En la secundaria, las habilidades lingüísticas de los estudiantes se desarrollaron a través de diversas actividades como investigaciones que requerían lectura, selección de información y exposiciones orales. También se realizaban debates y un proyecto de lectura semanal para fomentar la comprensión lectora. Sin embargo, los autores argumentan que los estudiantes tenían poca oportunidad de expresarse libremente y que la lectura estaba enfocada a saber lo que el maestro quería enseñar en lugar de desarrollar