La heterosexualidad se caracteriza por la atracción hacia personas del sexo opuesto. La bisexualidad implica atracción hacia individuos de ambos sexos y se ha documentado desde la antigua Grecia. Freud argumentó que todos son bisexuales por naturaleza y que factores sociales y de crianza determinan la orientación sexual. Las personas bisexuales a menudo enfrentan rechazo de grupos homosexuales y heterosexuales por no definirse claramente en una u otra categoría.