En publicaciones anteriores tratamos dos temáticas: interdisciplinariedad y paradigma de la complejidad. En esta publicación profundizaremos la relación que existe entre ambas, la cual permite entender la aparición de nuevas corrientes en el campo educativo.
Interdisciplinariedad y Paradigma de la Complejidad
1. INTERDISCIPLINARIEDAD Y PARADIGMA DE LA COMPLEJIDAD
Fuentes:
Ander−Egg, E. (1994). Interdisciplinariedad en educación. Buenos Aires: Magisterio
Bottomore, T. (coord.) (1983). Interdisciplinariedad y ciencias humanas. Madrid:
Tecnos/UNESCO.
Morin, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. París:
Organización de las Naciones Unidas.
Verdejo, P. y Freixas, R. (2009). Educación para el pensamiento complejo y competencias:
Diseño de tareas y experiencias de aprendizaje. En: Estrategias para el desarrollo de
pensamiento complejo y competencias en el aula. Trabajo presentado en la Primera reunión de
trabajo de Innova Cesal, Mendoza, Argentina.
Desarrollo:
Ander−Egg (1994) considera que la interdisciplinariedad remite a la idea de interacción,
intercambio y cruzamiento de saberes y competencias entre especialistas o profesionales de
diferentes disciplinas, trabajando en equipo para lograr un objetivo común. E decir, se
produce el encuentro y la cooperación entre dos o más disciplinas, aportando cada una de
ellas sus propios esquemas conceptuales, su forma de definir los problemas y sus métodos de
investigación (Bottomore, 1983). Entre otras razones el abordaje interdisciplinar surge de la
idea que la realidad es compleja. En este sentido, pueden considerarse dos paradigmas. El
paradigma de la simplificación está instalado en todos los aspectos de la vida de los seres
humanos e implica tomar un rasgo por el todo y a la búsqueda, consecuente, de causalidades
lineales. Entonces, complejizar la realidad, es decir, operar desde un paradigma de la
complejidad significa ir más allá de un pensamiento lineal y percibir la riqueza de la realidad
que se observa. En este sentido, Morin (1999) señala que: “La simplificación es la barbarie
del pensamiento. La complejidad es la civilización de las ideas”.
La lógica de la complejidad parte del hecho que no hay respuestas simples a cuestiones
complejas. Esto implica aprender a pensar la complejidad, lo que también significa aprender a
pensar interdisciplinariamente. Para ello, Ander—Egg (1994, p. 59) señala que es necesario
tener en cuenta los siguientes aspectos:
Asumir la ambigüedad y ambivalencia de cada aspecto o fragmento de la realidad y que
está en la naturaleza misma de los fenómenos sociales y en la trama misma de la
existencia.
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2. Comprender el principio de la polaridad (que no significa oposición o conflicto).
Aceptar la complejidad de toda causalidad, expresada en la poli-causalidad de todos los
fenómenos, en donde las inter-retroacciones se combinan y, además, chocan entre sí, al
mismo tiempo que sufren determinaciones exteriores.
Tener un visión poli-ocular de cada fenómeno y de cada realidad.
Comprender el proceso de autoorganización. Se trata de un proceso que genera efectos o
productos necesarios para su reconocimiento, su regeneración, su reproducción.
Entender que en cada circunstancia hay una infinidad de variables que están actuando
simultáneamente.
En cuanto al ámbito educativo, las ideas principales correspondientes al paradigma de la
complejidad, son entre otras, las siguientes:
Propone, a partir del concepto de la complejidad, distintas ideas que provienen de
diversas vertientes científicas, que tienen la finalidad de enriquecer la operatoria en las
aulas.
Plantea la necesidad de pensar en términos de interacciones no lineales, lo cual ofrece la
posibilidad de salir de círculos viciosos del pensamiento. Esto permite que surja un
pensamiento fluido que evita caer en la cristalización del conocimiento, pero también es
necesario fijar una orientación para no perderse en un laberinto de ideas.
Se refiere a un pensamiento enfocado en contextualizar y totalizar las informaciones y los
conocimientos.
Pone en relieve que todo conocimiento es una construcción de la mente
Introduce la incertidumbre en la elaboración del conocimiento
Se interroga, entre otros aspectos, sobre qué evaluamos en el ámbito educativo cuando se
recorta la realidad, cuando se ve solamente una parte del todo.
El paradigma de la complejidad propone una reforma de la educación con la finalidad de
integrar saberes aislados y, además, desarrollar el pensamiento complejo. Como señalamos
anteriormente, esto está asociado al concepto de interdisciplinariedad. El abordaje de la
educación a partir del desarrollo del pensamiento complejo se fundamenta en la concepción
de que la realidad es compleja e incierta. Esta idea implica que los estudiantes deben, en
primer lugar, alcanzar una comprensión profunda de la realidad. Además, tienen que
desarrollar la capacidad de resolver un amplio rango de problemas de manera creativa,
conjuntamente con el desarrollo del pensamiento crítico y la integración del conocimiento, la
reflexión y la acción (Verdejo y Freixas, 2009).
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