamente qué tiene alguien en mente, sí representamos con facilidad mu- chas cosas. Los datos más vivosen la mente de dos o más sujetos que interactúan son los datos de los que podemos decir técnica y un poco farragosamente que es mutuamente manifiesto su alto grado de activación. Estos son datos compartidos por dos sujetos, cuando a cada uno le consta que el otro lo sabe y lo tiene en men- te en ese momento y además cada uno es consciente de que el otro sabe que él mismo lo tiene en mente. Cuando estamos con otras personas no tenemos en la cabeza lo que para nosotros sea más importante. Lo que está consumiendo más actividad de pro- cesamiento es la parte de nuestra mente que sabemos que los de- más están «viendo». Esos datos especialmente transparentes entre los sujetos son los que más afectan a los contextos y al valor de las palabras, lo que mejor tenemos que conocer. De hecho, cuando una persona rige su comportamiento y su atención por datos que no son mutuamente manifiestos, produce a los demás una sensa- ción extraña de distracción y de estar en otra parte. A veces la transparencia es tal, con tal evidencia sienten dos o más personas que están coincidiendo en su pensamiento, que pierden momen- táneamente la libertad de hablar de lo que quieran y no pueden evitar centrar la comunicación en ese dato tan activo. Si se de- rrumba con estruendo del techo de un restaurante una lámpara pesada, sería anómalo que nuestras siguientes palabras no tuvie- ran que ver con lo que todos sabemos que los demás tienen en mente representado con más intensidad. Por eso decíamos antes que las palabras nunca caen en una mente en blanco. No es realista pensar que las palabras colocan en nuestra mente su significado y después «completamos» la idea buscando datos en el contexto. La recién llegada es la palabra que llega a una mente con datos ya muy activos, aquellos que los interlocutores saben que cada uno tiene en mente. Rara vez de- positará la palabra en cuestión la idea exacta que vemos en el dic- cionario. En el encaje con lo que esa mente ya tenía perderá semas; o cada sema se desarrollará de manera que la idea inme- diatamente asociada con la palabra será mucho más compleja que la que dice el diccionario; o se asociará con conceptos dedu- cibles de su significado pero que rara vez representamos porque no solemos hacer esa deducción; ... El significado del diccionario no es ninguna invención. Es el punto hacia el que una palabra tiende a arrastrar lo que sea que tengamos en mente al oírla. Pero es 1:lnpunto que no se alcanza. Los contextos y los estados cognitivos provocan que la lista de conceptos que se pueden aso- ciar con una palabra sea realmente abierta y que una de las ta- reas del análisis de las palabras en textos reales sea el fijar el con- cepto que está incorporando a ese texto y los factores que lo explican. , ,1 i' 1 5.6. RESTRICCIONES CONTEXTUALES l,:¡'I'11' ii: Hay situaciones de discurso en las que a los hablantes les re- sulta muy fácil entenderse. Son situaciones en las que intuitiva- mente decimos que hay «mucho' contexto» entre los interlocuto- res, es decir, situaciones en las que el hablante tiene que esforzarse poco porque el receptor va a contextualizar sin dificul- tad sus palabras. Lo que sucede en estas situaciones es que la mente de cada interlocutor es un libro abierto para el otro. Los hablantes tienen estados cognitivos muy similares y ambos tienen conciencia clara de ello. Esto sucede, por ejemplo, entre dos per- sonas que se conozcan bien. En un caso aSÍ,además de compartir muchos datos, cada uno tiene una conciencia inusualmente alta de lo que comparte con el otro y de lo que el otro sabe de él. Los contextos se forman muy fácilmente porque hay muchos datos susceptibles de ser activados como marco del mensaje cuando haga falta, hasta el punto de que un tercero puede no entender lo que se están diciendo dos personas que tengan mucha rela-