El documento destaca la importancia de que tanto docentes como padres apoyen el proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños a través de escucharlos, estimularlos y crear ambientes de confianza. Explica que los niños que presentan comportamientos como pellizcar o empujar pueden estar expresando conflictos internos y necesitan más atención para evitar problemas de aprendizaje. Concluye que los niños más difíciles de controlar son los que más apoyo requieren.