Una anamnesis cuidadosa y exploración minuciosa son fundamentales para establecer una relación con el paciente, evaluar correctamente su caso y guiar el razonamiento clínico. Una buena anamnesis identifica los síntomas y signos, y ayuda a establecer hipótesis sobre los procesos subyacentes, dirigiendo los próximos pasos del tratamiento. Debe incluir datos del paciente, motivo de la consulta, enfermedad actual, antecedentes y revisión por sistemas, describiendo adecuadamente los síntomas