1. Los íberos ocuparon la franja mediterránea, desde Andalucía Oriental hasta el Languedoc
francés. Los celtas eran las poblaciones bárbaras del occidente europeo que se asentaron en
amplias áreas de la Meseta, el norte y el oeste de la Península Ibérica. Los celtíberos son los
habitantes de la Celtiberia, un territorio situado en el reborde montañoso donde se encajan
las cordilleras Ibérica y Central y sus zonas aledañas, donde se establecen las divisorias de
las cuencas del Tajo, Ebro y Duero, es decir, la zona oriental de la Meseta Norte y el lado
derecho de la cuenca media del Ebro (las actuales Guadalajara, Soria, La Rioja y el oeste de
Zaragoza y Teruel).
Los celtíberos se establecen lugares elevados y visibles, que refuerzan con murallas, torres
defensivas y fosos. En el interior, las viviendas se organizan en torno a una calle o espacio
central Las casas celtibéricas presentaban una planta rectangular, con una superficie de
entre 40 y 50 metros cuadrados. Los muros se asentaban en un zócalo de piedra sobre el que
se levantaban muros de adobe o tapial. A continuación se realizaba un entramado de postes
a intervalos regulares sobre el que se colocaba una estructura de madera que sostenía la
cubierta vegetal, dispuesta a una o dos aguas. El interior de los muros se enlucía con barro y
paja y el suelo se pavimentaba con arcilla o tierra apisonada. Las viviendas estaban divididas
en 3 estancias (de fuera hacia dentro).
La economía celtíbera se basaba en la agricultura; la ganadería, la caza, la pesca y la
recolección de frutos secos.
El arte, la metalurgia, la orfebrería y la alfarería alcanzaron un gran perfeccionamiento con los
celtíberos. Los materiales más empleados fueron el barro y los metales, destacando en el
manejo de las técnicas de orfebrería y en la calidad de las cerámicas y la pintura con que las
decoraron.
La sociedad celtibérica con el paso del tiempo fue adoptando una estructura más
jerarquizada. Al principio se agrupaban en tribus y clanes.
La lengua celtibérica es de origen céltico y pertenece a la familia indoeuropea. Se desconoce
cuándo comenzó a hablarse pero a partir del s.II a.C. comenzó a escribirse. La escritura es
semisilábica pero los escasos testimonios existentes impiden que pueda ser traducida
completamente. Se empleó en soportes variados, principalmente.