La ciencia debe servir al ser humano y a la sociedad, no al revés. Si bien la ciencia ha logrado avances tecnológicos, también ha sido testigo de grandes genocidios cuando se usa sin ética ni conciencia de sus consecuencias. Para que la ciencia mejore la calidad de vida, debe estar guiada por valores humanistas y orientada a formar personas respetuosas con los demás y el medio ambiente.