El autoconcepto se refiere a la idea que una persona tiene de sí misma, mientras que la autoestima se refiere a la valoración de esa idea. El autoconcepto se desarrolla en la infancia a través de las interacciones con otros y la observación propia. La adolescencia ofrece la oportunidad de revaluar el autoconcepto a medida que cambia la imagen personal, los gustos y aptitudes, lo que lleva a una afirmación de la identidad e integración de los valores personales. La adolescencia también representa una crisis necesaria para construir las mejores versiones