La arquitectura de hierro surgió en el siglo XIX gracias a los nuevos materiales disponibles tras la Revolución Industrial. El primer edificio construido completamente de hierro y vidrio fue el Crystal Palace de Londres en 1851. Otras importantes obras fueron la Biblioteca de Santa Genoveva en París, que combinó el estilo neoclásico exterior con una estructura metálica interior, y la Torre Eiffel, construida para la Exposición Universal de París de 1889.