Este documento discute el fin último del hombre desde una perspectiva filosófica y teológica. Argumenta que desde una perspectiva materialista no se puede afirmar la dignidad humana, mientras que desde la filosofía y la revelación divina se reconoce que el hombre tiene un alma espiritual y libertad. Concluye que el fin último del hombre es el amor, ya que fue creado por Dios para amar y ser amado.