Durante una ecografía renal, un técnico especializado en ultrasonido (llamado ecografista) coloca un gel conductor sobre la piel del área abdominal del paciente y luego desliza un dispositivo llamado transductor sobre esa área. El transductor emite ondas de sonido de alta frecuencia que penetran en el cuerpo y rebotan en las estructuras internas, como los riñones. Estas ondas sonoras rebotadas son recogidas por el transductor y se utilizan para crear imágenes en tiempo real en una pantalla de computadora.