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Sociología jurídica. Teoría y sociología del derecho en Estados Unidos
administración de justicia (ágiles o lentos) y tipo de reglas que.utilizan
(favorables o desfavorables). Con base en el análisis combinado de estas
tipologías el autor demuestra cómo los litigantes frecuentes, que
generalmente están representados por las grandes corporaciones
económicas, casi siempre terminan ganando en los estrados judiciales.
Ahora bien, ¿qué hacen los litigantes ante esta situación de inequidad?
Galanter explica diferentes posibilidades entre las cuales están la
inacción, la terminación anticipada del proceso a través de "sistemas
anexos" (conciliación, negociación, etc.) y el uso de mecanismos de
justicia privada. Por otra parte, ¿qué se puede hacer' para mejorar la
equidad del sistema? Luego de analizar los inconvenientes de las
soluciones tradicionales, el autor propone, por un lado, la organización
de los desposeídos, esto es, de los litigantes ocasionales en grupos
dotados de capacidad para actuar de manera coordinada y la utilización
de estrategias a largo plazo, de tal manera que se puedan beneficiar de
servicios jurídicos de alta calidad y, por otro lado, una reforma al sistema
jurídico que traiga consigo un carrÍbio en la distribución del poder entre
litigantes frecuentes y ocasionales. Según Galanter, se deben introducir
reformas que modifiquen la situación actual en la cual prevalecen la
inequidad y la particularidad del sistema. En todo caso, tal reforma debe
tener en cuenta el hecho de que las normas que favorecen a los
desposeídos suelen tener una eficacia méramente simbólica y que los
poseedores casi siempre se las arreglan para lograr una implementación
de las normas que les favorece.
5oc;o 00;" 0lh:C;Ccl. 1~o,(d 'r ~ooo(X;¿¡
J~ ~e~~C'~n é:-' [~t.~c.NU .'d·",
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[2]
Origen y transformación
de los conflictos:reconocimiento,
acusación, reclamación ... ·
W I L L I A M L. F. F EL ST I N E R
RICHARD L. ABEL
AUSTIN SARAT
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L.".I¡¡ I
'J 1,
El origen y la transformación de los conflictos, especialmente antes de llegar
a manos de las instituciones formales,.es un tema que se ha descuidado en
la sociología del derecho. Nosotros ofrecemos un marco para estudiar los
procesos mediante los cuales las experiencias de daño son -o no - percibidas
(reconocimiento), se convierten o no en agravios (acusación) y eventual-
mente en conflictos (reclamación), así como para estudiar las transforma-
ciones subsiguientes. Para nosotros, cada una de estas etapas es subjetiva,
inestable, reactiva, complicada e incompleta. Postulamos que la transfor-
mación entre ellas es causada por las partes y tiene consecuencias para ellas,
y que también dicha transformación define la responsabilidad que les
corresponde a las partes, el alcance del conflicto, los mecanismos seleccio-
nados, los objetivos perseguidos, la ideología que rige, los grupos de refe-
rencia, los representantes-y los funcionarios y las instituciones dedicadas a
la resolución de conflictos. Consideramos que el estudio de las transfor-
maciones es importante. Los litigios formales e incluso el manejo de con-
troversias dentro de foros extrajudiciales representan una mínima fracción
de los eventos que pueden madurar hasta convertirse en conflictos. Es más,
lo que pasa en las primeras etapas determina tanto la cantidad como el
contenido de la carga de casos que llevan las instituciones formales y las
informales. Los estudios de transformación arrojan una luz sobre el tema
de los niveles de conflicto en la sociedad estadounidense y permiten explorar
el interrogante de si dichos niveles son muy bajos.
l. Introducción
La sociología del derecho ha estado dominada por estudios de funcio-
narios e instituciones formales y por el producto de su trabajo. Esta agen-
da ha forjado la forma como se entienden y describen los conflictos. Las
instituciones reifican los casos reduciéndolos a registros; disponen los con-
flictos en forma tal que puedan ser estudiadas retrospectivamente con base
en los términos utilizados por laicos y oficiales y examinando el contexto
económico y legal dentro del cual se dan los casos (Danzig, 1975)' Pero
los conflictos no son cosas: son construcciones sociales'. Sus formas refle-
jan cualquier definición que el observador le dé al concepto'. Además, hay
una parte significativa de cualquier controversia que no existe sino en las
mentes de las partes en conflicto.
Estas ideas, aunque ciertamente no son novedosas, son importantes
porque dirigenla atención hacia un tema que ha sido descuidado en la
sociología del derecho -el origen y la transformación de los conflictos: la
forma en que las experiencias se convierten en agravios y los agravios en
I
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William lo F. Felstiner. Rlchard lo Abel y Austin Sarat
conflictos, y el hecho de que los conflictos pueden tomar varias formas,
seguir distintos caminos procesales, y llevara nuevas formas de entendi-
miento}. Estudiar el origen y la transformación de los conflictos implica
estudiar un proceso social tal cual ocurre. Significa estudiadas condicio-
nes bajo las cuales los daños se perciben o pasan sin ser percibidos, y la forma
en que la gente responde ante la experiencia de la injusticia y el conflicto.
Además, aunque el estudio de las tasas de delincuencia y de litigios parece
derivarse de la certeza de que ambas son altas -que se requiere aumentar
el pie de fuerza de la policía. y el tiempo de las condenas (Wilson, I 975);
Wilson y Boland, I978; Lf ]acob y Rich, I980, que los tribunales están
congestionados con demandas "frívolas" (Manning, I977)- el estudio del
origen y la transformación de los conflictos puede llevar a un juicio en el
sentido de que en nuestra sociedad aflora muy poco conflicto, y que se per-
ciben, persiguen y subsanan muy pocos daños (Lf Nader y Singer, I976).
Nuestro propósito en este trabajo es ofrecer un marco dentro del cual
puedan describirse el origen y la transformación de los conflictos. La his-
toria del estudio sociológico de los conflictos se remonta a un-movimiento
anterior, comenzando con aquellas instituciones más lejanas a' nuestra
,sociedad -los tribunales de apelación- y pasando luego por juzgados,
legislaturas y organizaciones administrativas, fiscales, y policiales, hasta con-
centrase en los conflictos en la sociedad y en el papel de la ciudadanía en la
elaboración de las leyes". La perspectiva de la transformación pone a las
partes de la controversia en medio del estudio sociológico del derecho;
dirige nuestra atención hacia el individuo como creador de las oportuni-
dades del derecho y de la actividad jurídica; es la sociedad quien forja el
derecho, pero no lo forja simplemente a su acomodos .
11.De dónde ~ienen 10$ conflictos '1 cómo se desaflD'ollan
Llegamos al estudio de las transformaciones con la creencia de que los
antecedentes de los conflictos son tan problemáticos y tan interesantes
como los conflictos que pueden surgir eventualmente de ellos. Comenza-
mos por formular las cuatro etapas a través de las cuales se desarrollan los
conflictos y las actividades que unen una etapa con la otra. Las preocupa-
ciones, los problemas y los trastornos personales y sociales son cosas que
suceden todos los días. Sin embargo, los sociólogos rara vez han estudiado
la capacidad humana para tolerar una cantidad significativa de angustia y
de injusticia (pero, ver Moore, B., I979; ]aneway, 1980). Sabemos, sin
embargo, que ese "nivel de tolerancia" puede darse porque no hemos
percibido que se nos haya perjudicado; no percibir el daño puede ser deci-
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE' LO.S CONFLIC.T:O'S:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN.
43
sión propia de la persona, o consecuencia de alguna manipulación exter-
na. Tomemos el caso de una población que vive aguas abajo de una planta
de pruebas nucleares. Una parte de la población ha desarrollado cáncer
como. resultado de su exposición, pero la otra parte no. Algunos de los que
han SIdo afectados saben que están enfermos y otros no. Para que surjan
los conflictos y se pueda tomar alguna acción correctiva, una experiencia
de daño no percibida (EDnP), debe transformarse en una experiencia de
daño percibida (EDP). A las VÍctimas de cáncer que no han sido informa-
das debe hacérseles saber que están enfermas. La perspectiva de la trans-
formación dirige nuestra atención sobre la transformación diferencial de
las EDnP en EDP. En este caso es urgente examinar las diferencias en
materia de clase social, educación, situación laboral, redes sociales, etc.,
entre las personas que se enteran de su cáncer y las que no, así como tam-
bién tener en cuenta la posible manipulación de la información por parte
de aquellos responsables por la radiación.
Para el estudio de esta transformación se presentan dificultades concep-
tuales y metodológicas. El problema conceptual surge del hecho de que la
EDnP está apenas comenzando, mientras que la EDPestá ya por los cielos,
por así decirlo. Sólo se puede sujetar eligiendo la definición de algún terce-
ro sobre lo que quiere decir daño. Por lo general, eso no es problema. Una
experiencia de daño es una experiencia que tiene un valor negativo para la
persona que la vive. En su mayoría, la gente está de acuerdo en qué es lo
que tiene valor negativo. Pero esos sentimientos nunca son universales. Las
diferencias entre las personas generan precisamente algunos de los
interrogantes más importantes para la investigación: ¿Por qué la gente que
percibe una experiencia en forma similar la valora en forma diferente?; ¿Por
qué perciben diferentemente experiencias que valoran en forma similar?,
y ¿Cuál es la relación entre valoración y percepción? Desde el punto de
vista práctico, la falta de consenso sobre el significado de las experiencias no
interfiere con ninguna de estas tareas, puesto que su propósito es graficar la
covariación entre interpretación, percepción y factores externos. Pero si, por
otra parte; el propósito de la investigación es hacer un censo de experiencias
de daño, entonces ya es más grave la falta de una definición consensuada.
En un censo, el investigador debe; o bien imponer una definición sobre las
personas objeto de la investigación y correr el riesgo de que la definición no
cubra todas las experiencias de daño, o bien permitirle 1las personas definir
la experiencia de daño como lo deseen y correr el riesgo de que personas
diferentes definan la misma experiencia en forma distinta o que incluyan
experiencias que el investigador no encuentra dañinas.
William lo F. Felstlner, Richard lo Abel y Austln Sarat -
El obstáculo metodológico es la dificultad de establecer quién, dentro
de una determinada población, ha experimentado una EDnP. Supongamos
que queremos saber por qué unos trabajadores de un astillero perciben que
rienen asbestosis y otros no. Para poder hacer la correlación entre la per-
cepción y otras variables, es necesario distinguir entre los trabajadores que
no saben que están enfermos, y aquéllos que realmente no están enfermos.
Pero es probable que el proceso mismo de investigar la percepción y la
enfermedad a punta de preguntarle a cada cual qué síntomas tiene, afecte
los resultados en ambos casos. Estos equivalentes sociológicos del princi-
pio de la incertidumbre en la fisica y de la enfermedad psicosomática en la
medicina, generan problemas aun más severos cuando el objeto de la in-
vesógación es puramente psicológico: una ligera enfermedad en vez de una
enfermedad de origen somático.
A veces es posible recopilar los datos básicos para el estudio de las
EDnP mediante el método de la observación directa. Por ejemplo, el
comprador de una casa que resulta perjudicado por un contrato injusto
de préstamo podría identificarse inspeccionando los documentos del prés-
tamo. En otras ocasiones, las hipótesis sobre la transformación de una
EDnP en EDP podrían probarse directamente sacando inferencias de la
totalidad de los datos. Supongamos que el 30% de una población que ha
sido expuesta a un nivel determinado de radiación desarrolla cáncer.
Estudiamos ese grupo y descubrimos que sólo el IO% sabe que está en-
ferma. Hipotetizamos que la cantidad de años de educación formal está
positivamente relacionada con la percepción del cáncer. Esta hipótesis
puede comprobarse comparando el nivel de estudios de ese IO% que
conocemos, con el del resto de la población. Si el nivel de educación no
tiene nada que ver con el desarrollo del cáncer, el promedio de años
estudiados por los primeros debería ser más alto que el de los últimos.
Sin embargo, en muchos casos será dificil identificar y explicar la trans-
formación de una EDnP en EDP. A esta primera transformación -decir-
se a sí mismo que una determinada experiencia le ha producido un daño-
la llamamos rewnocimiento. Aunque difícil de estudiar empíricamente, el
reconocimiento puede ser la transformación crítica; el nivel y la clase de
conflicto en una sociedad puede desarrollarse más con base en el daño
que se percibe inicialmente que con base en cualquier otra decisión pos-
terior (¡f Cahn, 1949; Barren y Mendlovitz, -19-(0). Por ejemplo, la
asbestosis sólo fue reconocida como "enfermedad" y por lo tanto como
base para reclamar una indemnización cuando los trabajadores dejaron
de dar por sentado y como hecho natural que tendrían dificultades
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE
RECONOCIMIENTO, ACUSACIÓN Las CONFLICTOS:
RECLAMACiÓN
resRiratorias diez años después de instalar el aislamient d .
.' . di ., bl o e asbesto yem
pezaron a ver su con IClOncomo un pro erna. ' -
e El siguiente paso se da cuando una experiencia de d - o o
'. ano perclblda(EDP)
se.transforma en agravio. Esto sucede cuando una pers o
ona atnbuye Id -
aja .culpa de otra persona, natural o jurídica. Al incluir I 1 e ano
la definición de daño, limitamos el concepto a aquellos d a_cupa dentro de
. 1 o I ' anos que soncon-
siderados como VIOaciones a as normas, aSIcomo a a '11
do bl L d fi o " que os que son con-
siderados como reme la es. a e mcion supone 1 o
perjudicado: la persona lesionada debe sentir que ha si~ pe~~pecnvadel
que no está bien y considerar que debe hacer algo co o o Jeto de algo
, • o lé o • b bl - n respecto al daño
Por política o SOCIOogicarnente impro a e que sea esa '
• o • o respuesta El o
debe distinguirse de aquellas quejas que no van dirigida : agravJO
( I l· . '1 o fl O') b s a nadie en parócular e cuma o qUIza a In ación), y tam ién de un' I -
o o ~~e~
ha SIdo realizado, pero que no va acompañado de un .,eo que no
. a sensaclOnd d -
por la cual puede ser responsable un tercero (yo podría d e ano
. , esear ser másatr
rivo). Llamamos a esa transformación de la experiencia d d _ . o ~c-
como agravio, acusacién: nuestro trabajador enfermo d le ~no percíbída
. , e asnllero ex o
menta esta transformación cuando responsabiliza por o pen-
patrono o al fabricante del aislamiento de asbesto. su asbestosls a su
La tercera transformación ocurre cuando alguien q
o - o I ue se considera pe
judicado por un agravio se o expresa a la persona o entid d ~-
dera responsable del agravio y le pide una compensación A a a la cual consi-
la llamamos reclamacion. Una reclamación se transformo esta Con:urucación
a en conñ; t
do es rechazada, en todo o en parte. Su rechazo no neces o e o cuan-
o anamente d b
expresado en palabras. Cualquier demora que el reclam o e e ser
ante rnterp
resistencia equivale a un rechazo tal como lo sería el ofr ' ,rete como
arreglo extrajudicial (rechazo parcial) o el rechazo tot 1decllmlento de un
a e a recl "
La sociología del derecho debería ponerle más aten " I amaClOn.
cion a as eta
pranas de los conflictos y a los factores que determinan o h pas tern-
etapas de reconocimiento, acusación y reclamación A SI an de darse las
1 '. o " d . prender más sobre
a existencia, ausencia o reversion e estas transformaci bá o
. , ones aSlcasau
nuestra comprension del proceso del conflicto y nues ,menta
evaluar las instituciones dedicadas a procesar [os confli:
a
capaCIdad para
'1 - fr o, d '. tos. Sabemos queso o una pequena aCClOl1 e experiencias de daño mad
convertirse enconflictos (por ejemplo, Besty Andrease uran hasta llegar a
al., 1977: 47). Además, sabemos que la mayor fricciónn, 1~7]; Burman et
primeras etapas: las experiencias no se percibe 11 Comodocdu~redurante las
o • e ano' las
cienes no maduran hasta convertirse en agravios' los a .' percep-
, . ' gravlOs se difu d
entre los mas allegados pero no se le comunican a la 1 n en
persona a quien se
45
1
¡
.'
William L. F. Felstiner, Richard L. Abely Austin Sarat
considera responsable. Una teoría sobre los conflictos que mire sólo las
instituciones movilizadas por las partes en conflicto y las estrategias que
dentro de ellas se aplican sería gravemente deficiente. Sería como cons-
truir una teoría sobre la política sólo con base en los patrones de votación,
cuando sabemos que la mayoría de la gente no vota en todas las eleccio-
nes. Reconociendo el sesgo que implicaría algo así, los politólogos han
hecho esfuerzos considerables por describir y explicar la apatía política (ver
Di Palma, 1970)' Los sociólogos del derecho tienen que explorar el fenó-
meno análogo -la apatía del agravio.
Las primeras etapas de reconocimiento, acusación y reclamación son
significativas, no sólo por e! alto nivel de fricción que reflejan sino tam-
bién porque el rango de comportamientos que en ellas se da es mayor que
en las etapas subsiguientes del conflicto, donde los patrones institucionales
limitan las opciones de las partes en conflicto. Un examen de este compor-
tamiento nos permitirá identificar la estructura social de los conflictos. Las
transformaciones son un reflejo de las variables estructurales sociales, así
como de los rasgos de personalidad de quienes participan en ellas. La gente
percibe -{) no percibe- una experiencia como un daño, señala o culpa a al-
guien más, reclama una compensación, o logra imponer su reclamación
gracias a su posicion social y a sus características individuales. La perspectiva
de la transformación requiere tanto de! estudio de la estratificación social
como de la exploración de la psicología social.
Finalmente, el hecho de tener en cuenta las etapas de reconocimiento,
acusación y reclamación nos permite ver con ojos más críticos los recien-
tes esfuerzos por mejorar el "acceso a la justicia". El compromiso público
para con la igualdad jurídica, necesaria para que prevalezca la ideología del
legalismo liberal, ha llevado a que se hagan esfuerzos significativos para
igualar el acceso a la justicia durante las últimas etapas del conflicto, donde
la desigualdad es más obvia e implica a las instituCiones oficiales; entre los
ejemplos se cuentan la renuncia a cobrar costas judiciales, la creación de
pequeños tribunales de reclamación, la reducción de formalismos y la pres-
tación de servicios legales (ver Abel, R. L., 1979b). Se supone que el acce-
so a la justicia reduce la distribución inequitativa de ventajas en la sociedad;
pero paradójicamente puede también ampliar las desigualdades. La meta
ostensible de estas reformas es eliminar el sesgo en la última transforma-
ción: cuando los conflictos se convierten en demandas. Sin embargo, si
como lo 'sospechamos, la misma distribución equitativa de privilegios
distorsiona las primeras etapas durante las cuales las experiencias de daño
se convierten en conflictos, entonces el acceso a la justicia según las
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN"
47
condiciones actuales sólo les dará ventajas adicionales a quienes hayan trans-
formado sus experiencias en conflictos. Es decir que los esfuerzos por au-
mentar el acceso ala Justicia pueden terminar acentuando los efectos de la
desigualdad en las etapas más tempranas y menos visibles, donde ésta"es
más difícil de detectar, diagnosticar y corregir (Li Abel, R. L., 1978).
11I.Caraderísticas de la transformación
Las EDP, los agravios y los conflictos tienen las siguientes característi-
cas: son subjetivos, inestables, reactivos, complicados e incompletos. Son
subjetivos en e! sentido de que las transformaciones no necesariamente de-
ben ir acompañadas por un comportamiento que sean susceptibles de ob-
servar. Un querellante discute sus problemas con el abogado y, como
consecuencia, revahia el comportamiento de su contraparte. El querellante
ahora considera que su contraparte no sólo estaba errada sino que actuó de
mala fe. Entonces, el contenido de la controversia se transforma en la men-
te de! querellante, aun cuando ni e! abogado ni la contraparte necesariamente
sepan del cambio.
Como las transformaciones pueden no ser más 'que cambios en los sen-
timientos y éstos pueden cambiar repetidamente, e! proceso es inestable. Esta
característica es obvia porque difiere marcadamente de lo que convencio-
nalmente se entiende por conflicto. Desde el punto de vista convencional
de los conflictos, las fuentes tanto de las reclamaciones como de los recha-
zos son eventos objetivos que han sucedido en e! pasado. Se acepta que
puede ser difícil describir los hechos en forma clara, pero raramente existe
la conciencia de que los eventos en sí, pueden transformarse en la medida
en que se procesan. Este punto de vista es psicológicamente ingenuo: es
insensible al efecto que tienen los sentimientos sobre la atribución del
motivo y a las consecuencias de dichas atribuciones, para efectos de la for-
ma como el individuo entiende el comportamiento (Loftus, 1978).
El enfoque sobre las transformaciones también se amplía, si no introdu-
ce e! concepto de reacción. Debido a q:ue un conflicto está compuesto tanto
de una reclamación como de un rechazo, los conflictos son reactivos por
definición --característica que es bastante obvia cuando las partes se compro-
meten en un proceso, ya sea de neg.ociación, de pleito o de litigio. Pero si le
ponemos atención a las transformaciones, veremos que también hay reac-
ciones a nivel de las ,etapas más tempranas, cuando los individuos definen y
redefinen sus percepciones de la experiencia y la naturaleza de sus agravios,' ,
en respuesta a comunicaciones, comportamientos y expectativas de todas las
personas involucradas en el proceso, incluyendo las contrapartes, los agen-
Wllllam L. F.Felstiner, Richard L. Abel y Austin Sarat
res, las autoridades, los colegas y los allegados, Por ejemplo, .en una comu-
nicación personal, Jane Collier ha señalado que "en sociedades de cazado-
res, un hombre no puede pasar por-alto las infidelidades de su mujer porque
si no otros hombres comenzarán a tratarlo como si fuera absolutamente inca-
paz de defender lo que pretende ser. En sociedades agrarias, tales como la
española, un hombre o una mujer no pueden darse el lujo de pasar por alto
nada que pueda ser interpretado como un insulto a su honor, porque si no,
otrosvan a empezar a tratarlos como si no tuvieran honor" [el énfasis es nues-
tro] (¿f Starr, 1978: 174-175).
. A~n para el saber popular, un conflicto es un proceso complicado que
implica un comportamiento ambiguo, recuerdos no muy. claros, normas
inciertas, objetivos que se contraponen, valores inconsistentes e institucio-
nes complejas. Y se complica aun más por los cambios que con el tiempo
se dan en los sentimientos y en los objetivos del reclamante. Tomemos el
caso típico de una lesión personal como consecuencia de un accidente de
tráfico. Un análisis convencional (por ejemplo, el que por lo general ha-
cen los economistas) supone que la meta del conductor acusado consiste
. . '. - - 6
en mmmuzar su responsabilidad y limitar el tratamiento del demandante.
El enfoque de la transformación, por otra parte, sugiere que los objetivos
del acusado son menos claros y menos estables de lo que parece, según la
teoría de los economistas. Dependiendo del tipo de seguro que tenga, de
su propia experiencia, de su empatía con la persona lesionada yde su rela-
ción con la misma, así como de las conversaciones que pueda tener con otras
personas sobre el accidente y sus consecuencias, el acusado podrá, en dife-
rentes oportunidades, desear maximizar en vez de minimizar, tanto su pro-
pia responsabilidad como el tratamiento del demandante, o adquirir una
posición intermedia'. El enfoque de la transformación buscaría identificar
estas actividades y sus efectos, con el fin de poder describir estos cambios
en los objetivos del acusado.
Entender el papel de una insri rución o de un oficial o funcionario en,
un conflicto activo, así como el significado y el resultado del conflicto para
aquellos interesados, requiere conocer los orígenes, el contexto, la rrayec-
torta y las consecuencias del conflicto -estos datos se pueden obtener
solamente preguntándoselos a las partes interesadas. Ésta es la teoría del
método de caso extendido, según la antropología legal (ver Turner, 1957;
Van Velsen, 1964; Mitchell, 1956; Epstein, 1967)' S1 a este enfoque le
agregamosla atención a las transformaciones, nos damos cuenta de que la
secuencia de comportamientos que constituyen el hecho de generar y llevar
a cabo una controversia, tiende a no permitir que se cierre totalmente el
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONHIC.TGS-:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN.
49
- caso. La gente nunca.relega totalmente los conflictos al pasado, ni nunca
deja que lo pasado, pasado esté (Abel, R. L., 1973: 226-229): siempre hay
un residuo de actitudes técnicas aprendidas y sensibilidades que, consciente
o:inconscientemente, van a afectar conflictos futuros. Además, hay una con-
tinuidad característica de los conflictos, que hace que éstos no terminen,
aún después del fallo o la.decisión formal. El final de un conflicto puede
crear un nuevo agravio, puesto que normalmente la decisión o el fallo ta-
cha a una de las partes como perdedora, derrotada o mentirosa. Aun en
aquellos casos donde se evita declarar a una parte vencedora y a otra ven-
cida; es.raro el proceso qué explora y resuelve todos los. aspectos de los
agravios de las partes en conflicto y es posible que surjan nuevas reclama-
ciones, como consecuencia de esas insatisfacciones que no han quedado
resueltas (ver.Turk, 1976: 286; Graber y Colton, 1980: 17).
IV, 5i!.ij<e'l:@$ lf a;eli'i!:es de la traJlilsf@!"Madólfi
• Una manera de organizar el estudio de las transformaciones de las EDP
los agravios y los conflictos, es identificar qué es lo que se está transfor-
mando (los sujetos de la transformación) y qué es lo que hace que se dé la
transformación (los agentes de la transformación). Desafortunadamente,
no es fácil ubicar tanto a los sujetos como a los agentes, en una matriz sen-
cilla, puesto que todo factor puede ser interpretado de ambas maneras.
las partes
Ni la identidad ni. el número de las partes son de naturaleza fija. Hay
nueva información y redefiniciones sobre un conflicto que pueden llevar a
una. parte a cambiar sus puntos de vista sobre los adversarios o sobre los
aliados que considera más adecuados. Ambos pueden ser cambiados por
. los-oficiales o por las agencias o las entidades que llevan la controversia.
.Las nuevas partes, especialmente si son grupos, como la NACCP, ACLU o
el-Club Sierra, pueden entablar una demanda como parte de una campaña
para utilizar los tribunales como mecanismo de cambio social (ver Casper,
,1972:capítulo 5; Weisbrod et.al., I978; Tushnet, n.d) o para movilizar una
acti~dad política (Handler, 1978), aunque haya movimientos sociales y
políticos que también pueden perder impulso cuando una lucha colectiva
se convierte en una demanda individual (por ejemplo, desagregación es-
colar; ver Wollenberg, 1977). Durante el proceso puede aumentar o dis-
.'.' minuir la cantidad de partes involucradas. Un agravio que originalmente
haya sido experimentado colectivamente, puede individualizarse mientras
se convierte en conflicto. Las reclamaciones por agravios, como respuesta
. William L. F. Felstiner, Richard lo Abel y AustlnSarat
a un perjuicio ocasionado por, condiciones poco seguras y las audiencias
disciplinarias, como respuesta a los conflictos o reclamaciones laborales;
son ejemplos de ello.
Obviamente, las partes en conflicto son tanto agentes centrales como
objetos, durante el proceso de transformación. Su comportamiento estará
en función de su personalidad, puesto que en ellos influye su experiencia
previa y sus presiones actuales. La experiencia incluye haber participado
en otros conflictos; haber estado en contacto con grupos de referencia, los
representantes y las autoridades; y la familiaridad con varias formas de pro-
cesar los conflictos y sus correspondientes recursos. Por ejemplo, entre los
nuevos afiliados a un plan de servicios legales prepagados, aquellos que ya
han consultado anteriormente a un abogado, tienden a utilizar más los
privilegios que les da su afiliación, que aquellos que no lo han hecho (Marks
et al., 1974: 63-64). Las variables de la personalidad que pueden afectar las
transformaciones, incluyen: tipo de aversión al riesgo, capacidad de resigna-
ción y sentimientos en relación con temas como la eficacia personal, la
privacidad, la independencia y el apego a la justicia (conciencia de las normas).
A su vez, tanto la experiencia como la personalidad están relacionadas con
las variables de la estructura social: clase, raza, género y edad (ver Curran,
I977; Griffiths, 1977; Best y Andreasen, 1977: Tabla 15)'
La relación entre las partes (Lf Black, 1973) también influye en lastrans-
formaciones: la esfera de la vida social que los ha reunido (trabajo, residen-
cia, política o recreación) -que puede afectar el costo de retirar la demanda
(ver Felstiner, 1974: 79-80, 8}-84)-, su situación relativa (ver. Starr, 1978;
Abel, R. L., 1979: 245-246) y la historia de los anteriores conflictos definen
la manera como adelantarán su controversia. Además la interacción estra-. . ,
tégica entre las partes durante el curso de un conflicto puede desempeñar
un papel clave en su transformación. Un ejemplo poco usual es el de la parte
que activamente busca agravios contra sí misma: el vendedor al detal quien
les pide a los compradores que le cuenten sus quejas sobre el servicio (Ross
y Littlefield, 1978: 202), el patrón que pone en la compañía una caja para
recoger sugerencias anónimas, y aun el cónyuge o el amante neurótico que
invita a su pareja a que le haga recriminaciones. Pero más comunes son los
elementos que se le van sumando a los conflictos, los altibajos en el espíri-
tu combativo de las partes y el esfuerzo que hacen éstas para responder ante
1" idas" d 1as m0V.! as~e a contrapar~e. ,. . _. .
las atribucioi'lles
La teoría de las atribuciones (ver Kelley y Michela, 1980: 458) asegura
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN .
.que las causas que una persona le atribuye a una experiencia de daño serán
¡factores importantes y determinantes de la acción que asuma como respues-
, ta a esa experiencia; presuntamente dichas atribuciones también afectarán
, ~l.hecho de que la experiencia se perciba como una experiencia de daño.
La gente que se culpa a sí misma por una experiencia tiene menos proba-
15ilidadde considerar que esa experiencia es un atropello o, si ya la ha per-
cíbido así, es.de todas maneras muy poco probable que se queje de ella; es
mucho más probable que perciba la experiencia como una experiencia de
daño y que haga pública su inconformidad si puede culpar a otra persona,
especialmente cuando percibe que el agente responsable causó o agravó el
problema en forma intencional (ver Vidmar y Miller, 1980: 576-577; Coates
y Penrod, 1981). Pero las atribuciones como tales no son fijas. En la medi-
da en que el criterio moral de la persona se ve modificado, ya sea por in-
formación nueva que le llega, por su lógica, porque entiende mejor algún
aspecto, o por su experiencia, las atribuciones cambian y alteran la forma
en que la persona entiende su experiencia. La respuesta del adversario puede
ser un factor-importante en esta transformación, al igual que la naturaleza
del proceso del conflicto. Algunos procesos como, por ejemplo, la aseso-
ma,pueden dejar la controversia totalmente desprovista de contenido moral
y dispersar la responsabilidad por los problemas ocasionados; otros como
la confrontación directa o los litigios, por ejemplo, pueden intensificar el
juicio moral del reclamante y contribuir a que concentre la culpa en la otra
persona. Por lo tanto, el grado y la calidad de la culpa, que son elementos
importantes de las transformaciones, también producen transformaciones
adicionales.
IEIaleanee
. El alcance del conflicto -es decir, la medida del discurso sobre los agra-
vios y las reclamaciones- se ve afectado, tanto por los objetivos y compor-
tamientos de las partes en conflicto, como por las características procesales
de las instituciones procesales encargadas de dirimir el conflicto. Un caso
hipotético utilizado con frecuencia para la capacitación de mediadores,
habla de una mujer y de la amante de su marido. La mujer le ha pegado
con una piedra a la amante de su marido y esta última se ha quejado ante
la policía; durante el interrogatorio, el juez les ha sugerido someterse a
un proceso de mediación. Inicialmente la discusión se concentra en el in-
cidente de la pedra.da,-p'er,o·lu~go se amplfay llega a cubrir los aspectos,
relacionados con la lucha de estas dos mujeres por el afecto de su hombre.
El alcance de esta controversia se complica por la confrontación entre las
·í
William L. F. Felstiner, Rlchard lo Abel y Austin Sarat
dos mujeres durante el incidente de la pedrada; luego, mientras está en
manos de la policía y del juez, se reduce sólo al incidente de la pedrada; y
finalmente, cuando ya está en manos del mediador, se amplía para volver a
abarcar el conflicto original, más el incidente de la pedrada. Esto sucede
como consecuencia de la inreracción entre las partes en conflicto y el me-
diador. Algunos tipos de procesos de controversias buscan limitar el alcance
de las mismas, para poder describir los eventos en forma que parezcan ma-
nejables. Otros quieren abarcar todo el contexto y las circun~tancias. Este
último tipo de procesos trata de alentar a las partes en conflicto para que
den cuenta de absolutamente todos los eventos, indistintamente de las con-
secuencias. A su vez, el alcance del c~nflicto afecta la identidad de los par-
ticipantes, las tácticas que se utilizan y los resultados factibles en cada uno
de los casos.
la selección de 10$ mecanismos
La selección que haga el demandante con respecto a la audiencia ante
la cual quiere expresar su queja, y la selección que hag~ el de:nandado ~~n
respecto a la institución ante la cual lleva la co~tr~versIa, ~stan en relac~on
directa con los objetivos de la persona y cambiarán a medida que cambien
los objetivos". Los mecanismos también pueden ser ~eterminad.os por fac-
tores exógenos, tales como el capricho del secretario de un tribunal (ver
Felstiner y Williams, 1980: 19; if, Abel, R. L., 1969: Tabla III y text?
correspondiente; 1979c: 188) o de los abogados que prefieren no seguir
) T 1adelante con los casos (ver Rosenthal, 1974: IIO, II5 o rranquiuzar a .os
consumidores para poder mantener buenas relaciones con los comercia~-
res (Macaulay, 1979: 137?- Una vez que un mecanismo -tribunal, agenCIa
administrativa, mediador, árbitro o psicoterapeuta- comienza su labor,
determina las reglas relacionadas con la pertinencia, los actores, los costos,
las demoras, las normas y los recursos.
los objetivos
Una parte puede cambiar sus objetivos en dos sentidos: lo que busca y
está dispuesta a conceder y en qué medida. Aquello que está en j~e~o, puede
aumentar o disminuir, en la medida en que empieza a haber mas Informa-
ción disponible. Cuando llega más información, cambian las necesidades
de las partes, se ajustan las normas y se incurre en·costos. La de~or.a, la
frustración y la desesperación pueden llevar a un cambio ~n los objetivos:
las víctimas de discriminación laboral, por ejemplo, qmeren que se les
devuelva su trabajo (o se les de su ascenso) y no se transan por nada más, al
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACIÓN.
53
principio del proceso, pero más adelante empiezan a transarse por dinero
(verAbel, E., 198I; Crowe, 1978).-Corno lo anotaba Aubert (I963: 33), la
relación entre los objetivos y los mecanismos es recíproca: no sólo influ-
yen los objetivos en la selección de los mecanismos, sino que los mecanis-
. mos elegidos pueden alterar los objetivos. Por ejemplo, debido a que los
tribunales proceden con frecuencia utilizando una cantidad limitada de
normas para evaluar un gran universo de hechos, "las necesidades de las
partes y sus deseos con respecto al futuro dejan de ser relevantes para la
solución" (íd.). Es más: aun en aquellos casos en donde el recurso legal es
anticipado por naturaleza -alimentos en caso de divorcio, remuneración
en casos laborales, o indemnizaciones por pérdidas futuras-, con frecuen-
cia el sistema legal prefiere ordenar que se pague una sola suma desde el
principio, en vez de ordenar pagos periódicos. Finalmente, la experiencia
de un conflicto puede motivar a una de las partes a dar los pasos necesa-
rios para evitar conflictos similares en el futuro, o a estructurar su com-
portamiento de tal manera que la próxima vez que surja un conflicto
parecido, esté en una posición más fuerte (por ejemplo, Macaulay, I966:
167,2°4).
La ideología
El derecho que cree tener el individuo a disfrutar ciertas experiencias y
a estar libre de los perjuicios que le pueden causar otros, está en función
de una ideología general, de la cual el derecho es un componente más. La
insatisfacción de un consumidor con un producto o con un servicio puede
haber influido en las campañas de los activistas, como por ejemplo, Ralph
Nader, quien asegura que los consumidores tienen derecho a esperar una
buena calidad ". Los cambios en la legislación a veces pueden ser una forma
altamente efectiva de transformar la ideología para crear la sensación de
que se tiene derecho a algo. Y es precisamente esa sensación.la que, con-
trario a la sabiduría convencional, hace que la gente considere que la mo-
ralidad se puede legislar. Aun cuando sería absurdo sostener que después
del caso de Broum versus la Junta de Educación, todo niño perteneciente a
un grupo minoritario tuvo la sensación de tener derecho a una educación
integrada, denunció haber sido objeto de segregación, y participó en una
controversia cuando se rechazó su reclamación, es un hecho que este caso
se ha dado con más frecuencia desde 1954, que anteriormente. Después
de un programa reciente de televisión, en Chicago, donde se presentó. a
una mujer que había sido objeto de una requisa en la cual la habían desnu-
dado en una citación de rutina por una contravención de tráfico, donde la
Willlam L. F. Felstlner, Rlchard L. Abel y Austin Sarat
mujer describió cómo demandó y le ganó el caso al departamento de poli-
cía, cientos de mujeres telefonearon al canal de televisió~ contando histo-
rias similares. En este caso, una victoria legal transformó la vergüenza en
ira, alentando a las personas perjudicadas a expresar su inconformidad, y
muchos de esos agravios se han convertido ya en controversias. Cuando la
víctima original eligió el mecanismo legal para plantear su querella, se
individualizó y despolitizó un agravio colectivo contra las prácticas de la
policía; pero cuando la mujer hizo conocer su victoria legal por televisión,
la controversia jurídica se colectivizó y se repolitizó. La ideología -y el
derecho- también puede darles a las personas la sensación de no tener
derechos. La legislación que se aprobó a principios de este siglo en mate-
ria de indemnización para los trabajadores como "solución" al problema
de los accidentes por falta de seguridad industrial, puede haber llevado a
los trabajadores a depender del paternalismo de sus empleadores como
medio para garantizar su seguridad y,por lo tanto, deben haber decidido
dejar de reclamar el control laboral (Weinstein, I967)".
Los grupos de referencia
Los conflictos pueden transformarse a través de la interacción con las
audiencias o con los patrocinadores. Una controversia entre un inquilino
y su arrendatario puede llegar a ser el origen de una asociación de inquili-
nos; la queja de un trabajador contra su capataz puede convertirse en el
estímulo para que se forme un movimiento para crear un sindicato, o para
que se reorganicen las jerarquías dentro de un sindicato ya existente. Esta
transformación no sólo puede convertir una controversia individual en una
controversia colectiva; también puede llevar a una lucha económica o
política que desplace procedimientos legales existentes. Esto es especial-
mente importante en el caso del comportamiento de los grupos menos fa-
vorecidos, cuando buscan recursos. El movimiento del derecho a la política
y la consecuente expansión del alcance de los conflictos dependen de la re-
acción de una amplia red social ante los casos individuales de injusticia. En
ausencia del apoyo de dicha red, es posible que ni siquiera se presente ese
movimiento (Scheingold, I974: capítulo 12). La probabilidad de que se dé
el apoyo depende de una serie de variables independientes: la subculrura
de la audiencia -la cual definirá la experiencia como de daño o como iner-
me, alentará, o desalentará-la expresión del agravio y preferirá ciertas
- estrategias para procesar lacontroversia- y la 'composición social de la
audiencia -que esté compuesta, ya sea de colegas de igual rango, o de
superiores. A su vez, estas variables se ven influidas por los factores de la
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN OE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN.
55
estrUctura social-por ejemplo, que la red a la cual pertenezca el individuo
sea-abierta o cerrada (Bott, 1955). En una red abierta, donde el ego se re-
laciona (por separado) con los miembros, pero donde los miembros no están
relacionados entre sí, la audiencia muy probablemente responderá en for-
ma individual, buscando, por lo general, resolver la controversia de acuer-
do-con los principios de cada cual. En una red cerrada, donde todos están
·relacionado con todos, la probabilidad de una respuesta colectiva es mu-
chomayor.
Losrepresentantes "los funcionarios
Los abogados, los psicoterapeutas, los miembros de sindicatos, los tra-
bajadores sociales, los funcionarios públicos y otros agentes y empleados
públicos, les ayudan a las personas a entender sus agravios y qué pueden
hacer al respecto. Al prestar este servicio, casi siempre producen una trans-
formación: la esencia de su trabajo profesional es definir las necesidades del
consumidor de servicios profesionales (lohnson.uc-rz: 45). Generalmente
esto lleva a la definición que requiere un profesional que preste dichos ser-
vicios (Larson, I977: XVII; Abel, R. L., I979a: 86-88; Illich, 1977; I978).
De todos los agentes de la transformación de controversias, los aboga-
dos son probablemente los más importantes. Esto resulta, en parte, del
papel tan importante que desempeñan los abogados como guardametas de
las instituciones jurídicas y como facilitadores de una amplia variedad de
transacciones personales y económicas, en la sociedad estadounidense
(Parsons, 1962). Es obvio que los abogados desempeñan un papel prepon-
derante en las decisiones relacionadas con los conflictos. Sin embargo, hay
pocos estudios del comportamiento de los abogados, que hayan sido.
reportados, incluso desde la perspectiva de la transformación (sin embar-
go, ver Blumberg, I967; Macaulay, I979; Cain, 1979; Rosenthal, I974): Sa-
bemos más sobre la estructura del colegio de abogados (ver, por ejemplo,
Laumann y Heinz, 1977) y sobre los problemas éticos específicos que se
presentan en la práctica del derecho (ver Carlin, 1966; Freedman, 1977)
que sobre cómo interactúan los abogados con sus clientes y sobre la dife-
rencia que representa su actuación.
Los críticos de estos profesionales sostienen que ellos "crean" por lo
menos algunas de las necesidades que satisfacen (ver, por ejemplo, Illich,
I977)· Los abogados ejercen un poder significativo sobre sus clientes. Tam-
bién mantieneñ el control sobre el curso de los 'litigios (Rosenthal, I974:
II2-lq) y tratan de convencer a sus clientes de que no busquen una se-
gunda opinión y de que no les lleven su caso a otros abogados (Steele y
Wllllam L. F.Felstiner. Rlchard L. Abel y Austln Sarat
Nimmer, 1976:956-962). Existe evidencia de que los abogados por lo ge-
neral diseñan sus argumentos para que se adapten a sus propios intereses,
en vez de los de sus clientes. Algunas veces, sistemáticamente "les calman
el ánimo" a los clientes que tienen quejas legítimas. En casos relacionados
con productos de consumo, los abogados pueden mostrarse renuentes a
formular acusaciones o a demandar, por temor a ofender a posibles clien-
tes (Macaulay, 1979t. Al defender a un acusado, algunos abogados pre-
fieren irse por la vía de la negociación de penas, es decir, donde el cliente
se declara culpable, en vez de defender su inocencia (ver Blumberg, 1967:
110-II 5; ver, en general, Law &- Society Review, 1979). En litigios bajo la
ley de agravios, prefieren las transacciones extra judiciales y es posible que
tengan preparados unos formatos de acuerdo para ofrecerles a los
ajustadores de reclamos (ver Rosenthal, 1974: 103; Ross, 1970: 82; Schwartz
y MitchelJ, 1970: 1133)' Hay otros casos en los que, por el contrario, pre-
fieren ampliar las quejas, o magnificar el agravio: algunos abogados exper-
tos en divorcio recomiendan que las partes se vayan a pleito, por el cual
pueden cobrar unos honorarios bastante considerables, en vez de iniciar
negociaciones difíciles, problemáticas y poco productivas para ellos, ten-
dientes a la reconciliación '(ver O'Gorman, 1963: 146).
También los abogados pueden afectar las transformaciones rechazando a
algunos clientes que les piden asistencia o suministrándoles un mínimo de .
ayuda, deteniendo así el desarrollo de la controversia, por lo menos a través
de los canaleslegales. Los datos limitados con que se cuenta, sugieren que los
abogados responden en forma distinta ante diferentes categorías de clientes.
Esta respuesta diferencial por parte de los abogados contribuye a variaciones
en los comportamientos frente al conflicto entre la clase pobre y la clase me-
dia, laspersonas jurídicas y las personas naturales, las personas normales y las
personas discapacitadas, los miembros de mayorías étnicas y minorías, y entre
los viejos y los jóvenes (Maddi y Merrill, 1971: 17-19; Handler et al., 1978:
capítulo 5;Lochner, 1975: 449-453; CUITan, 1977=149-152).
Claro está que los abogados también producen transformaciones que
generan bastante entusiasmo. Brindan información sobre alternativas y
consecuencias que no conocen los clientes; ofrecen un foro para probar la
realidad de las perspectivas de los clientes; ayudan a los clientes a identifi-
car, explorar, organizar y negociar sus problemas, y les dan apoyo emocio-
nal y social a los clientes que no están muy seguros de sí mismos o de sus.
objetivos (ver Mnookin y Kornhauser, 1979: 985). . .
La escasez de estudios observacionales sobre las relaciones entre los
abogados y sus clientes es uno de los motivos por los cuales la información
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN
RE C O N o C I M I EN T O. A C U SA C I gEL °S C O N F LI C.T os:
N RECLAMACiÓN
de los abogados y la transformacl'o'n d . .
e controverSIas e t .
ofrece tan poca teoría. s an mcompleta y
Hace mucho tiempo q f: I .
" ue a tan estudios sobre las relaciones ab
cliente ... rruentras que hay ciento d di ogado/
. . s e estu lOSsobre la c '. , ,
dico/paciente, incluyendo much h omurucaclOn me-
os que an depe did '.
la observación, casi no hay estudi 1 1 n l o prmopa1mente de
lOSpara e os sobre 1 '. ,
cliente y abogado ... Sólo hasta h . _ a comUillcaClOn entre
ace quince anos lo . '1
ron a investigar lo que hacen los ab d S' ' S SOClO.0g0Sempeza-
estudios enfatizó la observacl'o' d.
oga
°ds"'1 m embargo, nmguno de esos
. n irecra e a form l .
manejan a sus clientes como tó '. a en que os abogados
'. ,0pICO pnnclpal y , d .
La mvestlgación más reciente de R th 1 co~o meto o de estudio.
te/abogado su principal osen a ~1974)hizo de la relación clien-
aspecto, pero tarnbi ' T' 1 .
fuente primaria de datos (Da t ¡ 8 en unuzo as entreVIstas como
ne eta., 19 o: 906).
Desde que Danet y sus asociados escribie
publicado dos estudios sobre relací li ron estos comentarios, se han
. aClOnese lente/ab d C' (
informa que en "67 de 82 e bservé oga o. arn 1979: 335)
asos que o serve y ezi , 1 li
su necesidad y fi}'óel obierí 1 b r gistre, e e lente anunció
vo para e a ogad "S b
objetivos de sus clientes expr dIo: us a ogados tomaron los
, esa os en engua idi l
ron en lengua}'e }'urídico al . d }ecoo lana, y os convirtie-
. ' canzan o, cuando tu . , . . .
que los clientes buscaban o '. l VIeron exito, los ob}etlvos
ngma mente La . ía d l
cuales el abogado se rehuso' 1 . . minoría e os casos en los
, a aceptar os ob}eti d l li
(íd., 344) por el hecho de que el b d ~os ~ e lente, se explican
nal y no dependía de un p tró a oga o carecía de mtegración profesio-
a on.
El estudio reciente de Macaula (1 )
gados manejan los probiern 1 ~ 97
d
9 sobre la manera como los abo-
. as re aciona os con d d
sus informes sobre la calidad d 1 d pro uctos e consumo en
di e os pro uctos pres - 1 d
te lferentes. Macaula su 'e .' enta resu ta os bastan-
(1967) llamó "el e}'erci~o dgIeld
re
unheqwvalente civil de lo que Blumberg
. erec o como un . d
tribunales penales Los consunud Juego e confianza" en los
. . nsuml ores les pre
quejas Contra los vendedores al detal con ba sentan a sus .abogados sus
en materia de negligencia d 1: 'fr se en sus percepclOnes de legos
1
. , electos o aude Co fr .
re aClOnados con estas qu . lan n ecuencla, los montos
ejas son re aovamente - E
ea (aunque no siempre) el abog d "1 l p~quenos. n forma típi-
venciéndolo de que la q . a o e ~a ma los ammos" al cliente, Con-
. Ue}3 no es sena o n d
SImplemente no vale la pena sezui di' o pue e ser remediada, o
. guir a e ante con ell "A 11
surrudores] que buscan asesoría le al ", a., .que os pocos [con-
.- -- abogado considerá-adecuado -al g, r.e:lblran unlcamente lo que el
simbólico mientras q gunos serán rechazados con algún zesro
, ue muy pocos recupe' 1 o
estatutarios a través de " 1 raran sus p enos derechos
, una accion ega1" (Macaulay, 1979: 130
).
57
Willlam L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat
El personal encargado de hacer cump~r la ley -poli~ía, fiscalía, ~rganis-
mas reguladores- también puede producir transformaciones: es posible que
busque conflictos para poder sacar ade!an.te una política pú~li~ que le inte-
rese; o puede generar una carga de trabajo exagerada para justificar un au-
mento en su presupuesto; o puede tratar de disminuir la cantidad de conflictos
que se presentan, en vista de una escasez de personal; o p~ede, en forma s~-
lectiva, alentar o fomentar aquellos conflictos- que contribuyan al prestigio
de la entidad y desalentar aquéllos que disminuyan su importancia o que
requieran destrezas que no tiene su personal, o que la misma entidad consi-
dere que son inadecuadas (ver Skolnick, 1966: 196; Wilson, 1975)'
Las entidades dedicadas a la resolución de conflictos
Los efectos transformadores de las entidades dedicadas a la resolución
de conflictos han sido analizados en alguna medida (por ejemplo, Abel, R.
L., 1973)' Los juzgados, ubicados en uno de los extremos útiles para des-
cribir las entidades dedicadas a la resolución de conflictos, pueden trans-
formar el contenido del conflicto puesto que las normas sustantivas que
aplican difieren de las reglas de la tradición o de la moralidad ordinaria, y
sus normas de procedimiento pueden llegar a desvirtuar problemas o a
circunscribir evidencia.
Una situación altamente personal y perteneciente a una idiosincrasia
muy especial desde el punto de vista de las partes ... puede llegar a ser
clasificada en una instancia determinada como una categoría generaL .. Una
vez que los casos se clasifican de esta manera tan estrecha, ya no existe la
necesidad de analizar la situación general... En la mayoría de los casos ...
[lo preferible) no es saber por qué ha pasado algo, sino más bien qué fue lo
que ocurrió, y aún más estrechamente, qué es lo que puede demostrarse ...
que pasó (Moore, S. F., 1977=182-183)' .
Los jueces pueden transformar los conflictos individualizando los recur-
SOSI3.Algunas víctimas de un producto defectuoso pueden qu~rer forza: ~l
fabricante a alterar su proceso de producción. Pero como los tribunales uru-
camente imponen sanciones monetarias para los agravios no intencional es,
aun el concepto que tienen esasvíctimas sobre lo que sería un resultado acep-
table, se transforma y pasa de ser un bien colectivo (seguridad) a un factor
de enriquecimiento individual. Ésta es una transformación promovida
ampliamente por los abogados, quienes ven ~on muy buenos ojos la crea-
ción de un fondo de donde puedan obtener sus honorarios", .
Debido al monopolio que ejercen los abogados, la naturaleza esotérica
de los procesos y de los discursos que se dan en los tribunales, así como el
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS c-
R EC o N O C I M I EN T O. A C U SA C IÓ N. RE C L~ ~:~ Icg~.S:
peso del procedimiento que precede al juicio, la actitud de los querellantes
~uede verse alterada por el papel tan insignificante que desempeñan en el
Juzga~o y .~r el trato que allí reciben (Simon, 1978: 98, 115). De hecho, su
partIClpaCIOnen la controversia queda totalmente expropiada por parte de
los abogados y de! Estado (Christie, 1977). El redescubrimiento de la vícti-
ma en un proceso penal, es evidencia de este hecho. Además, las demoras
causadas por exceso de trabajo de! juzgado o por dilaciones intencionales de
un adversario p~eden ~ansformar en una frustración sin sentido lo que de
otra manera sena considerado como un procedimiento útil.
La naturaleza y los potenciales efectos de transformación de los tribu-
n,ale~pueden ob~ervarse ~ejor si comparamos un litigio con cualquier otra
tecrnca de manejo de CO~fl.ICt~S~com.o por ejemplo, la psicoterapia. Al igual
que el derecho, la terapia individualiza el conflicto y los recursos. Sin em-
bargo, en la mayoría de sus otros aspectos difiere mucho de los sistemas
tanto de los tribunales como de los abogados. A los querellantes se les ins-
ta, con la psicoterapia, a describir e! conflicto y a expresar sus sentimien-
tos al. ~especto, en sus propios términos. Los querellantes no tienen
necesidad de negar sus sentimientos debido a que los-profesionales de la
salud ~~ntal están entrenados para utilizar la ira como medio para reducir
la hostilidad, Yaque la actitud del terapeuta es la de no juzgar sino más bien
la de ~yudar a refl,exionar a los querellantes, esta actitud representa un apoyo
emocional para estos, pues se les insta más bien a examinar e! patrón d. e
sus propias respuestas, de cara al comportamiento de los demás. Pueden
encontrar, por ejemplo, que la solución de su proceso puede verse obstruido
no ,por ,las tá~tica.s dilatorias del adversario, ni por la oposición del adver~
sano, SIllO mas bien, por su propia renuencia a actuar. Uno de los objeti-
vos del pr?ceso es aum.en~r la comprensión del querellante con respecto
a sus motivos, sus Sentlffilentos, y el comportamiento de otros. Así pues,
~~n,tras el resultado de un litigio exitoso es, por lo general, una orden
dI~lgIda al adversario, el resultado de una intervención psicoterapéutica
exnosa puede ser un cambio en e! cliente,
. ~ntre los tribunal.~s y la psicoterapia hay muchas otras entidades espe-
cíalizadas en resolución de conflictos -arbitramento mediación audien-
cias administrativas e investigacio~es- que utilizan m'gredientes de ambos
procesos, en diferentes combinaciones, pero cuyo resultado es siempre una
transformación 15.
59
V. Importancia de estudiar las transformaciones
El estudio de las transformaciones aborda el tema de los conflictos a
William L. F. Felstiner, Richard L. Abel y Austin Sarat
60
través de las percepciones, los comportamientos y los patrones individua-
les de la toma de decisiones. Sin embargo, esta perspectiva también es útil
al estudiar las entidades dedicadas a la resolución de conflictos, puesto que
"el cúmulo de decisiones por parte de los actores individuales, puede lle-
gar a crear amplios patrones de uso por parte de los tribunales" (Collier,
1973: 251; ver también Abel, R. L., 1979c: 169). Otras instituciones de re-
solución de conflictos también son reactivas y sus cargas de trabajo se ven
determinadas, en gran medida, por las decisiones de individuos, más que
por aquéllas de los planificadores institucionales (Felstiner, 1975: 699)· Aun
las instituciones proactivas, en alguna medida dependen de las percepcio-
nes, de los agravios y de los conflictos existentes con aquella parte de la
población a la que buscan llegarle (Lf Black, 1973)'
Debido a que los estudios de las transformaciones comienzan a nivel del
individuo, éstos les permiten a los investigadores examinar las percepcio-
nes y los agravios que nunca se institucionalizan como conflictos (Lf Steele,
1977: 672-675). Los agravios que se quedan sin articular, las reclamaciones
que se acumulan y los conflictos bilaterales, ciertamente son más significati-
vos en número que aquellos casos que alcanzan a llegar a los tribunales y a
las entidades administrativas, pero raramente son objeto de estudio por par-
te de los investigadores (sin embargo, ver Miller y Sarat, 1980-81; Strauss,
A., 1978)'6. Al dirigir la atención sobre los antecedentes de los conflictos, el
estudio de las transformaciones también debe arrojar alguna luz, tanto so-
bre la forma como la experiencia diferencial y el acceso a los recursos afectan
la cantidad y e! tipo de problemas que maduran hasta convertirse en con-
troversias, como sobre las consecuencias que para los individuos y para la
sociedad conlleva el hecho de que las respuestas a las experiencias de daño
se desestimen o se obstaculicen desde una etapa muy temprana (por ejem-
plo, despolitización, apatía o alienación).
La investigación y la evaluación sobre la efectividad de las diferentes
formas de procesamiento de controversias también mejorarían mucho si
éstas consideraran las transformaciones. La evaluación convencional se
inclina a explorar la actitud de los querellantes cuando un proceso ya ha
seguido su curso normal (ver, por ejemplo, Davis et al., 1980: 50, 54; Cook
et al., 1980: 45). Sin un punto de partida -el contenido del problema ini-
cial, la naturaleza de la reclamación original o las formas anteriores que
hubiera tenido e! conflicto-, el evaluador no puede hacer una evaluación
. independiente de la condición final del conflicto; tampoco se puede saber,
en cada etapa del proceso, qué tanto se desvió éste de lo que inicialmente
se buscaba -lo que el querellante hubiera querido obtener en cada una de
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO. ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN.
61
estas etapas, o quizá, lo que el profesional considera que el querellante
. hubiera podido obtener (ver, por ejemplo, Rosenthal, 1974; Baldwin y
McConville, 1977)' Esto no quiere decir que la efectividad de un proceso
de resolución de conflictos se deba medir necesariamente por su capaci-
dad para revelar o para manejar los orígenes del conflicto. Es posible que
el querellante ya no considere importante el problema inicial, puesto que
una de las premisas centrales de la teoría de la transformación es que el
agravio transformado puede llegar a convertirse en el verdadero conflicto.
Pero bien sea que haya habido transformación o no, los juicios sobre la
efectividad de las mismas podrían mejorar si estuviera disponible la histo-
ria detallada de cada controversia, para que los estudios de transformación
puedan captar todos estos detalles.
Muchas de las investigaciones sobre controversias en Estados Unidos
se dedican a medir y a explicar las decisiones tomadas por las partes, en-
trevistando a éstas después de concluida la controversia (ver, por ejemplo,
Trubek, 1981). Dicha metodología tiene limitaciones significativas, puesto
que requiere que e! entrevistado recuerde los eventos de un caso ya conclui-
do (ver Bohannan, 1957=vn). Las disrorsiones en la memoria del entrevista-
do cuando se le pregunta sobre aspectos tales como motivo~ e interacciones
son uno de los problemas. Los errores no surgen tanto de la dificultad me-
cánica de recordar los detalles de eventos pasados, sino de la tendencia a dis-
torsionar estos recuerdos, como consecuencia de las experiencias
subsiguientes. Cuando se le pregunta al entrevistado por qué actuó o por qué
dejó de actuar, es difícil que éste formule una respuesta que no esté influen-
ciada por las consecuencias del curso que tomó el proceso. Similarmente,
cuando se le pregunta al entrevistado qué esperaba que hiciera su oponente,
lo más probable es que su respuesta se vea influenciada (en una medida des-
conocida) por e! actual comportamiento de! oponente. Sin embargo, dichas
encuestas o entrevistas son necesariamente claves para una explicación ade-
cuada del comportamiento asumido por las partes durante el proceso. La
mayoría de las etapas de una controversia tienen alternativas: la persona
tiene que tomar decisiones sobre demandar, contratar a un abogado, aceptar
un arreglo extracontractual, apelar, acusar o mediar. Por lo general, la mejor
evidencia disponible sobre la dinámica de estas decisiones es el testimonio
de quienes tomaron las decisiones, pero esta evidencia es poco confiable si
se remonta a un pasado lejano. Por lo tanto, uno de los objetivos de la in-
vestigación sobre las transformaciones es producir datos directos y
confiables sobre motivos e interacciones, estudiándolos en forma contem-
poránea. Sólo así es posible catalogar los antecedentes de un conflicto an-
William L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat
62
tes de que e! tema se vuelva público, con el fin de examinar la forma en la
cual se presentan las reclamaciones y, mejor aún, con más anterioridad, de
tal manera que pueda saberse. cómo se percibieron, en primer lugar, las
experiencias de daño.
Los conflictos implican la creación y la revisión de percepciones y acti-
tudes sobre uno mismo, su oponente, los diferentes actores, e! contenido
de! conflicto, el proceso de la controversia, y las entidades y e! personal
especializados en la resolución de conflictos. Las transformaciones son e!
resultado de esos procesos sociológicos y psicológicos y por lo tanto, son
estos procesos los responsables de la transformación en sí. Ruhnka et al.
(1978), por ejemplo, encontraron que las actitudes positivas y el apoyo a
favor de los pequeños tribunales encargados de resolver reclamaciones,
varían según la experiencia que haya tenido la persona en dichos tribuna-
les, y que esta relación es igualmente cierta, tanto para "ganadores" como
para "perdedores"; otros investigadores han encontrado relaciones inver-
sas similares, con actitudes acerca de otro tipo de tribunales y abogados
(Curran, I977: 234-239) Yprocesos penales (Casper, 1978; ver, en gene-
ral, Sarat, 1977)' La investigación de las transformaciones, al concentrarse
en los agentes del proceso y al estudiar las actitudes en forma longitudinal,
deben poder documentar este cambio negativo de opinión y desarrollar
hipótesis sobre por qué ocurre.
Anotamos anteriormente que los estudios sobre las transformaciones
vuelven problemático uno de los juicios políticos fundamentales sobre los
conflictos -que hay demasiadas; que los estadounidenses son gente dema-
siado dada al conflicto, demasiado dispuesta a litigar (por ejemplo,
Rosenberg, I972; Ehrlich, I976; Kline, 1978). La perspectiva de la trans-
formación sugiere que posiblemente haya muy poco conflicto en nuestra
sociedad. Muchos estudios se basan únicamente en lo que sucede en los
tribunales; evalúan el conflicto desde el punto de vista de los tribunales,
que perciben que sus recursos son limitados (cf Heydebrand, 1979)' Des-
de este punto de vista, cualquier nivel de conflicto que rebase la capacidad
del tribunal para manejarlo, es "excesivo". Las cosas se ven de otra mane-
ra, sin embargo, si comenzamos a nivel del individuo que ha sufrido una
experiencia de daño. Eso es lo que sucede cuando vemos las cosas desde el
punto de vista de las transformaciones. Yes ese punto de vista precisamen-
te, lo que nos lleva a preguntar por qué tan pocas personas buscan recursos
para resarcirse de alguna experiencia de daño. De tal manera que la .
perspectiva de la transformación,. naturalmente pone de manifiesto
interrogantes que se han ignorado en gran medida, hasta ahora: ¿Por qué
o R I G EN Y T RA N S Fo R M A C I Ó N DE LOS C o NF LI C T o S :
RE<;:ONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN ...
lbs estadounidenses son tan lentos para percibir un daño, tan renuentes a
hacer reclamaciones y tan temerosos a suscitar un conflicto, especialmen-
te cuando se trata de litigar?" En algunos estudios de investigación surge
la hipótesis de que el culto a la competencia y el individualismo tan cele-
bradoen la cultura estadounidense inhiben el reconocimiento de las per-
sonas -ante ellas mismas, ante otros y especialmente ante las autoridades-
de que han sido lesionadas o perjudicadas, y que les ha salido adelante un
adversario (por ejemplo, Best y Andreasen, 1977: 709; Menkel-Meadow,
)
18
I979: 40 .
Los estudios de transformación también nos permitirían ser más espe-
cíficos sobre la "cultura" de diferentes agentes y entidades dedicados al
procesamiento de controversias (Lf Friedman, I969). Por ejemplo, la sa-
biduría convencional sostiene que los abogados de divorcios exacerban el
conflicto, la desconfianza yel estrés. El interés en la mediación es más un
reflejo del escepticismo sobre la utilidad de los abogados (y sobre el siste-
ma legal dispositivo, que es realmente la base de toda su actividad) que de
una falta de confianza en la sabiduría de los jueces que obran en !os tribu-
nales de familia. Sin embargo, no "todos't'losabógados manejan mal sus : .
casos. Los estudios de transformación que observan a través del tiempo las
interacciones abogado/cliente podrían decimos cuáles son los valores,
experiencias, técnicas, contextos o personalidades que diferencian a los
abogados positivos y efectivos, de aquellos que tienden a complicar un
problema, de hecho difícil (ver Kressel et al., I979: 255)' También podrían
decimos cuándo son los clientes (y no sus abogados) quienes utilizan el liti-
gio con el propósito de perpetuar un conflicto de familia, en vez de resol-
verlo (por ejemplo, el caso "Lesser", de Goldstein y Kan, 1965: 518-559).
VD. C@nclusión
La importancia de estudiar el origen y la transformación de los conflic-
tos no debe cegamos ante sus dificultades. Debido a que e! estudio de las
transformaciones debe concentrarse en las mentes de quienes responden
las entrevistas, captando sus actitudes, sentimientos, objetivos y motivos
(en la medida en que éstos cambian a través del tiempo), éste debe ser
longitudinal y debe basarse en una excelente relación entre el investigador
y el informante. Las dificultades de dicha investigación son considerables:
los problemasmás obvios surgen al tratar de diseñar técnicas .s..~~minirni-
'-cen la reacción a las sugerencias del 'investigador, 'al mismo tiempo que le
ofrezcan al investigador suficientes señales sobre la oportunidad de una
nueva serie de entrevistas.
UNiVERSIDAD DE ANTIOQUIA
William L. F. Felstiner. Rlchard L. Abel y Austin Sarat
Con el fin de identificar las influencias más sobresalientes que se gesten
sobre las transformaciones, es necesario seleccionar para la investigación,
las áreas de conflicto donde puedan esperarse altos niveles de variación.
Pero estos campos de diferencias sustanciales pueden presentar cambios
en sus distintas etapas. Por ejemplo, probablemente exista un bajo nivel de
EDP (Experiencias de Daño Percibidas) en la relación entre profesionales
y no profesionales y un nivel muy alto de estas experiencias en la interacción
entre inquilinos y arrendadores; hay un bajo nivel de seguimiento en con-
flictos relacionados con productos de consumo, y un nivel muy alto en
aquellos que tienen que ver con serias lesiones personales. Como conse-
cuencia, el desarrollo de un entendimiento empírico de las transformacio-
nes puede requerir muchos estudios de objetivo limitado, en lugar de unos
pocos proyectos a gran escala. Hay varias áreas sustantivas que merecen
atención inmediata, no sólo porque cumplen con estos requisitos, sino tam-
bién porque han sido objeto de investigaciones anteriores y ofrecen, por
lo tanto, datos históricos, bases de comparación, hipótesis tentativas y orien-
tación metodológica. Dichos campos son, en primer lugar, las lesiones
personales, especialmente los accidentes de tránsito (por ejemplo, Conard,
I964; Franklin etal., I96I; Hunting y Neuwirth, I962; Widiss, I975;
Burman et al., I977; Royal Commission, I978; Walker y Maclean, I980;
Lloyd-Bostock, 1980; Genn, 1980); en segundo lugar, los conflictos sobre
productos de consumo (por ejemplo, Whitford, 1968; Whitford y Kimball,
1974; Sreele, 1975; 1975a; I977; Besty Andreasen, 1977; Macaulay, 1963;
Ross y Littlefield, I978; Hannigan, I977; Caplovitz, I963; 1974; King y
McEvoy, 1976; Instituto Nacional de Justicia para el Consumidor, 1972;
Grupo de Estudio de Tribunales de Reclamaciones, 1972; Warland et al.,
1975; Nader, 1980), y en tercer lugar, los conflictos de familia (por ejem-
plo, MacGregor et al., I970; Marshall y May, 1932-33; Gellhorn, 1954;
Virrue, 1956; Parnas, 1970; Chambers, I979; Mnookin y Kornhauser, 1979;
University ofPenmylvania Law Review, I953).
Aunque el origen y la transformación de los conflictos son algo perso-
nal e individual, tienen una dimensión política importante. En últimas, lo
que nos preocupa es la capacidad de las personas para responder ante los
problemas y ante las injusticias. Nosotros consideramos que el estudio de
los procesos en los conflictos ha estado demasiado alejado de las verdade-
ras dificultades y alternativas que acompañan el reconocimiento de que se
ha sido objeto de un perjuicio y de que el alivio para ese daño puede ser
incierto, contingente y costoso. El reconocimiento y la acción pueden no
ser adecuados ni deseables en todos los casos. Sin embargo, consideramos
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN ..
sano orden social es aquél donde se minimizan las barreras que
~oo . .
ínhiben d surgimiento de reclamos y con~overslas y que evitan ~~ con-
. 'n en demandas o en reclamos que eXIgen alguna compensacion porversio
. el perjuicio sufrido.
• Tomado de I5 Law &- Society Review (1980-8I).
1 Ver los casos como cosas crea la tentación de contados. Pero debemos tener
cuidado al hacerlo, puesto que los volúmenes de litigios, al igual que las tasas de
delincuencia (ver Black, I970), pueden "producirse" y manipularse (Seidman y Couzens,
I ).Conscientes de este peligro, los investigadores en muchos países han tratado de
974 .. di" 'd' d . idi " (describir el universo de los conflictos exarrunan o as necesi a es Jun icas ver
Baraquin, I975; Cass y Sackville, I975; Curran, I977; Royal Commission onLegal
Services, 1979; Royal Commission on Legal Services in Scotland, 1980; Colvm et al.,
I978; Tieman y Blankenburg, 1979; Valétas, [976). Sin emb~go, estos esrudios también
reifican el proceso social de los conflictos, puesto que la medida de necesidad refleja
invariablemente la teoría y los valores del investigador, distorsionando necesariamente el
.panorama social de los conflictos (ver Lewis, I973; Griffiths, I977; I980; Marks, I976;
Mayhew, 1975)'
2 Otra forma de definir los conflictos es adoptar las definiciones propias del derecho
civii o del derecho penal, en cuyo caso veremos e! mundo social desde el punto de vista
de la estructura política existente. Desde esa óptica, son aceptables y adecuadas las
premisas y las ideas convencionales. Sin embargo, podemos resistir la tentación de
imponemos sobre las personas a quienes esrudiamos, y más bien tratar de averiguar
cómo es que los querellantes mismos definen sus propias experiencias. Cada una de estas
formas de abordaje tiene importantes consecuencias para el estudio de los conflictos.
3 Claro está que no somos nosotros los inventores de este campo de esrudio ni de!
.término "transformación". Para discusiones anteriores, ver especialmente a Aubert
(1963), Mather e Yngvesson (1980-81) y Cain (I979)'
4 Los estudios sobre conocimiento y opinión pública en materia de derecho sólo
parcialmente constiruyen una excepción puesto que relegan al público a un papel
meramente pasivo, donde se limita a notificarse sobre la ley y a reaccionar ante ella (ver
Sarat, 1977).
5 ef Marx (1976: 72): "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen de
acuerdo con sus caprichos; no la hacen bajo circunstancias elegidas por ellos, sino bajo
circunstancias directamente enconeradas, dadas y eransmitidas del pasado.
"Nuestra perspectiva está influida por el trabajo de aneropólogos que han observado
el derecho a elegir foro en sociedades no occidentales (por ejemplo, Nader y Todd,
1978); economistas preocupados con la respuesta que ha de dársele al consumidor
insatisfecho (por ejemplo, Hirschman, 1970); y oeros que han medido u observado la
forma 'en que los individuos manejan sus problemas personales (Cellhorn, 1966; Levine
y Presten, 1970; Abel-Srnith et al., I973; Morris et al., [973; Friedman, K. A., 1974;
Burman et al., 1977; Smith et al., 1979; Cain, 19í9; Macaulay, I979; Nader, 1980)".
William L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat
66
6 No estamos diciendo que la teoria económica tenga necesariamente dificultades en
manejar éstas u otras dificultades, sino que el análisis económico por lo general las ignora
y se contenta con una sobresimplificación psicológica. Ver, por ejemplo, Phillips y
Hawkins, 1976.
7 Las leyes sobre pasajeros invitados, las cuales hacen difícil que un pasajero
invitado, que no haya pagado por su transporte, demande a su "anfitrión" por lesiones en
caso de un accidente, se promulgaron teniendo en cuenta precisamente estos factores.
Ver Broum versus Merlo (ro6 Cal. Rptr. 388, Corte Suprema, 1973); Sdnualbe ve1"SUSJones
(128 Cal. Rptr. 321, Corte Suprema, 1976); Cooper versus Bmy (148 Cal. Rptr. 148, Corte
Suprema, 1978).
8 Por otra parte, los objetivos también están sujetos a la influencia de las diferentes
audiencias. Lloyd-Bostock anota:
"No es que la víctima no conozca sus derechos legales o que no sepa cuánto podría
recibir. Lo que pasa es que en una situación que rio le es familiar, carece de normas
propias y no se siente lo suficientemente competente como para generarlas por sí misma
a partir de principios más generales, puesto que hay una amplia gama de alternativas. Y
por lo tanto, lo que siente, es lo que le sugieren, a partir del accidente, su abogado, su
sindicato, la policía, sus amigos, etc." (1980: 24)'
9 Podríamos generalizar diciendo que cuando los clientes interactúan con abogados
que sólo conocen a la hora de manejar su caso (por ejemplo, con ocasión de un divorcio,
una defensa penal o una lesión personal), la primera lealtad del abogado es hacia otros
(el ajustador de seguros, la policía, el juez u otros abogados), mientras que aquellos
clientes que tienen una relación relativamente permanente con los abogados exigen y
reciben mayor lealtad (ver Abel, R. L., 1981; Galanter, 1974: I 14-!I9/81-8S, 1981).
10 Esta creencia puede explicar por qué los consumidores de estratos
socioeconómicos más altos tienden a un mayor grado de insatisfacción con sus compras:
no es que los bienes y los servicios que ellos adquieran sean peores, sino que sus
expectativas son más exigentes, en parte como resultado de los movimientos de
consumidores, que en su mayoría son exclusivamente de clase media. Ver Best y
Andreasen (197T 7°7-709).
11 OSHA, que se basa en la premisa de que el paternalismo privado probó ser
inadecuado, puede producir el efecto contrario. Ver, por ejemplo, Mendeloff, 1979·
12 En materia del efecto inhibitorio de dichas actirudes sobre una declaración pro
bono, ver Ashman (1972: 43); ver en general Handler et al. (1978: capírulos 5 y 6).
13 Aun las acciones populares' son por lo general meras recopilaciones de pleitos
individuales, que se reúnen en una solo por razones de conveniencia y eficiencia, y no
una forma de acción popular orientada al logro de un objetivo grupal, como lo puede ser
un cambio en el control sobre las decisiones relacionadas con la producción.
14 Debemos admitir que al aplicar la quimaesencia de los recursos, es decir, al
conceder una indemnización en dinero, los tribunales de alguna manera les están dando
a las personas lo que éstas "quieren". Pero aquello que la gente "quiere" ha sido
condicionado en gran medida por las instiruciones jurídicas y por los medios de
comunicación. Aunque es difícil documentar este proceso en la medida en-que
transcurre, 'sabemos que a comienzos del siglo xx, antes de que se volviera tan común el
sistema de las indemnizaciones en dinero, lo que los trabajadores exigían a través de este
ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS:
RECONOCIMIENTO. ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN.
tipo de acciones era mejoras radicales en materia de seguridad industrial, y sólo la
intransigencia de sus patronos los llevaba a aceptar alguna fórmula de pago en efectivo
(if. Eastman, 1978).
15 Indistintamente de qué tan dererrninisra sea un acontecimiento, se debe
reconocer que hay unos aleatorios que necesariamente desempeñan un papel importante
en la transformación de determinadas experiencias, quejas y pleitos.
Un tercer tema manejado por Koch en su disertación sobre los conflictos entre
vecinos es la importancia del azar, el cual tiene consecuencias que ninguna de las partes
buscó y que sin embargo pueden llegar a acentuar el conflicto: se roban unas pocas
nueces, sin intención de que se produzca una escaramuza; alguien sale lesionado, pero
nunca se pretendió matar a nadie; se descubre al ladrón en el acto de robar un cerdo en
venganza, y por accidente el ladrón resulta muerto ... (Felstiner, 1976: rozo).
16 El libro publicado recientemente por Gulliver sobre el tema de las negociaciones
(1979), por ejemplo, sólo tiene en cuenta los desacuerdos cuando éstos son trasladados al
dominio público. Todas sus referencias en materia de controversias en Estados Unidos
hablan de casos laborales sometidos a la mediación del gobierno.
17 Ver Bohannan (1967), Moriarty (1975), Nader y Singer (1976: 282). Para un
análisis de los volúmenes de litigios civiles en los países africanos, ver Abel, R. L.,
(1979c: 190-195). Para esrudios históricos sobre la reducción del volumen de litigios en
Estados Unidos, ver Grossman y Sarat (1975), Friedman, L. M., Y Percival (1976a); sin
embargó.ver Lernpert (1978). Ver, en general, Law <& Soáety Review (1974 y 1975)'
18 Para probar esta hipótesis, puede resultar útil comparar las sociedades del Lejano
Oriente, las cuales presentan niveles de litigios aun más bajos, como reflejo del hecho, no
tanto de que a la gente no le guste exponerse a que la ofendan, sino de que la gente
prefiere abstenerse de ofender a los demás (ver, por ejemplo, Kawashima, 1969; Hahm,
1967), con sociedades donde el nivel de conflicto es mayor, como, por ejemplo, las del
Mediterráneo y algunas partes del África, en cuya cultura impera una respuesta
inmediata y pública a cualquier tipo de afrenta (ver, por ejemplo, Abel, R. L., 1979a;
Starr, 1978; Peristiany, 1965)' Para un esrudio fascinante sobre las actirudes frente a los
agravios en una cultura no occidental, ver Upharn (1976).

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FELSTINER, William L. F; ABEL, Richard y SARAT, Austin: “Origen y transformación de los conflictos: reconocimiento, acusación, reclamación”

  • 1. Sociología jurídica. Teoría y sociología del derecho en Estados Unidos administración de justicia (ágiles o lentos) y tipo de reglas que.utilizan (favorables o desfavorables). Con base en el análisis combinado de estas tipologías el autor demuestra cómo los litigantes frecuentes, que generalmente están representados por las grandes corporaciones económicas, casi siempre terminan ganando en los estrados judiciales. Ahora bien, ¿qué hacen los litigantes ante esta situación de inequidad? Galanter explica diferentes posibilidades entre las cuales están la inacción, la terminación anticipada del proceso a través de "sistemas anexos" (conciliación, negociación, etc.) y el uso de mecanismos de justicia privada. Por otra parte, ¿qué se puede hacer' para mejorar la equidad del sistema? Luego de analizar los inconvenientes de las soluciones tradicionales, el autor propone, por un lado, la organización de los desposeídos, esto es, de los litigantes ocasionales en grupos dotados de capacidad para actuar de manera coordinada y la utilización de estrategias a largo plazo, de tal manera que se puedan beneficiar de servicios jurídicos de alta calidad y, por otro lado, una reforma al sistema jurídico que traiga consigo un carrÍbio en la distribución del poder entre litigantes frecuentes y ocasionales. Según Galanter, se deben introducir reformas que modifiquen la situación actual en la cual prevalecen la inequidad y la particularidad del sistema. En todo caso, tal reforma debe tener en cuenta el hecho de que las normas que favorecen a los desposeídos suelen tener una eficacia méramente simbólica y que los poseedores casi siempre se las arreglan para lograr una implementación de las normas que les favorece. 5oc;o 00;" 0lh:C;Ccl. 1~o,(d 'r ~ooo(X;¿¡ J~ ~e~~C'~n é:-' [~t.~c.NU .'d·", (jYli /e"{-S I ~r- N~c.;o V< de 00O"ft bi Coec r io''(· Te O,<;Q,) (f tJ~~ot~Q)dC~'G G~'(c:~ tpo ~~S-'lt~~C. ().1 ~oo m';& ~ I 'rf1. E''(d ~cLC,A'o:n, 2.00:i [2] Origen y transformación de los conflictos:reconocimiento, acusación, reclamación ... · W I L L I A M L. F. F EL ST I N E R RICHARD L. ABEL AUSTIN SARAT
  • 2. ¡ !: I' I I l L.".I¡¡ I 'J 1, El origen y la transformación de los conflictos, especialmente antes de llegar a manos de las instituciones formales,.es un tema que se ha descuidado en la sociología del derecho. Nosotros ofrecemos un marco para estudiar los procesos mediante los cuales las experiencias de daño son -o no - percibidas (reconocimiento), se convierten o no en agravios (acusación) y eventual- mente en conflictos (reclamación), así como para estudiar las transforma- ciones subsiguientes. Para nosotros, cada una de estas etapas es subjetiva, inestable, reactiva, complicada e incompleta. Postulamos que la transfor- mación entre ellas es causada por las partes y tiene consecuencias para ellas, y que también dicha transformación define la responsabilidad que les corresponde a las partes, el alcance del conflicto, los mecanismos seleccio- nados, los objetivos perseguidos, la ideología que rige, los grupos de refe- rencia, los representantes-y los funcionarios y las instituciones dedicadas a la resolución de conflictos. Consideramos que el estudio de las transfor- maciones es importante. Los litigios formales e incluso el manejo de con- troversias dentro de foros extrajudiciales representan una mínima fracción de los eventos que pueden madurar hasta convertirse en conflictos. Es más, lo que pasa en las primeras etapas determina tanto la cantidad como el contenido de la carga de casos que llevan las instituciones formales y las informales. Los estudios de transformación arrojan una luz sobre el tema de los niveles de conflicto en la sociedad estadounidense y permiten explorar el interrogante de si dichos niveles son muy bajos. l. Introducción La sociología del derecho ha estado dominada por estudios de funcio- narios e instituciones formales y por el producto de su trabajo. Esta agen- da ha forjado la forma como se entienden y describen los conflictos. Las instituciones reifican los casos reduciéndolos a registros; disponen los con- flictos en forma tal que puedan ser estudiadas retrospectivamente con base en los términos utilizados por laicos y oficiales y examinando el contexto económico y legal dentro del cual se dan los casos (Danzig, 1975)' Pero los conflictos no son cosas: son construcciones sociales'. Sus formas refle- jan cualquier definición que el observador le dé al concepto'. Además, hay una parte significativa de cualquier controversia que no existe sino en las mentes de las partes en conflicto. Estas ideas, aunque ciertamente no son novedosas, son importantes porque dirigenla atención hacia un tema que ha sido descuidado en la sociología del derecho -el origen y la transformación de los conflictos: la forma en que las experiencias se convierten en agravios y los agravios en
  • 3. I ',]', •. 1" I¡I !~¡!j!I" i~i~ 'r!:I' "1" I William lo F. Felstiner. Rlchard lo Abel y Austin Sarat conflictos, y el hecho de que los conflictos pueden tomar varias formas, seguir distintos caminos procesales, y llevara nuevas formas de entendi- miento}. Estudiar el origen y la transformación de los conflictos implica estudiar un proceso social tal cual ocurre. Significa estudiadas condicio- nes bajo las cuales los daños se perciben o pasan sin ser percibidos, y la forma en que la gente responde ante la experiencia de la injusticia y el conflicto. Además, aunque el estudio de las tasas de delincuencia y de litigios parece derivarse de la certeza de que ambas son altas -que se requiere aumentar el pie de fuerza de la policía. y el tiempo de las condenas (Wilson, I 975); Wilson y Boland, I978; Lf ]acob y Rich, I980, que los tribunales están congestionados con demandas "frívolas" (Manning, I977)- el estudio del origen y la transformación de los conflictos puede llevar a un juicio en el sentido de que en nuestra sociedad aflora muy poco conflicto, y que se per- ciben, persiguen y subsanan muy pocos daños (Lf Nader y Singer, I976). Nuestro propósito en este trabajo es ofrecer un marco dentro del cual puedan describirse el origen y la transformación de los conflictos. La his- toria del estudio sociológico de los conflictos se remonta a un-movimiento anterior, comenzando con aquellas instituciones más lejanas a' nuestra ,sociedad -los tribunales de apelación- y pasando luego por juzgados, legislaturas y organizaciones administrativas, fiscales, y policiales, hasta con- centrase en los conflictos en la sociedad y en el papel de la ciudadanía en la elaboración de las leyes". La perspectiva de la transformación pone a las partes de la controversia en medio del estudio sociológico del derecho; dirige nuestra atención hacia el individuo como creador de las oportuni- dades del derecho y de la actividad jurídica; es la sociedad quien forja el derecho, pero no lo forja simplemente a su acomodos . 11.De dónde ~ienen 10$ conflictos '1 cómo se desaflD'ollan Llegamos al estudio de las transformaciones con la creencia de que los antecedentes de los conflictos son tan problemáticos y tan interesantes como los conflictos que pueden surgir eventualmente de ellos. Comenza- mos por formular las cuatro etapas a través de las cuales se desarrollan los conflictos y las actividades que unen una etapa con la otra. Las preocupa- ciones, los problemas y los trastornos personales y sociales son cosas que suceden todos los días. Sin embargo, los sociólogos rara vez han estudiado la capacidad humana para tolerar una cantidad significativa de angustia y de injusticia (pero, ver Moore, B., I979; ]aneway, 1980). Sabemos, sin embargo, que ese "nivel de tolerancia" puede darse porque no hemos percibido que se nos haya perjudicado; no percibir el daño puede ser deci- ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE' LO.S CONFLIC.T:O'S: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN. 43 sión propia de la persona, o consecuencia de alguna manipulación exter- na. Tomemos el caso de una población que vive aguas abajo de una planta de pruebas nucleares. Una parte de la población ha desarrollado cáncer como. resultado de su exposición, pero la otra parte no. Algunos de los que han SIdo afectados saben que están enfermos y otros no. Para que surjan los conflictos y se pueda tomar alguna acción correctiva, una experiencia de daño no percibida (EDnP), debe transformarse en una experiencia de daño percibida (EDP). A las VÍctimas de cáncer que no han sido informa- das debe hacérseles saber que están enfermas. La perspectiva de la trans- formación dirige nuestra atención sobre la transformación diferencial de las EDnP en EDP. En este caso es urgente examinar las diferencias en materia de clase social, educación, situación laboral, redes sociales, etc., entre las personas que se enteran de su cáncer y las que no, así como tam- bién tener en cuenta la posible manipulación de la información por parte de aquellos responsables por la radiación. Para el estudio de esta transformación se presentan dificultades concep- tuales y metodológicas. El problema conceptual surge del hecho de que la EDnP está apenas comenzando, mientras que la EDPestá ya por los cielos, por así decirlo. Sólo se puede sujetar eligiendo la definición de algún terce- ro sobre lo que quiere decir daño. Por lo general, eso no es problema. Una experiencia de daño es una experiencia que tiene un valor negativo para la persona que la vive. En su mayoría, la gente está de acuerdo en qué es lo que tiene valor negativo. Pero esos sentimientos nunca son universales. Las diferencias entre las personas generan precisamente algunos de los interrogantes más importantes para la investigación: ¿Por qué la gente que percibe una experiencia en forma similar la valora en forma diferente?; ¿Por qué perciben diferentemente experiencias que valoran en forma similar?, y ¿Cuál es la relación entre valoración y percepción? Desde el punto de vista práctico, la falta de consenso sobre el significado de las experiencias no interfiere con ninguna de estas tareas, puesto que su propósito es graficar la covariación entre interpretación, percepción y factores externos. Pero si, por otra parte; el propósito de la investigación es hacer un censo de experiencias de daño, entonces ya es más grave la falta de una definición consensuada. En un censo, el investigador debe; o bien imponer una definición sobre las personas objeto de la investigación y correr el riesgo de que la definición no cubra todas las experiencias de daño, o bien permitirle 1las personas definir la experiencia de daño como lo deseen y correr el riesgo de que personas diferentes definan la misma experiencia en forma distinta o que incluyan experiencias que el investigador no encuentra dañinas.
  • 4. William lo F. Felstlner, Richard lo Abel y Austln Sarat - El obstáculo metodológico es la dificultad de establecer quién, dentro de una determinada población, ha experimentado una EDnP. Supongamos que queremos saber por qué unos trabajadores de un astillero perciben que rienen asbestosis y otros no. Para poder hacer la correlación entre la per- cepción y otras variables, es necesario distinguir entre los trabajadores que no saben que están enfermos, y aquéllos que realmente no están enfermos. Pero es probable que el proceso mismo de investigar la percepción y la enfermedad a punta de preguntarle a cada cual qué síntomas tiene, afecte los resultados en ambos casos. Estos equivalentes sociológicos del princi- pio de la incertidumbre en la fisica y de la enfermedad psicosomática en la medicina, generan problemas aun más severos cuando el objeto de la in- vesógación es puramente psicológico: una ligera enfermedad en vez de una enfermedad de origen somático. A veces es posible recopilar los datos básicos para el estudio de las EDnP mediante el método de la observación directa. Por ejemplo, el comprador de una casa que resulta perjudicado por un contrato injusto de préstamo podría identificarse inspeccionando los documentos del prés- tamo. En otras ocasiones, las hipótesis sobre la transformación de una EDnP en EDP podrían probarse directamente sacando inferencias de la totalidad de los datos. Supongamos que el 30% de una población que ha sido expuesta a un nivel determinado de radiación desarrolla cáncer. Estudiamos ese grupo y descubrimos que sólo el IO% sabe que está en- ferma. Hipotetizamos que la cantidad de años de educación formal está positivamente relacionada con la percepción del cáncer. Esta hipótesis puede comprobarse comparando el nivel de estudios de ese IO% que conocemos, con el del resto de la población. Si el nivel de educación no tiene nada que ver con el desarrollo del cáncer, el promedio de años estudiados por los primeros debería ser más alto que el de los últimos. Sin embargo, en muchos casos será dificil identificar y explicar la trans- formación de una EDnP en EDP. A esta primera transformación -decir- se a sí mismo que una determinada experiencia le ha producido un daño- la llamamos rewnocimiento. Aunque difícil de estudiar empíricamente, el reconocimiento puede ser la transformación crítica; el nivel y la clase de conflicto en una sociedad puede desarrollarse más con base en el daño que se percibe inicialmente que con base en cualquier otra decisión pos- terior (¡f Cahn, 1949; Barren y Mendlovitz, -19-(0). Por ejemplo, la asbestosis sólo fue reconocida como "enfermedad" y por lo tanto como base para reclamar una indemnización cuando los trabajadores dejaron de dar por sentado y como hecho natural que tendrían dificultades ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE RECONOCIMIENTO, ACUSACIÓN Las CONFLICTOS: RECLAMACiÓN resRiratorias diez años después de instalar el aislamient d . .' . di ., bl o e asbesto yem pezaron a ver su con IClOncomo un pro erna. ' - e El siguiente paso se da cuando una experiencia de d - o o '. ano perclblda(EDP) se.transforma en agravio. Esto sucede cuando una pers o ona atnbuye Id - aja .culpa de otra persona, natural o jurídica. Al incluir I 1 e ano la definición de daño, limitamos el concepto a aquellos d a_cupa dentro de . 1 o I ' anos que soncon- siderados como VIOaciones a as normas, aSIcomo a a '11 do bl L d fi o " que os que son con- siderados como reme la es. a e mcion supone 1 o perjudicado: la persona lesionada debe sentir que ha si~ pe~~pecnvadel que no está bien y considerar que debe hacer algo co o o Jeto de algo , • o lé o • b bl - n respecto al daño Por política o SOCIOogicarnente impro a e que sea esa ' • o • o respuesta El o debe distinguirse de aquellas quejas que no van dirigida : agravJO ( I l· . '1 o fl O') b s a nadie en parócular e cuma o qUIza a In ación), y tam ién de un' I - o o ~~e~ ha SIdo realizado, pero que no va acompañado de un .,eo que no . a sensaclOnd d - por la cual puede ser responsable un tercero (yo podría d e ano . , esear ser másatr rivo). Llamamos a esa transformación de la experiencia d d _ . o ~c- como agravio, acusacién: nuestro trabajador enfermo d le ~no percíbída . , e asnllero ex o menta esta transformación cuando responsabiliza por o pen- patrono o al fabricante del aislamiento de asbesto. su asbestosls a su La tercera transformación ocurre cuando alguien q o - o I ue se considera pe judicado por un agravio se o expresa a la persona o entid d ~- dera responsable del agravio y le pide una compensación A a a la cual consi- la llamamos reclamacion. Una reclamación se transformo esta Con:urucación a en conñ; t do es rechazada, en todo o en parte. Su rechazo no neces o e o cuan- o anamente d b expresado en palabras. Cualquier demora que el reclam o e e ser ante rnterp resistencia equivale a un rechazo tal como lo sería el ofr ' ,rete como arreglo extrajudicial (rechazo parcial) o el rechazo tot 1decllmlento de un a e a recl " La sociología del derecho debería ponerle más aten " I amaClOn. cion a as eta pranas de los conflictos y a los factores que determinan o h pas tern- etapas de reconocimiento, acusación y reclamación A SI an de darse las 1 '. o " d . prender más sobre a existencia, ausencia o reversion e estas transformaci bá o . , ones aSlcasau nuestra comprension del proceso del conflicto y nues ,menta evaluar las instituciones dedicadas a procesar [os confli: a capaCIdad para '1 - fr o, d '. tos. Sabemos queso o una pequena aCClOl1 e experiencias de daño mad convertirse enconflictos (por ejemplo, Besty Andrease uran hasta llegar a al., 1977: 47). Además, sabemos que la mayor fricciónn, 1~7]; Burman et primeras etapas: las experiencias no se percibe 11 Comodocdu~redurante las o • e ano' las cienes no maduran hasta convertirse en agravios' los a .' percep- , . ' gravlOs se difu d entre los mas allegados pero no se le comunican a la 1 n en persona a quien se 45 1 ¡ .'
  • 5. William L. F. Felstiner, Richard L. Abely Austin Sarat considera responsable. Una teoría sobre los conflictos que mire sólo las instituciones movilizadas por las partes en conflicto y las estrategias que dentro de ellas se aplican sería gravemente deficiente. Sería como cons- truir una teoría sobre la política sólo con base en los patrones de votación, cuando sabemos que la mayoría de la gente no vota en todas las eleccio- nes. Reconociendo el sesgo que implicaría algo así, los politólogos han hecho esfuerzos considerables por describir y explicar la apatía política (ver Di Palma, 1970)' Los sociólogos del derecho tienen que explorar el fenó- meno análogo -la apatía del agravio. Las primeras etapas de reconocimiento, acusación y reclamación son significativas, no sólo por e! alto nivel de fricción que reflejan sino tam- bién porque el rango de comportamientos que en ellas se da es mayor que en las etapas subsiguientes del conflicto, donde los patrones institucionales limitan las opciones de las partes en conflicto. Un examen de este compor- tamiento nos permitirá identificar la estructura social de los conflictos. Las transformaciones son un reflejo de las variables estructurales sociales, así como de los rasgos de personalidad de quienes participan en ellas. La gente percibe -{) no percibe- una experiencia como un daño, señala o culpa a al- guien más, reclama una compensación, o logra imponer su reclamación gracias a su posicion social y a sus características individuales. La perspectiva de la transformación requiere tanto de! estudio de la estratificación social como de la exploración de la psicología social. Finalmente, el hecho de tener en cuenta las etapas de reconocimiento, acusación y reclamación nos permite ver con ojos más críticos los recien- tes esfuerzos por mejorar el "acceso a la justicia". El compromiso público para con la igualdad jurídica, necesaria para que prevalezca la ideología del legalismo liberal, ha llevado a que se hagan esfuerzos significativos para igualar el acceso a la justicia durante las últimas etapas del conflicto, donde la desigualdad es más obvia e implica a las instituCiones oficiales; entre los ejemplos se cuentan la renuncia a cobrar costas judiciales, la creación de pequeños tribunales de reclamación, la reducción de formalismos y la pres- tación de servicios legales (ver Abel, R. L., 1979b). Se supone que el acce- so a la justicia reduce la distribución inequitativa de ventajas en la sociedad; pero paradójicamente puede también ampliar las desigualdades. La meta ostensible de estas reformas es eliminar el sesgo en la última transforma- ción: cuando los conflictos se convierten en demandas. Sin embargo, si como lo 'sospechamos, la misma distribución equitativa de privilegios distorsiona las primeras etapas durante las cuales las experiencias de daño se convierten en conflictos, entonces el acceso a la justicia según las ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN" 47 condiciones actuales sólo les dará ventajas adicionales a quienes hayan trans- formado sus experiencias en conflictos. Es decir que los esfuerzos por au- mentar el acceso ala Justicia pueden terminar acentuando los efectos de la desigualdad en las etapas más tempranas y menos visibles, donde ésta"es más difícil de detectar, diagnosticar y corregir (Li Abel, R. L., 1978). 11I.Caraderísticas de la transformación Las EDP, los agravios y los conflictos tienen las siguientes característi- cas: son subjetivos, inestables, reactivos, complicados e incompletos. Son subjetivos en e! sentido de que las transformaciones no necesariamente de- ben ir acompañadas por un comportamiento que sean susceptibles de ob- servar. Un querellante discute sus problemas con el abogado y, como consecuencia, revahia el comportamiento de su contraparte. El querellante ahora considera que su contraparte no sólo estaba errada sino que actuó de mala fe. Entonces, el contenido de la controversia se transforma en la men- te de! querellante, aun cuando ni e! abogado ni la contraparte necesariamente sepan del cambio. Como las transformaciones pueden no ser más 'que cambios en los sen- timientos y éstos pueden cambiar repetidamente, e! proceso es inestable. Esta característica es obvia porque difiere marcadamente de lo que convencio- nalmente se entiende por conflicto. Desde el punto de vista convencional de los conflictos, las fuentes tanto de las reclamaciones como de los recha- zos son eventos objetivos que han sucedido en e! pasado. Se acepta que puede ser difícil describir los hechos en forma clara, pero raramente existe la conciencia de que los eventos en sí, pueden transformarse en la medida en que se procesan. Este punto de vista es psicológicamente ingenuo: es insensible al efecto que tienen los sentimientos sobre la atribución del motivo y a las consecuencias de dichas atribuciones, para efectos de la for- ma como el individuo entiende el comportamiento (Loftus, 1978). El enfoque sobre las transformaciones también se amplía, si no introdu- ce e! concepto de reacción. Debido a q:ue un conflicto está compuesto tanto de una reclamación como de un rechazo, los conflictos son reactivos por definición --característica que es bastante obvia cuando las partes se compro- meten en un proceso, ya sea de neg.ociación, de pleito o de litigio. Pero si le ponemos atención a las transformaciones, veremos que también hay reac- ciones a nivel de las ,etapas más tempranas, cuando los individuos definen y redefinen sus percepciones de la experiencia y la naturaleza de sus agravios,' , en respuesta a comunicaciones, comportamientos y expectativas de todas las personas involucradas en el proceso, incluyendo las contrapartes, los agen-
  • 6. Wllllam L. F.Felstiner, Richard L. Abel y Austin Sarat res, las autoridades, los colegas y los allegados, Por ejemplo, .en una comu- nicación personal, Jane Collier ha señalado que "en sociedades de cazado- res, un hombre no puede pasar por-alto las infidelidades de su mujer porque si no otros hombres comenzarán a tratarlo como si fuera absolutamente inca- paz de defender lo que pretende ser. En sociedades agrarias, tales como la española, un hombre o una mujer no pueden darse el lujo de pasar por alto nada que pueda ser interpretado como un insulto a su honor, porque si no, otrosvan a empezar a tratarlos como si no tuvieran honor" [el énfasis es nues- tro] (¿f Starr, 1978: 174-175). . A~n para el saber popular, un conflicto es un proceso complicado que implica un comportamiento ambiguo, recuerdos no muy. claros, normas inciertas, objetivos que se contraponen, valores inconsistentes e institucio- nes complejas. Y se complica aun más por los cambios que con el tiempo se dan en los sentimientos y en los objetivos del reclamante. Tomemos el caso típico de una lesión personal como consecuencia de un accidente de tráfico. Un análisis convencional (por ejemplo, el que por lo general ha- cen los economistas) supone que la meta del conductor acusado consiste . . '. - - 6 en mmmuzar su responsabilidad y limitar el tratamiento del demandante. El enfoque de la transformación, por otra parte, sugiere que los objetivos del acusado son menos claros y menos estables de lo que parece, según la teoría de los economistas. Dependiendo del tipo de seguro que tenga, de su propia experiencia, de su empatía con la persona lesionada yde su rela- ción con la misma, así como de las conversaciones que pueda tener con otras personas sobre el accidente y sus consecuencias, el acusado podrá, en dife- rentes oportunidades, desear maximizar en vez de minimizar, tanto su pro- pia responsabilidad como el tratamiento del demandante, o adquirir una posición intermedia'. El enfoque de la transformación buscaría identificar estas actividades y sus efectos, con el fin de poder describir estos cambios en los objetivos del acusado. Entender el papel de una insri rución o de un oficial o funcionario en, un conflicto activo, así como el significado y el resultado del conflicto para aquellos interesados, requiere conocer los orígenes, el contexto, la rrayec- torta y las consecuencias del conflicto -estos datos se pueden obtener solamente preguntándoselos a las partes interesadas. Ésta es la teoría del método de caso extendido, según la antropología legal (ver Turner, 1957; Van Velsen, 1964; Mitchell, 1956; Epstein, 1967)' S1 a este enfoque le agregamosla atención a las transformaciones, nos damos cuenta de que la secuencia de comportamientos que constituyen el hecho de generar y llevar a cabo una controversia, tiende a no permitir que se cierre totalmente el ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONHIC.TGS-: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN. 49 - caso. La gente nunca.relega totalmente los conflictos al pasado, ni nunca deja que lo pasado, pasado esté (Abel, R. L., 1973: 226-229): siempre hay un residuo de actitudes técnicas aprendidas y sensibilidades que, consciente o:inconscientemente, van a afectar conflictos futuros. Además, hay una con- tinuidad característica de los conflictos, que hace que éstos no terminen, aún después del fallo o la.decisión formal. El final de un conflicto puede crear un nuevo agravio, puesto que normalmente la decisión o el fallo ta- cha a una de las partes como perdedora, derrotada o mentirosa. Aun en aquellos casos donde se evita declarar a una parte vencedora y a otra ven- cida; es.raro el proceso qué explora y resuelve todos los. aspectos de los agravios de las partes en conflicto y es posible que surjan nuevas reclama- ciones, como consecuencia de esas insatisfacciones que no han quedado resueltas (ver.Turk, 1976: 286; Graber y Colton, 1980: 17). IV, 5i!.ij<e'l:@$ lf a;eli'i!:es de la traJlilsf@!"Madólfi • Una manera de organizar el estudio de las transformaciones de las EDP los agravios y los conflictos, es identificar qué es lo que se está transfor- mando (los sujetos de la transformación) y qué es lo que hace que se dé la transformación (los agentes de la transformación). Desafortunadamente, no es fácil ubicar tanto a los sujetos como a los agentes, en una matriz sen- cilla, puesto que todo factor puede ser interpretado de ambas maneras. las partes Ni la identidad ni. el número de las partes son de naturaleza fija. Hay nueva información y redefiniciones sobre un conflicto que pueden llevar a una. parte a cambiar sus puntos de vista sobre los adversarios o sobre los aliados que considera más adecuados. Ambos pueden ser cambiados por . los-oficiales o por las agencias o las entidades que llevan la controversia. .Las nuevas partes, especialmente si son grupos, como la NACCP, ACLU o el-Club Sierra, pueden entablar una demanda como parte de una campaña para utilizar los tribunales como mecanismo de cambio social (ver Casper, ,1972:capítulo 5; Weisbrod et.al., I978; Tushnet, n.d) o para movilizar una acti~dad política (Handler, 1978), aunque haya movimientos sociales y políticos que también pueden perder impulso cuando una lucha colectiva se convierte en una demanda individual (por ejemplo, desagregación es- colar; ver Wollenberg, 1977). Durante el proceso puede aumentar o dis- .'.' minuir la cantidad de partes involucradas. Un agravio que originalmente haya sido experimentado colectivamente, puede individualizarse mientras se convierte en conflicto. Las reclamaciones por agravios, como respuesta
  • 7. . William L. F. Felstiner, Richard lo Abel y AustlnSarat a un perjuicio ocasionado por, condiciones poco seguras y las audiencias disciplinarias, como respuesta a los conflictos o reclamaciones laborales; son ejemplos de ello. Obviamente, las partes en conflicto son tanto agentes centrales como objetos, durante el proceso de transformación. Su comportamiento estará en función de su personalidad, puesto que en ellos influye su experiencia previa y sus presiones actuales. La experiencia incluye haber participado en otros conflictos; haber estado en contacto con grupos de referencia, los representantes y las autoridades; y la familiaridad con varias formas de pro- cesar los conflictos y sus correspondientes recursos. Por ejemplo, entre los nuevos afiliados a un plan de servicios legales prepagados, aquellos que ya han consultado anteriormente a un abogado, tienden a utilizar más los privilegios que les da su afiliación, que aquellos que no lo han hecho (Marks et al., 1974: 63-64). Las variables de la personalidad que pueden afectar las transformaciones, incluyen: tipo de aversión al riesgo, capacidad de resigna- ción y sentimientos en relación con temas como la eficacia personal, la privacidad, la independencia y el apego a la justicia (conciencia de las normas). A su vez, tanto la experiencia como la personalidad están relacionadas con las variables de la estructura social: clase, raza, género y edad (ver Curran, I977; Griffiths, 1977; Best y Andreasen, 1977: Tabla 15)' La relación entre las partes (Lf Black, 1973) también influye en lastrans- formaciones: la esfera de la vida social que los ha reunido (trabajo, residen- cia, política o recreación) -que puede afectar el costo de retirar la demanda (ver Felstiner, 1974: 79-80, 8}-84)-, su situación relativa (ver. Starr, 1978; Abel, R. L., 1979: 245-246) y la historia de los anteriores conflictos definen la manera como adelantarán su controversia. Además la interacción estra-. . , tégica entre las partes durante el curso de un conflicto puede desempeñar un papel clave en su transformación. Un ejemplo poco usual es el de la parte que activamente busca agravios contra sí misma: el vendedor al detal quien les pide a los compradores que le cuenten sus quejas sobre el servicio (Ross y Littlefield, 1978: 202), el patrón que pone en la compañía una caja para recoger sugerencias anónimas, y aun el cónyuge o el amante neurótico que invita a su pareja a que le haga recriminaciones. Pero más comunes son los elementos que se le van sumando a los conflictos, los altibajos en el espíri- tu combativo de las partes y el esfuerzo que hacen éstas para responder ante 1" idas" d 1as m0V.! as~e a contrapar~e. ,. . _. . las atribucioi'lles La teoría de las atribuciones (ver Kelley y Michela, 1980: 458) asegura ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN . .que las causas que una persona le atribuye a una experiencia de daño serán ¡factores importantes y determinantes de la acción que asuma como respues- , ta a esa experiencia; presuntamente dichas atribuciones también afectarán , ~l.hecho de que la experiencia se perciba como una experiencia de daño. La gente que se culpa a sí misma por una experiencia tiene menos proba- 15ilidadde considerar que esa experiencia es un atropello o, si ya la ha per- cíbido así, es.de todas maneras muy poco probable que se queje de ella; es mucho más probable que perciba la experiencia como una experiencia de daño y que haga pública su inconformidad si puede culpar a otra persona, especialmente cuando percibe que el agente responsable causó o agravó el problema en forma intencional (ver Vidmar y Miller, 1980: 576-577; Coates y Penrod, 1981). Pero las atribuciones como tales no son fijas. En la medi- da en que el criterio moral de la persona se ve modificado, ya sea por in- formación nueva que le llega, por su lógica, porque entiende mejor algún aspecto, o por su experiencia, las atribuciones cambian y alteran la forma en que la persona entiende su experiencia. La respuesta del adversario puede ser un factor-importante en esta transformación, al igual que la naturaleza del proceso del conflicto. Algunos procesos como, por ejemplo, la aseso- ma,pueden dejar la controversia totalmente desprovista de contenido moral y dispersar la responsabilidad por los problemas ocasionados; otros como la confrontación directa o los litigios, por ejemplo, pueden intensificar el juicio moral del reclamante y contribuir a que concentre la culpa en la otra persona. Por lo tanto, el grado y la calidad de la culpa, que son elementos importantes de las transformaciones, también producen transformaciones adicionales. IEIaleanee . El alcance del conflicto -es decir, la medida del discurso sobre los agra- vios y las reclamaciones- se ve afectado, tanto por los objetivos y compor- tamientos de las partes en conflicto, como por las características procesales de las instituciones procesales encargadas de dirimir el conflicto. Un caso hipotético utilizado con frecuencia para la capacitación de mediadores, habla de una mujer y de la amante de su marido. La mujer le ha pegado con una piedra a la amante de su marido y esta última se ha quejado ante la policía; durante el interrogatorio, el juez les ha sugerido someterse a un proceso de mediación. Inicialmente la discusión se concentra en el in- cidente de la pedra.da,-p'er,o·lu~go se amplfay llega a cubrir los aspectos, relacionados con la lucha de estas dos mujeres por el afecto de su hombre. El alcance de esta controversia se complica por la confrontación entre las
  • 8. ·í William L. F. Felstiner, Rlchard lo Abel y Austin Sarat dos mujeres durante el incidente de la pedrada; luego, mientras está en manos de la policía y del juez, se reduce sólo al incidente de la pedrada; y finalmente, cuando ya está en manos del mediador, se amplía para volver a abarcar el conflicto original, más el incidente de la pedrada. Esto sucede como consecuencia de la inreracción entre las partes en conflicto y el me- diador. Algunos tipos de procesos de controversias buscan limitar el alcance de las mismas, para poder describir los eventos en forma que parezcan ma- nejables. Otros quieren abarcar todo el contexto y las circun~tancias. Este último tipo de procesos trata de alentar a las partes en conflicto para que den cuenta de absolutamente todos los eventos, indistintamente de las con- secuencias. A su vez, el alcance del c~nflicto afecta la identidad de los par- ticipantes, las tácticas que se utilizan y los resultados factibles en cada uno de los casos. la selección de 10$ mecanismos La selección que haga el demandante con respecto a la audiencia ante la cual quiere expresar su queja, y la selección que hag~ el de:nandado ~~n respecto a la institución ante la cual lleva la co~tr~versIa, ~stan en relac~on directa con los objetivos de la persona y cambiarán a medida que cambien los objetivos". Los mecanismos también pueden ser ~eterminad.os por fac- tores exógenos, tales como el capricho del secretario de un tribunal (ver Felstiner y Williams, 1980: 19; if, Abel, R. L., 1969: Tabla III y text? correspondiente; 1979c: 188) o de los abogados que prefieren no seguir ) T 1adelante con los casos (ver Rosenthal, 1974: IIO, II5 o rranquiuzar a .os consumidores para poder mantener buenas relaciones con los comercia~- res (Macaulay, 1979: 137?- Una vez que un mecanismo -tribunal, agenCIa administrativa, mediador, árbitro o psicoterapeuta- comienza su labor, determina las reglas relacionadas con la pertinencia, los actores, los costos, las demoras, las normas y los recursos. los objetivos Una parte puede cambiar sus objetivos en dos sentidos: lo que busca y está dispuesta a conceder y en qué medida. Aquello que está en j~e~o, puede aumentar o disminuir, en la medida en que empieza a haber mas Informa- ción disponible. Cuando llega más información, cambian las necesidades de las partes, se ajustan las normas y se incurre en·costos. La de~or.a, la frustración y la desesperación pueden llevar a un cambio ~n los objetivos: las víctimas de discriminación laboral, por ejemplo, qmeren que se les devuelva su trabajo (o se les de su ascenso) y no se transan por nada más, al ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACIÓN. 53 principio del proceso, pero más adelante empiezan a transarse por dinero (verAbel, E., 198I; Crowe, 1978).-Corno lo anotaba Aubert (I963: 33), la relación entre los objetivos y los mecanismos es recíproca: no sólo influ- yen los objetivos en la selección de los mecanismos, sino que los mecanis- . mos elegidos pueden alterar los objetivos. Por ejemplo, debido a que los tribunales proceden con frecuencia utilizando una cantidad limitada de normas para evaluar un gran universo de hechos, "las necesidades de las partes y sus deseos con respecto al futuro dejan de ser relevantes para la solución" (íd.). Es más: aun en aquellos casos en donde el recurso legal es anticipado por naturaleza -alimentos en caso de divorcio, remuneración en casos laborales, o indemnizaciones por pérdidas futuras-, con frecuen- cia el sistema legal prefiere ordenar que se pague una sola suma desde el principio, en vez de ordenar pagos periódicos. Finalmente, la experiencia de un conflicto puede motivar a una de las partes a dar los pasos necesa- rios para evitar conflictos similares en el futuro, o a estructurar su com- portamiento de tal manera que la próxima vez que surja un conflicto parecido, esté en una posición más fuerte (por ejemplo, Macaulay, I966: 167,2°4). La ideología El derecho que cree tener el individuo a disfrutar ciertas experiencias y a estar libre de los perjuicios que le pueden causar otros, está en función de una ideología general, de la cual el derecho es un componente más. La insatisfacción de un consumidor con un producto o con un servicio puede haber influido en las campañas de los activistas, como por ejemplo, Ralph Nader, quien asegura que los consumidores tienen derecho a esperar una buena calidad ". Los cambios en la legislación a veces pueden ser una forma altamente efectiva de transformar la ideología para crear la sensación de que se tiene derecho a algo. Y es precisamente esa sensación.la que, con- trario a la sabiduría convencional, hace que la gente considere que la mo- ralidad se puede legislar. Aun cuando sería absurdo sostener que después del caso de Broum versus la Junta de Educación, todo niño perteneciente a un grupo minoritario tuvo la sensación de tener derecho a una educación integrada, denunció haber sido objeto de segregación, y participó en una controversia cuando se rechazó su reclamación, es un hecho que este caso se ha dado con más frecuencia desde 1954, que anteriormente. Después de un programa reciente de televisión, en Chicago, donde se presentó. a una mujer que había sido objeto de una requisa en la cual la habían desnu- dado en una citación de rutina por una contravención de tráfico, donde la
  • 9. Willlam L. F. Felstlner, Rlchard L. Abel y Austin Sarat mujer describió cómo demandó y le ganó el caso al departamento de poli- cía, cientos de mujeres telefonearon al canal de televisió~ contando histo- rias similares. En este caso, una victoria legal transformó la vergüenza en ira, alentando a las personas perjudicadas a expresar su inconformidad, y muchos de esos agravios se han convertido ya en controversias. Cuando la víctima original eligió el mecanismo legal para plantear su querella, se individualizó y despolitizó un agravio colectivo contra las prácticas de la policía; pero cuando la mujer hizo conocer su victoria legal por televisión, la controversia jurídica se colectivizó y se repolitizó. La ideología -y el derecho- también puede darles a las personas la sensación de no tener derechos. La legislación que se aprobó a principios de este siglo en mate- ria de indemnización para los trabajadores como "solución" al problema de los accidentes por falta de seguridad industrial, puede haber llevado a los trabajadores a depender del paternalismo de sus empleadores como medio para garantizar su seguridad y,por lo tanto, deben haber decidido dejar de reclamar el control laboral (Weinstein, I967)". Los grupos de referencia Los conflictos pueden transformarse a través de la interacción con las audiencias o con los patrocinadores. Una controversia entre un inquilino y su arrendatario puede llegar a ser el origen de una asociación de inquili- nos; la queja de un trabajador contra su capataz puede convertirse en el estímulo para que se forme un movimiento para crear un sindicato, o para que se reorganicen las jerarquías dentro de un sindicato ya existente. Esta transformación no sólo puede convertir una controversia individual en una controversia colectiva; también puede llevar a una lucha económica o política que desplace procedimientos legales existentes. Esto es especial- mente importante en el caso del comportamiento de los grupos menos fa- vorecidos, cuando buscan recursos. El movimiento del derecho a la política y la consecuente expansión del alcance de los conflictos dependen de la re- acción de una amplia red social ante los casos individuales de injusticia. En ausencia del apoyo de dicha red, es posible que ni siquiera se presente ese movimiento (Scheingold, I974: capítulo 12). La probabilidad de que se dé el apoyo depende de una serie de variables independientes: la subculrura de la audiencia -la cual definirá la experiencia como de daño o como iner- me, alentará, o desalentará-la expresión del agravio y preferirá ciertas - estrategias para procesar lacontroversia- y la 'composición social de la audiencia -que esté compuesta, ya sea de colegas de igual rango, o de superiores. A su vez, estas variables se ven influidas por los factores de la ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN OE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN. 55 estrUctura social-por ejemplo, que la red a la cual pertenezca el individuo sea-abierta o cerrada (Bott, 1955). En una red abierta, donde el ego se re- laciona (por separado) con los miembros, pero donde los miembros no están relacionados entre sí, la audiencia muy probablemente responderá en for- ma individual, buscando, por lo general, resolver la controversia de acuer- do-con los principios de cada cual. En una red cerrada, donde todos están ·relacionado con todos, la probabilidad de una respuesta colectiva es mu- chomayor. Losrepresentantes "los funcionarios Los abogados, los psicoterapeutas, los miembros de sindicatos, los tra- bajadores sociales, los funcionarios públicos y otros agentes y empleados públicos, les ayudan a las personas a entender sus agravios y qué pueden hacer al respecto. Al prestar este servicio, casi siempre producen una trans- formación: la esencia de su trabajo profesional es definir las necesidades del consumidor de servicios profesionales (lohnson.uc-rz: 45). Generalmente esto lleva a la definición que requiere un profesional que preste dichos ser- vicios (Larson, I977: XVII; Abel, R. L., I979a: 86-88; Illich, 1977; I978). De todos los agentes de la transformación de controversias, los aboga- dos son probablemente los más importantes. Esto resulta, en parte, del papel tan importante que desempeñan los abogados como guardametas de las instituciones jurídicas y como facilitadores de una amplia variedad de transacciones personales y económicas, en la sociedad estadounidense (Parsons, 1962). Es obvio que los abogados desempeñan un papel prepon- derante en las decisiones relacionadas con los conflictos. Sin embargo, hay pocos estudios del comportamiento de los abogados, que hayan sido. reportados, incluso desde la perspectiva de la transformación (sin embar- go, ver Blumberg, I967; Macaulay, I979; Cain, 1979; Rosenthal, I974): Sa- bemos más sobre la estructura del colegio de abogados (ver, por ejemplo, Laumann y Heinz, 1977) y sobre los problemas éticos específicos que se presentan en la práctica del derecho (ver Carlin, 1966; Freedman, 1977) que sobre cómo interactúan los abogados con sus clientes y sobre la dife- rencia que representa su actuación. Los críticos de estos profesionales sostienen que ellos "crean" por lo menos algunas de las necesidades que satisfacen (ver, por ejemplo, Illich, I977)· Los abogados ejercen un poder significativo sobre sus clientes. Tam- bién mantieneñ el control sobre el curso de los 'litigios (Rosenthal, I974: II2-lq) y tratan de convencer a sus clientes de que no busquen una se- gunda opinión y de que no les lleven su caso a otros abogados (Steele y
  • 10. Wllllam L. F.Felstiner. Rlchard L. Abel y Austln Sarat Nimmer, 1976:956-962). Existe evidencia de que los abogados por lo ge- neral diseñan sus argumentos para que se adapten a sus propios intereses, en vez de los de sus clientes. Algunas veces, sistemáticamente "les calman el ánimo" a los clientes que tienen quejas legítimas. En casos relacionados con productos de consumo, los abogados pueden mostrarse renuentes a formular acusaciones o a demandar, por temor a ofender a posibles clien- tes (Macaulay, 1979t. Al defender a un acusado, algunos abogados pre- fieren irse por la vía de la negociación de penas, es decir, donde el cliente se declara culpable, en vez de defender su inocencia (ver Blumberg, 1967: 110-II 5; ver, en general, Law &- Society Review, 1979). En litigios bajo la ley de agravios, prefieren las transacciones extra judiciales y es posible que tengan preparados unos formatos de acuerdo para ofrecerles a los ajustadores de reclamos (ver Rosenthal, 1974: 103; Ross, 1970: 82; Schwartz y MitchelJ, 1970: 1133)' Hay otros casos en los que, por el contrario, pre- fieren ampliar las quejas, o magnificar el agravio: algunos abogados exper- tos en divorcio recomiendan que las partes se vayan a pleito, por el cual pueden cobrar unos honorarios bastante considerables, en vez de iniciar negociaciones difíciles, problemáticas y poco productivas para ellos, ten- dientes a la reconciliación '(ver O'Gorman, 1963: 146). También los abogados pueden afectar las transformaciones rechazando a algunos clientes que les piden asistencia o suministrándoles un mínimo de . ayuda, deteniendo así el desarrollo de la controversia, por lo menos a través de los canaleslegales. Los datos limitados con que se cuenta, sugieren que los abogados responden en forma distinta ante diferentes categorías de clientes. Esta respuesta diferencial por parte de los abogados contribuye a variaciones en los comportamientos frente al conflicto entre la clase pobre y la clase me- dia, laspersonas jurídicas y las personas naturales, las personas normales y las personas discapacitadas, los miembros de mayorías étnicas y minorías, y entre los viejos y los jóvenes (Maddi y Merrill, 1971: 17-19; Handler et al., 1978: capítulo 5;Lochner, 1975: 449-453; CUITan, 1977=149-152). Claro está que los abogados también producen transformaciones que generan bastante entusiasmo. Brindan información sobre alternativas y consecuencias que no conocen los clientes; ofrecen un foro para probar la realidad de las perspectivas de los clientes; ayudan a los clientes a identifi- car, explorar, organizar y negociar sus problemas, y les dan apoyo emocio- nal y social a los clientes que no están muy seguros de sí mismos o de sus. objetivos (ver Mnookin y Kornhauser, 1979: 985). . . La escasez de estudios observacionales sobre las relaciones entre los abogados y sus clientes es uno de los motivos por los cuales la información ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN RE C O N o C I M I EN T O. A C U SA C I gEL °S C O N F LI C.T os: N RECLAMACiÓN de los abogados y la transformacl'o'n d . . e controverSIas e t . ofrece tan poca teoría. s an mcompleta y Hace mucho tiempo q f: I . " ue a tan estudios sobre las relaciones ab cliente ... rruentras que hay ciento d di ogado/ . . s e estu lOSsobre la c '. , , dico/paciente, incluyendo much h omurucaclOn me- os que an depe did '. la observación, casi no hay estudi 1 1 n l o prmopa1mente de lOSpara e os sobre 1 '. , cliente y abogado ... Sólo hasta h . _ a comUillcaClOn entre ace quince anos lo . '1 ron a investigar lo que hacen los ab d S' ' S SOClO.0g0Sempeza- estudios enfatizó la observacl'o' d. oga °ds"'1 m embargo, nmguno de esos . n irecra e a form l . manejan a sus clientes como tó '. a en que os abogados '. ,0pICO pnnclpal y , d . La mvestlgación más reciente de R th 1 co~o meto o de estudio. te/abogado su principal osen a ~1974)hizo de la relación clien- aspecto, pero tarnbi ' T' 1 . fuente primaria de datos (Da t ¡ 8 en unuzo as entreVIstas como ne eta., 19 o: 906). Desde que Danet y sus asociados escribie publicado dos estudios sobre relací li ron estos comentarios, se han . aClOnese lente/ab d C' ( informa que en "67 de 82 e bservé oga o. arn 1979: 335) asos que o serve y ezi , 1 li su necesidad y fi}'óel obierí 1 b r gistre, e e lente anunció vo para e a ogad "S b objetivos de sus clientes expr dIo: us a ogados tomaron los , esa os en engua idi l ron en lengua}'e }'urídico al . d }ecoo lana, y os convirtie- . ' canzan o, cuando tu . , . . . que los clientes buscaban o '. l VIeron exito, los ob}etlvos ngma mente La . ía d l cuales el abogado se rehuso' 1 . . minoría e os casos en los , a aceptar os ob}eti d l li (íd., 344) por el hecho de que el b d ~os ~ e lente, se explican nal y no dependía de un p tró a oga o carecía de mtegración profesio- a on. El estudio reciente de Macaula (1 ) gados manejan los probiern 1 ~ 97 d 9 sobre la manera como los abo- . as re aciona os con d d sus informes sobre la calidad d 1 d pro uctos e consumo en di e os pro uctos pres - 1 d te lferentes. Macaula su 'e .' enta resu ta os bastan- (1967) llamó "el e}'erci~o dgIeld re unheqwvalente civil de lo que Blumberg . erec o como un . d tribunales penales Los consunud Juego e confianza" en los . . nsuml ores les pre quejas Contra los vendedores al detal con ba sentan a sus .abogados sus en materia de negligencia d 1: 'fr se en sus percepclOnes de legos 1 . , electos o aude Co fr . re aClOnados con estas qu . lan n ecuencla, los montos ejas son re aovamente - E ea (aunque no siempre) el abog d "1 l p~quenos. n forma típi- venciéndolo de que la q . a o e ~a ma los ammos" al cliente, Con- . Ue}3 no es sena o n d SImplemente no vale la pena sezui di' o pue e ser remediada, o . guir a e ante con ell "A 11 surrudores] que buscan asesoría le al ", a., .que os pocos [con- .- -- abogado considerá-adecuado -al g, r.e:lblran unlcamente lo que el simbólico mientras q gunos serán rechazados con algún zesro , ue muy pocos recupe' 1 o estatutarios a través de " 1 raran sus p enos derechos , una accion ega1" (Macaulay, 1979: 130 ). 57
  • 11. Willlam L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat El personal encargado de hacer cump~r la ley -poli~ía, fiscalía, ~rganis- mas reguladores- también puede producir transformaciones: es posible que busque conflictos para poder sacar ade!an.te una política pú~li~ que le inte- rese; o puede generar una carga de trabajo exagerada para justificar un au- mento en su presupuesto; o puede tratar de disminuir la cantidad de conflictos que se presentan, en vista de una escasez de personal; o p~ede, en forma s~- lectiva, alentar o fomentar aquellos conflictos- que contribuyan al prestigio de la entidad y desalentar aquéllos que disminuyan su importancia o que requieran destrezas que no tiene su personal, o que la misma entidad consi- dere que son inadecuadas (ver Skolnick, 1966: 196; Wilson, 1975)' Las entidades dedicadas a la resolución de conflictos Los efectos transformadores de las entidades dedicadas a la resolución de conflictos han sido analizados en alguna medida (por ejemplo, Abel, R. L., 1973)' Los juzgados, ubicados en uno de los extremos útiles para des- cribir las entidades dedicadas a la resolución de conflictos, pueden trans- formar el contenido del conflicto puesto que las normas sustantivas que aplican difieren de las reglas de la tradición o de la moralidad ordinaria, y sus normas de procedimiento pueden llegar a desvirtuar problemas o a circunscribir evidencia. Una situación altamente personal y perteneciente a una idiosincrasia muy especial desde el punto de vista de las partes ... puede llegar a ser clasificada en una instancia determinada como una categoría generaL .. Una vez que los casos se clasifican de esta manera tan estrecha, ya no existe la necesidad de analizar la situación general... En la mayoría de los casos ... [lo preferible) no es saber por qué ha pasado algo, sino más bien qué fue lo que ocurrió, y aún más estrechamente, qué es lo que puede demostrarse ... que pasó (Moore, S. F., 1977=182-183)' . Los jueces pueden transformar los conflictos individualizando los recur- SOSI3.Algunas víctimas de un producto defectuoso pueden qu~rer forza: ~l fabricante a alterar su proceso de producción. Pero como los tribunales uru- camente imponen sanciones monetarias para los agravios no intencional es, aun el concepto que tienen esasvíctimas sobre lo que sería un resultado acep- table, se transforma y pasa de ser un bien colectivo (seguridad) a un factor de enriquecimiento individual. Ésta es una transformación promovida ampliamente por los abogados, quienes ven ~on muy buenos ojos la crea- ción de un fondo de donde puedan obtener sus honorarios", . Debido al monopolio que ejercen los abogados, la naturaleza esotérica de los procesos y de los discursos que se dan en los tribunales, así como el ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS c- R EC o N O C I M I EN T O. A C U SA C IÓ N. RE C L~ ~:~ Icg~.S: peso del procedimiento que precede al juicio, la actitud de los querellantes ~uede verse alterada por el papel tan insignificante que desempeñan en el Juzga~o y .~r el trato que allí reciben (Simon, 1978: 98, 115). De hecho, su partIClpaCIOnen la controversia queda totalmente expropiada por parte de los abogados y de! Estado (Christie, 1977). El redescubrimiento de la vícti- ma en un proceso penal, es evidencia de este hecho. Además, las demoras causadas por exceso de trabajo de! juzgado o por dilaciones intencionales de un adversario p~eden ~ansformar en una frustración sin sentido lo que de otra manera sena considerado como un procedimiento útil. La naturaleza y los potenciales efectos de transformación de los tribu- n,ale~pueden ob~ervarse ~ejor si comparamos un litigio con cualquier otra tecrnca de manejo de CO~fl.ICt~S~com.o por ejemplo, la psicoterapia. Al igual que el derecho, la terapia individualiza el conflicto y los recursos. Sin em- bargo, en la mayoría de sus otros aspectos difiere mucho de los sistemas tanto de los tribunales como de los abogados. A los querellantes se les ins- ta, con la psicoterapia, a describir e! conflicto y a expresar sus sentimien- tos al. ~especto, en sus propios términos. Los querellantes no tienen necesidad de negar sus sentimientos debido a que los-profesionales de la salud ~~ntal están entrenados para utilizar la ira como medio para reducir la hostilidad, Yaque la actitud del terapeuta es la de no juzgar sino más bien la de ~yudar a refl,exionar a los querellantes, esta actitud representa un apoyo emocional para estos, pues se les insta más bien a examinar e! patrón d. e sus propias respuestas, de cara al comportamiento de los demás. Pueden encontrar, por ejemplo, que la solución de su proceso puede verse obstruido no ,por ,las tá~tica.s dilatorias del adversario, ni por la oposición del adver~ sano, SIllO mas bien, por su propia renuencia a actuar. Uno de los objeti- vos del pr?ceso es aum.en~r la comprensión del querellante con respecto a sus motivos, sus Sentlffilentos, y el comportamiento de otros. Así pues, ~~n,tras el resultado de un litigio exitoso es, por lo general, una orden dI~lgIda al adversario, el resultado de una intervención psicoterapéutica exnosa puede ser un cambio en e! cliente, . ~ntre los tribunal.~s y la psicoterapia hay muchas otras entidades espe- cíalizadas en resolución de conflictos -arbitramento mediación audien- cias administrativas e investigacio~es- que utilizan m'gredientes de ambos procesos, en diferentes combinaciones, pero cuyo resultado es siempre una transformación 15. 59 V. Importancia de estudiar las transformaciones El estudio de las transformaciones aborda el tema de los conflictos a
  • 12. William L. F. Felstiner, Richard L. Abel y Austin Sarat 60 través de las percepciones, los comportamientos y los patrones individua- les de la toma de decisiones. Sin embargo, esta perspectiva también es útil al estudiar las entidades dedicadas a la resolución de conflictos, puesto que "el cúmulo de decisiones por parte de los actores individuales, puede lle- gar a crear amplios patrones de uso por parte de los tribunales" (Collier, 1973: 251; ver también Abel, R. L., 1979c: 169). Otras instituciones de re- solución de conflictos también son reactivas y sus cargas de trabajo se ven determinadas, en gran medida, por las decisiones de individuos, más que por aquéllas de los planificadores institucionales (Felstiner, 1975: 699)· Aun las instituciones proactivas, en alguna medida dependen de las percepcio- nes, de los agravios y de los conflictos existentes con aquella parte de la población a la que buscan llegarle (Lf Black, 1973)' Debido a que los estudios de las transformaciones comienzan a nivel del individuo, éstos les permiten a los investigadores examinar las percepcio- nes y los agravios que nunca se institucionalizan como conflictos (Lf Steele, 1977: 672-675). Los agravios que se quedan sin articular, las reclamaciones que se acumulan y los conflictos bilaterales, ciertamente son más significati- vos en número que aquellos casos que alcanzan a llegar a los tribunales y a las entidades administrativas, pero raramente son objeto de estudio por par- te de los investigadores (sin embargo, ver Miller y Sarat, 1980-81; Strauss, A., 1978)'6. Al dirigir la atención sobre los antecedentes de los conflictos, el estudio de las transformaciones también debe arrojar alguna luz, tanto so- bre la forma como la experiencia diferencial y el acceso a los recursos afectan la cantidad y e! tipo de problemas que maduran hasta convertirse en con- troversias, como sobre las consecuencias que para los individuos y para la sociedad conlleva el hecho de que las respuestas a las experiencias de daño se desestimen o se obstaculicen desde una etapa muy temprana (por ejem- plo, despolitización, apatía o alienación). La investigación y la evaluación sobre la efectividad de las diferentes formas de procesamiento de controversias también mejorarían mucho si éstas consideraran las transformaciones. La evaluación convencional se inclina a explorar la actitud de los querellantes cuando un proceso ya ha seguido su curso normal (ver, por ejemplo, Davis et al., 1980: 50, 54; Cook et al., 1980: 45). Sin un punto de partida -el contenido del problema ini- cial, la naturaleza de la reclamación original o las formas anteriores que hubiera tenido e! conflicto-, el evaluador no puede hacer una evaluación . independiente de la condición final del conflicto; tampoco se puede saber, en cada etapa del proceso, qué tanto se desvió éste de lo que inicialmente se buscaba -lo que el querellante hubiera querido obtener en cada una de ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO. ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN. 61 estas etapas, o quizá, lo que el profesional considera que el querellante . hubiera podido obtener (ver, por ejemplo, Rosenthal, 1974; Baldwin y McConville, 1977)' Esto no quiere decir que la efectividad de un proceso de resolución de conflictos se deba medir necesariamente por su capaci- dad para revelar o para manejar los orígenes del conflicto. Es posible que el querellante ya no considere importante el problema inicial, puesto que una de las premisas centrales de la teoría de la transformación es que el agravio transformado puede llegar a convertirse en el verdadero conflicto. Pero bien sea que haya habido transformación o no, los juicios sobre la efectividad de las mismas podrían mejorar si estuviera disponible la histo- ria detallada de cada controversia, para que los estudios de transformación puedan captar todos estos detalles. Muchas de las investigaciones sobre controversias en Estados Unidos se dedican a medir y a explicar las decisiones tomadas por las partes, en- trevistando a éstas después de concluida la controversia (ver, por ejemplo, Trubek, 1981). Dicha metodología tiene limitaciones significativas, puesto que requiere que e! entrevistado recuerde los eventos de un caso ya conclui- do (ver Bohannan, 1957=vn). Las disrorsiones en la memoria del entrevista- do cuando se le pregunta sobre aspectos tales como motivo~ e interacciones son uno de los problemas. Los errores no surgen tanto de la dificultad me- cánica de recordar los detalles de eventos pasados, sino de la tendencia a dis- torsionar estos recuerdos, como consecuencia de las experiencias subsiguientes. Cuando se le pregunta al entrevistado por qué actuó o por qué dejó de actuar, es difícil que éste formule una respuesta que no esté influen- ciada por las consecuencias del curso que tomó el proceso. Similarmente, cuando se le pregunta al entrevistado qué esperaba que hiciera su oponente, lo más probable es que su respuesta se vea influenciada (en una medida des- conocida) por e! actual comportamiento de! oponente. Sin embargo, dichas encuestas o entrevistas son necesariamente claves para una explicación ade- cuada del comportamiento asumido por las partes durante el proceso. La mayoría de las etapas de una controversia tienen alternativas: la persona tiene que tomar decisiones sobre demandar, contratar a un abogado, aceptar un arreglo extracontractual, apelar, acusar o mediar. Por lo general, la mejor evidencia disponible sobre la dinámica de estas decisiones es el testimonio de quienes tomaron las decisiones, pero esta evidencia es poco confiable si se remonta a un pasado lejano. Por lo tanto, uno de los objetivos de la in- vestigación sobre las transformaciones es producir datos directos y confiables sobre motivos e interacciones, estudiándolos en forma contem- poránea. Sólo así es posible catalogar los antecedentes de un conflicto an-
  • 13. William L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat 62 tes de que e! tema se vuelva público, con el fin de examinar la forma en la cual se presentan las reclamaciones y, mejor aún, con más anterioridad, de tal manera que pueda saberse. cómo se percibieron, en primer lugar, las experiencias de daño. Los conflictos implican la creación y la revisión de percepciones y acti- tudes sobre uno mismo, su oponente, los diferentes actores, e! contenido de! conflicto, el proceso de la controversia, y las entidades y e! personal especializados en la resolución de conflictos. Las transformaciones son e! resultado de esos procesos sociológicos y psicológicos y por lo tanto, son estos procesos los responsables de la transformación en sí. Ruhnka et al. (1978), por ejemplo, encontraron que las actitudes positivas y el apoyo a favor de los pequeños tribunales encargados de resolver reclamaciones, varían según la experiencia que haya tenido la persona en dichos tribuna- les, y que esta relación es igualmente cierta, tanto para "ganadores" como para "perdedores"; otros investigadores han encontrado relaciones inver- sas similares, con actitudes acerca de otro tipo de tribunales y abogados (Curran, I977: 234-239) Yprocesos penales (Casper, 1978; ver, en gene- ral, Sarat, 1977)' La investigación de las transformaciones, al concentrarse en los agentes del proceso y al estudiar las actitudes en forma longitudinal, deben poder documentar este cambio negativo de opinión y desarrollar hipótesis sobre por qué ocurre. Anotamos anteriormente que los estudios sobre las transformaciones vuelven problemático uno de los juicios políticos fundamentales sobre los conflictos -que hay demasiadas; que los estadounidenses son gente dema- siado dada al conflicto, demasiado dispuesta a litigar (por ejemplo, Rosenberg, I972; Ehrlich, I976; Kline, 1978). La perspectiva de la trans- formación sugiere que posiblemente haya muy poco conflicto en nuestra sociedad. Muchos estudios se basan únicamente en lo que sucede en los tribunales; evalúan el conflicto desde el punto de vista de los tribunales, que perciben que sus recursos son limitados (cf Heydebrand, 1979)' Des- de este punto de vista, cualquier nivel de conflicto que rebase la capacidad del tribunal para manejarlo, es "excesivo". Las cosas se ven de otra mane- ra, sin embargo, si comenzamos a nivel del individuo que ha sufrido una experiencia de daño. Eso es lo que sucede cuando vemos las cosas desde el punto de vista de las transformaciones. Yes ese punto de vista precisamen- te, lo que nos lleva a preguntar por qué tan pocas personas buscan recursos para resarcirse de alguna experiencia de daño. De tal manera que la . perspectiva de la transformación,. naturalmente pone de manifiesto interrogantes que se han ignorado en gran medida, hasta ahora: ¿Por qué o R I G EN Y T RA N S Fo R M A C I Ó N DE LOS C o NF LI C T o S : RE<;:ONOCIMIENTO, ACUSACiÓN, RECLAMACiÓN ... lbs estadounidenses son tan lentos para percibir un daño, tan renuentes a hacer reclamaciones y tan temerosos a suscitar un conflicto, especialmen- te cuando se trata de litigar?" En algunos estudios de investigación surge la hipótesis de que el culto a la competencia y el individualismo tan cele- bradoen la cultura estadounidense inhiben el reconocimiento de las per- sonas -ante ellas mismas, ante otros y especialmente ante las autoridades- de que han sido lesionadas o perjudicadas, y que les ha salido adelante un adversario (por ejemplo, Best y Andreasen, 1977: 709; Menkel-Meadow, ) 18 I979: 40 . Los estudios de transformación también nos permitirían ser más espe- cíficos sobre la "cultura" de diferentes agentes y entidades dedicados al procesamiento de controversias (Lf Friedman, I969). Por ejemplo, la sa- biduría convencional sostiene que los abogados de divorcios exacerban el conflicto, la desconfianza yel estrés. El interés en la mediación es más un reflejo del escepticismo sobre la utilidad de los abogados (y sobre el siste- ma legal dispositivo, que es realmente la base de toda su actividad) que de una falta de confianza en la sabiduría de los jueces que obran en !os tribu- nales de familia. Sin embargo, no "todos't'losabógados manejan mal sus : . casos. Los estudios de transformación que observan a través del tiempo las interacciones abogado/cliente podrían decimos cuáles son los valores, experiencias, técnicas, contextos o personalidades que diferencian a los abogados positivos y efectivos, de aquellos que tienden a complicar un problema, de hecho difícil (ver Kressel et al., I979: 255)' También podrían decimos cuándo son los clientes (y no sus abogados) quienes utilizan el liti- gio con el propósito de perpetuar un conflicto de familia, en vez de resol- verlo (por ejemplo, el caso "Lesser", de Goldstein y Kan, 1965: 518-559). VD. C@nclusión La importancia de estudiar el origen y la transformación de los conflic- tos no debe cegamos ante sus dificultades. Debido a que e! estudio de las transformaciones debe concentrarse en las mentes de quienes responden las entrevistas, captando sus actitudes, sentimientos, objetivos y motivos (en la medida en que éstos cambian a través del tiempo), éste debe ser longitudinal y debe basarse en una excelente relación entre el investigador y el informante. Las dificultades de dicha investigación son considerables: los problemasmás obvios surgen al tratar de diseñar técnicas .s..~~minirni- '-cen la reacción a las sugerencias del 'investigador, 'al mismo tiempo que le ofrezcan al investigador suficientes señales sobre la oportunidad de una nueva serie de entrevistas. UNiVERSIDAD DE ANTIOQUIA
  • 14. William L. F. Felstiner. Rlchard L. Abel y Austin Sarat Con el fin de identificar las influencias más sobresalientes que se gesten sobre las transformaciones, es necesario seleccionar para la investigación, las áreas de conflicto donde puedan esperarse altos niveles de variación. Pero estos campos de diferencias sustanciales pueden presentar cambios en sus distintas etapas. Por ejemplo, probablemente exista un bajo nivel de EDP (Experiencias de Daño Percibidas) en la relación entre profesionales y no profesionales y un nivel muy alto de estas experiencias en la interacción entre inquilinos y arrendadores; hay un bajo nivel de seguimiento en con- flictos relacionados con productos de consumo, y un nivel muy alto en aquellos que tienen que ver con serias lesiones personales. Como conse- cuencia, el desarrollo de un entendimiento empírico de las transformacio- nes puede requerir muchos estudios de objetivo limitado, en lugar de unos pocos proyectos a gran escala. Hay varias áreas sustantivas que merecen atención inmediata, no sólo porque cumplen con estos requisitos, sino tam- bién porque han sido objeto de investigaciones anteriores y ofrecen, por lo tanto, datos históricos, bases de comparación, hipótesis tentativas y orien- tación metodológica. Dichos campos son, en primer lugar, las lesiones personales, especialmente los accidentes de tránsito (por ejemplo, Conard, I964; Franklin etal., I96I; Hunting y Neuwirth, I962; Widiss, I975; Burman et al., I977; Royal Commission, I978; Walker y Maclean, I980; Lloyd-Bostock, 1980; Genn, 1980); en segundo lugar, los conflictos sobre productos de consumo (por ejemplo, Whitford, 1968; Whitford y Kimball, 1974; Sreele, 1975; 1975a; I977; Besty Andreasen, 1977; Macaulay, 1963; Ross y Littlefield, I978; Hannigan, I977; Caplovitz, I963; 1974; King y McEvoy, 1976; Instituto Nacional de Justicia para el Consumidor, 1972; Grupo de Estudio de Tribunales de Reclamaciones, 1972; Warland et al., 1975; Nader, 1980), y en tercer lugar, los conflictos de familia (por ejem- plo, MacGregor et al., I970; Marshall y May, 1932-33; Gellhorn, 1954; Virrue, 1956; Parnas, 1970; Chambers, I979; Mnookin y Kornhauser, 1979; University ofPenmylvania Law Review, I953). Aunque el origen y la transformación de los conflictos son algo perso- nal e individual, tienen una dimensión política importante. En últimas, lo que nos preocupa es la capacidad de las personas para responder ante los problemas y ante las injusticias. Nosotros consideramos que el estudio de los procesos en los conflictos ha estado demasiado alejado de las verdade- ras dificultades y alternativas que acompañan el reconocimiento de que se ha sido objeto de un perjuicio y de que el alivio para ese daño puede ser incierto, contingente y costoso. El reconocimiento y la acción pueden no ser adecuados ni deseables en todos los casos. Sin embargo, consideramos ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO, ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN .. sano orden social es aquél donde se minimizan las barreras que ~oo . . ínhiben d surgimiento de reclamos y con~overslas y que evitan ~~ con- . 'n en demandas o en reclamos que eXIgen alguna compensacion porversio . el perjuicio sufrido. • Tomado de I5 Law &- Society Review (1980-8I). 1 Ver los casos como cosas crea la tentación de contados. Pero debemos tener cuidado al hacerlo, puesto que los volúmenes de litigios, al igual que las tasas de delincuencia (ver Black, I970), pueden "producirse" y manipularse (Seidman y Couzens, I ).Conscientes de este peligro, los investigadores en muchos países han tratado de 974 .. di" 'd' d . idi " (describir el universo de los conflictos exarrunan o as necesi a es Jun icas ver Baraquin, I975; Cass y Sackville, I975; Curran, I977; Royal Commission onLegal Services, 1979; Royal Commission on Legal Services in Scotland, 1980; Colvm et al., I978; Tieman y Blankenburg, 1979; Valétas, [976). Sin emb~go, estos esrudios también reifican el proceso social de los conflictos, puesto que la medida de necesidad refleja invariablemente la teoría y los valores del investigador, distorsionando necesariamente el .panorama social de los conflictos (ver Lewis, I973; Griffiths, I977; I980; Marks, I976; Mayhew, 1975)' 2 Otra forma de definir los conflictos es adoptar las definiciones propias del derecho civii o del derecho penal, en cuyo caso veremos e! mundo social desde el punto de vista de la estructura política existente. Desde esa óptica, son aceptables y adecuadas las premisas y las ideas convencionales. Sin embargo, podemos resistir la tentación de imponemos sobre las personas a quienes esrudiamos, y más bien tratar de averiguar cómo es que los querellantes mismos definen sus propias experiencias. Cada una de estas formas de abordaje tiene importantes consecuencias para el estudio de los conflictos. 3 Claro está que no somos nosotros los inventores de este campo de esrudio ni de! .término "transformación". Para discusiones anteriores, ver especialmente a Aubert (1963), Mather e Yngvesson (1980-81) y Cain (I979)' 4 Los estudios sobre conocimiento y opinión pública en materia de derecho sólo parcialmente constiruyen una excepción puesto que relegan al público a un papel meramente pasivo, donde se limita a notificarse sobre la ley y a reaccionar ante ella (ver Sarat, 1977). 5 ef Marx (1976: 72): "Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen de acuerdo con sus caprichos; no la hacen bajo circunstancias elegidas por ellos, sino bajo circunstancias directamente enconeradas, dadas y eransmitidas del pasado. "Nuestra perspectiva está influida por el trabajo de aneropólogos que han observado el derecho a elegir foro en sociedades no occidentales (por ejemplo, Nader y Todd, 1978); economistas preocupados con la respuesta que ha de dársele al consumidor insatisfecho (por ejemplo, Hirschman, 1970); y oeros que han medido u observado la forma 'en que los individuos manejan sus problemas personales (Cellhorn, 1966; Levine y Presten, 1970; Abel-Srnith et al., I973; Morris et al., [973; Friedman, K. A., 1974; Burman et al., 1977; Smith et al., 1979; Cain, 19í9; Macaulay, I979; Nader, 1980)".
  • 15. William L. F. Felstiner. Richard L. Abel y Austin Sarat 66 6 No estamos diciendo que la teoria económica tenga necesariamente dificultades en manejar éstas u otras dificultades, sino que el análisis económico por lo general las ignora y se contenta con una sobresimplificación psicológica. Ver, por ejemplo, Phillips y Hawkins, 1976. 7 Las leyes sobre pasajeros invitados, las cuales hacen difícil que un pasajero invitado, que no haya pagado por su transporte, demande a su "anfitrión" por lesiones en caso de un accidente, se promulgaron teniendo en cuenta precisamente estos factores. Ver Broum versus Merlo (ro6 Cal. Rptr. 388, Corte Suprema, 1973); Sdnualbe ve1"SUSJones (128 Cal. Rptr. 321, Corte Suprema, 1976); Cooper versus Bmy (148 Cal. Rptr. 148, Corte Suprema, 1978). 8 Por otra parte, los objetivos también están sujetos a la influencia de las diferentes audiencias. Lloyd-Bostock anota: "No es que la víctima no conozca sus derechos legales o que no sepa cuánto podría recibir. Lo que pasa es que en una situación que rio le es familiar, carece de normas propias y no se siente lo suficientemente competente como para generarlas por sí misma a partir de principios más generales, puesto que hay una amplia gama de alternativas. Y por lo tanto, lo que siente, es lo que le sugieren, a partir del accidente, su abogado, su sindicato, la policía, sus amigos, etc." (1980: 24)' 9 Podríamos generalizar diciendo que cuando los clientes interactúan con abogados que sólo conocen a la hora de manejar su caso (por ejemplo, con ocasión de un divorcio, una defensa penal o una lesión personal), la primera lealtad del abogado es hacia otros (el ajustador de seguros, la policía, el juez u otros abogados), mientras que aquellos clientes que tienen una relación relativamente permanente con los abogados exigen y reciben mayor lealtad (ver Abel, R. L., 1981; Galanter, 1974: I 14-!I9/81-8S, 1981). 10 Esta creencia puede explicar por qué los consumidores de estratos socioeconómicos más altos tienden a un mayor grado de insatisfacción con sus compras: no es que los bienes y los servicios que ellos adquieran sean peores, sino que sus expectativas son más exigentes, en parte como resultado de los movimientos de consumidores, que en su mayoría son exclusivamente de clase media. Ver Best y Andreasen (197T 7°7-709). 11 OSHA, que se basa en la premisa de que el paternalismo privado probó ser inadecuado, puede producir el efecto contrario. Ver, por ejemplo, Mendeloff, 1979· 12 En materia del efecto inhibitorio de dichas actirudes sobre una declaración pro bono, ver Ashman (1972: 43); ver en general Handler et al. (1978: capírulos 5 y 6). 13 Aun las acciones populares' son por lo general meras recopilaciones de pleitos individuales, que se reúnen en una solo por razones de conveniencia y eficiencia, y no una forma de acción popular orientada al logro de un objetivo grupal, como lo puede ser un cambio en el control sobre las decisiones relacionadas con la producción. 14 Debemos admitir que al aplicar la quimaesencia de los recursos, es decir, al conceder una indemnización en dinero, los tribunales de alguna manera les están dando a las personas lo que éstas "quieren". Pero aquello que la gente "quiere" ha sido condicionado en gran medida por las instiruciones jurídicas y por los medios de comunicación. Aunque es difícil documentar este proceso en la medida en-que transcurre, 'sabemos que a comienzos del siglo xx, antes de que se volviera tan común el sistema de las indemnizaciones en dinero, lo que los trabajadores exigían a través de este ORIGEN Y TRANSFORMACiÓN DE LOS CONFLICTOS: RECONOCIMIENTO. ACUSACiÓN. RECLAMACiÓN. tipo de acciones era mejoras radicales en materia de seguridad industrial, y sólo la intransigencia de sus patronos los llevaba a aceptar alguna fórmula de pago en efectivo (if. Eastman, 1978). 15 Indistintamente de qué tan dererrninisra sea un acontecimiento, se debe reconocer que hay unos aleatorios que necesariamente desempeñan un papel importante en la transformación de determinadas experiencias, quejas y pleitos. Un tercer tema manejado por Koch en su disertación sobre los conflictos entre vecinos es la importancia del azar, el cual tiene consecuencias que ninguna de las partes buscó y que sin embargo pueden llegar a acentuar el conflicto: se roban unas pocas nueces, sin intención de que se produzca una escaramuza; alguien sale lesionado, pero nunca se pretendió matar a nadie; se descubre al ladrón en el acto de robar un cerdo en venganza, y por accidente el ladrón resulta muerto ... (Felstiner, 1976: rozo). 16 El libro publicado recientemente por Gulliver sobre el tema de las negociaciones (1979), por ejemplo, sólo tiene en cuenta los desacuerdos cuando éstos son trasladados al dominio público. Todas sus referencias en materia de controversias en Estados Unidos hablan de casos laborales sometidos a la mediación del gobierno. 17 Ver Bohannan (1967), Moriarty (1975), Nader y Singer (1976: 282). Para un análisis de los volúmenes de litigios civiles en los países africanos, ver Abel, R. L., (1979c: 190-195). Para esrudios históricos sobre la reducción del volumen de litigios en Estados Unidos, ver Grossman y Sarat (1975), Friedman, L. M., Y Percival (1976a); sin embargó.ver Lernpert (1978). Ver, en general, Law <& Soáety Review (1974 y 1975)' 18 Para probar esta hipótesis, puede resultar útil comparar las sociedades del Lejano Oriente, las cuales presentan niveles de litigios aun más bajos, como reflejo del hecho, no tanto de que a la gente no le guste exponerse a que la ofendan, sino de que la gente prefiere abstenerse de ofender a los demás (ver, por ejemplo, Kawashima, 1969; Hahm, 1967), con sociedades donde el nivel de conflicto es mayor, como, por ejemplo, las del Mediterráneo y algunas partes del África, en cuya cultura impera una respuesta inmediata y pública a cualquier tipo de afrenta (ver, por ejemplo, Abel, R. L., 1979a; Starr, 1978; Peristiany, 1965)' Para un esrudio fascinante sobre las actirudes frente a los agravios en una cultura no occidental, ver Upharn (1976).