La administración pública ha evolucionado junto con el Estado. Se ha diversificado para hacer frente a funciones complejas, requiriendo un mejor conocimiento técnico. También ha cambiado la división entre lo público y privado, con ciudadanos y mercado como interlocutores. El estudio de la administración pública se dirige hacia la especialización en campos y una aplicación práctica que una lo académico con lo profesional. Esto requiere una mayor preocupación estratégica externa sin descuidar el funcionamiento interno.