Este documento discute la importancia de basar las políticas de salud y la toma de decisiones médicas en evidencia científica sólida a través de la gestión efectiva del conocimiento. Señala que para que los servicios de salud sean apropiados deben ser seguros, efectivos, centrados en el paciente, oportunos, eficientes y equitativos. Además, propone que cada centro médico desarrolle un área dedicada a la producción científica y gestión del conocimiento para mejorar los resultados en salud.