1. Moral de la persona
Sintesis de la ética medioambiental
Clément TSANGA MBIA
Antes de tratar del tema de la ética medioambiental, hace falta que aclaremos lo que
entendemos por medioambiental. De hecho diríamos que es todo lo que hace referencia al
medio ambiente por lo tanto hablar de ello significa hablar de la ecología. Esta disciplina
etimológicamente viene del griego oikos (casa o hábitat) y raíz compartida con economía, el
término ecología es atribuido al célebre biólogo alemán Ernst Heinrick Haeckel en 1869, que
le dio el significado de economía de la naturaleza. Actualmente, tras ser definida por Taylor en
1936 como la ciencia de todas las relaciones, de todos los organismos, con todos sus
ambientes, la ecología goza de un sentido más amplio, pasando a ser una ciencia de síntesis.
La ecología es pues, la ciencia que se ocupa de las interrelaciones existentes entre los
organismos vivos, vegetales o animales, y sus ambientes, ya que éstos no son entidades
aisladas, sino que están relacionadas entre sí y con el entorno. Respeto a esta disciplina hay
una evolución que se ha dado a lo largo de la historia para poder entenderlo. No vamos a
entrar en esta evolución sino intentar abordar la cuestión desde la perspectiva que nos ofrece
Hans Jonas en su libro El principio de Responsabilidad.
Para él, la responsabilidad es la virtud que se ajusta al imperativo: "Obra de tal manera que
no pongas en peligro las condiciones de la continuidad indefinida de la humanidad en la
Tierra". Este mandato recuerda en su forma al imperativo categórico kantiano, aunquetenga
distintocontenido. Esteimperativoesdenominado por Jonas "principiode responsabilidad".
Así pues, el contenido de nuestra responsabilidad consiste en hacer, en lo que esté a nuestro
alcance, que la vida sea posible sobre la tierra, en especial la vida humana, propiamente
humana. Así, pues, el conceptode responsabilidadquenos presenta Jonas apunta sobre todo
hacia el futuro del ser humano y de la Tierra, se trata principalmente de una responsabilidad
para con futuras generaciones. Esta idea de responsabilidad es directamente aplicable al
dominio ecológico, ya que nuestro legado en el plano ecológico es, junto con el legado
cultural, el principal nexo que nos une con las futuras generaciones. A partir de todo lo que
hemos subrayado podemos ya decir que nuestra responsabilidad hacia el futuro tiene como
base un principio de responsabilidad vinculado con un desarrollo sostenible.
Los problemas que encontramos hoy en día en la ética medioambiental no están vinculados
a la educación ciudadana sino a la pobreza por un lado y el agua potable por otro. Hablando
de pobreza, hay que decir que es lo que hace vulnerable esta planeta, de hecho el principal
problema de la ecología tiene que ver con ella, porque cuando hablamos de la ecología no se
trata de echar una vista fuera del real sino vivir desde lo real. No podemos entonces tapar
todos los problemas de hambre, de miseria, de falta de agua potable, de falta de recursos
mínimos sostenibles para vivir, y dedicarnos a hablar de otra cosa cuando en realidad
tenemos que enfrentar estos problemas que nos sugiere la sociedad. Por lo tanto la ecología
empieza a ser moral cuando pone de manifiesto el problema de pobreza y el del bien estar
de los pueblos. La pregunta que nos podemos plantear ahora es ¿qué hacer ante estos
problemas? Ante todo hay que recordar que la ética no es una ciencia que soluciona los
problemas del mundo sino una disciplina que nos ofrece pistas de reflexiones para poder
abordar los problemas del mundo. De hecho lo que vamos a continuar presentar entra en
esta línea. Una de las primeras pistas sería:
2. - La prudencia porque constituye el engranaje tradicional entre el conocimiento y la
acción. La deliberación prudencial, sin embargo, es falible y además hace que la
responsabilidad de la acción sea indelegable.
- El principio de precaución como principio prudencial: el principio de
precaución tiene mucho que ver con la prudencia aristotélica. Tanto “previsión”
como “precaución” vienen de la misma estirpe etimológica que “prudencia”.
Además, prudencia y precaución están en la misma categoría ontológica: ambas son
actitudes. Por lo tanto no tiene interés el intentar una definición del principio de
precaución que permita una aplicación mecánica.
- Versiones actuales de la prudencia: en esta parte se trata más de ver qué sentido
ofrece Aristóteles al concepto de prudencia. De hecho decimos que para él la
prudencia (phrónesis)es como “una disposición racional verdadera y práctica respecto
de lo que es bueno y malo para el hombre”. En general, la prudencia busca la
sabiduría y la sabiduría potencia la prudencia humana. Con todo, la prudencia merece
ser buscada por sí misma, dado que se trata de una virtud. Virtud, para Aristóteles,
es “un hábito selectivo que consiste en un término medio relativo a nosotros,
determinado por la razón y por aquélla regla por la cual decidiría el hombre
prudente”. Así, la prudencia aristotélica en nuestros días consiste en la conciencia de
que el futuro está abierto y en la aceptación de las consecuencias epistémicas y
morales de esta condición de apertura. Todo ello se concreta en actitudes como el
falibilismo de Peirce y Popper o la modestia intelectual de Hans Jonas. Y estas
posiciones de autores contemporáneos salen reforzadas si se entienden dentro del
marco de una ontología aristotélica. La actitud racional y prudente consiste
básicamente en proteger la apertura de la acción humana en el futuro, pues
sabemos que habrá de enfrentarse a un mundo (socio-natural) cuyo futuro
también está abierto.
¿Cómo habría que aplicarhoyel principiode precaucióna las cuestionesambientales?, ¿cómo
proteger la apertura de la acción humana en la cuestión de la capa de ozono?, ¿y en la del
cambio climático? Aquí proponemos dos soluciones:
- El principio de precaución y la capa de ozono
- El principio de precaución y el cambio climático
La respuesta al cambio climático más ajustada al principio de precaución se inscribiría en
estas líneas generales: i) leve reducción de las emisiones de CO2 a corto plazo; ii)
potenciación a medio plazo de las fuentes de energía no emisoras; iii) potenciación del
comercio global; y iv) fomento del desarrollo económico, que permite financiar la
investigación e implantación de fuentes de energía no emisoras, facilita la adopción de
medidas de protección y favorece la educación ambiental. Parece que este curso de acción,
además de procurar una mejor economía para los habitantes actuales de la Tierra y para
futuras generaciones, produciría a la larga un menor impacto del cambio climático.
Tras de presentar estos puntos sobre la ecología, nos toca ahora ver la Doctrina social de la
Iglesia ante la cuestión de la ecología. Hay que decir que en esta parte, más que una opinión,
se trata de ver las diferentes formas de entender la ecología hoy en día. De hecho tendremos
varias formas como:
3. - El antropocentrismo: la pregunta aquí es ¿todos los seres vivos de este planeta
tienen el mismo valor? En el cap. 1 de la Gen., la expresión “dominar y explotar la
tierra” ofrece una cosmovisión judeocristiana que pone al hombre como nuclear de
la tradición religiosa. Por lo tanto es causa de deterioración de la naturaleza.
- El humanismo: no es idéntico al anterior. Pone de manifiesto la idea según la cual,
todos los seres vivos son valiosos. Pero la vid del ser humano es más valiosa que los
demás seres. El ser humano siendo dentro de la naturaleza no puede servirse de ella
porque no tieneun poder absolutosobre ella. Por lo tantoes responsable delcuidado
de la naturaleza. La relación con la naturaleza por lo tanto no se humaniza porque
entra aquí el principio de responsabilidad. Lo que una vez más nos recuerda a Hans
Jonas que vincula la responsabilidad con el pasado y el futuro. Es decir lo que
hacemos hoy tiene que ver con las generaciones futuras, de hecho nos podemos
preguntar si ¿lo que existe nos pueden imputar responsabilidad, es sostenible la
responsabilidadinclusiva delfuturosobre un marco metafísico?La Iglesia lo entiende
entonces como manifestación de nuestra fe tanto como en el pasado, presente como
futuro. El futuro es la condición de posibilidad de la plenitud.
- El socio centrismo representado por dos grupos: el eco feminismo y la ecología.
a- El eco feminismo: la mujer y la naturaleza han sido dominadas y explotadas debido
a una misma ideología. De hecho la liberación de ambas debe ser conjunta y eso pasa
por la intervención del Estado.
b- La ecología social habla de los problemas ambientales como causas de problemas
sociales. En este sentido pone de manifiesto el injusto reparto de la riqueza, y el
consumismo. La solución sería un desarrollo sostenible que tenga en la base la
responsabilidad.
Conclusión:
El contenido de nuestra responsabilidad –hemos aceptado, con Hans Jonas consiste en
hacer, en lo que esté a nuestro alcance, que la vida sea posible sobre la tierra, en especial la
vida humana, propiamente humana, es decir, una vida en la que las personas de las futuras
generaciones puedan atribuirse deberes. La única fundamentación razonable de nuestros
compromisos para con el futuro de la humanidad y de la Tierra se halla en el terreno de la
metafísica, en el reconocimiento del valor intrínseco de los seres, mayor en los vivientes y
sobre todo en el ser humano.
El concepto de responsabilidad como responsabilidad para con las futuras generaciones, nos
ha llevado al de desarrollo sostenible. Sin embargo, el propio concepto de desarrollo
sostenible, enel quese apoya hoy día la legitimidaddelaspolíticasambientales, está sometido
a controversia. Todavía tendría cierto sentido reinterpretado en la línea de Jonas: más como
un principio moral de compromiso con la continuidad de la vida humana, que como una
receta para la toma de decisiones. A falta de algo semejante, hemos propuesto como guía de
nuestra acción ecológica el principio de precaución, hemos interpretado el mismo como un
principio prudencial, entendiendo aquí la prudencia en la línea de la phrónesis aristotélica. La
correcta aplicación del principio de precaución es aquella que tiende a proteger la apertura
de la acción humana en el futuro, en un futuro abierto que no podemos a ciencia cierta
predecir. Una vez esclarecido el significado del principio de precaución, vimos que éste se ha
aplicado correctamente en el tratamiento de los problemas relativos a la capa de ozono,
mientras que se está aplicando de un modo menos afortunado en la cuestión del cambio
climático.