En la segunda edición de estas Historias del Romanticismo conoceremos cómo era el hombre romántico y sus características principales, para además
introducirnos en la sociedad y la vida privada de la época.
Historias del Romanticismo. II: "Querer, vivir y morir. El imaginario del hombre romántico"
1. ENCUENTROS: HISTORIAS DEL ROMANTICISMO.
Querer, vivir y morir: Imaginario del hombre Romántico del siglo
XIX.
Caspar David Fiedrich . El caminante sobre el mar de nubes. 1818. Museo de Arte de Hamburgo. Alemania.
Segundo Encuentro: 19 y 26 de Febrero del 2013.
Actividad diseñada y realizada por Andrea López Tyrer..
2. Romanticismo:
•Alemania se presenta temática de la naturaleza y pasado histórico.
•Características tardías en España.
•Francia. Antecedentes en Delacroix y Víctor Hugo.
Eugène Delacroix. La matanza de Quíos. 1824. Museo de Louvre.
3. Romanticismo en Europa.
¿Que es el Romanticismo?
“(...) Era un talante que escapaba a
cualquier esquema rígido de
clasificación. Esa parte de la fuerza del
movimiento, pues podía cambiar de una
persona a otra y mezclarse con ideales
políticos y sociales diversos. No
obstante, el romanticismo tenía una
base ideológica explicita: Otorgaba la
máxima importancia a las emociones y
a la imaginación. Los sentimientos del
corazón aunque irracionales, se
consideraban más validos que los
pensamientos de la cabeza. El enemigo
era la razón fría (...) Para los
románticos la naturaleza humana se
explicaba mejor a través del alma.”
Mosse, George L. La cultura europea del siglo XIX . Barcelona
Ariel, 1997.
Jacques-Louis David. La muerte de Marat. 1793.
Museos Reales de Bellas Artes, de Bélgica.
4. Orígenes del Romanticismo y tentativas para una definición .
• En respuesta a racionalización.
• Gracias a avances del siglo XVIII, en materia ideológica y material.
• Romanz, Roman, Romantick Romanticismo.
Diapositiva 3.
Louis-Leopold Boilly. Reunión de artistas en el taller de Isabey. 1798. Louvre. Paris
Louis-Leopold Boilly. Reunión de artistas en el taller de Isabey. 1798. Louvre. Paris
5. Antecedente: “Sturm und Drang” (1770 – 1780).
Movimiento literario, musical y de artes visuales, desarrollado en Alemania durante la
segunda mitad del siglo XVIII.
Anton Graff. Johann Gottfried Herder. Johann Heinrich Wilhelm Tischbein. Goethe en la Joseph Karl Stieler. Johann Wolfgang
1785. Halberstadt Gleimhaus Museo. campiña romana. 1787. Städel Gallery. Goethe. 1828. Neue Pinakothek. Munich
6. “El mundo debe ser romantizado.
Así se encuentra de nuevo su
sentido original. Romantizar no es
sino una potenciación cualitativa. El
Yo Mismo más bajo es, en esta
operación, identificado con un Yo
Mismo mejor. (…) En la medida en
que doy al sentido vulgar uno
mejor, al aspecto cotidiano uno
llena de misterio, a lo conocido la
dignidad de lo desconocido, a lo
finito una apariencia infinita, en esa
medida lo romantizo”
Novalis, en Fragmente über poesie. Citado en, Fazio. M.
“Historia de la Filosofía”. Madrid. Albatros.2004.
Friedrich Eduard Eichens. Novalis. 1845. Colección privada.
7. Imaginario Romántico: El nacimiento de una nueva sensibilidad.
“El romanticismo no se halla ni
en la elección de los temas ni en
su verdad exacta, sino en el
modo de sentir. Para mí, el
romanticismo es la expresión
más reciente y actual de la
belleza. Y quien dice
romanticismo dice arte
moderno, es decir, intimidad,
espiritualidad, color y tendencia
al infinito, expresados por todos
los medios de los que disponen
las artes “.
Ref. Charles Baudelaire. Astobiza, Nicolás.
Romanticismo y Modernidad en Baudelaire.
http://www.euskalnet.net/aspini/CHAP3.pdf
Theodoros Vryzakis. Salida de Messolonghi (1821).1853. National Gallery.Londres.
8. Werther de J.W. Goethe.
(…) “Tú me concederás—dijo Alberto—que ciertas acciones serán siempre crímenes sea el
que quiera el motivo que las produzca. Concedido— respondí yo, encogiéndome de hombros
— Sin embargo, advierte, amigo mío que ni eso es verdad en absoluto. Indudablemente, el
robo es un crimen; pero si un hombre está a punto de morir de hambre, y con él su familia, y
ese hombre por salvarla, se atreve a robar, merece compasión o merece castigo? (…) Hasta
nuestras leyes, que son pedantes e insensibles, se dejan conmover y detienen la espada de
la justicia. Eso es distinto—respondió Alberto—, el que sigue los impulsos de una pasión
pierde la facultad de reflexionar, y se le mira como a un ebrio o un demente.¡Oh hombres de
juicio!—exclamé sonriéndome—. ¡Pasión! ¡Embriaguez! ¡Demencia! ¡Todo esto es letra
muerta para vosotros, impasibles moralistas! Condenáis al borracho y detestáis al loco con la
frialdad del que sacrifica, y dais a Dios, como el fariseo, porque no sois ni locos ni borrachos.
Más de una vez he estado ebrio, más de una vez me han puesto mis pasiones al borde de la
locura, y no lo siento, porque he aprendido que siempre se ha dado el nombre de beodo o
insensato a todos los hombres extraordinarios que han hecho algo grande, algo que parecía
imposible. (…)¡Vergüenza para vosotros los que sois sobrios!.
¡Siempre extravagante!—dijo Alberto—. Todo lo exageras, y esta vez llevas la humorada
hasta el extremo de comparar con grandes acciones el suicidio, que es de lo que se trata, y
que sólo debe mirarse como una debilidad del hombre; porque, indudablemente es más fácil
morir que soportar sin tregua una vida llena de amarguras. Estuve a punto de cortar la
conversación: no hay nada que me ponga más fuera de mí que razonar con quien sólo
responde trivialidades, cuando yo hablo con todo mi corazón. Sin embargo, me contuve (…).
Le repliqué con alguna viveza: "¿A eso llamas debilidad? ¿Te atreverías a llamar débil a un
pueblo que gime bajo el insoportable yugo de un tirano, si al fin estalla y rompe sus
cadenas? Un hombre que al ver con espanto arder su casa, siente que se multiplican sus
fuerzas, y carga fácilmente con un peso que sin la excitación apenas podría levantar del
suelo, un hombre que, furioso de verse insultado, acomete a sus contrarios y los vence: a
estos dos hombres, ¿se los puede llamar débiles?" Créeme, amigo mío: si los esfuerzos son
la medida de la fuerza, ¿ por qué un esfuerzo supremo ha de ser otra cosa?” (…)
Goethe, J.W. Werther. Madrid. EDAF. 1997. Página 76 y ss.
9. •Manifestación de lo romántico en las artes.
•Sinestesia, Colaboración y fraternidad entre las artes.
John Constable. La catedral de Salisbury vista a través de Franz von Lenbach. Richard Wagner. 1881. Émile Bayard Primera Edición de los
los campos. 1824. National Gallery Galería de la ciudad de Munich Miserables. 1886. Colección privada.
10. “Genio Romántico”.
Aquel que posee destreza creativa tal capaz de condensar en su obra, todos los
ideales propios de su tiempo, desde un punto de vista íntimo, a la vez que
visionario.
Thomas Phillips. William Blake. 1807.
Theodore Gericault. Artista en su estudio. Thomas Phillips. Lord Byron de Albanés.
National Portrait Gallery, London
1818. Louvre, Paris. 1835. National Portrait Gallery, London.
11. Características constitutivas del imaginario romántico.
• Preponderancia de lo sensible por sobre lo racional.
• Exteriorización de las emociones.
Pierre A. Vafflard. Emma y Eginardo,
o las argucias del amor. 1809.
Museo de Evreux. Francia.
Girolamo Domenichini. La condena de Hugo y Parsina. 1836. Galeria de Arte Moderna. Ferra.Italia.
12. •Espíritu rupturista, rebelde y revolucionario.
•Liberalismo: Participativo o Evasivo.
Eugene Delacroix. Grecia sobre las ruinas. 1826. Museo de Bellas Artes de Burdeos .
13. “El dolor del mundo, el misterio del universo, los ímpetus hacia lo sublime del
amor y del heroísmo, las desolaciones y desesperaciones por las soñadas e
inconseguibles felicidades, los paseos bajo la luna amiga, las hamleticas visitas
a los cementerios, la palidez romántica, las barbas y las melenas románticas, el
estilo romántico, estas y otras cosas semejantes proporcionaban indicios de
espíritus rebeldes, de los cuales había que esperar y temer que conspiraran en
las sombras y se levantaran en armas apenas se presentara coyuntura.”
Croce, Benedetto. Historia de Europa en el siglo XIX. Madrid. M Aguilar. 1933.
Johan Christian C. Dahl. Mañana tras una noche de tormenta. 1819. Giovanni Migliara. Guardia Cívica de Milán intenta
Museo Neue Pinakothek, Munich. dispersar a la multitud concentrada en el Palacio Real.
1814. Museo Di Milano.
14. •Admiración por lo sublime y monumental.
Hubert Robert .Ruinas con obelisco a la distancia.
William Blake. Pablo y Francisca. 1817. Museo y Galería de Arte, Birmingham
1775. Museo Pushkin.
15. •Tendencia al paisaje y protagonismo de la naturaleza.
John Constable. El carro de Heno. 1821. National Gallery. J. M.W. Turner: El temerario remolcado a dique seco .1839. National Gallery.
“Por ello su paisaje, no es nunca un paisaje escueto: sobre él, alrededor de él,
hay algo que el ojo no ve, pero que el corazón no puede dejar de adivinar: La
tristeza, el misterio, la melancolía”.
Díaz, Plaja. G. Introducción al estudio del Romanticismo Español. Madrid. Espasa Calpe. 1936.
16. •Búsqueda de lo divino y celestial.
Paul Delaroche. Joven Mártir Cristiana. 1855. Louvre. Paris
17. •Idealismo e individualismo, la importancia del “yo”.
Franz Xaver Winterhalter. Hippolyte Flandrin. Joven desnudo sentado en una roca. 1836. Louvre, Paris.
La emperatriz Isabel de Austria con estrellas de diamantes
en su pelo. 1864. Palacio imperial, Hofburg, Viena
18. •Revalorización de lo antiguo: Edad Media, tradición y mito.
Edición ilustrada de Nuestra Señora de Paris
Jean Leon Gerome. Anacreonte, Baco y el Amor.1848. Musee des Augustins. Toulouse
(Notre-Dame de Paris) de 1844-
Perrotin Garnier Frères
19. •Utilización de la fantasía, sueño e imaginación.
Anne-Louis Girodet de Roussy. Ossian recibe en Walhalla a lo generales de Las Republica. (Apoteosis de los soldados
franceses caídos en la guerra de liberación.) 1802. Museo Nacional de la Malmoison. Paris
20. •Interés por el pasado y la historia.
Henry Raeburn. Walter Scott. 1822. National Galleries of Scotland Franz Pforr. Entrada de Rodolfo de Habsburgo en Basilea en 1273. 1809-10. Städel
21. •Conocer y ilustrar hábitos y costumbres.
Francisco de Goya. El baile de San Antonio de la Florida. 1777. Museo del Prado
22. •Atracción por las ruinas.
Caspar David Friedrish. Templo de Juno en Agrento. 1830. Museum fur Kunst und Kulturgeschichte
23. •Orientalismo, gusto por lo exótico.
Eugene Delacroix. El Mulay Abderraman,
Sultán de Marruecos, saliendo de su palacio de Meknes rodeado de su guardia. 1845.Musée des Augustins Toulouse
25. Romanticismo español.
Antonio María Esquivel. Reunión de poetas. 1846. Museo del Prado.
26. “Entre nosotros en un año solo (1830) hemos pasado, en política, de Fernando VII, a
las próximas Constituyentes, y en Literatura de Moratín a Alejandro Dumas; y es de
tener en consideración que el clasicismo aristotélico y horaciano había tenido tiempo
de cansar al público francés desde el siglo de Luis XIV hasta Napoleón.”
Diaz, Plaja. G. Introducción al estudio del Romanticismo Español. Madrid. Espasa Calpe. 1936
Jenaro Perez Villaamil. El Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela
Federico Madrazo. Autoretrato. 1840.
1849. Palacio de Moncloa. Madrid.
Goya Museum, Paris.