Los trilobites, que vivieron hace más de 250 millones de años, tenían ojos increíblemente complejos compuestos de miles de hexágonos con lentes que les permitían enfocar objetos cercanos y lejanos simultáneamente, un diseño más sofisticado que cualquier otro en la historia de la Tierra. Esta complejidad en un animal tan antiguo desafía las teorías evolutivas y sugiere la existencia de un diseñador inteligente.