La artrosis es la enfermedad degenerativa articular más común que afecta principalmente a personas de edad media y ancianas. Provoca dolor y deterioro funcional en articulaciones como el cuello, espalda, rodillas, caderas y dedos. Aunque es radiológicamente evidente en el 70% de personas mayores de 70 años, sólo la mitad presenta síntomas. Los tratamientos incluyen medicamentos antiinflamatorios, rehabilitación, fisioterapia, cirugía en casos avanzados y estilo de vida saludable para prevenir
2. ARTROSIS La artrosis o enfermedad degenerativa articular, es la más común de las enfermedades articulares. Ocurre con más frecuencia en personas de edad media y ancianos, afectando el cuello, la región lumbar, rodillas, caderas y articulaciones de los dedos. Aproximadamente el 70% de las personas mayores de 70 años muestran evidencia radiológica de la enfermedad, pero sólo desarrollan síntomas la mitad de ellos. La artrosis también puede afectar a articulaciones que han sido previamente dañadas por sobrehueso prolongado, infección o una enfermedad reumática previa. Los pacientes con artrosis padecen dolor y deterioro funcional.
3. La artrosis afecta a millones de personas. En las mujeres la enfermedad es más frecuentemente, y en los hombres, suele aparecer a edad mas temprana.
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5. Síntomas Los síntomas de la artrosis son progresivos y dilatados en el tiempo. El síntoma más temido sea el dolor, que está asociado al movimiento y al esfuerzo al que se somete la articulación. En esta fase, el dolor cesa con el reposo. Posteriormente, el agravamiento de la artrosis hará que el dolor aparezca tras el reposo y tras el ejercicio prolongado estos periodos de tiempo se van dilatando y haciendo más continuos, hasta que el dolor es casi constante. El reposo provoca que los músculos que rodean la articulación se atrofien. Además, en otros casos, el dolor y las deformaciones de los huesos provocan contracturas musculares.
6. El deterioro muscular ayuda a que la enfermedad sea más severa, puesto que coarta los movimientos naturales de la articulación y produce más dolor. Otro síntoma de la enfermedad es la rigidez de la articulación que impide que los movimientos se desarrollen sin dolor.
7. Diagnostico DiagnósticoSe puede detectar clínicamente por el tipo de dolor, las situaciones que mejoran o empeoran y con una simple exploración de las articulaciones afectadas. La artrosis de las articulaciones de las manos presentan la típica deformación de los dedos, mientras que en la rodilla se empieza a inflamar el hueso, por el derrame del líquido, lo que normalmente no molesta. La artrosis puede llegar a confundirse con la artritis, por presentar casi los mismos síntomas, por lo tanto es importante acudir con el médico para establecer el diagnóstico adecuado.
8. Para comprobar si se posee la enfermedad, el reumatólogo realizará una serie de pruebas como: Rayos x Análisis de sangre
9. Tratamientos Existen medicamentos, antiinflamatorios y analgésicos, que pueden ayudar a aliviar los síntomas producidos por la artrosis: tanto el dolor como la rigidez de la articulación. Estos fármacos tienen el inconveniente de que pueden producir problemas gástricos como las úlceras. Por otra parte, el sulfato de glucosa mina puede ayudar a ralentizar la progresión de la enfermedad. La rehabilitación de la articulación dañada es otro procedimiento habitual en el tratamiento de la artrosis.
11. Fisioterapia y tratamiento con calor local: Para aliviar el dolor de los dedos es recomendable, por ejemplo, calentar cera de parafina mezclada con aceite mineral a una temperatura de 48 a 51 ºC, para luego mojar los dedos, o tomar baños tibios o calientes.
12. Tratamientos quirúrgicos: La cirugía también resuelve los casos en que las articulaciones de carga (cadera) estén muy dañadas debido a un estado muy avanzado de la enfermedad. Sin embargo, como todas las intervenciones quirúrgicas, éstas tampoco están exentas de riesgo. Los problemas principales que pueden aparecer después de una operación son: desprendimiento de la prótesis, o las infecciones.
13. Prevención Es recomendable llevar una dieta sana y equilibrada, realizar ejercicio físico moderado (acorde con la edad y el estado físico de la persona) y evitar la obesidad. También es necesario limitar los esfuerzos físicos intensos, tales como cargar objetos pesados o desempeñar actividades laborales que exijan un esfuerzo físico intenso. Los deportes de contacto, como el fútbol o el rugby, no se recomiendan a aquellas personas con artosis. Estas prácticas deportivas son, frecuentemente, uno de los factores que desencadenan la enfermedad. De hecho, muchos futbolistas padecen artrosis de rodilla debido a que sufren daños en una articulación de la rodilla, el menisco.
14. En caso de padecer ya la enfermedad, se deben evitar los movimientos que producen dolor, ya sea utilizando preferentemente otras articulaciones o limitando el uso de las enfermas. Sin embargo, esto no quiere decir que se deba tender a la situación de inmovilidad de estas últimas. Hacer ejercicio con las articulaciones enfermas es fundamental tanto para mantener la movilidad como para fortalecer los músculos y así evitar que la articulación quede fláccida. Este ejercicio debe ser suave y que no provoque dolor. Si es excesivo, ya sea en tiempo, esfuerzo o intensidad, siempre será perjudicial