1. INMUNOCOMPETENCIA
Capacidad de Responder al Contacto con un
Antígeno Mediante una Reacción Inmune
Especifica
Introducción
La inmunocompetencia es la capacidad del linfocito para
reconocer y contrarrestar con eficacia el antígeno específico:
se cree que el ejercicio moderado mejora la
inmunocompetencia.
El Sistema Inmune actúa gracias a la participación de
diferentes poblaciones celulares conocidas como células
inmunocompetentes. Estas células, que mayoritariamente
son leucocitos, que encuentran en todo el organismo y
principalmente en los órganos linfoideos.
Estos órganos linfoides, se comunican entre sí a través de la
circulación sanguínea y linfática que es por donde circulan
estas células de unos lugares a otros. Esto hace posible el
encuentro de las células inmunocompetentes con los
antígenos y además que ellas mismas interactúen, aspectos
éstos que son necesarios para una respuesta inmune
adecuada.(1)
Órganos y Tejidos Productores de Células
Inmunocompetentes
En los órganos primarios se generan los linfocitos T y B
inmunocompetentes. La inmunocompetencia se adquiere
cuando los linfocitos maduros forman los genes funcionales
para el receptor del antígeno por reconocimiento de los
segmentos genéticos V (variable), D (diversidad), J (unión) y
C (constante) originándose genes productivos que codifican
las cadenas pesadas y ligeras de las inmunoglobulinas,
receptoras para antígenos del linfocito T (TCR). Dada la
naturaleza estocástica de este proceso, se formaran no solo
receptores para antígenos extraños que son seleccionados
positivamente sino también para componentes propios del
organismo, por tanto deben existir mecanismos capaces de
eliminar los linfocitos B y T “autoagresivos”. La
inmunocompetencia también implica la expresión de otras
moléculas correceptoras en la superficie tanto de los
linfocitos B (Igα e Igβ) como de los linfocitos T (proteínas del
complejo CD3, CD4, CD8) necesarias para la correcta
transmisión de las señales de activación celular. Así, los
linfocitos maduros recién formados migran de los órganos
linfoides primarios a los órganos y tejidos secundarios por vía
sanguínea o linfática.
En los órganos secundarios se dan las condiciones
ambientales para los linfocitos B (macrófagos fagocíticos,
varios tipos d APCs, entramado celular de los órganos) para
que los linfocitos B y T inmunocompetentes recién formados
puedan interaccionar entre sí y con los antígenos, y de ese
modo generar y diseñar una respuesta inmune adaptativa
celular y/o humoral especifica. Cada órgano linfoide
secundario es el encargado de controlar una determinada
región del organismo. El bazo reacciona frente a antígenos
llegados por vía sanguínea, los ganglios linfáticos frente a
antígenos circulantes en la linfa absorbidos a través de la piel
(ganglios superficiales) o de vísceras internas (ganglios
profundos) y el MALT frente a los antígenos que atraviesas
la mucosa ya que se trata de una vía de entrada de
microorganismos muy importantes.(2)
Células Inmunocompetentes
Neutrófilos
Poseen un alto número de gránulos citoplasmático;
comprenden entre el 35 % y el 75% de los leucocitos del
torrente circulatorio humano. Estas células tienen diferentes
tipos de gránulos lisosomales: 1. Azurófilos o primarios, los
cuales contienen mieloperoxidasa, elastasa, catepsina,
lisozima, hidrolasas acidas y un número apreciable de
proteínas antimicrobianas como las defensinas, 2. gránulos
específicos o secundarios, que contiene lactoferrina,
proteasas y proteínas de membrana del sistema NADPH
oxidasa, y 3. gránulos terciarios que son ricos en gelatina.
Los neutrófilos así como las demás células fagociticas, son
parte esencial del sistema inmune. Son la primera barrera de
defensa en los tejidos ante la presencia de amplia variedad
de microorganismos, particularmente aquellos que producen
infecciones extracelulares. Reconocen y unen las partículas
que van a ser fagocitadas gracias a la presencia de
receptores de membrana que identifican microorganismos
opsonizados por fracciones del complemento, por antígenos
o por otras moléculas como proteína C reactiva. Además la
función de los gránulos aporta al fagosoma gran variedad de
enzimas con diversas propiedades líticas o que permiten
generar agentes microbicidas a partir de los ROIS, también
se ha demostrado que tienen capacidad de producir
radicales derivados del óxido nítrico sintasa.
También tienen un papel importante en la respuesta
inflamatoria y de fase aguda que acompaña a la mayoría de
los procesos infecciosos, gracias a que producen diferentes
mediadores de la inflemacion que incluyen citosinas,
prostaglandinas y leucotrienos.(3)
Eosinófilos
Corresponden del 2 al 5% de los leucocitos de la sangre en
los individuos sanos no alérgicos. Generalmente, los
eosiófilos circulantes tienen un núcleo bilobulado y muchos
gránulos citoplasmáticos que se tiñen con colorantes ácidos
como la eosina.(4)
Tienen mayor presencia en los tejidos del aparato
respiratorio, gastrointestinal y genitourinario. Secretan el
contenido de los granulos al espacio extracelular, lo cual se
debe a que estas células responden fundamentalmente a
infecciones producidas por organismos demasiado grandes
para ser fagocitados, tales como los parasitos intestinales.
Esta degranulación ocurre como consecuencia de la
presencia en su membrana plasmática de receptores Fe para
IgE e IgG y de receptores para C3b, lo cual permite la unión
de estas células a los organismos que han sido cubiertos con
estos anticuerpos o con fracciones del complemento. De esta
manera, se induce la liberación de las moléculas contenidas
en los gránulos, entre las que se encuentran la proteína
básica mayor y la proteína catiónica del eosinófilo. Además
se activa la explosión respiratoria y la producción de diversos
ROIS.(3)
UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE MEDICINA
Autor: CEVALLOS BRAVO GENESSIS JULEXY Coautor: Dr. JORGE CAÑARTE
2. Basófilos y mastocitos
Los basófilos y mastocitos tienen notables semejanzas
fenotípicas y funcionales, pero se consideran células
diferentes, a los basófilos se le encuentra en cantidades muy
pequeñas en la circulación, y representan menos del 0.2%
de los leucocitos circulantes, mientras que los mastocitos
que no se encuentran en la circulación, no tienen mucha
características que los diferencien de los basófilos, pero
muestran algunas características morfológicas distintas(4),
una distribución exclusivante en los tejidos. Además tipo de
células contienen gránulos que se tiñen intensamente con
colorantes básicos. Existen dos formas de mastocitos,
aquellos de los tejidos conectivos y los mastocitos de las
mucosas.
Los mastocitos y basófilos actúan principalmente como
iniciadores y amplificadores de la respuesta inflamatoria,
pues producen y liberan gran cantidad de mediadores
químicos que se desencadenan y mantienen los cambios
hemodinámicos y celulares de esta respuesta. Existen varios
mecanismos que permiten la activación de estas células
durante un proceso inflamatorio o cuando se presenta una
respuesta inmune. Uno de estos depende de la interacción
de antígenos con las moléculas de IgE que se encuentran
unidas a los receptores Fe de alta infinidad para la IgE
presentes en la membrana de los mastocitos y basófilos.
Una vez el antígeno se une a la IgE, se produce un
entrecruzamiento de varias moléculas para desencadenar
señales desde los FeRe que finalmente llevan a la activación
de estas células. Este tipo de activación es la que media la
respuesta alérgica.(3)
Monocitos-Macrófagos.
Los monocitos son células mieloides que maduran hasta
convertirse en macrófagos y en células de la familia de los
macrófagos con diferentes funciones y localización en los
tejidos.(6)
Los macrófagos constituyen poblaciones heterogéneas
distribuidas en diferentes tejidos y órganos que son
responsables de numerosos procesos inmunológicos,
metabólicos e inflamatorios, tanto en condiciones normales
como en patológicas. Se originan de la medula ósea a partir
de la célula madre o pluripotencial. Al salir de la médula ósea
los monocitos permanecen en circulación por unas 24 horas,
para luego pasar de los vasos a los tejidos en donde se
transforman en macrófagos.(5)
Los macrófagos participan activamente tanto en los
mecanismos de la inmunidad innata con la fagocitosis y
producción de citoquinas, como en la inmunidad adquirida
con la destrucción de los microorganismos fagocitados y
presentación de antígenos. Desempeñan varias funciones en
la respuesta inmune. Primero tienen que procesar y
presentar el antígeno a las células inmunocompetentes. En
segundo lugar, los macrófagos actúan como poderosas
células efectoras, apareciendo como respuesta frente a
productos de activación. En tercer lugar, los macrófagos
producen una serie de factores solubles que influyen
enormemente en el crecimiento y funciones de leucocitos y
células no linfoides como fibroblastos, células musculares
lisas y células endoteliales.(7)
Dentro de las funciones que cumplen los macrófagos en la
inmunidad mediada por células tenemos:
Función Citotóxica. Elmacrófago juega un papel muy
importante frente a las células malignas, su activación
por parte de los linfocitos y la presentación de
anticuerpos, generan un proceso de citotoxicidad
mediada por anticuerpos gracias al cual pueden
destruir las células tumorales.
Función Secretora. En la cual compiten con el hígado
por la gran cantidad de mediadores y factores que
pueden producir.
Los macrófagos en inmunopatología. Si no logra
eliminar el microorganismo o la presencia de éste, lo
activa en forma prolongada ocasionando una hiper-
producción de citoquinas pro-inflamatorias lo cual
puede producir u proceso inflamatorio crónico.(5)
Los macrófagos mejoran su capacidad microbicida por medio
de su activación. Esta activación puede provocar por:
Productos microbianos los cuales causan:
- Activación directa de monocitos y macrófagos.
- Activación indirecta: Los macrófagos sin activar
liberan citoquinas que a su vez activan a los
macrófagos.
Posterior activación por citoquinas producidas por
linfocitos T ayudadores.
El macrófago activado es capaz de destruir los
microorganismos fagocitados, las células tumorales y las
células infectadas por virus.
Fases de la Respuesta Inmune en las que Participan los
Macrófagos.
En la defensa inicial frente al patógeno. El macrófago
sin activar tiene su capacidad fagocttica basal. Al
mismo tiempo secreta citoquinas que ayudan a otras
células.
En la presentación del antígeno. Actúa como célula
presentadora para linfocitos T que a su vez se
activan secretando citoquinas.
En la fase efectora el macrófago se activa por
citoquinas lo cual va a potenciar sus actividades
antimicrobianas, antitumorales y de secreción de
citoquinas.(7)
Citoquinas con acción sobre los macrófagos.
Interleucina 1 (IL-1) Es producida en grandes cantidades por
macrófagos. Media una actividad proinflamatoria. Se han
identificado dos genes que codifican productos de similar
actividad biológica IL.1 alfa e IL-1 beta. La IL 1 alfa
predomina en los macrófagos, mientras que la IL-1 beta
predomina en los queratinocitos.(7)
Factor inhibidor de la migración de los macrófagos
(MIF). Sustancia que tiene la capacidad de activar los
macrófagos y al mismo tiempo suspender sus
movimientos a fin de que se acumulen en el sitio de
ataque del antígeno. (6)
Factor Armador o activador de los macrófagos
(MAF).Es la sustancia que se pone en contacto con
los macrófagos y modifica sus procesos metabólicos
haciéndolos más agresivos.
El caso más demostrativo de su efecto está en el estudio de
la función de los macrófagos frente al bacilo de la
tuberculosis. La acción bactericida de los macrófagos contra
este bacilo es muy débil durante primer contacto hasta el
3. punto en que el bacilo puede sobrevivir y reproducirse dentro
del macrófago.(6) Únicamente cuando los linfocitos han
reconocido el bacilo y han desarrollado el proceso
inmunológico contra ellos, la producción de MAF enseñara al
macrófago a destruir al bacilo.(7).
Células NK
Son términos de LGL y linfocito NK (células agresoras
naturales o Natural Killer) son prácticamente sinónimos y
constituyen el 5-15% de las células mononucleadas de la
sangre periférica en personas sanas, tienen un tamaño algo
superior al de los típicos linfocitos pequeños y una
granulación azurófila en su citoplasma. Los LGL son muy
importantes en los primeros momentos de un infección vírica,
cuando el virus se está multiplicando y todavía no se ha
desarrollado la respuesta de linfocitos T. Su misión,
considerada como perteneciente al sistema de inmunidad
natural, es decir destruir células anormales (neoplásicas o
infectadas) y contener la infección hasta que el sistema de
linfocitos T se encuentre plenamente operativo.
Una de las principales funciones biológicas de las células NK
es la de destruir células que carecen de CPH clase I. dado
que el bloqueo de la expresión de CPH en la célula infectada
es una estrategia viral para burlar al sistema inmunitario, eso
les convierte en un mecanismo alternativo de defensa
antiviral y, en determinadas ocasiones, de defensa
antitumoral, ya que algunas células tumorales también
pierden la expresión de CPH clase I y se convierten asi en
dianas de los NK.
Los receptores KIR (Killer cell Immunoglobulin-like
Receptor), como el Ly-49, al unirse al CPH de las hipotéticas
células diana, apaciguan a las células NK citotóxicas. Si la
célula carece de CPH, el receptor KIR dejara de transmitir la
señal inhibitoria y la celula NK desencadenara el mecanismo
efector citolítico sobre la celula diana. Los genes de los
receptores KIN son polimórficos, con gran diferencia
interindividual, diferentes polimorfismos se han asociado con
diversas presentaciones clínicas de la infección por virus de
la familia de los herpes. Asimismo, los linfocitos NK poseen
receptores activadores, KAR (Killer Activation Receptor), que
reconocen diversos antígenos microbianos. El linfocito NK
posee, además, la capacidad de amplificar la respuesta de
inmunidad, especifica o adaptativa, de anticuerpos, esta
capacidad viene dada por la existencia de receptores para
FC de la IgG en su membrana (CD16). Esta aptitud para
recocer anticuerpos constituye el nexo de la célula NK con la
inmunidad adaptativa.
Fenotípicamente, las moléculas que definen a los linfocitos
NK son CD94, CD56 y CD16.(10)
Células NKT
Las células T citolíticas naturales (NKT, natural killer T cell)
constituyen una subpoblación celular que comparte
características con las células NK y las células T. La mayoría
de las células NKT expresan un receptor TCR con una
cadena alfa invariante y elmarcador NK1.1 de las células NK.
El receptor TCR invariante está restringido a su interacción
con glicolípidos presentados por la molécula MHC CD1d.
Cuando se activan a través de su TCR, las células NKT
responden raidamente con la producción de altas cantidades
de IL-2, IFNy, TNFa, e IL-4, un patrón mixto de citosinas tipo
1 y 2. Como las células NK, tiene actividades citotóxica,
participan en la inmunidad anti-viral y anti-tumoral y en
rechazo de trasplantes, además de que están implicadas
tanto en el desarrollo como en el control de diversas
enfermedades autoinmunes.
Otras células con participación en la expresión y regulación
de la respuesta inmunitaria son las células cebadas y los
eosinófilos, los basófilos podrían jugar un papel similar al de
las células cebadas.(8)
Células dendríticas
Las células dendríticas se reconocen como las células
presentadoras del antígeno más eficientes del organismo y
por esto se han utilizado como adyuvantes para mejorar las
respuestas inducidas con diversos antígenos, incluyendo los
antígenos tumorales en la inmunoterapia del cáncer. Sin
embargo, aparte de su morfología dendrítica y de su
indiscutible efecto adyuvante superior, las DC no son muy
diferentes de las otras células accesorias y comparten con
ellas varias características, algunas de ellas más marcadas
en algunas células que otras. Dentro de estas características
están las siguientes:
Tienen una morfología dendrítica
Estimulan las respuestas T (CD4 y CD8) especificas
después de su contacto con el antígeno.
Expresan en su membrana altos niveles de antígenos
MHC clase II (los coestimuladores de los linfocitos
CD4) y clase I (los coestimuladores de los linfocitos
CD8).
Pueden presentar antígenos procesados y no
procesados.
Producen las interleucinas IL-1, IL-6, IL-12 e IL-18, que
estimulan las respuestas proliferativas y productivas de
las células T.
Poseen moléculas coestimuladoras, como las
moléculas B7-1 y B7-2 (CD80 y CD89), cuyo ligando
es la molécula CD28 en las células T, y la molécula
CD40, cuyo ligando en las células T es la memoria
CD40-L.
Exhiben moléculas de adhesión como Man-1, LAF e
ICAM.
Expresan receptores para Fc de IgG y para C3bi.
Expresan la molécula DEC-205, un receptor análogo al
receptor para manosa de los macrófagos que
participan en la captura y endocitosis de
microorganismos.(8)
Linfocitos T.
Derivan de un precursor presente en la médula ósea, el cual
madura en el timo durante la época fetal y el primer periodo
del nacimiento. La especificidad de los linfocitos T maduros
se adquiere en el timo, donde aprenden a diferenciar entre lo
propio y lo extraño.
Dentro del timo las células T progenituras se diferencian bajo
la influencia de hormonas ttmicas en subpoblaciones de
células T, después de ésta diferenciación en el timo las
células sufren procesos de selección positivos y negativos
que culminan en la retención de aquellas células específicas
a los antígenos extraños.
- Selección Positiva. Consiste en seleccionar los
timocitos que tengan la capacidad de reconocer las
moléculas de HLÁ (antígeno Leucocitario Humano)
4. - Selección Negativa. Es el proceso por el cual se
destruyen los linfocitos con capacidad de reconocer
los antígenos propios y atacarlos. De no ocurrir éste
proceso se desarrollarían afecciones
autodestructivas.
- Generación de sub-poblaciones de Linfocitos T.
Poco después de que los timocitos inicien su
migración de la corteza a la médula del timo,
adquieren en forma simultánea las moléculas CD-4,
CD-8 y se conocen como células doble positivas.
Posteriormente los linfocitos con gran afinidad por las
moléculas HLA-I son eliminadas por apoptosis para
evitar que después reaccionen contra lo propio. Los
que tienen poca afinidad se convierten en CD4- y
CD8+ que son conocidos como linfocitos citotóxicos.
Los linfocitos con afinidad por el HLA-II son
igualmente eliminados, los de poca afinidad se
convierten en CD4+y CD8- y se los conoce como
linfocitos T CD4, linfocitos T Ayudadores o Linfocitos
THelper.(9)
Los linfocitos T, presentan diferentes perfiles fenotípicos y
funcionales. En función de la expresión de las moléculas CD4
y CD8, se distingüendos subpoblaciones diferentes:
Los linfocitos T CD4+ no constituyen una población
homogénea. De acuerdo con su perfil funcional, determinado
fundamentalmente por el particular patrón de citosinas
producido, se distinguen tres grupos de linfocitos T CD4+ :
Th1
Th2
T reguladores (TR)
Los linfocitos Th1 y Th2 no provienen de linajes diferentes de
células T CD4+ . Se diferencian en uno u otro sentido según
el perfil de citocinas presentes en el órgano linfático
secundario, sitio donde las células dendríticas activan a los
linfocitos T vírgenes. La presencia de IL-12 y citocinas
relacionadas promueve la diferenciación de los linfocitos T
CD4+ en un perfil Th2.
Las células Th2 colaboran con los linfocitos B y permiten su
correcta activación, expansión y diferenciación a plasmocitos
productores de anticuerpos. Por tanto, cumplen un papel
central en la respuesta inmune humoral y, por consiguiente,
en la inmunidad frente a bacterias extracelulares e
infecciones virales. Por otra parte, tienen una función
destacada en la inmunidad antiparasitaria en los tejidos
periféricos al inducir eosinófilos, basófilos y mastocitos.
Las células Th1 median la activación de los macrófagos y
constituyen, además a la activación y expansión de linfocitos
T CD8+ citotoxicos. Participan asi en la inmunidad frente a
patógenos intravesiculares, mediante su capacidad de
inducir la activación de macrófagos y frente a las infecciones
virales, por su capacidad de promover el desarrollo de
respuestas T CD8+ citotoxicos. (6)
Linfocitos B
Son células especializadas en la producción de anticuerpos.
Se desarrollan a partir de la CHP y, una vez maduros,
expresan el receptor de las células B, que consiste en
inmunoglobulinas de membranas asociadas a otras
moléculas.
También tienen receptores para las lectinas pokewreed
(presentes solo en linfocitos B) y fitohemaglutinina que, se
deben recordar, también tienen los linfocitos T. su
denominación como linfocitos B se debe a su origen en la
medula osea. Los linfocitos B maduros circulas por la sangre
y el sistema linfático y, cuando encuentran el antígeno para
el que son especificas sus inmunoglobulinas de membrana,
experimentan una serie de cambios madurativos
caracterizados por proliferación y diferenciación hacia
células secretoras de anticuerpos, que secretan grandes
cantidades de inmunoglubulinas con las mismas regiones
variables que las expresan en la membrana antes de ser
estimulados por el antígeno. Los linfocitos B, tanto en reposo
como activados, expresan CPH de clase I y también CPH de
clase II.
Las principales moléculas que forman parte del receptor de
las células B, son las siguientes:
Inmunoglobulina. Generalmente es IgM, pero
también puede ser IgD
CD19. Forman un complejo con el CD21 que
contiene una tirosincinasa.
CD21. Receptor para fragmentos C3d del
complemento y virus Epstein-Barr.
En el proceso de activación del linfocito B, del mismo modo
que en el T, es necesaria la interacción de otras moléculas
de membrana, además del propio receptor de antígeno.
Linfocito B CD5+. Una subpoblación de los linfocitos B
maduros expresa la molécula CD5, que paradójicamente es
característica de las células T, y se les denomina linfocitos B-
1. La población mayoritaria de linfocitos B (linfocitos B-2) no
expresan en su membrana la molécula CD5. Estos linfocitos
B CD5+ secretan abundante IgM y algo de IgG e IgA.(10)
Los linfocitos B-1, expresan en su membrana altos niveles de
moléculas CD5 e IgM, proliferan en respuestas a
autoantigenos y antígenos externos sin la participación de las
células T, participan de manera importante en la inmunidad
innata al secretar anticuerpos IgM naturales, sin necesidad
de inmunización previa, y se encuentran en grandes
números en el peritoneo, en los ganglios linfáticos
mesentéricos y en el tejido linfoide asociado a las mucosas
del tracto digestivo. Los linfocitos B-2 exhiben en su
superficie moléculas IgM pero no moléculas CD5.
Reconocen antígenos dependientes de T, son las células B
más abundantes en los órganos linfoides en general, son
reguladores en su función por citicinas derivadas de las
células T, y efectúan con eficacia el cambio de clase de los
anticuerpos que producen (IgM, IgD, IgG, IgE, IgA).(8)
Respuesta Inmune
La respuesta inmunitaria abarca el conjunto de procesos que
desarrollan las células del sistema inmunitario cuando
penetra una sustancia inmunológica en el organismo. En la
elaboración de esta respuesta hay una serie de fases:
1. Reconocimiento del antígeno
2. Identificación, activación y expansión de los
escasos linfocitos específicos para dicho antígeno,
formando clones.
3. Diferenciación efectora de las células del sistema
inmunitario.
4. Desarrollo de la respuesta: acción de las células, o
sus productos (anticuerpos), sobre el antígeno.
5. Clásicamente, se distinguen dos grandes tipos de respuesta
efectora:
RESPUESTA HUMORAL, desarrollada por los
linfocitos B y coordinada por los TH2
RESPUESTA CÉLULAS, desarrollada,
fundamentalmente, por los linfocitos T citotoxicos y
coordinada por los TH1; puede ser muy
heterogénea.(10)
Fases de la Respuesta Inmunitaria.
La respuesta inmunitaria mediada por células se divide en
tres fases:
Fase de Reconocimiento. Esta fase consiste en la unión del
antígeno extraño a receptores específicos presentes en la
superficie de los linfocitos T.
Fase de Activación. Se inicia después del reconocimiento
del antígeno a través del receptor especifico de los
linfocitos T (TCR o T cell receptor)
En primer lugar se produce una proliferación del clon
de los linfocitos antígeno-específico con la
consecuente amplificación de la respuesta protectora.
En un segundo momento la generación de linfocitos
estimulados por el antígeno y una vez proliferados
sufren una diferenciación en:
Células Efectoras: Las que tienen la función de
eliminar el antígeno y una vez cumplida su
función mueren.
Células Memoria: Estas sobreviven y se
mantienen en alerta, preparadas a responder a
una nueva exposición al mismo antígeno que las
activó.
Fase Efectora. Los linfocitos estimulados
específicamente por el antígeno desarrollan la función de
eliminarlo.(11)
Antígenos
Antígeno es cualquier macromolécula capaz de inducir una
respuesta inmunitaria específica. Las células que responden
son linfocitos, que poseen receptores de superficie capaces
de reconocer específicamente determinadas estructuras
moleculares, denominadas determinantes antigénicos o
epitopos, de forma que la totalidad de los linfocitos de un
mamífero asegura el reconocimiento de varios millones de
especificidades distintas. Por tanto, la primera condición que
una molécula debe poseer para ser antígeno es la posesión
de epitopos. Pero, además, se requiere cierto tamaño
molecular y cierta complejidad estructural. Una molécula
pequeña, aunque posea uno o más epitopos, no es capaza
de inducir una respuesta inmunitaria, si bien será capaz de
reaccionar con anticuerpos específicos para sus epitopos.
Esto permite disociar dos propiedades de los antígenos: la
inmunogenicidad y la especificidad. Las moléculas de mayor
tamaño, carecen de inmunogenicidad, pero, por poseer
epitopos, conservan especificidad, se denominan heptanos.
Si un heptano se conjuga con una proteína de suficiente
tamaño, el conjunto se comporta como un antígeno y es
capaz de inducir respuestas especificas frente al heptano.
Los antígenos son, mayoritariamente, proteínas, que reúnen
las condiciones necesarias de tamaño, complejidad
estructural y presencia de epitopos. Los polisacáridos
ramificados también pueden ser buenos antígenos, mientras
que los lípidos no destacan por sus propiedades antigénicas.
(12)
Los Anticuerpos, Adaptadores Específicos
Los procesos evolutivos diseñaron una molécula adaptativa
con la capacidad intrínseca para activar el sistema de
complemento y estimular las células fagociticas y adherirse
al microorganismo agresor. La molécula adaptadora: el
anticuerpo; contiene tres regiones principales, dos que
constituyen la parte constante con función biológica (BIOL)
activa el complemento y el fagocito; y la porción con la
unidad de reconocimiento para el microrganismo extraño
(REC) varia de un anticuerpo a otro. La parte del adaptador
con función biológica es constante, pero cada uno de los
cientos de miles de microorganismos diferentes se una
porción de reconocimiento especial. En consecuencia, el
cuerpo debe elaborar millones de adaptadores con sitios de
reconocimiento diferentes, los adaptadores son moléculas
que con estima denominamos anticuerpos.(13)
Estructura de los anticuerpos
Para mantener el mecanismo de generación de la diversidad
es imprescindible el conocimiento de las estructuras de los
anticuerpos. Existen tipos de anticuerpos que se denominan
isotipos: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE. A su vez la IgA y la IgG se
dividen en subisotipos. Así, existen la IgA1 y la IgA2 y las IgG
1, 2, 3 y 4. (14)
Los Receptores para Antígeno
Como se mencionó, los linfocitos utilizan proteínas de
superficie especializadas para el reconocimiento de
antígenos. Aunque estos receptores son distintos en los
linfocitos T y B, ambos poseen un origen evolutivo común: la
estructura básica denominada "dominio tipo
inmunoglobulina". Este versátil bloque estructural evolucionó
mediante procesos de duplicación y divergencia de un gen
ancestral, originando un amplio grupo de proteínas llamado
en la actualidad "superfamilia de las inmunoglobulinas". La
misma incluye no solo a los citados receptores, sino también
moléculas accesorias muy relevantes como CD3, CD4, CD8,
moléculas de histocompatibilidad clase I y clase II, moléculas
de adhesión intercelular, y muchas otras. (15)
Los linfocitos B utilizan inmunoglobulinas de membrana (mlg)
como eje central del complejo proteico que funciona como su
receptor para antígeno, produciendo posteriormente estas
mismas proteínas en forma secretada -los anticuerpos-
durante su etapa terminal de células plasmáticas. Las mlg se
encuentran formando un complejo multimolecular con el
heterodímero de membrana lg-/lg-, capaz de iniciar la
activación del linfocito B ante el reconocimiento del antígeno.
Las inmunoglobulinas tienen la capacidad de reconocer o
unirse a antígenos de cualquier naturaleza química, tanto en
su estado nativo, como desnaturalizados. Los antígenos
pueden encontrarse libres (solubles) o en las superficies de
células y partículas. En términos generales, los epitopos
reconocidos por los linfocitos B tienden a ser regiones
altamente expuestas de los antígenos, de naturaleza
hidrofílica, relativamente móviles, y frecuentemente
conformacionales. Sin embargo, la amplia capacidad de
reconocimiento de las inmunoglobulinas permite que se
genere también una importante respuesta contra fragmentos
6. desnaturalizados de los antígenos que surgen de los
procesos degradativos, por lo que muchos epitopos B son
secuenciales. (16)
Por otra parte, los linfocitos T maduros se diferencian en dos
subpoblaciones principales: los que expresan la proteína
CD4, con funciones primordialmente reguladoras de la
actividad de numerosos tipos celulares (linfocitos Th o
cooperadores), y los que expresan CD8, que al activarse
adquieren un fenotipo citotóxico (Tc), con pocas
excepciones. La mayoría de los linfocitos T maduros (95%
en sangre y linfa) utilizan un receptor para antígeno
denominado TCR. Una población menor de linfocitos T,
concentrados en ciertos sitios anatómicos, utiliza el TCR, aún
poco caracterizado. Por esta razón, la mayor parte de la
información sobre el reconocimiento de antígenos por los
linfocitos T se refiere al TCR oo.
A pesar de su homología con las inmunoglobulinas, el TCR
se distingue de estas tanto a nivel estructural como funcional.
Después de años de intenso estudio, se determinó que el
TCR solo reconoce fragmentos peptídicos de los antígenos
cuando se encuentran asociados a las moléculas del
complejo principal de histocompatibilidad (CPH) en la
superficie de otras células. Esto significa que el TCR no es
capaz de interaccionar eficazmente con formas solubles o
libres del antígeno. Implica además que el antígeno debe ser
de naturaleza proteica, y ser procesado o fragmentado en
péptidos para dar inicio al reconocimiento y activación de los
linfocitos T. En consecuencia, los epitopos T son
secuenciales o continuos. De hecho, el análisis de los
epitopos T en las proteínas muestra que son segmentos
generalmente poco expuestos en la superficie, con al menos
una porción hidrofóbica, con longitudes de 8-11 o de 12-25
aminoácidos, dependiendo de su asociación con moléculas
del CPH clase I o clase II, respectivamente (17)
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