2. Introducción
El estudio de la adquisición del lenguaje ha tenido muchos cambios en
los últimos 25 años.
Chomsky revolucionó el campo de la lingüística y el de numerosos
ámbitos relacionados con las ciencias humanas.
3. APROXIMACIÓN HISTÓRICA AL ESTUDIO DEL LENGUAJE INFANTIL
Para Chomsky la línea de demarcación entre la especie humana y la
animal se establece mediante el lenguaje.
El lenguaje es una capacidad exclusivamente humana.
El trabajo del lingüista es descubrir los aspectos comunes a todas
las lenguas habladas, también llamados universales lingüísticos.
Chomsky señala dos aspectos que fueron cruciales para el
nacimiento de la psicolingüística moderna: 1ero. afirma que la
capacidad para hablar de los humanos está genéticamente
determinada.
2do. Relaciona los universales lingüísticos con la sintaxis.
4. Las investigaciones sobre la adquisición del lenguaje
comienzan cuando el niño ya es capaz de establecer
combinaciones de dos palabras.
En el lenguaje además de restricciones sintácticas hay
restricciones semánticas.
En una producción lingüística existe una relación entre su
forma y aquello que significa. No es lo mismo decir Juan
ve a Pedro que Pedro ve a Juan. Esto demuestra que para
poder usar el lenguaje es necesario un cierto
conocimiento de la realidad.
5. Para Piaget la posibilidad de usar y combinar las palabras responde a la
aparición de una capacidad previa, la función simbólica, que el niño
constituye a lo largo del estadio sensoriomotor.
Piaget no cree que sea el lenguaje lo que define a la especie humana sino
su capacidad cognitiva general de la cual el lenguaje es la expresión.
Para él, el lenguaje en primer lugar es un sistema simbólico y, por lo tanto,
arbitrario. Por eso para poder emplearlo el sujeto debe primero construir
la capacidad para simbolizar.
Los estudios del lenguaje no podían limitarse a estudiar el sistema
independientemente de los individuos concretos que lo emplean y del
contexto en que lo hacen. Desde este punto de vista aprender a hablar no
es solo conocer las reglas fonológicas, semánticas y sintácticas, sino
también tener el conocimiento de como usarlas. De esta manera se
incorporaba la pragmática a los estudios de la adquisición del lenguaje.
6. Cuando empleamos el lenguaje lo hacemos en forma de discurso en un contexto
lingüístico y extralingüístico por lo que en su dominio comporta el conocimiento de
como dialogar, de como posibilitar al interlocutor que reconozca nuestra intención
con el mínimo esfuerzo posible. De ahí que aprender a hablar implica aprender a
anunciar la intención y a compartir un tema con un interlocutor, además de
comentar sobre él. Por eso cuando usamos el lenguaje no lo hacemos en forma de
monosílabos.
Solo el uso del lenguaje permite aprender a usarlo. Cuando el bebé pronuncia sus
primeras palabras ya sabe gran número de cosas sobre el lenguaje. Antes de decir
agua reclamando su obtención, tiene la misma intención cuando usa gestos,
balbuceos o arrastra al adulto hacia ese objeto. La producción de esa palabra ocurre
porque reconoce que es más económico decirla que arrastrar al adulto hacia la
canilla. Antes de regular la conducta del adulto mediante la palabra agua, lo hace
mediante otros procedimientos, que al usarlos le permiten dominar las reglas de
requerimiento.
7. LOS INICIOS DE LA COMUNICACIÓN
El recién nacido no es un libro en blanco como autores planteaban en siglos pasados. Nace
preparado para incorporarse desde los primeros momentos de su vida a rutinas de
intercambio social, es un ser activo, que busca estímulos y organiza la información que
adquiere. Muestra conductas específicas relacionadas con el lenguaje humano.
Los psicólogos evolutivos han caracterizado los intercambios adulto-niño en estos primeros
meses de vida con distintos nombres, enfatizando el carácter micro momentáneo de estas
interacciones y la existencia de una acomodación mutua entre el bebé y sus cuidadores. Los
nombres que han dado los autores son: “menos de un segundo” e “intersubjetividad primaria”
entre el niño y el adulto, gracias a ella el bebé es capaz de aprender las características de la
estructura básica de comportamiento entre los seres humanos, además de posibilitarte que
más o menos a los tres meses los distinga de los demás objetos.
En este período hay una asimetría entre los participantes, de hecho es el adulto el que controla
y dirige los intercambios iniciales, adecuando sus conductas a las del niño, buscando que las
conductas infantiles sean mas que simples respuestas biológicas y pasen a ser controladas por
el propio bebé. A medida que pasa el tiempo cada uno reconoce la señal del otro y anticipa su
propia respuesta.
8. En los primeros tramos de Nivel Inicial (0-3 años) este
planteamiento es muy importante. Las interacciones
adulto-niño se insertan en el deseo de ambos de
mantenerlas, convirtiéndose la afectividad en uno de los
motores del progreso infantil. Pero no basta solo con
ofrecer cariño a los bebés por parte de sus cuidadores;
además ese cariño debe ofrecerse en el ámbito de unas
relaciones asimétricas y, por lo tanto, organizadas y
dirigidas por el adulto.
9. EL DESARROLLO DE LA COMUNICACIÓN PRELINGÜÍSTICA
Durante los tres primeros meses de vida no hay una habilidad que pueda
compararse con la comunicación.
Los inicios de la comunicación coincidan con los inicios de la vida social.
Las interacciones adulto-niño son complejas y para que se vuelvan más
óptimas es necesario un progreso en el dominio de la comunicación.
Bruner (1986) estudia la relación entre los juegos y la adquisición del lenguaje.
Emplea el nombre de “formato” para describir esas interacciones triangulares.
Distingue entre formatos de acción conjunta (situaciones en las que el adulto y
el niño actúan en conjunto sobre un objeto: jugar de dar y tomar; juego de
tirar y construir; etc.), formatos de atención conjunta (situaciones en las que el
adulto y el niño atienden en conjunto a un objeto: juegos de indicación, juego
de lectura de libros; etc.) y formatos mixtos que tienen las características de la
10. atención y la acción conjunta.
Este autor considera que el interés de estos juegos radica en que las relaciones
sociales que están implicadas en ellos están en consonancia con los usos del
lenguaje en el discurso, por lo que su dominio significa el dominio del diálogo.
Señala tres aspectos: anuncio de la intención; regulación de la deixis y control
presuposiciónal.
El anuncio de la intención implica que adulto y niño negocien los
procedimientos adecuados para regular sus intenciones al inicio, en el
transcurso y en el final del juego.
La regulación de la deixis se refiere a que el niño debe empezar a dominar los
mecanismos deícticos implicados en el discurso.
11. El control presuposicional los interlocutores se refieren a un tema del que dan
por supuesto su contenido y sobre el que realizan comentarios. Los comentarios
son las distintas variaciones que adulto y niño realizan tras compartir un tema
en común.
El educador debe entender que el dominio de las habilidades comunicativas se
consigue en el ámbito de las relaciones individuales en situaciones muy
variadas.
Entre los seis meses y el año aparecen gestos culturalmente determinados
(gesto de indicación, movimientos de la cabeza para negar o aceptar).
Se produce además una diversificación en las expresiones fáciles, permiten al
niño la expresión de emociones, sentimientos, estados de ánimos e intenciones
subjetivas. Aparecen vocalizaciones que se sitúan en puntos relevantes de la
interacción adulto-niño.
12. Las vocalizaciones están presentes en el bebé prácticamente desde el primer
mes de vida. A partir del mes y medio, pueden aparecer cualquier fonema de
las lenguas conocidas, como pasa en la fase llamada balbuceo.
Los niños sordos balbucean igual que los oyentes, lo que señala la regulación
biológica de estas vocalizaciones. A partir de los seis meses los niños empiezan
a prestar atención a los sonidos que se hablan a su alrededor, sonidos que ya
son imitados, aunque imperfectamente (fase a la que algunos autores
denominan laleo). Los niños sordos a medida que pasa el tiempo van
mostrando que las vocalizaciones dejan de ser algo biológico para cumplir un
papel de regulación social.
A los 9-10 meses se accede a una fase que se ha denominado ecolalia para
referirse a las emisiones verbales del niño que van dando paso a los sonidos
de la lengua que pronto empezará a hablar.
13. Hacia los nueve meses aparecen las primeras vocales
claramente pronunciadas (a/y/e). A los doce meses es normal
la pronunciación correcta de las primeras consonantes
(p/t/m). Durante el segundo año los niños van aprendiendo la
entonación. A los dos años aproximadamente se pronuncian
correctamente todas las vocales y gran número de
consonantes, algunos diptongos, aunque el dominio del
sistema fonológico puede demorarse hasta los cincos años de
vida.
14. DEL GESTO A LA PALABRA
Los niños y las niñas acompañan sus gestos con vocalizaciones cuando interactúan
con los adultos de su entorno. Desde muy temprana edad los niños marcan
entonativamente sus producciones lo que permite que los adultos no tengan
dificultades en aceptarlas.
Al inicio del segundo año de vida el niño empieza a emitir alguna palabra,
aumentando poco a poco su número hasta aproximadamente los 20-24 meses.
Luego experimenta un crecimiento rápido por lo que en no más de dos meses
incorpora el mismo número de palabras que anteriormente había incorporado en
10-12 meses.
Una de las características de los formatos de acción y atención conjunta reside en
su carácter repetitivo y pautado. La repetición no se refiere solo a las reglas de
cada juego, sino a las conductas que el adulto realiza en ellos. Estas son en
muchos casos verbalizaciones que acompañan a los segmentos de sus acciones.
15. Cada vez el niño comprende mejor el carácter instrumental del lenguaje.
No tarda mucho en reconocer que el lenguaje refleja la realidad y que todo aquello
que se presenta diferente se puede etiquetar de forma diferente. Aparece el
“insight designativo” (el niño parece descubrir de golpe que la realidad se puede
designar mediante el lenguaje), se inicia así un período en que la incorporación de
palabras está limitada principalmente por la memoria.
Entre el período prelingüístico y el lingüístico existe una continuidad funcional, de
forma que las primeras palabras se insertan en situaciones interactivas
cumpliendo las mismas funciones que los gestos a los que sustituyen.
Hacia el fin del segundo año de vida aparecen también las primeras flexiones en
formas de marcas de plural (-s) y de género (-a,-o). Igualmente se inicia el uso de
los artículos, demostrativos, los posesivos y pronombres personales con
confusiones al principio. Las formas verbales suelen ser en infinitivo y presente, no
apareciendo el pasado y el futuro hasta después de los dos años.
16. LAS GRAMÁTICAS INFANTILES
El “insigth designativo” se acompaña de las primeras combinaciones de palabras.
La psicolingüística afirmaba que el período anterior, en el que el niño emitía una única palabra
podía calificarse como período holofrásico.
Primer gramática infantil fue conocida como gramática pivote. En dicha gramática se distingue
entre palabra pivote (palabra que aparece frecuentemente en las combinaciones) y palabra
abierta (palabras con muy poca frecuencia).
Las palabras pivote no pueden combinarse entre si y no puede emitirse solas, para las abiertas
no existe restricción.
El conocimiento del niño es semántico; este a lo largo del estadio sensoriomotor elabora una
serie de nociones sobre la realidad en forma de agente, acción, receptor, lugar, entidad,
atributo, y es capaz de relacionarlas, codificarlas y expresarlas.
17. Slobin(1985) postula la existencia de una serie de
estrategias gognitivas y lingüísticas que permiten al niño
construir su lenguaje según unas relaciones de forma y
significado. Este autor bautizó a estas estrategias con el
nombre de principios operacionales y son innatas, es
decir, existen independientemente de cualquier
experiencia anterior del niño con el lenguaje.