El documento describe la Escuela de Milán de terapia sistémica familiar que operó entre 1971 y 1980. Sus tres directrices principales fueron: 1) la elaboración de hipótesis, 2) la circularidad y 3) la neutralidad. La elaboración de hipótesis implica generar teorías sobre el papel del síntoma en las relaciones familiares. La circularidad se refiere a hacer preguntas que consideran las perspectivas de todos los miembros de la familia. La neutralidad significa que el terapeuta no toma partido por ningún miembro de la familia