El conflicto comenzó debido a la falta de una política colonial española que cumpliera con las promesas de autonomía a Cuba y al imperialismo estadounidense buscando nuevos mercados. Esto llevó a la guerra hispano-estadounidense en 1898, donde Estados Unidos derrotó rápidamente a las fuerzas españolas en Cuba y Filipinas. El tratado de París obligó a España a ceder sus últimas colonias, marcando el fin del imperio colonial español y el surgimiento de Estados Unidos como potencia mundial.
2. El estallido del conflicto fue resultado de dos hechos:
1- Inexistencia de una política colonial que diera cumplimiento a los
compromisos adquiridos por España de la Paz de Zanjón de 1878. La
concesión de la autonomía a partir de 1898 no era suficiente, los cubanos
querían la emancipación definitiva.
2- La situación mundial justificaba una redistribución colonial que el
derecho internacional favorecía, facilitando el reparto del mundo entre
Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón y Estados Unidos. Entonces el
imperialismo norteamericano, necesitado de nuevos mercados donde
colocar los excedentes de producción y de capital, fijó su atención en los
territorios españoles del Pacífico y del Caribe.
3. La guerra se reanuda en Cuba en 1895 en la zona oriental de la isla bajo el
denominado grito de Baire, ´´¿Viva Cuba Libre!``, poco después de la
aprobación en las Cortes de un proyecto de autonomía que llegaba tarde.
La insurrección fue liderada por José Martí, cerebro y autor del
manifiesto de Monte-Christi, verdadero programa independentista.
La actitud negociador del general Campos , que tan bueno resultados le
había proporcionado antes, se convirtió desde 1896 en una táctica militar
de aplastamiento de la insurrección. Pero al negársele tomar medidas
contra la poblacíón civil, que permitía y apoyaba la guerrilla, volvió a
España.
Ni cánovas ni Sagasta estaban dispuestos a perder un territorio que tan
buenas expectativas económicas ofrecía, y cuya pérdida hubiera
supuesto una deshonra para la opinión pública.
4. Al gobierno no le quedó otra salida que el envío del general Valeriano
Weyler, militar enérgico y buen conocedor de la isla. Weyler dividió el
territorio mediante líneas largas fortificadas de mar a mar, como forma
de evitar el apoyo civil a los sublevados, pese a la campaña de
desprestigio puesta en marcha por la prensa estadounidense.
Desde ese momento se precipitó la intervención norteamericana: en el
verano de 1897 una nota del gobierno americano ante el español
protestaba por la dureza del general Weyler, al tiempo que exigía una
rápida pacificación de la isla. Meses después, el presidente McKinley
amenazaba con la intervención militar si España no accedía a la venta de
la isla por 300 millones de dólares, oferta rechazada, tanto por la regente
como por el gobierno español.
5. La insurrección filipina tuvo su origen en el descontento de ciertos
grupos indígenas con la administración española y con las órdenes
religiosas, cuyos intereses materiales parecían prevalecer sobre los
apostólicos. Ese descontento derivó hacia unos sentimientos
independentistas que fueron canalizados a través de la Liga
Filipina, fundada en 1892 por José Rizal.
La expansión del movimiento independentista se generalizó a partir de
1896, coincidiendo con el envio del general García Portavieja quien, tras
una anérgica y metódica acción militar acabó con el conflicto, siendo José
Rizal condenado a muerte.
6. El conflicto comenzó con el hundimiento, el 15 de Febrero de 1898, del
acorazado Maine, fondeado en la bahía de La Habana con la excusa de
proteger los intereses norteamericanos en Cuba. Así, la guerra comenzó
el 25 de abril, después del ultimátum norteamericano que exigía a
España la renuncia inmediata a su soberanía sobre Cuba, y se desarrolló
en dos escenarios muy alejados entre sí: el océano Pacífico y en el océano
Atlántico, en el mar de las Antillas.
7. Declarada la guerra, la escuadra española en Filipinas, mandada por el
almirante Montojo, sería aniquilada en la bahía de Manila el 1 de mayo
por la escuadra del comodoro Dewey procedente de Hong-Kong. La
rendición de Cavite y la generalización del levantamiento filipino serían
las consecuencias inmediatas del desastre naval.
8. En cuanto a la escuadra española del Atlántico, salida de Canarias al
mando del almirante Cervera con rumbo a Puerto Rico, hubo de entrar en
Santiago de Cuba para proveerse de carbón. Allí quedó fondeada como
consecuencia del bloqueo impuesto por la fuerza naval norteamericana.
De este modo, el desembarco norteamericano en Guantanamo el 6 de
junio provocó un duro enfrentamiento terrestre con las tropas
españolas, que no pudieron proteger las posiciones claves para la
defensa de la ciudad. El día 3 de julio fue literalmente aniquilada en el
llamdo combate naval de Santiago. A partir de este momento, los
acontecimientos se precipitaron. Durante la última semana de julio las
fuerzas norteamericanas desembarcaban en Puerto Rico y ocupaban la
isla.
9. El tratado de París fue un dictado de exigencias norteamericanas que
España tuvo que acatar sin posibilidad de réplica, de cuya ratificación
fueron excluidos cubanos, filipinos y puertorriqueños.
En definitiva, mientras las potencias europeas, lanzadas a la carrera
colonial, se repartían el mundo, España quedaba no sólo marginada del
reparto, sino que perdía sus posesiones. El día 1 de enero de 1899, el
general Jiménez Castellanos hizo entrega oficial del territorio de Cuba al
Gobierno de los Estados Unidos. Idéntico procedimiento se realizó en
Filipinas.
10. Para Cuba: Quedó devastada y arruinada, y cambió de amo: Los Estados
Unidos, que la convirtió en su protectorado, ocupándola militarmente entre
1899 y 1902, bajo el pretexto de proporcionarle las condiciones necesarias
para su independencia política. La isla obtuvo la independencia en 1902, y
Tomás Estrada de Palma se convertiría en el primer presidente de la
República de Cuba.
Para Estados Unidos: 1898 marcaba el inicio de una etapa imperialista.
Aplicaron la diplomacia del dólar en toda la América Latina, y ganaron el
control de las Filipinas. Estados Unidos se estableció como potencia mundial.
Para España: El desastre de 1898 abrió un debate sobre las responsabilidades
de la guerra, el revisionismo político, y el regeneracionismo nacional. Aunque
España nunca debió aceptar la guerra, los dirigentes no supieron afrontar la
impopularidad que hubiera supuesto un enfoque realista de la situación. El 98
marcó, junto con el fin de la guerra colonial, el replanteamiento de España
como nación y de las posibles salidas a la realidad sociopolítica del país. Los
escritores de la generación del 98 aportaron una contribución fundamental.