El documento analiza el impacto de la globalización en México desde tres perspectivas: económica, política y social. En lo económico, México adoptó un modelo neoliberal en 1982 que llevó a la liberalización comercial y financiera y las privatizaciones. En lo político, se produjo una alternancia partidista que reveló divisiones en la élite política y los límites de la democracia representativa. En lo social, hubo un resurgimiento de las culturas locales aunque también la adopción de prácticas de consumo globalizadas.