La gangrena gaseosa es una infección necrotizante potencialmente mortal causada principalmente por Clostridium perfringens que destruye los tejidos blandos. Provoca dolor muscular intenso, edema, decoloración de la piel que progresa a negro, y la formación de ampollas que contienen gas. Se trata quirúrgicamente mediante desbridamiento y antibióticos como penicilina y clindamicina para prevenir la falla multiorgánica.