El control de gestión consiste en asegurar que las actividades de una empresa estén alineadas con sus objetivos. No solo comprueba que las tareas se realizan correctamente, sino que también influye en el comportamiento de la organización para que alcance sus metas. Un ejemplo es el proceso de recepción de equipos en una empresa de calibración, donde se registra información del cliente y el equipo para identificar y dirigir el equipo al siguiente proceso.