El desastre de Curalaba marcó un punto de inflexión en la conquista española de Chile. Tras la muerte del gobernador Loyola a manos de los mapuches, los indígenas se animaron y atacaron varios fuertes y ciudades españolas, matando a más de 100 colonos. Para los españoles representó una gran pérdida, mientras que para los mapuches les dio más confianza para resistir la dominación española.