La arquitectura bizantina introdujo una nueva concepción del espacio con edificios de planta centrada cubiertos por cúpulas abovedadas, utilizando materiales como piedra, ladrillo y mortero. Dos de sus iglesias más representativas son Santa Sofía en Estambul, con su gran cúpula central soportada por medios de pechinas, y la iglesia de los Santos Sergio y Baco en Ravena, Italia, con su planta octogonal.