Al-Andalus se estableció en la península ibérica después de que los musulmanes conquistaran la región en el año 711. Inicialmente fue un emirato dependiente del califato omeya en Damasco, pero luego se convirtió en un emirato independiente y finalmente en el poderoso califato de Córdoba entre los años 929-1031, la época más próspera de Al-Andalus. Tras la caída del califato, el territorio se dividió en reinos más pequeños que finalmente fueron conquistados