El documento analiza el uso del humor social en la novela Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez. Explica que el autor utiliza situaciones cómicas para reflejar las problemáticas que afectaban a la sociedad macondiana y caribeña colombiana. También compara el estilo humorístico de García Márquez con el de otros autores como Cervantes, conocido por su uso de la ironía y la paradoja. Finalmente, argumenta que el humor en la obra sirve como una forma de enfrentar y aliviar la dura realidad retr
Presentación Pedagoía medieval para exposición en clases
Humor social en Cien años de soledad
1. HUMOR SOCIAL EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD
“El hombre sufre tan
terriblemente en el mundo que
se ha visto obligado a inventar
la risa”
F. Nietzsche.
Risa y humor encajan muy bien en la propuesta narrativa de García Márquez, pues
en ella sus personajes sufren las inclemencias del olvido, el aislamiento, las guerras civiles
y la presencia de la compañía bananera, pero los personajes de Macondo asumen todo esto
de un modo estoico y en este el humor lacerante como es el caso de la prohibición del
incesto. José Arcadio sentenciosamente le responde a su esposa: “si has de parir iguanas,
criaremos iguanas” (García Márquez, 2007, p. 32). Desde el humor se entiende cómo son
las relaciones en los personajes de Cien años de soledad (1967) ya que Úrsula no concibe
parir iguanas, pero esta sentencia la remite a una reflexión sobre el incesto. ¿Existe una
relación con lo social? Sí, en la medida que encierra y contiene un alto sentido con el
devenir de Macondo y en él la familia Buendía determinante en los acontecimientos
culturales como la llegada de la pianola, la llegada de Mr. Brown y con él la presencia de la
compañía bananera. Al respecto dice el coronel: “-Miren la vaina que nos hemos buscado-
solía decir entonces el coronel Aureliano Buendía-, no más por invitar a un gringo a comer
guineo” (García Márquez, 2007, p. 262).
2. Ahora bien, este trabajo pretende generar una breve aproximación al humor social
en Cien años de soledad, estilo al cual recurre el ilustre García Márquez en su novela, y
por medio de este refleja y enfrenta al lector a esas problemáticas que aquejan a los
personajes macondianos, porque es con la presencia del humor en la obra donde números
autores tales como: Aristófanes con sus grandes comedias como Las Tesmoforias (411 a.C)
y Las ranas (405 a.C), François Rabelais con su novela Gargantúa y Pantagruel (1532), o
el máximo exponente de la literatura hispanoamericana Miguel de Cervantes Saavedra con
su obra cumbre El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605), buscan a través
del humor la crítica, la denuncia y la creación de una reflexión de las diversas situaciones
de su contexto.
El Diccionario de uso del español de María Moliner (2007) define el humor como:
“un estado de ánimo de una persona, habitual o circunstancial, que le predispone a estar
contenta y mostrarse amable, o por el contrario, a estar insatisfecha y mostrarse poco
amable” Un ejemplo de estado de ánimo que presenta la anterior definición puede
observarse en la resignación con que el coronel Aureliano Buendía expresa: “nos estamos
volviendo gente fina” (García Márquez, 2007, p. 244), ante los numerosos cambios que
Fernanda está sometiendo a la familia Buendía.
3. De acuerdo con lo anterior, se encuentra Gómez de la Serna con su ensayo titulado
“Humorismo” (1931) donde expone que el humor más que un género literario, es un género
para la vida, una actitud frente a la vida. Y es allí precisamente donde García Márquez nos
presenta su obra cargada de un tinte humorístico como en el ejemplo de la expresión de
resignación del coronel Aureliano frente a los diversos cambios que una mujer como
Fernanda lleva acabo en los Buendía, puesto que la actitud de todo un emprendedor de
guerras, un guerrero dispuesto al fusilamiento de todo aquel que sea su enemigo, se torne
resignado hacia la conversión que los lleva Fernanda. Conversión que no está de acuerdo,
pero que al fin y al cabo termina aceptándola como si nada pasase.
Debido a, que la situación humorística también va más allá de criticar el afán de una
mujer por convertir a una familia desordenada en un modelo de familia “fina” y una
respuesta resignada de un coronel. Tal como afirma Rafael Núñez:
El mensaje humorístico crea una imagen de su autor, deja entrever su postura ante
la realidad, su valoración de los grupos humanos, su actitud ante los conflictos y los
problemas de la sociedad y de la vida. (1984, p. 275).
García Márquez enfatiza en estos cambios para que el lector dé cuentas de cómo la
imitación de unos modelos extranjeros hacen del acto natural de la comida todo un acto
extravagante, tanto como afirma el mismo autor en la obra “y llamó tanto la atención de los
4. vecinos, que muy pronto circuló el rumor de que los Buendía no se sentaban a la mesa
como los otro mortales” (García Márquez, 2007, p. 44).
En la continua búsqueda de la definición del humor, se encuentra una especialista
filóloga española que hace un barrido en los estudios principales sobre teóricos de dicho
tema y además expone su principal estudio sobre qué es el humor. Entonces, en palabras
de Isabel Iglesias en “Sobre la anatomía de lo cómico” plantea que
… el humor también es una especie de espejo -a menudo distorsionador de
imágenes- que refleja la sociedad de cada época y de cada zona. En el mensaje
humorístico, los personajes se consideran a menudo representantes de un grupo, un
pueblo, una clase social y sirven para poner de manifiesto el carácter, las
preocupaciones o la visión de mundo de ese grupo. (2000, p. 441).
Ese espejo que nos refleja nuestra realidad permeado por la magnificencia de la narración
de García Márquez es un espejo que capítulo a capítulo refleja la sociedad macondiana, pues en
ella hay un juego entre un pasado y un presente en una especie de paralelismo o espejos
enfrentados. Y parar ir más allá, es el reflejo de la sociedad caribeña de Colombia, y aunque es
innegable que el humor esté ligado al carácter cultural, el autor nos expone un espejo que a partir
de esta cultura el lector encuentra ese componente que agrega el Premio Nobel colombiano para la
creación de una conciencia colectiva de las preocupaciones o la visión de mundo en esta cultura, en
nuestra cultura.
5. El sentido del humor es una cualidad que atañe a todos los seres humanos, es un
fenómeno presente en todas las culturas y es exclusivo de cada ser, el humor no es el
mismo para todos, depende de cada persona. De esta manera, el humor se entiende como el
estado de ánimo y predisposición que tiene una persona frente a las diversas situaciones que
enfrenta en su contexto.
Asimismo, el humor es utilizado como recurso literario en donde los autores
plasman una problemática de su contexto encajada en líneas con tintes irónicos, paradójicos
y de situaciones de comicidad con el objetivo de denuncia, de crítica y de generar
conciencia, especialmente sobre situaciones sociales, políticas y culturales en la sociedad a
la que pertenecen.
El humorismo del premio nobel colombiano está en una estrecha relación con el
humorismo cervantino, porque es allí precisamente donde las principales referencias de
algunos de los héroes de García Márquez toman forma de la herencia de Cervantes, o cómo
se definiría, que un revolucionario se alce en armas y pierda todos sus enfrentamientos: “el
coronel Aureliano Buendía promovió treinta y dos levantamientos armados y los perdió
todos”. (García Márquez, 2007, p. 125). Al igual que el hidalgo armado caballero por su
locura y decide enfrentarse a gigantes que en realidad son molinos de viento y el resultado
se prevé de antemano:
6. La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí,
amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con
quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a
enriquecer; que ésta buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de
sobre la faz de la tierra. (De Cervantes Saavedra, 1995, p. 82).
La relación de herencia que tiene el personaje marquesiano con el personaje
cervantino no es literal, no está la literatura de caballería en la obra del colombiano, pero sí
su modo de ironía y paradoja, con una fuerte presencia en ambos autores.
El indudable reconocimiento histórico en las líneas de Cien años de soledad, no
hace que se deslegitime la impresionante capacidad imaginativa de García Márquez sino
que se insiste en ese modo peculiar en el que la fantasía, la imaginación del autor se ve
reflejada en cierto modo por la presencia de la realidad. De acuerdo con esto la
estadounidense Gemma Roberts plantea: “Porque la fantasía cómica de García Márquez en
Cien años de soledad no representa la anulación, sino el antídoto de la áspera realidad, ya
que ésta se inserta subrepticiamente en medio de las imaginaciones más fantásticas y de los
elementos míticos de la novela”. (1976, p. 709).
El antídoto a esa áspera realidad es una novela cargada de humor, donde el autor de
Cien años de soledad presenta diversas situaciones de comicidad para limar de cierta
manera esa realidad perturbadora que sumerge a los habitantes de Macondo que a su vez
puede identificarse con la sociedad del Caribe colombiano, con un objetivo que a manera
7. subjetiva propongo, el cual es el no dejar en el olvido parte de la historia de esta sociedad,
puesto que, según un adagio popular “el que no conoce su historia está condenado a
repetirla”, bien lo dice la novela, es evitar que la estirpe colombiana no sea condenada a
cien años de soledad, “porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una
segunda oportunidad sobre la tierra”. (García Márquez, 2007, p. 471).
Por consiguiente, el desconocimiento del humor en la obra de García Márquez
puede ser objeto de obviar una de las principales cualidades de su obra. Tal como así lo
afirman Pellicer y Saldaña:
El humor, ese componente intrínseco del hombre caribeño, resultado de la filosofía
saludable, desinhibidora, en términos freudianos, y resumida en la expresión “a la
cubana”, como el propio Márquez ha matizado en alguna ocasión, es uno de los
soportes más característicos y básicos para entender con mayor amplitud la obra del
colombiano universal. (1992, p. 405).
El desconocimiento del humor en las líneas de la obra del Nobel colombiano no
permite el sentimiento de goce que el lector encuentra cuando es atento y sigue de cerca las
acciones de los habitantes de Macondo, o cómo puede explicarse que José Arcadio Buendía
es considerado en un principio el patriarca juvenil tal como puede observarse en la
siguiente cita
8. Al principio, José Arcadio Buendía era una especie de patriarca juvenil, que daba
instrucciones para la siembra y consejos para la crianza de niños y animales, y
colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena marcha de la
comunidad. (García Márquez, 2007, p 17).
Con la anterior descripción de José Arcadio se demuestra ese espíritu de líder que
lucha para la buena marcha de su comunidad, espíritu por el cual es configurado como
patriarca. Sin embargo, páginas más adelante, el apellido Buendía queda en ridículo por
causa del primogénito de éstos, José Arcadio Buendía (hijo) se convierte en el contrario de
su padre, pues en la novela se advierte que de un patriarca luchador por el bien de su
comunidad, llega un usurpador el cual se adueña de las tierras de sus vecinos con el simple
alegato de que su padre cuando las repartió estaba loco
Se decía que empezó arando su patio y había seguido derecho por las tierras
contiguas, derribando cercas y arrancando ranchos con sus bueyes, hasta apoderarse
por la fuerza de los mejores predios del contorno. A los campesinos que no había
despojado, porque no le interesaban sus tierras, les impuso una contribución que
cobraba cada sábado con los perros de presa y la escopeta de dos cañones. (García
Márquez, 2007, p. 137).
Claramente en una lectura atenta se encuentra esta paradoja, puesto que en un
comienzo la novela presenta ese fundador como un personaje equitativo, emprendedor,
como una especie de patriarca juvenil, y solamente unos capítulos más adelante el lector se
encuentra con el hijo de este patriarca convertido en un usurpador y no basto con esto,
García Márquez introduce a Arcadio como una especie de dictador que permite y no solo
9. eso, sino que ayuda a que su padre saque beneficio del poder que tenía él en esos
momentos.
Con la intención de que el lector disfrute la lectura de la novela, García Márquez
provee de un rico humor que sirve aún más para el beneplácito, tal es el caso de la
exposición de un personaje como lo es José Arcadio Buendía, hombre primitivo, ávido de
conocimiento que ante la presencia de un objeto nuevo en la casa, la pianola tienta la
inquietud científica, investigativa el cual la toma y desbarata pero al ser hombre primitivo
le es imposible componerla nuevamente
Dos días antes de la fiesta, empantanado en un reguero de clavijas y
martinetes sobrantes, chapuceando entre un enredijo de cuerdas que
desenrollaba por un extremo y se volvían a enredar por el otro. Consiguió
malcomponer el instrumento. (2007, p. 77).
Nuevamente el autor de Cien años de soledad refleja ese constante espejo a modo
de paralelismo entre el pasado y el presente, entre lo viejo y lo nuevo. La llegada de la
pianola a la familia Buendía representa esa era de cambio, de innovación de la cual Úrsula
hace uso de su poder y con esto demuestra ese poder adquisitivo, esa ostentación de la cual
podía disfrutar la familia. Pero un objeto que sirve para la demostración de poder y también
10. para gozo de sus poseedores se convierte en todo lo contrario “pero más amarga fue la
desilusión de Úrsula cuando colocó el primer rollo para que Amaranta y Rebeca abrieran el
baile, y el mecanismo no funcionó” (2007, p. 78). Una amarga desilusión seguramente
porque el objetivo de la ostentación que tenía previsto no funcionó y para aumentar la pena
es ridiculizada por culpa de la inquietud investigativa de su marido.
En una paráfrasis al colombiano Nelson Castilla en su texto titulado Breve
aproximación al humor en Cien años de soledad, cuarenta años después (2008), el humor
es ese componente intrínseco en la estructura de la narrativa de García Márquez de la cual
cumple funciones marcadamente ideológicas, un ejemplo es la burla y critica que realiza el
autor a la sociedad opulenta, pues Fernanda representa en la novela la otra cara de la cultura
caribeña, educada para ser reina, de familia recatada y conservadora expone un monólogo
donde idealiza a su padre
…imagínese, ni más faltaba, con la hija única y bienamada de doña Renata Argote
y don Fernando del Carpio, y sobre todo de éste, por supuesto, un santo varón, un
cristiano de los grandes, Caballero de la Orden del Santo Sepulcro, de esos que
reciben directamente de Dios el privilegio de conservarse intactos en la tumba, con
la piel tersa como raso de novia y los ojos vivos y diáfanos como las esmeraldas.
—Eso sí no es cierto —la interrumpió Aureliano Segundo—, cuando lo trajeron ya
apestaba. (García Márquez, 2007, p. 369).
11. Con este pasaje, el autor demuestra que a pesar de la diferencia social, el ser
humano está ligado al mismo destino, el destino de la muerte, de la descomposición y que
ni siquiera un “Caballero de la orden del Santo Sepulcro” escapa a la putrefacción de su
cadáver.
A manera de refuerzo, una cita del estudio de Nelson Castilla resume el eje central
de este planteamiento
El humor —esto es, observar la realidad al revés— constituye un elemento íntimo,
imperceptible, de la realidad, instrumento sutil para captar al ser humano en sus
diferentes facetas de su condición humana. Gabriel García Márquez, a la manera del
genio, del ser privilegiado concebido por Lucien Goldmann, ve ese humor en un
tipo de cultura determinada, el Caribe colombiano. Como instrumento de crítica,
García Márquez lo utiliza para burlarse del poder, de la injusticia, o como
salvaguardas de algunos personajes con los cuales se siente solidario. En algunos
casos para mostrar el dolor, la humanización. (2007, p. 2).
El humor social en Cien años de soledad constituye ese elemento íntimo, se
convierte en un instrumento sutil para la captación de los diferentes estados de la condición
humana. Y la manera que haya el Nobel colombiano es por medio de la cultura caribeña,
que gracias a que pertenece a ésta realiza un vasto recorrido sobre el interminable humor y
que recoge en sus personajes macondianos. A través de la cultura del Caribe colombiano,
García Márquez hace del humor un instrumento de crítica al poder, a la injusticia, al dolor a
través de la burla. Bibliografía
12. Bibliografía
De Cervantes Saavedra, Miguel. (1995). El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha. España: Editorial Ramón Sopena.
García Márquez, Gabriel. (2007). Cien años de soledad. Bogotá: Edición
Conmemorativa Real Academia Española. Asociación de Academias de la Lengua
Española. Editorial Alfaguara.
Gemma Roberts. (1976). el sentido cómico en Cien años de soledad. Cuadernos
Hispanoamericanos, 312, pp. 708-722
González Robayna, M. (2009). El elemento lúdico en la obra de Gabriel García
Márquez. Tesis de literatura. Universidad de las Palmas de Gran Canaria. España.
Iglesias, I. (2000). Sobre la anatomía de lo cómico: recursos lingüísticos y
extralingüísticos del humor verbal. Recuperado de
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/pdf/11/11_0439.pdf
María Moliner. (2007). Diccionario de uso del español (3ra ed.). Consultado en:
http://www.diclib.com/cgi-
bin/d.cgi?p=humor&page=search&l=es&base=&prefbase=&newinput=1&st=&diff
_examples=1&category=cat4#.U5XlD3J5PDU
Castillo Pérez, Nelson. (2007). Breve aproximación al humor en Cien años de
soledad, cuarenta años después. En: Revista trimestral de estudios literarios, 7 (32),
1-7.
13. HUMOR SOCIAL EN CIEN AÑOS DE SOLEDAD
EDINSON MAURICIO CASTRO MORENO
DOCENTE: HERNANDO MOTATO
LITERATURA LATINOAMERICANA I
UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
ESCUELA DE IDIOMAS
BUCARAMANGA, 2014