Ornamento y detonación es el primer proyecto del programa Conexiones del Museo ABC y la Fundación Banco Santander. El artista Santiago Morilla creó nuevas obras inspiradas en un jarrón de cerámica del siglo 18 de la Colección Santander y un dibujo de un carnero de la Colección ABC. Morilla explora el ornamento y la violencia en las imágenes a través de dibujos, esculturas y videos que muestran formas humanas y animales deformadas y fragmentadas.
7. CONEXIONES 01
‘Conexiones’ es un innovador planteamiento creativo en el que un artista invitado
sugiere una relación entre la Colección Santander y los fondos del Museo ABC, eligiendo
una pieza de cada institución. Este es el punto de arranque, de inspiración, que da lugar a
una nueva obra y a una exposición.
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8. Borja Baselga Canthal
Director de la Fundación Banco Santander
La Fundación Banco Santander se siente especialmente ilusionada
al inaugurar la exposición Conexiones 01. Ornamento y detonación, que forma
parte de un proyecto más amplio de colaboración entre el Museo ABC de
Dibujo e Ilustración y nuestra institución.
La colaboración con el Museo ABC se inicia con el patrocinio de su
exposición inaugural y continúa con esta serie de exposiciones englobadas
bajo el título de Conexiones, en las que las dos entidades asociarán sus
colecciones a través de las propuestas de jóvenes artistas contemporáneos
seleccionados por el coordinador del proyecto, Óscar Alonso Molina.
Ornamento y detonación es el título que Santiago Morilla, primer artista
seleccionado, ha elegido para mostrar su obra, inspirada en un jarrón de
cerámica de Alcora del siglo XvIII de la Colección Santander y en un dibujo
de un carnero de Fernando López Herencia de la Colección ABC. Para la
Fundación Banco Santander este proyecto forma parte de nuestro
compromiso para la difusión y divulgación de la Colección Santander así
como de nuestra trayectoria de apoyo a la cultura.
La Fundación Banco Santander quiere agradecer el trabajo de todas las
personas que han colaborado en este proyecto que deseamos sea una nueva
forma de acercar y conocer estas dos grandes colecciones españolas, e impulse
el trabajo de los jóvenes artistas.
Cerámica de Alcora
Jarrón
3ª a 4ª Época (1786-1858)
Altura 84 cm
Colección Santander
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9. Inmaculada Corcho Gómez
Directora del Museo ABC de Dibujo e Ilustración
Hoy entra en el museo un artista con gran proyección internacional,
que se ha dado a conocer por sus intervenciones en la calle. Le conocimos por
su actuación en Roma en la Fondazione Pastificio Cerere. Sus personajes, que
tomaron las paredes del patio de la legendaria institución, nos sedujeron,
como sedujeron a The New York Times, que le dedicó una página completa en
su edición del domingo. Le seguimos durante su performance en la azotea de la
Real Academia de España en Roma. Más cerca, en las calles de Madrid, sus
personajes nos volvieron a enamorar. Sus fachadas en la calle Ballesta de la
capital tienen relación directa con las que, en el siglo XvII, adornaban la Casa
de la Panadería de Madrid. Ahora, en las salas del Museo ABC seguimos
tirando del hilo creativo de Santiago Morilla, desenredando a sus personajes y
descubriendo, de la mano del propio artista, sus secretos, sus inquietudes y sus
fantasmas, en un proyecto ideado y producido para el Museo ABC. Morilla
ha hurgado para ello en dos colecciones inigualables, la Colección Santander
y la Colección ABC. Fruto de su indagación son estas "criaturas mutantes"
nacidas para habitar las salas de un museo. Podemos afirmar que Santiago
Morilla pasa "de la calle al Museo" y, además, por la puerta grande.
Con Santiago Morilla y su proyecto Ornamento y detonación el Museo ABC se
abre a la creación más actual, iniciando una línea de programación centrada
en el arte y los artistas del momento. Con el programa Conexiones, en el que
contamos con el inestimable apoyo de la Fundación Banco Santander, se
cumple uno de los objetivos que tiene el museo: difundir la obra de artistas
que trabajan en torno al dibujo y la ilustración, en el sentido más amplio y
rico de estas disciplinas artísticas.
Fernando López Herencia
Diario de una cacería en la baja California, 2ª. El borrego cimarrón
Trofeo, núm. 125, ca. octubre de 1980
Colección ABC
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10. Óscar Alonso Molina
Coordinador del proyecto ‘Conexiones’.
A veces pensaba yo en lo informe. Hay cosas, sean montones de masas, contornos o
volúmenes, que en cierto modo no tienen más que una existencia de hecho: sólo las percibimos,
pero no las sabemos; no podemos reducirlas a una ley única, deducir su totalidad del análisis
de una de sus partes, ni reconstruirlas mediante operaciones razonadas. Podemos modificarlas
con gran libertad. Apenas tienen otra propiedad que ocupar una región del espacio [...] Decir
que son cosas informes no es decir que no tengas formas, sino que sus formas no encuentran
en nosotros nada que permita reemplazarlas por un acto de trazado o un reconocimiento claros.
Y en efecto, las formas informes no dejan otro recuerdo que el de una posibilidad...
-Paul Valéry-
ORNAMENtO y vIOLENCIA
Ornamento y detonación es el proyecto del artista Santiago Morilla
(Madrid, 1973), con el que se inaugura el programa Conexiones. En lo básico,
se trata de un planteamiento original donde a los artistas que en él participen,
todos ellos muy ligados al dibujo en cualquiera de sus manifestaciones
actuales, se les invita a desarrollar una exposición tomando como punto de
partida la elección de un par de obras; una proveniente de la Colección
Santander, y otra de los fondos del Museo ABC de Dibujo e Ilustración.
El artista ha seleccionado para la ocasión un magnífico jarrón ornamental
de cerámica de Alcora (Colección Santander), junto al dibujo de un cérvido
(Colección ABC), de Fernando López Herencia, publicado en su día por la
revista de caza Trofeo. En apariencia se trata de dos piezas ajenas y lejanas,
tanto por su origen como por su naturaleza, fecha de creación, destino y
uso. De algún modo, sólo se ven ligadas por la circunstancial repetición de
un elemento iconográfico común: la testa cornada. Sin embargo, esto sólo
será el punto de inflexión anecdótico que llevará a Santiago Morilla a
11. plantear a lo largo del desarrollo expositivo una profunda reflexión sobre el De todo ello se deduce, pues, desasosiego y, por momentos, incluso horror.
ornamento y la violencia en el seno de las imágenes artísticas. y es que dentro de esos ovillos, asfixiantes de tan apretados, el cuerpo ha
sido primero sometido a una detención estetizante –del posado clásico a las
tomando de prestado, para pervertirlo, el título del célebre texto de Adolf ataduras del bondage–, para de inmediato ser brutalmente quebrado,
Loos, Ornamento y delito (aparecido en 1908), el artista se adentra una vez violentado. Como en esa cabeza de cabra que ha ido a parar a lo alto del
más, como es habitual en su trabajo, en los intrincados mundos del cuerpo abstracto del jarrón, o en el dibujo academicista donde aparece
arabesco, del ovillo, del garabato y del nudo, como fórmulas evidentes de la decapitada y exangüe. Al poner todo esto en relación, Morilla parece
complejidad y, al tiempo, de la sutileza. A su vez, ambas nos recuerdan recordarnos que hasta los elementos figurativos más ligados a la mímesis
también su constante preocupación por los elementos gráficos propios del pueden ser entendidos, fuera de su “contexto”, como puro juego de formas,
dibujo. De sus marañas filiformes, en el fondo pura abstracción rítmica, delirio y deriva; ornamentación enloquecida, sí, donde los violentos
vemos aparecer fragmentos de cuerpos humanos y zoológicos, abundando aspectos estructurales que sostienen discretamente cada representación no
así en una nueva relación entre esa cabeza sin cuerpo que flota en mitad del pueden ser eludidos por completo, como quiere la mirada o el uso común
papel en blanco y su compañera, que remata a modo de asa un cuerpo frente a las imágenes cotidianas.
geométrico donde no queda clara la utilidad del objeto (¿contendor,
decoración?). Que el ritmo sea melódico o tormentoso en medio de ese juego es ya otro
cantar. A los trabajos sobre papel que conforman el grueso de esta exposición,
y es que en última instancia los apretados ovillos de Morilla son imagen se podría aplicar aquella vieja aspiración de leer un dibujo ornamental como
del sinsentido: su interior alberga todo tipo de deformaciones y formas quien interpreta una partitura, a lo valéry; pero el caso es que, de pronto, los
inesperadas, de protuberancias y excrecencias. Su forma, paciente, mismos protagonistas, que en algún momento del recorrido han cobrado
minuciosa y conseguida línea a línea, opera al modo de un cuerpo sin apariencia tridimensional, en sus vídeos empiezan a derretirse y acaban
órganos, por decirlo con la fórmula de Gilles Deleuze, donde cada parte explotando (por cierto, cómo no recordar aquí el destino casi alegórico de
puede asumir la función de las demás, al tiempo que el detalle se aquellas estupendas esculturas en cera de Medardo Rosso a las que los nazis
desentiende de la totalidad. De ahí que en cualquier punto del amasijo colocaban una mecha y encendían para iluminar sus veladas, mientras
informe veamos abrirse un ojo –el trabajo del artista está salpicado de ellos, ridiculizaban el arte degenerado). Así, no nos resulta extraña esa fiera
o que el organismo adquiera la forma de los humores que lo circulan, dispersión de los miembros que practica Morilla, quien intuye con lucidez
aunque ya no interiormente. cómo bajo todo ornamento opera una economía específica, nada
convencional, donde la distribución de las partes con respecto al todo no está
Cuando el interior se transforma en pura exterioridad ocurre casi ya sujeta a las viejas jerarquías que el orden de la representación impone a su
necesariamente que la función y la forma –es decir, aquello que se pone manera sobre las partes significantes de una imagen.
en juego, o en duda, con cada ornamento–, devienen también campos
deslizantes. Del interior de esas formas no se deduce ya una lógica del Ornamento y detonación dice el título elegido por él; y no podemos estar
exterior de las figuras, pues son a la vez el intestino y el spaghetti que se más de acuerdo, pues la desbandada de todo protagonista independiente
digieren. y esa sangre, que es salsa de tomate, donde las rodillas, ojos, pies o hacia el atomizado plano de representación, al que casi siempre se repliega
manos son como tropezones, habla de un original descuartizado y todo él el orden ornamental, puede acontecer de forma cadenciosa o violenta:
mezclado, deglutido, regurgitado (¡rumiado!, justo como corresponde a los mediando una disolución progresiva de los seres y los enseres, una fusión,
animales de los que aquí partimos). un derretimiento (como en los grutescos romanos o renacentistas, incluso en
12. las rocallas del Barroco o del Rococó), o tras alguna deflagración que ponga
fin a las figuras, estampándolas, convertidas ya en mil añicos, contra
cualquier fondo imaginable. Lo informe estaría justo en la otra cara de esta
recreación tan sensible y a la vez cruel de Morilla, empeñado en restaurar
los fragmentos a base de sus ovillos y sus tratos con lo ornamental.
El caso es que si algo se repite en esta exposición es la certeza de que la
cabeza y el cuerpo van cada uno por su lado. Rota toda continuidad
(decapitaciones, fracturas, estallidos) y su armonía (amalgamas,
monstruosidades), se dedican a describir por separado ricas piruetas que,
como ornamento que, al fin y al cabo, son cada una de ellas, aspiran
quizás a devolver al arte a su casa original. Esa casa que, como sospechaba
Walter Benjamin, no es otra que la del ornamento.
pág 01 y 02 Crecimiento ornamental #01 y #02. 70 x 100 cm
pág. 04 y 05, 30 y 31 Secuencias de desprendimiento #01 y #02 (detalles). 34 x 140 cm
pág. 06 y 25 Trofeo de detonación para hall y salón #01 y #02. 42 x 30 cm
pág. 07 Suspensión del ornamento. 42 x 30 cm
pág. 09, 10, 21 y 22 Secuencias de desmogue. 15 x 30 cm
pág. 26 Restos de la detonación. 15 x 30 cm
pág. 28 Iniciación a la caída. 30 x 42 cm
pág. 29 y 32 Preparación a la detonación. 20 x 15 cm
markers, tinta china y acrílico
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