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BOLETÍN
Marzo 2014
¿TE PREOCUPAS DE LA AUTOESTIMA DE TU
HIJO?
A medida de que se construye, los niños se van volviendo más seguros e
independientes. En los niños pequeños, de dos años, la autoestima se suele
mostrar con frecuencia con reacciones “testarudas”. En esta etapa en que
los niños comienzan a reafirmarse utilizando el “no”, ya comienza a existir la
autoestima.
En la etapa preescolar (hacia los cuatro-cinco años) se va manifestando en
forma de iniciativa para realizar trabajos escolares, dibujos, tareas de casa,
etc. Los niños de esta edad, y más a partir de los seis años, ya se muestran
muy orgullosos de sus logros y buscan compartirlos con sus padres.
En la etapa escolar (de seis a once años), la influencia de los iguales
adquiere mayor importancia y los niños comienzan a comparar sus éxitos
con los demás. En esta edad el egoísmo es una característica predominante,
y la empatía o capacidad para ponerse en el lugar del otro, no está del todo
formada. Por tanto, los niños suelen realizar comparaciones “crueles” hacia
sus iguales. Estos gestos son inevitables, y forman parte del desarrollo de
todos los niños. Por un lado, el niño se siente orgulloso de sus actos y la
comparación le sirve para aumentar su autoestima. Por otro lado, esto
puede influir negativamente en la autoestima del niño que recibe el
calificativo.
La adolescencia es una etapa que se caracteriza por la autoafirmación, y la
comparación continua con los iguales. Los adolescentes se debaten de
forma continua entre “obedecer a sus padres” e impresionar a sus
compañeros”. La influencia de los líderes es indiscutible, y domina muchas
de las decisiones del adolescente. La autoestima y el autoconcepto, que ya
se han ido forjando en la etapa anterior, acaban de conformarse en la
adolescencia. Las experiencias en esta etapa ejercen una influencia en
algunos casos definitiva en la autoestima del sujeto. Algunos
acontecimientos vitales como el rendimiento académico, una ruptura de
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pareja, el sufrimiento por una situación de acoso, etc., influyen de forma
determinante en la autoestima del futuro adulto. La presencia de baja
autoestima en esta edad puede constituir un factor de riesgo para el
desarrollo de algunos trastornos de la conducta alimentaria, la ansiedad o la
depresión.
Factores que influyen en la autoestima
La autoestima se va construyendo desde los primeros años de vida. Aunque
cada niño nace con unas características determinadas de temperamento, es
indudable que lo que le vaya ocurriendo a lo largo de su vida tendrá una
influencia determinante
Los principales factores que influyen en la autoestima son:
Biológicos: El temperamento y la herencia son decisivos. La mayoría de los
padres reconocen haber empleado estilos educativos similares con sus
hijos, y haber obtenido resultados muy diferentes en lo referente a la
autoestima. Esto sucede porque el temperamento, es decir, el conjunto de
características de “forma de ser” de base constitucional, no está influido
por la experiencia. Algunos rasgos de temperamento son, por ejemplo, la
timidez y la agresividad. Se diferencia de la personalidad en que en esta
última influyen también factores ambientales. El temperamento se origina
en los genes, es decir, que se hereda de los familiares, principalmente de los
padres.
Ambientales: Dentro de los factores del ambiente es importante distinguir
entre los referentes a la familia y al entorno extra familiar o ambiental del
niño, principalmente el ámbito escolar.
Revista Hacer Familia. Diciembre 2013, Nº 238
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