La educación infantil en Chile está orientada a niños menores de 6 años y se imparte a través de instituciones públicas y privadas en áreas urbanas y rurales. El principal desafío es brindar una educación de calidad para los niños a través de la integración de los padres, una relación más estrecha entre niños y educadores, un programa educativo relevante, la evaluación de programas y espacios, y la capacitación de los profesores.