La profesora trabaja con estudiantes de entre 11 y 16 años en un colegio ubicado en una zona industrial de estrato bajo. Los estudiantes provienen de contextos diversos y tienen prioridades diferentes al estudio. La profesora utiliza principalmente el aprendizaje invertido en un 70% de sus clases, asignando tareas de investigación para la casa y resolviendo dudas y problemas en clase. Con otro 30% de los estudiantes, usa aprendizaje flexible para desafiar a los más avanzados y apoyar a los que tienen más dificultades