Este documento discute la dimensión social de la globalización y formas de mejorar la gobernanza de este proceso. Señala que la falta de trabajo decente en América Latina amenaza la democracia y fomenta la violencia. Propone enfocarse en la creación de empleo, aplicar coherentemente políticas económicas a nivel global, fortalecer el estado de derecho y promover la integración regional de manera equitativa.