Jean-Baptiste Lamarck (1744-1829) fue el primer naturalista en proponer una teoría sobre la evolución de las especies. Según Lamarck, los organismos se adaptaban a su entorno a través del uso y desuso de sus órganos, adquiriendo características que luego transmitían a su descendencia. Por ejemplo, unos peces desarrollaron la habilidad de inflarse para protegerse de los depredadores.