Los stands de feria tuvieron su origen en la Europa Occidental en el siglo XI, cuando comenzaron las ferias llamadas "mundinas" donde mercaderes y artesanos se reunían para realizar transacciones comerciales. A partir del siglo XII se crearon numerosas ferias en Inglaterra. Las ferias se realizaban inicialmente en las afueras de las ciudades y dieron lugar a las plazas de mercado donde la actividad comercial era permanente.