El documento critica las múltiples formas en que los docentes son juzgados negativamente por su apariencia, personalidad y estilo de enseñanza. Señala que es imposible satisfacer a todos y que los docentes son criticados tanto si son estrictos como si no lo son, si interactúan mucho con los estudiantes o si no, y por cualquier otra característica personal o profesional. Concluye que se requiere sabiduría, paciencia y otras cualidades para ser un buen docente en un entorno donde es difícil satisfacer a todos.