5
El documento presenta una discusión sobre los fundamentos filosóficos de una ética docente. Expone brevemente diferentes teorías éticas como la metafísica de Platón y Aristóteles, el subjetivismo del hedonismo y utilitarismo, y el enfoque de la filosofía de la praxis. Argumenta que una ética docente debe basarse no solo en la razón individual sino también en las relaciones intersubjetivas y la transformación social a través de la acción colectiva, reconociendo las posibilidades y limitaciones que ofrecen las e
Ética de Kant, Hegel, Aristotélica y Platón (Cuadro Comparativo)MairaDelgado28
Según Kant, lo único absolutamente bueno en toda situación, es a buena voluntad. Según Hegel, toda la historia está contemplada como una serie de etapas encaminadas a la manifestación de una realidad fundamental que es tanto espiritual como racional. Según Aristóteles, quien introdujo la denominación de Ética para designar lo concerniente a los principios del bien y del mal, considera que el bien sólo se obtiene desarrollando la propia esencia. Platón, por su parte, propone como fin supremo la contemplación de la idea del bien, a la cual ha de llegar el hombre por medio de la educación
Ya he llevado este viejo Power Point al formato de video en YouTube. Los espero en:
Ética contemporánea I: La crisis de la Ética moderna
https://www.youtube.com/watch?v=TF7JylLJ090
Ética Contemporánea II: La reconstrucción de la Ética y la vuelta a Kant
https://www.youtube.com/watch?v=2ZgDKh6oj28
Este trabajo fue desarrollado por medio de textos e investigaciones realizadas por nosotras estudiantes del grado once academico para fomentar mejor nuestro aprendizaje acerca de el materialismo filosofico que es uno de los temas que estamos viendo ahora en el area de filosofia
Ética de Kant, Hegel, Aristotélica y Platón (Cuadro Comparativo)MairaDelgado28
Según Kant, lo único absolutamente bueno en toda situación, es a buena voluntad. Según Hegel, toda la historia está contemplada como una serie de etapas encaminadas a la manifestación de una realidad fundamental que es tanto espiritual como racional. Según Aristóteles, quien introdujo la denominación de Ética para designar lo concerniente a los principios del bien y del mal, considera que el bien sólo se obtiene desarrollando la propia esencia. Platón, por su parte, propone como fin supremo la contemplación de la idea del bien, a la cual ha de llegar el hombre por medio de la educación
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Ética contemporánea I: La crisis de la Ética moderna
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Ética Contemporánea II: La reconstrucción de la Ética y la vuelta a Kant
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Este trabajo fue desarrollado por medio de textos e investigaciones realizadas por nosotras estudiantes del grado once academico para fomentar mejor nuestro aprendizaje acerca de el materialismo filosofico que es uno de los temas que estamos viendo ahora en el area de filosofia
El Trabajo a través de la Historia- Educación Tecnológica
Autoras:
Arévalo Guadalupe Luz
Chavez Guadalupe Noé
Gallardo Cecilia Natalí
Instituto Secundario Privado Empalme 3ºA
Evaluar las competencias de los estudiantes de Derecho Laboral II de la Universidad de El Salvador para el aprendizaje en la solución de problemas de la seguridad social
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El objetivo pedagógico consiste en comprender los modelos de justicia constitucional, y su probable aplicación por la Sala de lo Constitucional de nuestro país.
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Prestaciones economicas por renuncia voluntariaedwin70
Texto de derecho laboral I para estudiantes de la Universidad de El Salvador, a fin de que puedan dialogar a partir de estas ideas con la Ley reguladora de la compensación económica por renuncia voluntaria
Esta guía de clases es para estudiantes de la licenciatura de Ciencias Jurídicas, con el objeto de recordar el proceso lógico que seguimos en el debate provocado en clases para conocer un poco sobre este tema
Es texto para que el público pueda conocer la importancia que tiene la ética del discurso para argumentar sobre los graves problemas que afectan la reproducción de la vida humana
1. FUNDAMENTO FILOSÓFICO PARA UNA ÉTICA DOCENTE
Autor de este artículo: Edwin Valladares Portillo 1
1.0 PRESUPUESTOS EPISTEMOLOGICOS
1.1 Introducción
Todo grupo humano desarrolla un marco de valores que al volverse práctico
constituyen su marco moral. En efecto, en los diversos ámbitos en los que la persona
interviene en la realidad, igualmente genera diversidad de valores y su correspondiente
práctica, que es la moral imperante en ellos.
La docencia universitaria en tanto que pedagogía y práctica cotidiana, no escapa a esta
dinámica reproductiva-productiva de valores, que definen su componente ético y se
concreta en la práctica docente del día a día.
La ética docente teniendo como cause los principios de “beneficencia, autonomía y justicia”.
Se constituye en un elemento fundamental y constitutivo de la vida buena, la cual tiene
su base en la persona como fin en sí y como referencia moral un Estado de Justicia.
De este modo, una labor docente comprometida con el bien común como fundamento
último de la sociedad en su conjunto, no puede ser sino el resultado de un actuar ético,
en tanto que la verdad y pretensión de bondad están contenidas en el actuar
profesional, en la realización y cultivación de los valores de nuestra herencia humanista.
Como el fomento y desarrollo de los valores no se hace en abstracto sino desde la
realidad histórica, los distintos docentes son responsables dentro del proceso
pedagógico, y por ello deben en su actuar garantizar que su magisterio sea el debido, el
oportuno, el justo y el equitativo, pues de esta manera se torna indispensable para que
visibilice la responsabilidad ética de cada uno.
Ahora la aspiración que contiene el problema ético de la docencia universitaria, es que a
través de él se pueda juzgar su actuar, tanto al interior de nuestra facultad como frente a
otras instancias operativas o administrativas comprometidas con el practicar y
multiplicar el plexo de valores jurídico-político asumidos por la comunidad política.
En consecuencia, de cara a revisar críticamente algunos fundamentos éticos que se han
dado a lo largo de la historia de la civilización occidental, pasamos a continuación a
exponer de formas sucinta las teorías éticas que nos permita comprender el problema
de investigación y al mismo tiempo combinar teorías o bien optar por aquella que sea
perfectible para potenciar la reproducción y desarrollo de la vida humana.
Profesor universitario con estudios en Derecho por la Universidad de El Salvador y estudios de
doctorado en Filosofía Iberoamericana por la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”.
1
1
2. 1.2 Fundamentación general de la ética
La fundamentación ética tiene por objetivo cuáles son los auténticos bienes del hombre
y por qué tiene el deber de ajustarse a ellos. Dicho en otros términos, la
fundamentación ética quiere ser una respuesta al escepticismo moral. Por escepticismo
moral se entiende la postura de aquellas personas o de aquellos pensadores que dudan
de que se pueda mostrar la existencia de unas obligaciones morales válidas para todo el
mundo. El escepticismo moral piensa que la norma y los valores morales, es decir, las
ideas socialmente vigentes de lo que es bueno y de lo que es malo, son algo meramente
casual, un prejuicio de la tradición, o un artilugio para mantener sometidos a los
hombres.
Por el contrario, quienes pretenden fundamentar la ética son los que piensan, contra los
escépticos morales que hay unos comportamientos preferibles a otros. Que no toda
opción es igualmente válida, sino que se puede sostener que todo hombre, ante
determinada alternativa, debe seguir un comportamiento. El individualismo moral
acaba diciendo que lo bueno es lo que conviene a cada hombre. Quienes quieren
fundamentar la ética, por el contrario, sostiene que hay pautas de comportamiento
universales. Que hay un bien y un mal que son los mismos para todos los individuos.
Que matar, por ejemplo, es un mal y no un bien, aunque a una persona individual le
convenga el asesinato. Con la fundamentación de la ética pretendemos mostrar cómo,
hasta cierto punto al menos, hay la posibilidad de definir un bien y un mal universales.
Y a partir de ahí quienes fundamentan la ética podrán deducir una serie de deberes que
los hombres tienen la obligación de cumplir. Frente al individualismo, todo intento de
fundar la ética es un intento de mostrar, al menos a grandes rasgos, cuál debe ser la
praxis que los hombres deben universalmente seguir. Veamos algunos intentos posibles
de fundamentación.
1.2.1 Fundamentaciones metafísicas
Antonio González no dice: “Llamamos fundamentaciones metafísicas de la ética a
aquellos que intentan deducir los principios y las normas morales a parir del
conocimiento filosófico de la estructura de la realidad. A partir de una determinada
idea cómo sea la realidad del mundo y la realidad del hombre se deduce cuál ha de ser,
según esa realidad, la conducta moral que el hombre ha de realizar en su vida.” 2
Para el intelectualismo moral de Platón, la ética se fundamenta en el mundo de las
ideas, mas concretamente en la idea de Bien. La vida moral del hombre, el bien que
debe perseguir, es por tanto una idea. La vida auténticamente moral es la vida
contemplativa, la vida del sabio que se desprende del mundo sensible y se dirige hacia
las alturas del mundo inteligible, donde va hallar el verdadero bien del hombre y la
Libro: González, Antonio. “Introducción a la práctica de la filosofía”. Uca Editores, San Salvador, El
Salvador, C.A. 1999. Pp. 268.
2
2
3. verdadera vida. Lo cierto es que este planteamiento en la actualidad es muy discutido,
pues si asumimos que la libertad no es abstracta sino concreta, esto implica la necesidad
de contar con normas que la limiten, ya que de no ser así, el ejercicio desmedido de
bienestar personal puede acabar por anular la libertad de los otros como bien supremo.
De modo que no es suficiente la vida contemplativa, sino que se requiere que la
relación intersubjetiva posibilite bien de los otros con nosotros. Ahora bien, si le
preguntamos a Platón si es buena o mala la esclavitud, nos respondería de que por la
idea previa de lo que entiende por naturaleza y de lo que es el hombre, la esclavitad es
buena.
Para el Eudemonismo aristotélico la fundamentación de la ética ha de partir, no de un
bien abstracto os separado del mundo sensible y material, sino de los bienes reales,
naturales que se presentan en la vida humana. Aristóteles observa cómo todas las cosas
por naturaleza, tienden hacía un fin. Es más decimos que una cosa es buena cuando
realiza su fin natural. De modo que, si queremos saber cuál es el bien real y concreto
del hombre, tenemos que averiguar cuál es el fin que los hombres persiguen en su vida.
Para Aristóteles no es otra cosa que la felicidad, la cual está en la realización de su
naturaleza racional.
Pese al esfuerzo que hace Aristóteles por superar a Platón también resbala en la idea
previa de lo que es la naturaleza y de lo que es el hombre, pues apela a la naturaleza
para decidir cuál ha de ser el comportamiento que el hombre deba seguir en su vida o
cuál sea su bien y su felicidad.
1.2.2 Fundamentaciones subjetivas
Las fundamentaciones subjetivistas de la moral son aquéllas que niegan la necesidad de
todo conocimiento de la realidad o de la naturaleza del hombre para asentar la moral,
afirmando que la única fuente de la misma se sitúa en la conciencia subjetiva del
hombre. Cuál se la conducta que el hombre ha de seguir, cuáles sean sus deberes, qué
sea lo bueno y qué sea lo malo, todo esto será algo que el hombre descubrirá mediante
el mero análisis de su subjetividad.
Un modo típicamente subjetivista de plantear la fundamentación de la ética es el
hedonismo y el utilitarismo. Para el hedonista, el problema de decidir qué es bueno y
qué es malo, qué es lo que el hombre debe buscar y qué es lo que el hombre debe
evitar, se resuelve de un modo muy simple: mediante el estudio de las sensaciones y los
sentimientos que cada cosa o cada acción producen en mí. ¿Qué es lo bueno? Lo que
produce en mí una sensación de agrado. ¿Qué es lo malo? Lo que me causa disgusto o
dolor. De modo que, la conciencia subjetiva del hombre es la que se convierte en
fuente de criterio último. Pero no se trata de una conciencia abstracta, sino de la
sensibilidad concreta del sujeto. La pregunta de lo malo y por lo bueno se traduce en
una pregunta por el efecto que me produce placer y lo malo es aquello que me causa
3
4. dolor. Placer y dolor, dos sensaciones de mi subjetividad, son las dos piedras sobre las
cuales se ha de construir el edificio de la ética.
De lo anterior, se desprende que el hedonismo no es coherente con la apertura hacia
los otros, sino que el hedonismo significa un fuerte individualismo, pues cada hombre
habría de actuar según sus inclinaciones al placer, despreciando o no teniendo en cuenta
para nada el resto de los humanos; mejor dicho teniéndolos en cuenta solamente en
cuanto fuentes de placer, en cuanto me puedan proporcionar un placer individual.
El utilitarismo socializa el hedonismo, pues para este lo que cuenta no es mi placer
individual, sino la suma de placeres del mayor número de personas. Sin embargo, cabe
acotar que el utilitarismo sigue fundamentando la moral en términos enormemente
individuales y subjetivos. Su socialización del placer es una socialización montada sobre
una concepción típicamente individualista y liberal: la sociedad es una suma de individuos
aislados, y por lo tanto el bien es una mera suma de placeres aislados, olvidando con ello
que la sociedad es una estructura.
Finalmente, dentro de las fundamentaciones subjetivistas exponemos sucintamente la
kantiana. Kant se propone superar los problemas planteados por el individualismo
hedonista. Para él, la fundamentación de la ética ha de anclarse también en algún
principio subjetivo, que el hombre pueda descubrir en su conciencia. Sin embargo, para
Kant, el criterio moral no puede residir en la sensibilidad, sino en la razón. Y es que
para Kant la sensibilidad es causa de placer pero a la vez causa de esclavitud. El hombre
que actúa por placer es un hombre que no decide por sí mismo, mediante el uso de su
razón, qué es lo bueno y qué es lo malo, sino que es un hombre sometido a sus
instintos, sometido a sus inclinaciones naturales y no al juicio recto de la razón. La
sensibilidad, para kant, equivale a esclavitud, mientras que el uso de la razón significa para
él libertad. Un hombre libre es un hombre capaz de regirse por su razón y no por sus
inclinaciones sensibles al placer.
Para Kant, la razón nos dice solamente una cosa: actúa siempre por criterios universales. La
sensibilidad, mi inclinación me dice siempre “haz esto” (come, bebe, aprópiate de tal o
cual cosa). Pese al esfuerzo que hace Kant, su idea de libertad abstracta es meramente
utópica, ya que en el ser humano por naturaleza hay inclinaciones sensibles y que en
muchos casos son producto de las condiciones históricas concretas, por tanto es
necesario dar el salto de la libertad abstracta a la libertad concreta, es decir, a la relaciones
intersubjetivas llámense económicas, sociales, políticas, docentes etc. para la búsqueda
del bien supremo: la felicidad.
2.0 Ética y praxis histórica
4
5. Para la filosofía de la praxis es muy importante atender al carácter activo del hombre.
Evidentemente, el hombre que simplemente se guía por lo que le causa placer y dolor
no es un hombre libre, es un hombre determinado por sus inclinaciones y por las
condiciones externas. Es un ser pasivo que no es dueño de sí mismo, que está alienado
en las circunstancias. Para la filosofía es muy importante insistir en que el hombre no es
solamente un producto pasivo de lo que lo rodea, sino una realidad activa, que
transforma el mundo y las circunstancias concretas mediante su actividad práctica. Lo que
sucede es que, para la filosofía de la praxis, el carácter activo del hombre no reside
primariamente en la razón. Si la razón es activa y dinámica, lo es porque ya lo es la
sensibilidad, es decir, porque el sentir humano ya está en interrelación dinámica con el
mundo (las cosas, las personas etc.)
Ahora bien, contrario al subjetivismo, el pensar al hombre como un ser activo tiene una
consecuencia inmediata: la fundamentación de la moral no puede hacerse
exclusivamente en base al sujeto, sino desde la relación práctica y sensible entre sujeto y
mundo, entre hombre y naturaleza, entre hombre y circunstancia.
Si seguimos la relación dialéctica ente sociedad y el hombre concreto, tenemos que el
hombre es el producto de la estructuración concreta de la sociedad en la cual vive, pero
esta sociedad no es nada fuera de los hombres reales de carne y hueso. El hombre es
producto social, pero la sociedad se construye y se transforma por los individuos que pertenecen a ella.
Evidentemente, ambas dimensiones del hombre (naturaleza y sociedad) no son
independientes, sino que se determinan también mutuamente.
Sin embargo, cabe mencionar, que la transformación tanto de la sociedad como de sus
instituciones, (entre otras La Universidad de El Salvador, Facultad Multidisciplinaria
Oriental) solamente se realiza a partir de las posibilidades concretas que ofrecen sus
estructuras. Las estructuras tienen leyes propias, que no siempre dependen ni mucho
menos de la voluntad de los hombres. Pero, al mismo tiempo, estas estructuras ofrecen
posibilidades reales a los hombres para aprovecharlas y trasformarlas en determinadas direcciones. Las
posibilidades expresan justamente esta interacción entre hombre y naturaleza, entre
hombre y circunstancia social, que hemos denominado libertad concreta. De modo, que
esta libertad concreta vista como principio juega un papel importante para la
fundamentación de una ética docente, pues los perjudicados o afectados a través del
reconocimiento normativo de su derecho de asociación estudiantil pueden formar un
tipo de organización comprometida con la trasformación de aquellas prácticas docentes
que niegan a los alumnos y alumnas la justicia, la libertad, dignidad humana etc., al
interior de nuestra facultad.
Con lo apuntado hasta ahora no hemos fundamentado la ética, sólo hemos puesto los
límites sobre los cuales debe operar toda fundamentación que no desprecie la vida
práctica real del hombre. Si el hombre es un ser de interrelación con su mundo natural
y humano, toda fundamentación de la práctica correcta que el hombre debe seguir tiene
que partir de las posibilidades reales que la historia le ofrece.
5
6. El problema de la fundamentación de la ética se nos convierte, por lo tanto, en el
problema de encontrar unos criterios que indiquen qué posibilidad, entre las varias que
se le pueden ofrecer al hombre, es la que se debe elegir. Fuera de las posibilidades
entendidas esta como el poder y capacidad para transformar una realidad concreta, no
hay propiamente ética. Pero entre las distintas posibilidades concretas hay que
fundamentar de algún modo cuáles son las preferibles y en virtud de qué criterios. A
continuación, presentaremos los criterios que a nuestro juicio pueden contribuir a
justificar la elección de una posibilidades sobre las otras cuando nos encontremos en
cualquier ética aplicada incluyendo la ética docente y sus problemas morales concretos.
A) Dominio sobre la naturaleza.
Aquí, debemos tener claro que el hombre es una realidad activa, transformadora de la
naturaleza exterior y de la naturaleza propia. No se puede, por ello, deducir la moral a
partir de supuestas leyes naturales, puesto que justamente el hombre es el animal que
menos leyes naturales posee. El hombre puede vivir en cualquier lugar de la tierra,
aparearse en cualquier época del año, adaptarse a las más diversas culturas y conductas.
El hombre puede ser monógamo, polígamo o célibe. Puede ser héroe o genocida,
artista o militar, justo o injusto, honesto o corrupto. Y ninguna de estas conductas le
viene impuesta por la naturaleza, por el contrario, es abierta a las más diversas formas y
comportamientos y a los más diversos valores morales.
Ahora bien, el avance casi incontenible en la actualidad de la ciencia y la técnica permite
el dominio del hombre sobre la naturaleza, y crea como posibilidad defender,
conservar, desarrollar, prolongar y mejorar la vida de la especie humana en el universo.
Sin duda, que a partir de esta posibilidad podemos encontrar fácilmente un criterio
moral: en la actividad humana socialmente organizada de dominar la naturaleza son
preferibles aquellas posibilidades que conduzcan a un mejor aprovechamiento de la
naturaleza en beneficio de la humanidad. Son inmorales las opciones que desprecien
estas posibilidades de dominio y control, o las posibilidades que conduzcan a la injusta
distribución de los beneficios obtenidos de la naturaleza. Del mismo modo, en el
mejoramiento de la infraestructura de nuestra facultad y capacidades de los docentes,
podemos encontrar fácilmente un criterio moral a la hora de interactuar con los
alumnos y alumnas permitiendo el aprendizaje que potencie la libertad concreta, o bien
sometiéndolos a vejámenes sexuales, cobros ilegales o votos a determinado grupo en
momentos de elección de las autoridades universitarias.
B) Liberación de la enajenación.
Si nos preguntamos por las posibilidades de organizar las estructurales sociales de otro
modo nos encontramos con el tema de la enajenación. Tanto el subsistema económico,
como el socio-político o el ideológico están enajenados respecto a la actividad de los
hombres que los han creado. El género humano no es dueño de su actividad
6
7. económica, sino que ésta obedece a leyes ciegas que escapan a un control racional de
los miembros que forman parte de la sociedad. El subsistema sociopolítico también
está sujeto a enajenación: las creaciones del hombre, sus instituciones, lejos de ser
controladas racionalmente por el género humano, se encuentran ligadas a la mayoría
que también disfruta de las ventajas de la enajenación económica. Finalmente, el
subsistema ideológico no hace más que legitimar estas enajenaciones, separando la
reflexión de los hombres de su vida real concreta y haciendo pasar por natural o
inevitable lo que es un producto de la decisión humana.
Ahora bien, vale decir que la enajenación no es éticamente negativa cuando no es
superable. La cosa cambia radicalmente cuando el hombre dispone de posibilidades
para llevar una vida social no enajenada. Bajo este orden de ideas, tenemos que si existe
la posibilidad de que el hombre organice democráticamente su vida social e institucional y no lo
hace, su actividad social, docente o cualquier otra está configurada de un modo
moralmente condenable.
En resumen, podemos decir, que estos criterios de valoración moral pueden servirnos
para considerar la mayor o menor bondad de las acciones humanas en función de las
posibilidades que se le abren en cada momento histórico determinado. Evidentemente,
que no se pueden considerar dichos criterios de manera independiente, sino en una
profunda interrelación.
3.0 De la fundamentación general de la ética hacia una ética docente.
En los apartados anteriores hemos reflexionado brevemente sobre los diferentes
fundamentos de la ética tratados por la filosofía. Ahora trataremos de acerarnos a
aquellos principios que según los filósofos académicos pueden fundamentar una ética
docente.
Bajo esta línea, tenemos que Augusto Hortal citado en editorial de la de la revista de
ciencias sociales y humanidades “Realidad”, señala:
Que cuando se trata de la ética del docente, debemos tomar en cuenta
tres principios, sobre los cuales podemos señalar algunas
consideraciones:
-
-
Beneficencia: El docente no sólo busca hacer el bien, como si se tratase
de construir un mueble [...] Se trata, sobre todo, de transmitir unos
valores y una opción de vida […] una opción por hacer de la vida algo
bueno.”
Autonomía: Hay que encontrar el adecuado equilibrio que permita
mantener ese compromiso con el mejoramiento de las personas, pero
sin que eso derive en pasar por encima de su libertad. Una educación
buena está comprometida con el respeto de la autonomía de los demás.
7
8. -
Justicia: La educación que se hace de espaldas a la sociedad y a sus
contradicciones no es sólida, y pervierte fatalmente las dos dimensiones
de la beneficencia y la autonomía. No se es feliz ni se vive en libertad
perpetuando o padeciendo estructuras sociales injustas o instituciones
políticas ilegítimas (por inmorales)3.
A mi juicio, estos principios son básicos para una ética docente aplicada, ya que en su
praxis está presente una concepción personalista del ser humano, quien por lo tanto no
puede ser tratado como objeto sexual, económico o electoral.
Pero se debe aclarar que una ética docente no termina con estos principios, pues exige
además de la docencia universitaria una búsqueda de la verdad dentro de un mundo cada
vez más injusto. Verdad que no se reduce a la simple cita de textos, sino que se amplía a
la investigación social de aquellos fenómenos cuya transformación permite un mayor
grado de bienestar para las grandes mayorías socialmente excluidas, económicamente
explotadas y políticamente oprimidas.
Además, una ética docente debe preocuparse por educar jóvenes para la libertad,
quienes a la vez que se preocupen del cuidado de sí, también se preocupen por el
cuidado de los Otros. De modo que estos jóvenes deben ser capaces de ser libre para
elegir pero con responsabilidad. Y es que frente a todo sujeto de derechos encontramos
también obligaciones para la comunidad. Bajo está concepción ética se trata del
equilibrio entre una búsqueda personal de la felicidad y las exigencias que impone la
vida colectiva.
Otro punto que nos parece importante para una ética docente es el que señala Carlos
Molina Velásquez: “el papel del docente es el de ser facilitador de la esperanza y de la utopía, critica
de lo existente y propuesta de lo nuevo” 4 Esto significa, que debe estar preparado para las
nuevas interrogantes complejas que le impone cada vez más un mundo exigente y
cambiante.
La ética docente a la que le apostamos no implica una renuncia de lo político, por lo
que debe incentivar a la comunidad universitaria a participar en la política formal,
mediante los partidos legalmente constituidos o por constituirse y otras instituciones
como la iglesia y sindicatos, pero ante que todo debe ser respetuosa del pluralismo
político, ya que el pensamiento político único termina por anular a la persona y la
búsqueda de la verdad.
También, una ética docente a nuestro juicio debe recurrir a la categoría de la sabiduría
práctica que propone Paul Ricoeur en el texto: “Ética y moral”, y que enuncia de la
siguiente forma:
Revista. Realidad. No. 101. Molina Velásquez, Carlos. “Para una ética de la profesión docente” UCA
Editores, San Salvador, El Salvador, C.A. 2004. PP. 526.
4
Molina Velásquez, Carlos. Op. Cit.PP. 530.
3
8
9. “que un cierto recurso de la norma moral a la aspiración ética viene
sugerido por los conflictos que nacen de la propia aplicación de las
normas a la situaciones concretas. […] Para hacer frente a esta
situación se requiere sabiduría práctica referida al juicio moral en
situación, y para la cual la convicción es más decisiva que la misma.
Dicha convicción no es sin embargo, arbitraria, en la medida que
recurre a las fuentes del sentido ético más originario que no han
ascendido a la norma” 5
Ciertamente, la práctica docente implica la aplicación de normas que muchas veces no
tienen fundamento ético, lo cual es necesario contrarrestar con la sabiduría práctica, que
apoyada en la prudencia recoge la convicción de todos los involucrados en el conflicto.
Otro aspecto que no debe ignorar una ética docente, es que los acuerdos que tome una
institución o comunidad no deben ser excluyente, tal como sostiene Karl Otto Apel en
su ética discursiva: “No debe haber ningún acuerdo fáctico, a expensas de personas no
representadas, pero sí afectadas” 6. De este modo, si una decisión concreta atañe a toda la
comunidad universitaria por todos debe ser discutida, y no a expensa de quienes
piensan diferente, pues si se hace de este modo, tal conducta es condenable por
inmoral.
Finalmente, pienso que la ética docente debe alargar la mano hacía una ética
comprometida con la producción y reproducción de la vida, la cual define Enrique
Dussel de la manera siguiente:
La vida humana es criterio de verdad práctica porque el hecho de la
verdad sólo puede darse en un ser viviente-cerebral que puede
subjetivamente, mediado discursivamente, constituir lo real como
mediación de su propia vida producida, reproducida y desarrollada
auto-reflejamente. No sólo somos vivientes, sino que los únicos
vivientes a los que la vida humana se nos ha dado a cargo 7.
Pero, para posibilitar la vida humana desde los principios de justicia, igualdad,
solidaridad, responsabilidad, libertad, dignidad humana etc., es necesario un criterio
ético-crítico que nos permita enjuiciar la realidad histórica, a fin de corroborar si existen
condiciones sociales, políticas y económicas para construir un mundo que tenga como
Libro. Ricoeur, Paul. “Doce textos fundamentales de la ética del siglo XX, Madrid, Alianza, 2002. PP.
251-252.
6
Revista. Realidad No. 87. Apel, Karl Otto. “¿Es adecuada, para la justicia global, la concepción
política del consenso sobrepuesto?”. UCA editores. San Salvador, El Salvador C.A. 2002.
7
Revista. Pasos No. 75 Dussel, Enrique. “¿Es posible un principio ético material universal y crítico?”
Centro de Estudios Ecuménicos. San José Costa Rica. 1998.
5
9
10. meta suprema la reproducción y desarrollo de la vida de todos y todas, incluyendo la
naturaleza misma.
4.0 A modo de conclusión
No existe en teoría un consenso sobre la fundamentación filosófica de la ética en
general y de igual modo de la ética docente. Sin embargo, existe en la praxis un
consenso sobre la necesidad de construir un mundo donde todos y todas quepan. En
ese entender, se requiere de instituciones entre ellas la escuela y la universidad que sean
incluyente. Ahora bien, para que la ética docente pueda responder a las exigencias de la
población estudiantil y a las demandas cada vez más complejas de nuestra sociedad, es
necesario que la praxis docente se fundamentada en la vida humana como criterio de
verdad, pues solo de esta manera es posible y factible apropiarnos de nuevas
posibilidades que nos permitan organizar democráticamente la sociedad y la comunidad
estudiantil.
Pero para ello el docente debe ser consciente en primer lugar, que debe transmitir y
practicar valores que posibiliten un modelo de comunidad incluyente; en segundo lugar,
que camina al filo de la navaja, pues no basta denunciar los males sociales si
personalmente continua practicándolos, al contrario debe enviar señales de cambio
porque el docente es el espejo donde se refleja el estudiante. Es decir, el docente debe
ser crítico de la sociedad y autocrítico consigo mismo.
Lo anterior, pone en evidencia que el fundamento filosófico de toda ética es abierto,
por lo tanto, expuesto a la crítica y autocrítica, ya que solo de esa manera el
conocimiento puede avanzar. Efectivamente, si las condiciones sociopolíticas son de
exterminio para los seres humanos, una ética comprometida con la reproducción y
desarrollo de la vida es la alternativa. En suma, es la realidad la que se impone al
hombre en búsqueda de soluciones a los graves problemas que le afectan.
Por último, la ética docente comprometida con la vida humana es tarea de todos y
todas. A lo que todos atañe por todos debe ser discutido. Pues, no se puede llamar
incluyente una sociedad o comunidad estudiantil que excluye al Otro por su forma de
ser o pensar.
San Miguel, El Salvador, Centro América, 2 de febrero de 2014.
10