La criptorquidia es la malformación urogenital más frecuente en niños, con una incidencia del 30% en prematuros y 3.4% en nacidos a término. Si el testículo no ha descendido a los 4 meses, ya no lo hará. El tratamiento es la orquidopexia, preferiblemente laparoscópica, para evitar complicaciones como atrofia testicular, tumores malignos e infertilidad.