Los lípidos son alimentos con función de reserva energética. Para que la célula pueda utilizarlos los lípidos son transformados mediante el proceso digestivo en ácidos grasos y glicerina. Se consumen para producir energía cuando se han agotado los glúcidos. Se acumulan en las células del tejido adiposo subcutáneo, o en el que rodea a algunos órganos incrustándose en las paredes arteriales en forma de colesterol. Las proteínas son utilizadas de función plástica o estructural, empleados por las células para sintetizar sus propias proteínas, que son utilizadas en los procesos de crecimiento y reparación del organismo. Para utilizar las proteínas mediante el proceso digestivo, se las descompone en aminoácidos. También cumplen otras funciones como: enzimática, hormonal, reguladora, homeostática, defensiva, de transporte, contráctil y de reserva.