Semiologia de Abdomen segun Semiologia de Bates. describe abdomen y aprnede sobre la semiologia medica descrita por el libro de semiologia clinica de bates
1. Hospital Docente Dr. Felix
Maria Goico
Coordinadora y Docente
Dra. Niobis Encarnacion
Jefa de Enseñanza
Dra. Mercedes Sarita
Sustentante
Dra. Felicia Virginia Quezada
Tema
Semiologia de Abdomen
5. • En el cuadrante superior derecho (CSD), la consistencia blanda del hígado dificulta su palpación a
través de la pared abdominal. El borde inferior del hígado suele palparse en el reborde costal
derecho. La vesícula biliar, que descansa sobre la cara inferior del hígado, y el duodeno, más
profundo, casi nunca se palpan. Al moverse en sentido medial, el examinador encuentra la caja
torácica con su apéndice xifoides, que protege al estómago. La aorta abdominal a menudo tiene
pulsaciones visibles y por lo general es palpable en la parte superior del abdomen, o epigastrio. A
un nivel más profundo, el polo inferior del riñón derecho y la punta de la 12.ª costilla flotante
pueden ser palpables, en especial en niños y personas delgadas cuando relajan la musculatura
abdominal.
6. • En el cuadrante superior izquierdo (CSI), el bazo se encuentra lateral y posterior al estómago,
justo por encima del riñón izquierdo, en la línea axilar media izquierda. Su borde superior se
apoya contra la cúpula diafragmática. Las costillas 9.ª, 10.ª y 11.ª protegen la mayoría del bazo. En
un pequeño porcentaje de los adultos puede palparse la punta del bazo debajo el reborde costal
izquierdo (por el contrario, el aumento del tamaño del bazo, o esplenomegalia, se palapa con
facilidad). En las personas sanas, el páncreas no puede detectarse.
7. • En el cuadrante inferior izquierdo
(CII), a menudo se palpa el colon
sigmoideo duro, estrecho y tubular.
En ocasiones, también se palpan
porciones del colon transverso y
descendente, sobre todo si hay heces.
En la línea media inferior se
encuentran la vejiga, el promontorio
del sacro, que consiste en el borde
anterior óseo de la vértebra S1 (que a
veces se confunde con un tumor), y,
en las mujeres, el útero y los ovarios
8. • En el cuadrante inferior derecho (CID) están
las asas intestinales y el apéndice de la cola
del ciego, próximo a la confluencia de los
intestinos delgado y grueso. En las personas
sanas no puede palparse
9. Los riñones son órganos retroperitoneales (posteriores).
Las costillas protegen sus porciones superiores. El ángulo
costovertebral (ACV), formado por el borde inferior de la
12.ª costilla y la apófisis transversa de las primeras
vértebras lumbares, delimita el lugar donde se explora la
presencia de dolor renal a la palpación y a la
palmopercusión, lo cual se denomina dolor a la
palpación en el ángulo costovertebral (DACV).
En continuidad con la cavidad abdominal, pero angulada
en sentido posterior, se encuentra la cavidad pélvica, con
forma de embudo, que contiene la parte terminal de los
uréteres, la vejiga, los órganos genitales pélvicos y, a
veces, asas del intestino delgado y el colon. La pelvis
protege de manera parcial a estos órganos
10. • la vejiga es un depósito hueco con
paredes sólidas compuestas de
músculo liso, principalmente del
músculo detrusor. Tiene capacidad
para almacenar casi 400-500 mL de
orina filtrada por los riñones en la
pelvis renal y los uréteres. La
expansión vesical, a presiones
relativamente bajas, estimula la
inervación parasimpática, lo cual
provoca la contracción del detrusor
y la inhibición (relajación) del
esfínter uretral interno, también
bajo control autonómico.
11. Anamnesis
Síntomas habituales o preocupantes
• Trastornos gastrointestinales
Dolor abdominal, agudo y crónico Indigestión, náuseas, vómitos, incluso sanguinolentos
(hematemesis), pérdida de apetito (anorexia), saciedad temprana Dificultad para deglutir (disfagia)
o dolor al deglutir (odinofagia) Cambios de la función intestinal Diarrea, estreñimiento Ictericia
• Trastornos urinarios y renales
Dolor suprapúbico Dificultad para orinar (disuria), urgencia urinaria o polaquiuria Dificultad para
iniciar la micción, disminución del chorro urinario en los hombres Micción abundante (poliuria) o
micción abundante por la noche (nicturia) Incontinencia urinaria Sangre en orina (hematuria) Dolor
en los flancos y cólico uretera
13. Tubo
digestivo
Dolor, molestias y ardor
estomacal en el abdomen
superior
Dolor o molestias epigástricos
agudos
Dolor o molestias epigástricos
crónicos
14. ■ Primero determina
la cronología del
dolor.
¿Es agudo o crónico?
El dolor abdominal
agudo muestra
diversos patrones.
¿Apareció de forma
gradual o súbita?,
¿cuándo empezó?,
¿cuánto dura?
¿cuál ha sido su
patrón en las últimas
24 h?
¿en las semanas o
los meses recientes?
¿se trata de una
enfermedad aguda o
crónica y rec
15. Se pide al paciente que describa el dolor con
sus propias palabras.
Se indaga sobre detalles importantes:
• ¿dónde empezó el dolor?
• ¿ha irradiado o se ha desplazado a otro
lugar?
• ¿cómo es el dolor?
• Si el paciente tiene dificultades para
describir el dolor, se le ofrecen varias
opciones:
• ¿es un dolor sordo, le produce ardor, es
como si le perforara...?
16. Después se pide al paciente que señale el punto de dolor.
Se pide al paciente que califique la intensidad del dolor en una escala
del 1 al 10
Al explorar los factores que agravan o alivian el dolor, presta especial
atención a su relación con la posición corporal, las comidas, el alcohol,
los medicamentos (incluidos el ácido acetilsalicílico y los fármacos
similares a éste, así como cualquier medicamento de venta libre),
estrés y uso de antiácidos. Se pregunta si la indigestión o el malestar
se asocian con el esfuerzo y si se alivian con el reposo.
17. Dolor o
molestias
epigástricos
crónicos.
La dispepsia se define como la molestia o el dolor crónico recurrente centrado en
el epigastrio, que se caracteriza por plenitud posprandial, saciedad temprana, y
dolor epigástrico o pirosis.El malestar se define como una sensación subjetiva de
incomodidad no dolorosa; puede incluir varios síntomas, por ejemplo, hinchazón,
náuseas, plenitud epigástrica y pirosis.
Ten en cuenta que la distensión abdominal, las náuseas o los eructos pueden
aparecer solos, pero también pueden acompañarse de otros trastornos. Cuando
estas anomalías se producen de forma aislada, no cumplen con los criterios de
dispepsia.
Muchos pacientes con molestias o dolores epigástricos presentan dispepsia
funcional o no ulcerosa, definida como malestares epigástricos inespecíficos o
náuseas de 3 meses de duración no atribuibles a ninguna alteración estructural ni
a enfermedad ulcerosa péptica. Los síntomas suelen recurrir y casi siempre
persisten durante más de 6 meses.5 Muchos pacientes con malestar o dolor
crónico en el epigastrio se quejan de pirosis, disfagia o regurgitación. Si se
experimenta pirosis y regurgitación más de una vez a la semana, la exactitud del
diagnóstico de ERGE es mayor del 90%
18. • La pirosis es un ardor doloroso retroesternal
ascendente o molestia que se presenta cada
semana o más a menudo. Casi siempre se
agrava con los alimentos, como alcohol,
chocolate, cítricos, café, cebollas y menta; o
con ciertas posiciones, como agacharse
hacia delante, ejercitarse, levantarse o
acostarse en posición supina.
• Algunos pacientes con ERGE manifiestan
síntomas respiratorios atípicos, como dolor
en el pecho, tos, sibilancias y neumonía por
aspiración. Otros se quejan de síntomas
faríngeos, como ronquera, dolor de garganta
crónico y laringitis.
19. Algunas personas pueden tener “síntomas de
alarma”, como:
Dificultad para
deglutir
(disfagia)
Dolor al
deglutir
(odinofagia)
Vómitos
recurrentes
Signos de
hemorragia
gastrointestinal
Saciedad
temprana
Pérdida de
peso
Anemia
Factores de
riesgo para el
cáncer gástrico
Masa palpable
Ictericia
indolora
20. Dolor y
molestias
hipogástricos.
• Dolor agudo en la parte baja del abdomen
Los pacientes pueden quejarse de dolor agudo
en el CID. Se averigua si es punzante y continuo
o intermitente y con cólicos que hagan que el
paciente se doble de dolor.Cuando los
pacientes se quejan de dolor agudo en el CII o
dolor abdominal difuso, se investigan los
síntomas asociados, como fiebre y pérdida de
apetito.
• Dolor crónico en la parte baja del abdomen.
Si hay dolor crónico en los cuadrantes de la
parte baja del abdomen, se pregunta sobre el
cambio en los hábitos intestinales o una posible
alternancia entre diarrea y estreñimiento
22. Otros síntomas
gastrointestinales
• Dificultad para deglutir (disfagia) y dolor al
deglutir (odinofagia)
Se averigua qué alimentos causan los
síntomas: ¿sólidos o sólidos y líquidos? Se
establece la cronología: ¿cuándo comenzó la
disfagia?, ¿es intermitente o persistente?, ¿es
progresiva? En tal caso, ¿desde hace cuánto
tiempo?, ¿hay síntomas o alteraciones
médicas acompañantes
¿Se observa odinofagia o dolor con la
deglución?
23. • Cambio en la función intestinal
• Diarrea
• Estreñimiento
• ictericia.
24. Vías urinarias
Las preguntas generales incluyen:
• ¿tiene dificultad para orinar?
• ¿cuántas veces orina?
• ¿se levanta a orinar por la noche?
• ¿cuántas veces?
• ¿cuánta orina emite cada vez?
• ¿nota dolor o ardor en algún momento?
• ¿ha tenido problemas para llegar a tiempo al baño?
• ¿ha notado alguna salida de orina?
• ¿ha mojado la ropa de manera involuntaria?
• ¿tiene la sensación de que la vejiga está llena aun después de
orinar?.
25. Se pregunta a las mujeres si la tos
repentina, el estornudo o la risa
producen salidas de orina.
Aproximadamente la mitad de las
mujeres jóvenes informan esta
experiencia incluso antes de tener
hijos. La filtración ocasional no es
necesariamente importante.
Se pregunta a los hombres mayores:
¿tiene dificultades para empezar a
orinar?
¿tiene que pegarse al inodoro para
orinar?
¿ha notado un cambio en la fuerza o en
el volumen del chorro, o dificultad para
orinar?
¿titubea al orinar o se detiene el
chorro a la mitad de la micción?
¿gotea orina después de orinar?
26. • Dolor suprapúbico
• Disuria, urgencia o polaquiuria.
• Poliuria y nicturia
• Incontinencia urinaria
• Hematuria
• Dolor en el flanco y cólico ureteral.
27. Técnicas de
exploración
Consejos para la exploración del abdomen
• Haz que el paciente se sienta cómodo en la posición supina, con una almohada bajo
la cabeza y tal vez bajo las rodillas.
• Se solicita al paciente que coloque los miembros superiores a los lados o cruzados
sobre el tórax.
• Cubre al paciente. Para exponer el abdomen, se coloca la bata o la sábana en el
nivel de la sínfisis del pubis; a continuación, se desliza la bata por debajo de la línea
del pezón, por encima de la apófisis xifoides.
• Antes de empezar, se pide a la persona que señale cualquier área dolorosa para
explorar estas áreas al final.
• Se entibian las manos y el estetoscopio. Para entibiar las manos, se frotan o se
sumergen en agua caliente. La aproximación al paciente debe ser con calma y sin
movimientos rápidos e inesperados. Las uñas no deben estar largas, porque puede
lastimarse la piel del paciente.
• Debes colocarte al lado derecho del paciente y proceder de manera sistemática con
la inspección, auscultación, percusión y palpación. Se valora cada órgano en la región
que se está explorando. Se mira la cara del paciente para detectar cualquier signo de
dolor o malestar.
• Si es necesario, se distrae a la persona con la conversación o preguntas. Si el
paciente está asustado o tiene cosquillas, se comienza la palpación con la mano del
médico sobre la del paciente. Después de un tiempo, desliza la mano por debajo de
la mano del paciente para palpar de forma directa
28.
29. Inspección.
• En primer lugar, se observa el aspecto
general del paciente: está acostado en
silencio, se retuerce de dolor o se toma de
un lado. Desde el lado derecho de la cama se
inspeccionan las superficies, los contornos y
los movimientos del abdomen. Hay que
poner atención a las protuberancias o el
peristaltismo. Es posible sentarse o
agacharse para poder ver el abdomen de
manera tangencial
30. Se observa en especial:
■ La piel, lo cual incluye:
• Temperatura. Comprobar si la piel está caliente
o fría y húmeda.
• Color: Se busca cualquier hematoma, eritema o
ictericia.
• Cicatrices. Se describe o se dibuja su ubicación.
• Estrías. Las estrías nacaradas antiguas son
normales.
• Venas dilatadas. Unas cuantas venas pequeñas
pueden ser visibles normalmente.
• Exantemas o equimosis.
• Ombligo. Se observa su contorno y posición, y
cualquier inflamación o protuberancia que
sugiera una hernia ventral.
31. ■ Contorno del abdomen:
• ¿Es plano, redondeado, protuberante o
excavado (muy cóncavo o hundido)?
• ¿Protruyen los flancos o se observan
protrusiones locales? También se
inspeccionan las regiones inguinal y femoral.
• ¿Es simétrico?
• ¿Se ven órganos o masas? Se explora si el
hígado o el bazo están aumentados de
tamaño y si descienden por debajo de la caja
torácica.
32. ■ Peristaltismo.
• Se observa durante unos minutos si se
sospecha una obstrucción intestinal. De
modo normal, el peristaltismo se percibe en
las personas muy delgadas.
■ Pulsaciones.
• La pulsación aórtica normal con frecuencia
es visible en el epigastrio
33. Auscultación
• La auscultación ofrece información
importante acerca de la motilidad intestinal.
Se ausculta el abdomen antes de la
percusión o la palpación porque estas
maniobras pueden alterar las características
de los ruidos intestinales.
• Los ruidos normales consisten en chasquidos
y borboteos, que suceden con una
frecuencia estimada de 5-34 por minuto. De
vez en cuando se puede escuchar un
borboteo prolongado por hiperperistaltismo
como “rugidos del estómago” llamado
borborigmo
34. Percusión.
• Ayuda a evaluar la cantidad y la
distribución del gas en el abdomen, a
identificar posibles masas sólidas o
llenas de líquido, y a calcular el
tamaño del hígado y del bazo.
• Percute el abdomen ligeramente en
los cuatro cuadrantes para explorar la
distribución del timpanismo y de la
matidez.
• El timpanismo suele predominar por
la presencia de gas en el tubo
digestivo, pero también son
características las zonas dispersas de
matidez por el líquido y las heces
35.
36. • Se valora cualquier área extensa de matidez que sugiera una masa o
una organomegalia. Esta observación guiará la palpación.
• A cada lado de un abdomen protuberante, detecta en qué lugar el
timpanismo abdominal cambia a matidez de las estructuras sólidas
posteriores.
• Se percute de forma breve la cara anteroinferior del tórax, por
encima de los rebordes costales. A la derecha, por lo general se
hallará la matidez hepática; a la izquierda, el timpanismo se extiende
por la burbuja de aire del estómago y la flexura esplénica del colon
39. Palpacion superficial
• Una palpación superficial ayuda sobre todo a detectar la sensibilidad
abdominal, la resistencia muscular y algunos órganos y masas
superficiales. Además, sirve para tranquilizar y relajar al paciente.
• Con la mano y el antebrazo en un plano horizontal, y los dedos juntos
y planos sobre la superficie abdominal, se palpa el abdomen con un
movimiento ligero y suave hacia dentro.
• Para desplazar la mano por los distintos cuadrantes, se separa sólo un
poco de la piel. Hay que moverse con suavidad y palpar todos los
cuadrantes
40. • Se identifica cualquier órgano y masa superficial y cualquier área de
sensibilidad o aumento de la resistencia a la palpación. Si la
resistencia está presente, se trata de distinguir la defensa voluntaria
de la rigidez involuntaria o el espasmo muscular. La defensa
voluntaria por lo general disminuye con las técnicas que se enumeran
a continuación.
• Se utilizan los métodos descritos antes para ayudar al paciente a
relajarse .
• Se palpa después de pedir al paciente que exhale, lo cual por lo
general relaja los músculos del abdomen.
• Se pide al paciente que respire por la boca con la mandíbula
descendida.
41. Palpacion profunda
• Suele necesitarse para delimitar el borde hepático,
los riñones y las masas abdominales. Una vez más,
con las superficies palmares de los dedos se presiona
hacia abajo en los cuatro cuadrantes .
• Se identifica cualquier masa; se observa su
localización, tamaño, forma, consistencia, dolor,
pulsaciones y posible movilidad con la respiración o al
presionar con la mano que explora.
• Se correlacionan los hallazgos de la palpación con lo
observado en la percusión
42. Evaluacion de
una posible
peritonitis
La inflamación del peritoneo parietal, o peritonitis, indica un dolor
abdominal agudo. Los signos de peritonitis incluyen una prueba de la
tos positiva, defensa abdominal, rigidez, dolor a la descompresión
(por rebote) y dolor a la percusión.
Incluso antes de la palpación, se pide al paciente que tosa y se
identifica en qué lugar la tos provoca dolor.
A continuación, se palpa con suavidad, comenzando con un dedo y
luego con toda la mano para localizar el área del dolor.
Al palpar, se buscan signos peritoneales de defensa, rigidez y dolor a
la descompresión
43. Hígado • Debido a que la caja torácica protege
casi todo el hígado, su exploración
directa es difícil. El tamaño y la forma
del hígado pueden estimarse por
percusión y palpación. La presión
ejercida con la mano te permitirá
evaluar la superficie, la consistencia y
la sensibilidad.
44. Percusión.
• Se mide la extensión vertical de la matidez hepática en la línea
media clavicular derecha. Primero localiza de forma meticulosa
la línea medioclavicular para evitar medidas imprecisas.
• Se percute de forma leve a moderada, ya que a veces con una
percusión más fuerte puede subestimarse el tamaño del
hígado.
• Se inicia a un nivel por debajo del ombligo en el CID (en una
zona de timpanismo, no de matidez) y se va percutiendo hacia
arriba, en dirección al hígado.
• Se identifica el borde inferior de matidez en la línea
medioclavicular. A continuación, se identifica el borde superior
de matidez hepática en la línea medioclavicular.
• A partir de la línea del pezón, se percute ligeramente desde la
resonancia pulmonar hasta la matidez hepática.
• En las mujeres, se desplaza con suavidad la mama, si fuera
necesario, para cerciorarse de que comienza sobre una zona de
resonancia.
45. palpación.
• Coloca la mano izquierda debajo del paciente, paralela y sosteniendo las
costillas 11.ª y 12.ª, así como los tejidos blandos adyacentes. Recuerda al
paciente que se relaje apoyando el dorso sobre tu mano, si fuera necesario.
Al empujar con tu mano izquierda, se palpa con más facilidad el hígado del
paciente que con la otra mano
46.
47. • Coloca la mano derecha sobre la parte derecha del abdomen, lateral al
músculo recto, con los dedos muy por debajo del borde inferior del área de
matidez hepática .
• Si se comienza la palpación demasiado cerca del borde costal derecho, se
corre el riesgo de no notar el borde inferior de un hígado agrandado que se
extiende en el CID.
• A algunos médicos les gusta apuntar con los dedos hacia la cabeza del
paciente y otros prefieren una posición más oblicua. En cualquier caso, se
presiona con suavidad hacia dentro y arriba.
48. • Para palpar el borde hepático, tendrá que modificarse la presión según el
grosor y la resistencia de la pared abdominal.
• Si no puede palparse, se coloca la mano que palpa más cerca del borde
costal y se intenta de nuevo.
• Un borde hepático palpable no indica de forma fiable hepatomegalia
49. “Técnica del gancho”
• Ayuda sobre todo en pacientes obesos. Colócate de pie, a la derecha del
tórax del paciente. Se ponen ambas manos, una junto a la otra, en la parte
derecha del abdomen por debajo del borde de matidez hepática. Presiona
con las yemas de los dedos en dirección al borde costal. Pide al paciente
que realice una inspiración profunda. El borde hepático, se palpa con los
dedos de las dos manos
50.
51. Bazo
• Cuando el bazo aumenta de tamaño, se expande hacia
delante, hacia abajo y en sentido medial, y a menudo se
reemplaza el timpanismo del estómago y del colon por una
matidez de órgano sólido.
• Entonces es palpable bajo el borde costal. La matidez a la
percusión indica aumento del tamaño del bazo, pero puede
estar ausente cuando el bazo agrandado está por encima
del borde costal.
• Se continúa la exploración desde el lado derecho del
paciente
52. Percusión.
Hay dos técnicas que ayudan a detectar la esplenomegalia o el aumento de
tamaño del bazo:
Percutir la pared inferior izquierda del tórax aproximadamente desde el borde de
la matidez cardíaca en la 6.ª costilla hasta la línea axilar anterior y hacia abajo
hasta el borde costal, la zona denominada espacio de Traube.
• La precisión de la percusión para detectar la esplenomegalia es moderada
(sensibilidad del 60-80%; especificidad del 72-94%)
53. • Si el timpanismo es muy marcado, sobre todo en la parte lateral, la esplenomegalia es
improbable.
• La matidez del bazo normal suele estar enmascarada por la matidez de los otros tejidos
posteriores.
Comprobar el signo de percusión esplénica. Se percute el espacio intermedio más bajo en la línea
axilar anterior izquierda. Esta área suele ser timpánica.
• Luego, se pide al paciente que realice una respiración profunda y se percute de nuevo.
• Cuando el tamaño del bazo es normal, por lo general se sigue oyendo un sonido timpánico a la
percusión.
• Si una o ambas pruebas son positivas, se presta especial atención a la palpación del bazo.
54. Palpación
• Para aumentar la relajación de la pared abdominal, el paciente debe mantener los brazos a los lados y, si es necesario,
flexionar el cuello y las piernas.
• Con la mano izquierda, se toma y rodea al paciente para apoyar e impulsar hacia adelante la parte baja izquierda de la
caja torácica y los tejidos blandos adyacentes.
• Con la mano derecha colocada por debajo del borde costal izquierdo, se presiona en dirección al bazo. Se comienza la
palpación en un lugar lo suficientemente bajo como para poder detectar un bazo agrandado.
• Si la mano del médico está demasiado cerca del borde costal, no tendrá la movilidad suficiente para llegar bajo la caja
torácica.
• Se pide al paciente que realice una respiración profunda.
• Trata de palpar la punta o el borde del bazo cuando éste descienda hacia los dedos . Observa si hay dolor, evalúa el
contorno esplénico, y mide la distancia entre el punto más bajo del bazo y el borde costal izquierdo.
• La punta del bazo puede palparse en casi el 5% de los adultos saludables
• Se repite la maniobra con el paciente acostado sobre el lado derecho y con las piernas un poco flexionadas en las caderas
y las rodillas. En esta posición, la gravedad puede llevar el bazo hacia delante y a la derecha en una ubicación palpable
55.
56. Riñones
• Palpación.
Los riñones tienen posición retroperitoneal y casi nunca pueden palparse,
pero aprender las técnicas para su exploración ayuda a distinguir entre los
riñones aumentados de tamaño y otros órganos y masas abdominales.
57.
58. Palpación del riñón izquierdo.
• Colócate a la izquierda del paciente.
• Se pone la mano derecha detrás del paciente, por debajo y en paralelo a la 12.ª costilla, con las yemas
de los dedos rozando el ACV.
• Se levanta y se intenta desplazar el riñón en sentido anterior.
• Se coloca la mano izquierda suavemente en el CSI, lateral y paralela al músculo recto.
• Se pide al paciente que realice una respiración profunda.
• En el momento de la máxima inspiración, se presiona con la mano izquierda de manera firme y
profunda en el CSI, por debajo del borde costal.
• Se intenta “atrapar” al riñón entre las dos manos.
59. • Se pide al paciente que espire y, a continuación, que deje de respirar brevemente.
• Se libera despacio la presión de la
mano izquierda, palpando al mismo tiempo el desplazamiento de retorno del riñón a
la posición espiratoria. Si el riñón es palpable, describe su tamaño, contorno y cualquier tipo de dolor.
• De manera alternativa, se trata de palpar el riñón izquierdo con un método de palpación profunda
similar al de la palpación del bazo.
• De pie y al lado derecho del paciente, con la mano izquierda, se rodea el abdomen de la persona
para levantar la fosa lumbar izquierda, y con la mano derecha, se palpa a profundidad el CSI.
• Se pide al paciente que realice una respiración profunda, y se palpa para buscar una masa.
El riñón izquierdo normal se palpa muy pocas veces
60. Palpación del riñón derecho.
• Un riñón derecho normal puede palparse, sobre todo cuando el
paciente es delgado y los músculos abdominales están relajados. Para
capturar el riñón derecho, se debe regresar al lado derecho del paciente.
• Se utiliza la mano izquierda para levantarlo desde atrás, y la mano
derecha para palpar profundamente en el CSD.
• El riñón puede ser un poco doloroso. Por lo general, el paciente percibe
la captura y la liberación
61. • veces, el riñón derecho ocupa una posición más anterior y
debe diferenciarse del hígado. El polo inferior del riñón es
redondeado, y el borde hepático, si es palpable, tiende a ser
más agudo, y se extiende más en sentido mediolateral. El
hígado no puede capturarse.
62. Dolor a la percusión de los riñones.
• Si los riñones duelen a la palpación, se valora el dolor a la percusión sobre el ACV.
• La presión con las yemas de los dedos puede bastar para desencadenar dolor; de lo
contrario, se debe utilizar la percusión con el puño.
• Se coloca la región palmar de los metacarpianos en el ángulo costovertebral y se golpea
con el borde cubital del puño.
• Se aplica la fuerza suficiente para producir un golpe o ruido sordo, pero indoloro.
• Para evitar que el paciente tenga que recolocarse, se integra esta evaluación en la
exploración posterior de los pulmones o la espalda
63.
64. Vejiga Urinaria
• La vejiga urinaria saludable no es palpable a menos
que se distienda por encima de la sínfisis del pubis.
• Mediante la percusión se verifica la matidez y
cuánto se eleva la vejiga sobre la sínfisis púbica.
• El volumen vesical debe ser de 400-600 mL antes
de que aparezca matidez.
• En la palpación, la cúpula de la vejiga distendida se
palpa lisa y redonda. Valorar el dolor
65. Aorta
• Presiona con firmeza y de manera profunda el epigastrio, ligeramente a
la izquierda de la línea media, e identifica las pulsaciones de la aorta.
• En las personas mayores de 50 años de edad, se evalúa el ancho de la
aorta al presionar con profundidad en el epigastrio con una mano en
cada lado de la aorta.
• En este grupo de edad, una aorta normal tiene no más de 3 cm de
ancho (media de 2.5 cm, excluido el espesor de la piel y la pared
abdominal).
• La circunferencia abdominal y el diámetro de la aorta afectan la
detección de pulsaciones.
66.
67. Técnicas especiales
Técnicas para evaluación
• Ascitis
• Apendicitis
• Colecistitis aguda
• Hernia ventral
• Masa en la pared abdominal
68. Detección de una posible ascitis.
• La presencia de un abdomen protuberante con flancos
prominentes indica una posible ascitis, considerada la
complicación más frecuente de la cirrosis.
• Como el líquido ascítico desciende de forma característica
con la gravedad, mientras que las asas intestinales llenas de
gas suben, en la percusión se obtiene una nota de matidez
en las zonas abdominales en declive.
• Se busca este patrón al percutir hacia fuera en varias
direcciones a partir del área de timpanismo central.
• Se recomienda elaborar un mapa del límite entre el
timpanismo y la matidez
69.
70. Dos técnicas adicio
nales ayudan a con
firmar la
ascitis, aunque am
bos signos pueden
estar
ausentes.
Prueba de la matidez cambiante.
• Tras percutir el límite del timpanismo y la
matidez con el paciente en posición supina,
se le pide que se vuelva hacia un lado.
• Se percuten y se marcan de nuevo los
límites.
• En una persona sin ascitis, el límite entre el
timpanismo y la matidez suele mantenerse
más o menos constante
71. Prueba de la oleada acústica.
• Pide al paciente o a un asistente que
presione con firmeza los bordes de ambas
manos en la línea media del abdomen.
• Esta presión ayuda a detener la transmisión
de la oleada a través de la grasa. Mientras
se percute con las yemas de los dedos y de
manera firme uno de los flancos, se palpa
en el flanco opuesto el impulso transmitido
a través del líquido.
• Por desgracia, este signo suele ser negativo
hasta que la ascitis es evidente, y a veces es
positivo en personas sin ascitis.
72. Evaluación de una posible apendicitis.
• La apendicitis es una causa habitual de dolor abdominal agudo.
• Se evalúa de forma meticulosa la existencia de signos peritoneales del dolor
abdominal agudo y otros signos de dolor a la palpación en el punto de
McBurney, el signo de Rovsing, el signo del psoas y el signo del obturador, que
se describen más adelante
• Pide al paciente que señale el lugar donde comenzó el dolor y dónde le duele
ahora.
• Se le pide que tosa para determinar dónde se produce el dolor.
• Se busca con cuidado cualquier zona de dolor a la palpación local.
• El punto de McBurney se encuentra casi siempre a unos 5 cm de la apófisis
espinosa anterior del ilion sobre una línea que va de esta apófisis hasta el
ombligo
73.
74. • Explora la zona dolorosa en busca de defensa, rigidez y dolor a la descompresión.
• Se comprueba el signo de Rovsing y el dolor a la descompresión referido. Se presiona de manera profunda y
uniforme el CII, y luego se retiran rápido los dedos.
• Evalúa el signo del psoas. Se coloca la mano por encima de la rodilla derecha del paciente y se le pide que eleve el
muslo contra la mano del examinador. Otra posibilidad es pedir al paciente que se gire sobre el lado izquierdo y luego
extienda el miembro inferior derecho por la cadera. La flexión del miembro en la cadera hace que se contraiga el
músculo psoas; la extensión lo estira.
• Aunque es menos útil, se valora el signo del obturador. Se flexiona el muslo derecho del paciente en la cadera, con
la rodilla flexionada, y se hace una rotación interna de la pierna por la cadera. Esta maniobra estira el músculo
obturador interno.
• Realiza una exploración rectal y, en las mujeres, una exploración pélvica. Estas maniobras tienen sensibilidad y
especificidad bajas, pero pueden identificar un apéndice inflamado que se localiza de manera atípica dentro de la
cavidad pélvica, así como otras causas de dolor abdominal
75. Evaluación de una posible colecistitis aguda
• Si el dolor y la sensibilidad en el CSD sugieren colecistitis aguda,
se evalúa el signo de Murphy.
• Se realiza un gancho con el pulgar izquierdo o los dedos de la
mano derecha bajo del borde costal izquierdo en el punto de
intersección del borde lateral del músculo recto y el borde
costal.
• Otra posibilidad es palpar el CSD con los dedos de la mano
derecha cerca del borde costal.
• Si el hígado está aumentado de tamaño, haz un gancho con el
pulgar o los dedos bajo el borde hepático en un punto
comparable.
• Se pide al paciente que realice una inspiración que empuja al
hígado y la vesícula biliar hacia abajo, en dirección a los dedos
que exploran. Vigila la respiración del paciente y observa el
grado de molestia
76. Evaluación de las
hernias ventrales
• Las hernias ventrales corresponden de forma
exclusiva a las hernias de la pared abdominal
y que no aparecen en las ingles.
• Si se sospecha una hernia umbilical o
incisional, pero no se puede ver, pide al
paciente que levante la cabeza y los hombros
de la camilla.
• Las hernias inguinales, crurales o escrotales
estranguladas requieren una evaluación
quirúrgica inmediata.
77. Masa en la pared
abdominal.
• De vez en cuando, hay masas en la pared
abdominal en lugar de estar dentro de la cavidad
abdominal.
• Se pide al paciente que levante la cabeza y los
hombros o que haga presión hacia abajo,
apretando así los músculos del abdomen.
• Palpa de nuevo la masa.