Este documento discute el retorno al juego después de una lesión del ligamento cruzado anterior. Resalta que la decisión de retorno debe ser consensuada por un equipo multidisciplinario y que la literatura actual sugiere un periodo de 12 a 24 meses para el retorno. También enfatiza la importancia de validar el retorno mediante pruebas funcionales y psicológicas que evalúen la fuerza, movilidad, agilidad y confianza del jugador.