La fábula trata sobre un grupo de liebres que se lamentaban por la vida peligrosa que llevaban, siendo presa fácil de otros animales y los humanos. Decidieron suicidarse ahogándose en un estanque. Sin embargo, cuando llegaron al estanque notaron que las ranas que estaban allí se asustaron aún más que ellas al oírlas llegar, haciendo que una de las liebres más inteligentes dijera que no debían apurarse a morir pues había otros animales aún más miedosos.