Este documento discute los desafíos de motivar a estudiantes en la escuela moderna. Señala que la sociedad y la tecnología han cambiado, lo que ha llevado a la "destitución simbólica de la escuela". Propone abandonar las viejas creencias sobre la motivación y reconocer que la escuela también debe cambiar. Argumenta que la motivación es clave para el aprendizaje, pero que también es necesario diagnosticar las nuevas creencias y valores de los estudiantes.