Este documento presenta una introducción al pensamiento social y sociológico. Explica las diferencias entre gnoseología y epistemología, y cómo estas afectan la construcción del objeto de estudio en las ciencias sociales versus las ciencias naturales. También analiza el contexto histórico y social en el que emergieron las ciencias sociales, particularmente con la Revolución Industrial y Francesa, y la necesidad de explicar los nuevos problemas sociales, económicos y políticos que surgieron con la modernidad.
Desde los comienzos en la política de Perón con el Golpe del '43, la elección como presidente, sus dos presidencias analizadas desde los punto vista económico y político y los motivos del golpe del '55.
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ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
5. 5
El presente libro es la segunda versión del
manual Introducción al análisis sociológico, editado
por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Lomas de Zamora en el año 2002. El sentido
de aquel trabajo es continuado en el presente y expresa el
propósito de proporcionar a los estudiantes de la Facultad
de Ciencias Sociales las herramientas pertinentes para
facilitar el desarrollo del curso introductorio al análisis
sociológico.
Consideramos relevante producir un texto
que tome en consideración el particular conjunto de
conceptos, teorías y problemas que caracterizan a dicho
curso introductorio y que, en ese sentido, se convierta
en un instrumento eficiente de aprendizaje. Con ese
propósito, este libro sigue los contenidos propuestos en
la estructura de nuestro programa de estudios, que consta
de los siguientes puntos fundamentales:
1. La dimensión gnoseológica y epistemológica;
en particular la vinculada con las ciencias sociales.
2. Una aproximación a la obra de los autores
clásicos y sus concepciones fundamentales.
3. El estudio de los principales paradigmas de la
sociología y sus respectivas visiones de la sociedad.
4. La comprensión del contexto sociopolítico
actual y sus transformaciones institucionales.
Los distintos capítulos han sido realizados por el
equipo de docentes de la cátedra. A modo de homenaje
al Licenciado Carlos Melli, querido compañero ya
desaparecido, preservamos la introducción que realizó
para la primera edición antes mencionada.
6. 6
Prof. Roberto R. Montenegro
Prof. Titular
Cátedra de Introducción a la Sociología.
9. 9
En el ámbito de la teoría del conocimiento, es
posible es¬tablecer una diferenciación entre dos ámbitos:
el gnoseológico y el epistemológico. Gnoseología es
una palabra com¬puesta, la podemos definir como la
teoría del conocimiento en general, esto incluye todos
los saberes científicos y aquellos que no adoptan este
carácter. Epistemología es la rama filosófica que se
pregunta qué es el conocimiento, cómo se conoce;
alude directamente al método utilizado en el proceso
de conocimiento. Esto nos va a servir para entender
cómo en las diferentes corrientes del pensamiento social
aparece la necesidad de construir diferentes métodos
para el abordaje del objeto.
Entendemos por epistemología a la ciencia que
estudia los métodos científicos; por lo tanto, esto significa
el méto¬do utilizado en el proceso de conocimiento. Vale
preguntarse: ¿cómo conozco lo que conozco? Consiste
en la construc¬ción de las categorías de análisis que el
cientista social va a utilizar en la investigación de los
fenómenos sociales. Además, cuando nos referimos
al conocimiento, lo defi¬nimos como una relación:
conocer implica siempre una re¬lación entre un sujeto
(que conoce) y un objeto conocido.
A lo largo de la historia de las ideas, hubo dos
grandes escuelas: el realismo y el idealismo. En el
realismo, la característica más importante es que el objeto
existe independientemente del sujeto. Este objeto ocupa
un tiempo y un espacio determinado, independientes del
sujeto. En el realismo, se conoce a partir de una función
contemplativa del sujeto. En esta relación el sujeto actúa
como un elemento pasivo, mientras que el objeto actúa
corno el elemento determinativo, porque es el que da
10. 10
las características a esta relación. Es decir que el objeto
está ahí, afuera; sólo hay que acercarse con una batería
de instrumentos para poder conocerlo. El sujeto sólo
participa en la reconstrucción de este objeto fuera de
sí mismo: se establece una relación especular. Cuanto
mejor sea este espejo, cuanto mejor se re¬fleje esta
imagen del objeto, más verdadera es la ciencia que lo
explica. El realismo tuvo dos vertientes: el racionalismo
y el empirismo. En el racionalismo, el objeto es abordado
desde la razón, toma como base la lógica cartesiana. A
su vez, en el empirismo, es abordado desde los sentidos,
es decir, desde la experiencia sensible. En estas dos
vertientes, el objeto sigue siendo determinativo en la
relación de conocimiento.
En el idealismo, el objeto abandona este lugar
determinante de las características del conocimiento.
El acento va a estar puesto en el sujeto; por lo tanto,
se invierte esta relación al pasar a ser el sujeto el que
determina la construcción del conocimiento. Es el sujeto
el que construye el ámbito de la objetividad. Estas
distinciones en el ámbito del conocimiento nos sirven
para lograr una adecuada comprensión de lo social,
puesto que, según la escuela (realismo o idealismo) a la
que se adscriba un autor o una corriente de pensamiento
determinada, distinta va ser la construcción de la teoría
sustantiva de lo social. Cuando hablamos de la teoría
sustantiva de lo social nos referimos a la explicación
de las categorías, explicación que consiste en las
definiciones conceptuales acerca de la sociedad, de lo
social. Por lo tanto, podemos afirmar que esta teoría es
la respuesta que da un autor a las preguntas: ¿qué es lo
social?, ¿qué es la sociedad?
11. 11
En las ciencias sociales en general y en la
sociología en particular, el elemento diferenciador
con otras ciencias como por ejemplo con las ciencias
naturales, es que en aquéllas debe construirse el objeto.
El objeto de estudio de la sociología se construye,
mientras que en ¡as ciencias naturales el objeto de
estudio aparece como un elemento dado, aparece
como “data”, como cosa. Por ejemplo, en la biología,
definida genéricamente como la ciencia que estudia a
los seres vivos, éstos se nos aparecen “objetivamente”,
concretos, por lo tanto están “ahí”; podemos abordarlos
en la relación de conocimiento. Sin embargo, en las
ciencias sociales el objeto de estudio no se nos aparece
como elemento dado, sino bajo una sola forma: como
construcción. Como construcción teórica producto
de un proceso de elaboración realizado por el dentista
social. Por lo tanto, el objeto de estudio aparecerá como
un concepto construido, corno una abstracción. Esto
se muestra claramente, por ejemplo, en el concepto de
“clases sociales”.
Estos dos elementos: la epistemología (¿cómo
conozco?) y la construcción propia del objeto (¿qué
conozco?), es lo que da a la sociología el carácter
particular de ciencia. Podemos distinguir aquí dos
momentos de análisis: uno subjetivo, cuando el dentista
social construye, define el objeto social a estudiar, cuando
selecciona la problemática social como objeto; y un
segundo momento, cuando el investigador lo objetiviza
a través del método.
Existe la discusión acerca del carácter científico
o no de las ciencias sociales y de la sociología en
particular. Esta discusión emerge desde el mismo
12. 12
momento del surgimiento de la sociología, a fines del
siglo XVIII. Por lo tanto es necesario tener en cuenta,
también, el conjunto de condiciones histérico-sociales
y los elementos dominantes del contexto histórico del
proceso constitutivo de las ciencias sociales, del proceso
constitutivo del conte¬nido y la forma de interpretar lo
social,
Contexto sociohistórico de emergencia de las ciencias
sociales
En el proceso histórico de constitución de
las ciencias sociales debe destacarse lo siguiente:
constitución del sujeto como unidad teórica. Cuando
se plantea la idea del sujeto como unidad de análisis de
lo social, como nueva unidad teórica, se produce una
ruptura con la vieja concepción de lo social. Esta nueva
concepción se dio con el ingreso en la modernidad.
Momento de ruptura con el viejo orden; pasaje del
sujeto contemplativo al sujeto productor. Se empieza a
estudiar al hombre como consecuencia de las grandes
transformaciones que sucedieron en Europa a finales del
siglo XVIII y principios del siglo XIX.
En el mundo antiguo y medieval el sujeto era
percibido como contemplativo, estaba en comunión
con la naturaleza, no le estaba permitido explicarla,
esto era sólo patrimonio de Dios; por lo tanto, había
una predeterminación metafísica en el proceso de
conocimiento. Este conocimiento se veía mediatizado
por la estructura jerárquica de conocimiento religioso.
En la modernidad, el sujeto deja de ser contemplativo y
pasa a ser productor. Sujeto productor que no sólo tiene
que ver con la producción en general (burguesía), sino
13. 13
también con el proceso de conocimiento. A partir de este
momento, el conocimiento no se contempla, se produce.
El hombre produce su propio objeto de conocimiento.
Podemos ver aquí la relación que existe entre la
teoría y la práctica social. Relación que se explica,
fundamentalmente, con la ruptura de lo teológico, y a
través de esto, con la necesidad de buscar una respuesta
secular.
Es decir, las ideas fundamentales y constitutivas
de la sociología surgen a partir del quiebre con el viejo
orden, como consecuencia del pasaje del feudalismo
al capitalismo. Es precisamente como consecuencia
de la instauración de la modernidad donde aparecen
las “ideas elementos” que conformaron la sociología.
Por ello se puede afirmar que la sociología es hija de
la Revolución Industrial y de la Revolución Francesa.
Surge como respuesta a la crisis que provocó la caída del
viejo régimen, como respuesta a los nuevos problemas
que planteaba el industrialismo y la consolidación de la
democracia revolucionaria.
A partir de estos procesos históricos que
significaron un momento de inflexión en la historia de
la humanidad, las ciencias sociales tuvieron la necesidad
de encontrar respuesta a estas crisis y, a su vez, buscar
una explicación a las nuevas formas políticas, sociales
y económicas que venían desarrollándose. Donde los
marcos teóricos, hasta entonces producidos, no la daban.
Así también, buscan un marco nuevo para la proyección
de la resolución de la nueva problemática que se estaba
desarrollando.
Si bien el surgimiento de la sociología europea
lo podemos tomar a partir de finales del siglo XVIII
14. 14
y principios del siglo XIX; estas nuevas ideas, que
implicaron la constitución de una nueva ciencia social,
son el resultado de un largo proceso histórico que
podemos rastrear desde el siglo XV. Proceso histórico
que podemos definir como historia de las ideas. Ideas y
pensamientos dispersos que confluyen y se rearticulan
en ese momento en una nueva manera de pen¬sar lo
social.
Condiciones históricas del surgimiento de las ciencias
sociales
Las ideas que podernos definir, por ejemplo,
como vertientes, son aquellas que desde el siglo XV
se fueron formando a partir de la estructuración del
pensamiento científico establecido por Galileo (1564-
1642), con la utilización del método matemático y
experimental, estableciendo relaciones de causalidad.
Es decir, establecieron un “universo comprensible” y
analizable sobre la base del “lenguaje matemático”.
Esto llevó como consecuencia a la unidad conceptual
entre la ciencia y la técnica, hasta entonces separadas,
lo cual implicó la conformación de lo “tecnológico”
corno instrumento de transformación. En el ámbito de la
economía, en el siglo XV, comenzó la expansión oceánica
que tuvo como protagonistas a España y Portugal. Este
fenómeno provocó cambios en la estructura económica
europea, básicamente con la interrupción el comercio
con Oriente.
En el ámbito de la política se consolido el poder
centralizado en la monarquía absoluta: el poder político
que estaba disperso entre los feudos se concentró en
manos de los reyes. El proceso de centralización y
15. 15
concentración del poder político, que se dio en Europa,
implicó la creación de las unidades nacionales. Como,
por ejemplo, en España, se produjo la unión de Castilla
y Aragón; en Inglaterra se consolidó a través de la
monarquía de los Tudor después de la “Guerra de las dos
Rosas”. Proceso de unificación necesaria para llevar a
cabo el proyecto de colonización ultramarina, en donde
se necesitó el poder de un Estado unificado, y por lo
tanto fuerte, para desarrollar un ejército numeroso con
capacidad económica para sostenerlo. Esto significó el
levantamiento de las fronteras internas, la unificación de
las leyes y el control único de las aduanas.
En cuanto a la producción, se dio un proceso
de concentración del trabajo urbano bajo la forma de
pequeñas unidades productivas (talleres). Este tipo de
producción impulsó el desarrollo de la manufactura,
creando las condiciones para el surgimiento de la
burguesía productora. Es decir, creando las condiciones
para el paso de la burguesía comercial a la burguesía
productora. En las zonas rurales comienzan a romperse
loslazosfeudales,relacióncuyosactoresmásimportantes
eran el señor feudal y el campesinado servil. Esta ruptura
trajo como consecuencia el surgimiento de diferentes
formas de propiedad de la tierra por algunos sectores
del campesinado, llevando así también a un proceso de
concentración en la producción rural y creando grandes
latifundios como grandes unidades productivas que serán
el sustento del desarrollo urbano y de la industrialización
rural. También se produjo un acelerado proceso de
inmigraciones del campo a la ciudad. La burguesía, que
necesitaba mano de obra para desarrollar la industria
manufacturera, ofrecía en las ciudades trabajo asalariado.
16. 16
Se consolidaba así el poder de la burguesía mientras se
debilitaba el poder de la nobleza.
Es en este contexto, como vimos, donde se
modifica la estructura productiva: mientras en las zonas
rurales se resquebrajan los lazos sociales, la relación
social de producción feudal, en las zonas urbanas se
acelera el crecimiento de la producción industrial, con
una demanda de mano de obra que se cubría en su
mayoría por los sectores que iban del campo a la ciudad.
Los desarrollos tecnológicos y científicos produjeron
cambios en las formas de producción y a su vez en la
estructura del pensamiento. La Revolución Industrial
implicó transformaciones en las relaciones de producción
y el surgimiento de una sociedad de clases.
En Inglaterra el desarrollo de la industria
textil, con la invención del telar mecánico, provocó la
eliminación del propietario de los pequeños talleres. En
consecuencia el trabajador independiente se convirtió en
asalariado. Las fábricas que se ubicaban en las ciudades
generaron un desarrollo urbano que transformó la
estructura espacial, .apareciendo las ciudades como una
nueva problemática de lo social. Esta transformación
estructural dio lugar a que, en aquellos países donde se
consolidó la unidad nacional (condición necesaria para la
producción a gran escala), el desarrollo capitalista fuera
mayor. Mientras que, por otro lado, en los países donde la
unidad nacional tardó en consolidarse, como por ejemplo
Italia y Alemania, el ingreso en el capitalismo se dio en
forma tardía. En el caso de Alemania, que se encontraba
fragmentada en Estados y principados independientes,
donde la Iglesia ostentaba el monopolio institucional, el
proceso de concentración política se dilató. Es en este
17. 17
contexto donde sur¬ge el movimiento crítico llamado la
Reforma, cuyo líder fue Martín Lutero (1483-1546).
En cuanto al pensamiento político religioso de
la Reforma protestante, lo podemos sintetizar como
la oposición al monopolio institucional de la Iglesia
medieval, lo cual implica la independencia de las
concepciones teológicas de lo política; por lo tanto,
es la actividad religiosa disociada de la actividad
política. Separación que produjo el desplazamiento de
la mediación de la jerarquía eclesiástica a la esfera de
la individualidad. Esto a su vez provocó una pérdida de
poder de estos sectores a favor de la autonomía de la
política. El aporte fundamental de este movimiento en
las ideas revolucionarias del siglo XVIII, fue ubicar al
sujeto como constructor de su propia religiosidad sin
mediación de la instrucción eclesiástica. Italia también
se encontraba fragmentada en diferentes Estados
independientes, que al competir económicamente
entre sí obstaculizaban el desarrollo de la producción
a gran escala; y. por otro lado, frenaban el proceso de
consolidación de unidad nacional, que garantizara a la
bur-guesía las condiciones necesarias para la producción
y la competencia con otros países donde el proceso de
unidad nacional y constitución del poder centralizado ya
se había dado.
Es en este contexto, surgió la teoría de
Maquiavelo (1469-1527), expresando la necesidad de un
poder centralizado y la idea de Nación (Estado) italiana
que permitiera el desarrollo. Además, la constitución
de la teoría con objeto propio independiente de la
ética y la religión, que podemos definir como la lucha
permanente por el poder en una realidad cambiante.
18. 18
Maquiavelo intenta “desteologizar la política”,
construyendo nuevas categorías de análisis, dándole un
lenguaje propio a la política como ciencia, enfatizando
los conceptos de movimiento y de cambio. Pone en
discusión, por primera vez, conceptos como poder y
control político. Maquiavelo es redescubierto por el
pensamiento decimonónico porque establece al sujeto
como constructor de una nueva ciencia que rompe con
la estructura de la moral de su época en pos de una ética
secular.
A partir del siglo XVII, Europa se encontraba
bajo un proceso de cambio y de crisis, que llevó a la
necesidad de explicar los nuevos movimientos sociales
a partir de una ciencia racional, ya que no podían ser
explicados desde lo teológico. Es así como aparecen
teóricos sociales que, por un lado, tratan de explicar
cómo la estructura social no surge a par¬tir de un
mandato divino sino que es producto de la activi¬dad
humana; y, por otro, se encuentran ante la necesidad de
buscar herramientas lógico-metodológicas para entender
los procesos que se dan en el interior de esa estructura.
Es así como surge una escuela que se dio en llamar
el Contractualismo, cuya problemática fundamental
era el orden sociopolítico basado en el contrato entre
los hombres y entre estos y el soberano. Los autores
más destacados de esta corriente de pensamiento son
Thomas Hobbes (1588-1679), John Locke (1632-1704),
Montesquieu (1689-1755) y Jean-Jacques Rousseau
(1712-1778).
19. 19
Thomas Hobbes
Escribe en Inglaterra en el siglo XVIII, en el
mismo momento en que se producen enfrentamientos
económicos, políticos y religiosos, que desembocaron
en la Revolución Industrial. La doctrina política de
este autor, expuesto fundamentalmente en el Leviatán
(palabra que hace referencia a un monstruo de carácter
bíblico), parte del “estado de na-turaleza”. El estado de
naturaleza del hombre es previo a la existencia de la
sociedad y del Estado. Este momento se caracteriza por
naturaleza antisocial, egoísta e irracional del hombre en
su estado más primitivo. Describe así la guerra de todos
contra todos, en donde “el hombre es naturalmente el
lobo del hombre”.
Este estado de irracionalidad, al ser el hombre
un ser racional, es abandonado en búsqueda del orden y
la organización política. Si bien el hombre se encuentra
en libertad plena, en ese estado de naturaleza, la razón
le indica que debe encontrar mecanismos para frenar
la condición de anarquía e irracionalidad en la cual se
encuentra. Esto se logra mediante un pacto, un contrato
social. Un pacto en el cual todos renuncian a su libertad
natural y se someten a un nuevo poder: el Estado, el
Soberano. A través del contrato, los hombres aceptan
el poder único del Estado que va a garantizar el orden
social, convirtiéndose en súbditos sin ningún derecho,
ya que éstos eran transferidos al Estado.
En el contrato hobbesiano, los hombres renuncian
a sus derechos para la manutención del orden que les
garantice la seguridad y el fin de la anarquía. El ejercicio
del poder absoluto por parte del Estado transforma a éste
en un Estado absolutista. En los escritos de Hobbes se
20. 20
destaca la preferencia por la consolidación de un Estado
absolutista donde el soberano ejerce el poder absoluto,
donde el monarca es el único capaz de garantizar la
segundad de sus súbditos, Si bien esta situación significa
una opresión a éstos, es preferible a volver al estado de
naturaleza. Hobbes reconoce que el deber de obediencia
se interrumpe sólo cuando el soberano no garantiza el
orden y la seguridad.
Para este autor, hay tres tipos de organización
política posible: la monarquía, si el poder es ejercido
por uno solo; la aristocracia, si el poder es ejercido
por un grupo selecto; la democracia si se gobierna a
través de la “asamblea”. Como vimos anteriormente,
Hobbes prefiere a la monarquía puesto que es donde,
al concentrar las decisiones en una sola persona, existe
menos margen de error en éstas, siempre y cuando
garanticen el cumplimiento del mandato.
John Locke
Con la Revolución de 1688, producida
en Inglaterra, cuando la burguesía protestante y
parlamentaria triunfa sobre los sectores de la nobleza
tradicional, se consolida la monarquía constitucional.
Sistema de gobierno que se encuentra limitado por un
régimen de tipo parlamentario, En este marco histórico
se desarrolla la teoría de Locke. Para este autor, previo
a la existencia de la sociedad o del Estado, el hombre se
encuentra también en un “estado de naturaleza”, igual
a Hobbes; pero a diferencia de éste, Locke describe
este estado como una situación de paz y ayuda mutua.
Plantea que los hombres en el estado de natura¬leza
tienen determinados derechos naturales, por ejemplo, el
21. 21
derecho a la propiedad privada.
Ahora bien, la necesidad de establecer un pacto
(un contrato) entre los hombres se debe, no a la necesidad
de evitar la anarquía, el desorden y la lucha de todos
contra todos, sino al hecho de que este contrato asegura
los derechos naturales del hombre. La delegación de los
derechos al soberano es parcial, en la medida en que
garantice el cumplimiento de los derechos naturales,
innatos, inviolables y precontractuales, como los
derechos a la propiedad privada, la libertad y la justicia.
Ésta es una posición contraria a la teoría hobbesiana,
donde la delegación de los derechos era absoluta. Un
segundo aspecto diferenciador es que los súbditos podían
revocar el mandato del gobernante cuando el soberano
desconociera los derechos naturales de aquéllos.
La conformación del Estado que surge a través
de un contrato entre los ciudadanos es la de un Estado
limitado, no la de un Estado absolutista. Precisamente,
el límite es el cumplimiento de los derechos naturales
del individuo. En la medida en que estos límites no se
cumplan, existe el margen para la insurrección. Por
la concepción del Estado limitado, la división de los
poderes y el derecho de revocación del mandato, Locke
es considerado como el precursor del liberalismo.
Montesquieu
En el Espíritu de las leyes, la obra más importante
de este autor, es donde expone las tres teorías del derecho
político: las formas de gobierno, la teoría de los climas
y la división del poder. La primera definición importante
que plantea el autor es la de Leyes, diciendo que “son
las relaciones necesarias que resultan de la naturaleza de
22. 22
las cosas”; no hay una definición en el sentido jurídico
estricto, abstracto, sino una definición en un-sentido
natural. Las leyes deben ser tomadas como reflejo de la
realidad, de, la naturaleza.
En cuanto a las formas de gobierno, distingue tres
formas posibles: monarquía, república y despotismo. En
cuanto a la teoría de los climas, reconoce condicionantes
climáticos y geográficos como determinantes en el modo
de actuar de los hombres, marcando la especificidad
del ámbito natural como condición diferencial de los
hombres.
Por último, en la teoría de la división de poderes,
describe que en todo régimen político existen tres
funciones diferenciadas y específicas; la primera, dictar
normas que hacen y regulan la organización social y
política de la sociedad; la segunda es la de mediar en los
conflictos que generan la aplicación de dichas normas:
por último, la tercera posición es la de aplicar las normas
para la actividad del Estado. Cuando estas tres funciones
son aplicadas por un solo “órgano” se produce el peor de
los despotismos. En cambio, cuando las funciones se dan
a través de tres poderes diferenciados con especificidad
funcional, se logra equilibrio en el ejercicio del poder,
frenando el abuso despótico y creando las condiciones
para la aplicación de las leyes.
Los tres poderes que distingue Montesquieu son:
el poder legislativo, cuya función es la de crear las leyes;
el poder ejecutivo para el ejercicio del derecho civil, cuya
función es la de administrar justicia, y el poder ejecutivo,
el responsable del ejercicio del gobierno aplicando las
normas para el funcionamiento del Estado. Es sobre esta
teoría donde se asienta el derecho político moderno.
23. 23
Jean-Jacques Rousseau
Es en el Contrato Social en donde el autor expone
los elementos centrales de su teoría. Parte de la idea de
la existencia de una etapa anterior a la conformación del
Estado, es decir, una etapa preestatal. Aquí coincide con
el pensamiento de Hobbes y Locke, porque en la etapa
previa de la conformación de la comunidad política,
llamada “estado de naturaleza”, el hombre se encuentra
en estado “puro”; es lo que Rousseau llama “el buen
salvaje”. Es cuando el hombre aún no conoce la ciencia
ni la civilización, como tampoco conoce la propiedad
privada.
El pasaje de este estado de naturaleza al Estado
se produce a través del pacto social. Este pacto o contrato
tiene como objetivo construir la voluntad general, en
la cual cada uno de los miembros que la conforman es
parte integrante. Es en el proceso de construcción de
la voluntad general donde el hombre se convierte en
ciudadano. Este hombre ha entregado sus derechos en
pos de la voluntad general y los recupera en carácter de
ciudadano.
El contrato social surge como idea “regulativa”
de la sociedad, como mediación en la organización social
y política entre los nuevos ciudadanos y el Estado. La
idea de sociedad no es una simple suma de individuos,
sino una unión real entre los hombres organizados en
comunidad. Es este carácter de sociabilidad el que logra
la formación de una organización solidaria, donde cada
individuo depende de la sociedad toda. Al subordinarse
el ciudadano a la voluntad general se dejan de lado los
intereses particulares, creando las condiciones para el
surgimiento de las leyes.
24. 24
Como venimos viendo, la reflexión acerca de
la problemática social puede rastrearse a lo largo de
la historia de la humanidad; pero la sociología como
ciencia, como disciplina del conocimiento, surge a
mediados del siglo XVIII. Rearticulando conceptos y
pensamientos surgidos con anterioridad que emergen
cuando se producen las condiciones sociales, políticas,
económicas y culturales que permiten su desarrollo.
Podemos definir la constitución de las ciencias
sociales como un proceso con continuidad histórica,
desde Maquiavelo (siglo XV), que analizó la política
sin los condicionantes teológicos, en el marco del
surgimiento de los Estados nacionales y centralizados,
hasta los contractualistas (a partir del siglo XVI), que,
en el marco del nacimiento del modo de producción
capitalista, no pueden pensar a la sociedad sino como un
contrato realizado entre los diferentes individuos.
La sociedad no aparece ya como algo
“naturalmente” dado, sino que es el hombre el que la
crea y voluntariamente construye los mecanismos
regulativos del poder. Es decir, nace la idea del contrato
social y de las formas de representación política en un
poder centralizado del Estado.
Siemprelarelaciónentreteoríaylaprácticasocial
es estrecha. El origen y el desarrollo de las diferentes
disciplinas tienen que ver con el contexto histórico en
que se plantean. Es decir, la teoría tiene que ver con los
temas inherentes al desarrollo social.
El surgimiento de la teoría sociológica
La sociología nace, como ciencia, en el marco
del debate instaurado por los cambios producidos por
25. 25
la Revolución Industrial y la Revolución Francesa.
Esto hizo que este debate se centrara, como plantea
Robert Nisbet, en La formación del pensamiento
sociológico, en los temas referidos a la situación de la
clase trabajadora, la transformación de la propiedad,
la ciudad industrial, la tecnología y el sistema
fabril.
Así como la Revolución Industrial transformó la
estructura económica, la Revolución Francesa de 1789
transformó la estructura política. La primera de éstas
tuvo un fuerte contenido en el ámbito de la producción
y en el desarrollo de procesos productivos; mientras que
la segunda protagonizó un fuerte proceso de reflexión
ideológica, en el sentido del cambio profundo en la
concepción de lo social y de lo político, caracterizado
fundamentalmente por el contexto de racionalismo
político, reservado antes a lo religioso. Es en este
ámbito de la Revolución Industrial, como sustento
material, y el de la Revolución Francesa, como sustento
ideológico, donde surgen dos corrientes de pensamiento:
el positivismo y el socialismo científico.
El positivismo nace como una reacción a la
filosofía racionalista de la ilustración francesa, en
la cual la razón trasciende el orden existente, La
filosofía racionalista explica los problemas sociales
racionalmente, subordina la realidad social a la razón;
mientras que, por el contrario, para el positivismo no es
posible subordinar la realidad a la razón trascendental.
La nueva problemática social obliga al abordaje
científico, tomando a la sociedad como objeto de
conocimiento. Es decir, leyes científicas que expliquen la
evolución social. Las ciencias sociales deben constituirse
26. 26
de igual modo que las ciencias de la naturaleza:
“positivamente”. Ahora bien, el concepto “positivo”
alude a lo real, fáctico: lo observable, en contraposición
delametafísica.Porlotanto,alasociedad,paraestudiarla
positivamente, había que aplicarle los métodos de las
ciencias naturales, especialmente los de la biología.
Se utilizó la idea de “organismo” para estudiar
a la sociedad, distinguiendo principalmente dos niveles
de análisis: en primer lugar, el análisis de las partes que
la componen (morfología social) y, en segundo lugar,
el nivel de análisis de las funciones (fisiología social).
La sociedad es vista como una relación articulada entre
las distintas partes que la componen, cumpliendo una
función que las trasciende y que conforman así una
totalidad supraindividual, independientemente de la
voluntad de los individuos. El positivismo parte de la
idea de lo observable empíricamente, de lo real. Una
vez definido el objeto de estudio —la sociedad—, se le
debe aplicar los métodos de las ciencias naturales. De
esta manera lo social se constituye como ciencia, donde
la idea deprogreso se toma en sentido acumulativo y
evolutivo.
En general, se considera aAugusto Comte (1798-
1857), como el padre fundador de la sociología. Define
la ciencia que va a estudiar los fenómenos sociales corno
física social. Fundamenta su análisis por la aplicación de
los procesos de análisis de la ciencia de la naturaleza a lo
social. El pensamiento de Comte surge como repuesta al
Iluminismo y al pensamiento de la Revolución Francesa,
en el marco de una filosofía positiva. Era necesario
alcanzar la fase positiva, el tercer estadio, articulando
la idea de orden y progreso. El orden era garantizado
27. 27
por el Estado católico feudal y el progreso parte del
pensamiento democrático y liberal de la Revolución
Francesa. Por lo tanto, la coordinación del primer
estadio (etapa teológica) y del segundo estadio (etapa
metafísica) culminará en la tercera etapa, la positiva.
El objetivo de Comte era el de poner orden
a una sociedad que veía como anárquica y caótica. El
progreso era posible siempre y cuando existiese un
orden establecido. La organización social se rige por
las leyes de la naturaleza. La sociedad es considerada
como un organismo en el cual las partes, cumpliendo
una función solidaria, permiten la unidad del cuerpo
social. Por lo tanto, el progreso debe darse en orden;
si no, corre peligro la unidad del cuerpo social. Comte
define la Sociología como la “…ciencia que tiene por
objeto el estudio de los fenómenos sociales considerados
con el mismo espíritu que los astronómicos, los físicos,
los químicos o los fisiológicos, es decir, sujetos a leyes
naturales invariables, cuyo descubrimiento es el objeto
especial de investigación”.
La actitud científica consiste en la búsqueda de
leyes invariables, a través de la observación empírica
de los hechos, que permiten no sólo enunciar las leyes,
sino prever el comportamiento humano. Vale decir, la
anarquía y el desorden se superan con la consolidación de
la etapa positiva. De esta manera comienza el derrotero
de las ciencias sociales, cuya discusión central perdura
aún en la actualidad.
28.
29. 29
LAS IDEAS CIENTÍFICAS DE SAINT-SIMON
Por
Leandro Coppolecchio
“Las ideas no engendran ideas como las mariposas
engendran mariposas”
Isaiah Berlin
30.
31. 31
Las ideas no surgen porque sí en la mente de
las personas sino a causa de fenómenos sociales que
pueden ser comprendidos con un método científico.
Así lo postula la sociología y, por ello, Saint-Simon es
considerado el primer pensador en poseer una «mirada
sociológica». Su intento de arrebatar los frutos de la
«ciencia moderna» para aplicarlos al estudio de lo social,
le valdría ser “apodado el «Fausto Francés» porque
Saint-Simon exigió una mutación completa de los modos
de pensamiento”.1
Fue un Noble autodidacta pero contaría con
importantes maestros como el «Enciclopedista»
D´Alembert, ocasionalmente se entrevistaría con
Rosseau y mantendría una relación permanente con
la mayoría de los pensadores «Iluministas» de su
época. No sólo fue un gran pensador. Fue un personaje
aventurero, arquetípico de los vertiginosos procesos de
su tiempo. En su juventud, combatiría en la lucha por la
«Revolución Americana», se distinguiría como un héroe
para la Francia «Monárquica», sentiría rechazo por la
destrucción provocada por la «Revolución Francesa»
y así lo confesaría en sus escritos: “No quise tomar
parte en ella”; aunque sí estaba de acuerdo con sus
principios de «igualdad, libertad y fraternidad» y de
buena voluntad, “renunció a su título aristocrático”.
2
Rechazaría, como tantos otros en su época, a los
movimientos revolucionarios. No obstante, coincidiría
con los lemas más progresistas de la Modernidad pero le
resultarían aterradoras las acciones de sectores radicales
como los «jacobinos», así como la incongruencia de
1 BALANDIER, Georges. El Desorden. La Teoría del Caos y las Ciencias Socia-
les. Gedisa. Barcelona. 1993. P. 65.
2 BALANDIER. Op. Cit. P. 72.
32. 32
sus bases filosóficas. Es por ello, que “a pesar de las
ambiciones y perspectivas que compartía Saint-Simon
con Rousseau, ni Saint-Simon ni ninguno de los demás
grandes personajes de la Ilustración francesa –con la
excepción de Concordet y Turgot- sintió más que odio
por Rousseau”. 3
El fundador del «anarquismo», Proudhon sería
otro de esos ejemplos; “Saint-Simon como Proudhon
eran opuestos a los jacobinos. La diferencia entre la
«anarquía»deProudhon,queconsisteenlamáscompleta
descentralización” 4
y la postura saintsimoniana que
muchos de los sociólogos comparten hasta la actualidad,
se iría construyendo sobre una concepción orgánica del
progreso. Para Saint-Simon, la sociedad debía sostenerse
sobre la base de ciencias experimentales previas, como
la física o la biología, surgidas de la nueva sociedad
industrial, con sus hipótesis científicas intentaría
capturar el movimiento, la abundancia y las turbulencias
sociales de su tiempo y lo incitarían a “llevar la vida
más original y más activa, a situarse personalmente
en el mayor número de posiciones sociales diferentes,
e incluso a crear relaciones sociales que no hubiesen
existido. Su proyecto aventurero fue favorecido por una
época fecunda en revoluciones, la Norteamericana, en
la que fue compañero de La Fayete, la Francesa, a la
cual adhirió antes de convertirse en sospechoso”. 5
Fue su voluntad responder con la moderna ciencia y no
mediante la antigua filosofía, a la crisis generada por los
hechos revolucionarios de fines del siglo XVIII, a sus
3 NISBET, Robert. Historia de la idea de Progreso. Gedisa. Barcelona. 1991. P.
344.
4 IONESCU. Ghita. El pensamiento Político de Saint-Simon. FCE. México, 2005.
P. 41.
5 BALANDIER. Op. Cit. P. 66.
33. 33
cambios radicales y extravagantes contrapuestos a la
evolución orgánica de la sociedad feudal. La monarquía
francesa junto a la mayoría de las cortes europeas, habían
surgido del «Sacro Imperio Romano» establecido en el
SigloIX.Unordenquehabíaduradomilaños,fuecortado
de un tajo por la guillotina revolucionaria. Restablecer
el orden mediante un método científico sería el objetivo
de su obra. En Francia y en toda Europa, el pasaje del
sistema feudal al capitalista venía impulsando procesos
de secularización, individualización y abstracción. El
comercio, las finanzas y el industrialismo propiciaban el
desarrollo de nuevas maquinarias, tecnologías y ciencias,
al mismo tiempo que propiciaban ideologías opuestas
a las de la Monarquía. La burguesía al acrecentar su
poder económico promovió cambios políticos que
alcanzarían su expresión más dramática en los conflictos
de 1789. Sin embargo, “cualquier escolar sabe hoy
que la Revolución Francesa no inició los procesos de
centralización, igualitarismo, colectivismo nacionalista,
secularización y burocracia, hondos procesos en la
historia de Francia”.6
Las ambiciones burguesas demandaban nuevas
leyes. Tanto jurídicas como científicas. Jurídicas porque
emergíaotrosistemaqueexigíanormasafines.Científicas
porque la nueva formación industrial producía con más
eficiencia al mejorar su tecnología. Los métodos de
producción fabril asimilaban las nuevas epistemologías
acrecentando su renta de capital. Las revoluciones en las
ideas y las ciencias, en las esferas políticas y económicas
alimentaron las ansías de aplicar los modelos teóricos
a la realidad concreta y cotidiana de toda sociedad.
6 NISBET, Robert. La Democracia como Revolución. En: La formación del pensa-
miento sociológico. Amorrortu. Argentina. 1977. P. 50.
34. 34
Así, “la pasión por la unidad geométrica y la simetría
llevó a los legisladores revolucionarios, más allá de
cuestiones relativamente triviales, como la reforma del
sistema monetario y la estandarización de las pesas y las
medidas, hasta la tarea más excitante de racionalizar las
unidades de espacio y tiempo dentro de las cuales vivían
los hombres”.7
Sin embrago, no sería la intención de
Saint-Simon buscar o provocar cambios abruptos. Por el
contrario, plantearía la necesidad de restablecer un orden
orgánico interrumpido por las revoluciones. Es por ello,
que “las ideas fundamentales de la sociología europea
se comprenden mejor si se las encara como respuesta al
derrumbe del viejo régimen”. 8
Esta conciencia de la crisis basta para legitimar
la actualidad del pensamiento de Saint-Simon pero se
establecen otras analogías entre su época y la nuestra:
la certidumbre de una transformación, permanente hasta
hoy, provocada por la «sociedad industrial» a la que
debemos científicamente comprender y ordenar. Esta
situación, lo llevaría a buscar un saber «positivo» basado
en una epistemología fáctica y empírica. Diseñaría
modelos y unidades de medida, desde datos concretos
susceptibles de ser sometidos a experimentación.
Emulando a los físicos y biólogos en sus laboratorios,
estudiaría a la sociedad intentando cuantificar, con
estadísticas y demás registros, las actividades en las
fábricas, ciudades y Estados. Así emergió un «método»
de estudio sobre él que se edificaría la «nueva ciencia
social».Ala que luego Comte, su discípulo, denominaría
«sociología».
“La sociología como ciencia de la crisis –fue una
7 NISBET, R. 1977. Op. Cit. P. 61.
8 NISBET. Op. Cit. P. 37.
35. 35
respuesta- conservadora o propulsora de algunas
reformastendientesagarantizarelmejorfuncionamiento
del orden constituido […] Así definía Saint-Simon las
tareas de la nueva ciencia”. 9
En un primer momento,
intentarían desarrollar una física social, pues “tenía
la esperanza de que las ciencias humanas llegaran
a alcanzar la unidad y la elegancia de las ciencias
naturales y le impresionaba, en particular, la ley de
gravitación de Newton”. 10
Para Saint-Simon, la Revolución Francesa se
produjo porque los que tenían el poder no pudieron
contener el levantamiento ni controlar la presión ejercida
por los grupos más desposeídos del «Ancien Régime».
Observó que varios factores históricos, tanto económicos
como culturales, golpearon la estabilidad del antiguo
orden social que progresivamente, se tornó insostenible.
El conflicto iniciado por los pobres ganó intensidad al
coincidir con las demandas de otros sectores radicales,
y a medida que la insurrección comenzó a triunfar,
intelectuales y políticos provenientes de estratos medios
y burgueses, como Marat, Danton o Robespierre se
incorporaron en calidad de líderes revolucionarios.
El drama final concluiría con la derrota política y
gubernamental de las élites tradicionales, que habían
basado su legitimidad en los mandatos de la religión.
Así, sacerdotes, nobles y hasta los monarcas, Luis XVI
y María Antonieta, serían ajusticiados en la guillotina
por el autoproclamado «Reino del Terror». Tras el final
del período revolucionario concluido con su derrota
definitiva en la «Batalla de Waterloo» en 1815, los grupos
9 PORTANTIERO, Juan C. La sociología clásica: Durkheim y Weber. CEAL, Bue-
nos Aires, 1985. P. 12.
10 ZEITLIN, Irving. Ideología y teoría sociológica. Amorrortu. Buenos Aires.
2006. P. 72.
36. 36
liberales y socialistas, entre los que se encontraba Saint-
Simon, demandaban hallar otras formas de legitimidad
que reemplazarán a las antiguas.
Después de la caída de Napoleón, Saint-Simon
intensificó sus esfuerzos por conseguir seguidores, “creó
una serie de periódicos: L´Industrie, L´Organizateur
y Du Système Industriel” 11
para difundir su «Nuevo
Cristianismo» y explicar resumidamente sus ideas
reformistas a los sectores populares y medios porque
“Saint-Simón aborrecía sobre todas las cosas a los
«jacobinos» y a su heredero directo, Napoleón” 12
que
habían llevado a la ruina tanto a Francia como a gran
parte de Europa.
Para Saint-Simon, a diferencia de las opiniones
de los sectores conservadores, se debía abandonar tanto
a la religión como a las especulaciones metafísicas para
basarse en nuevas leyes científicas que garantizarán la
organización social a largo plazo o se correría el riesgo
de cometer errores similares a los de los revolucionarios.
En una primera etapa Saint-Simon seguiría los principios
de la física newtoniana para establecer su nuevo orden
científico, “para que la sociedad posrevolucionaria
recupere su unidad, una nueva élite científica, un consejo
de Newton, debía reemplazar a la autoridad espiritual
de la Iglesia con una doctrina científica unificada”. 13
Los procesos de secularización provocarían el pasaje de
la religión a la ciencia. Esta problemática fue central en
la obra de Saint-Simon, una muestra de su originalidad y
agudeza para comprender la cuestión de la religión, es el
hecho de que continuaría siendo un tema importantísimo
11 NISBET. Op. Cit. 1991. P. 346.
12 IONESCU. Op. Cit. P. 72
13 ZEITLIN. Op. Cit. P. 73.
37. 37
para futuras interpretaciones sociológicas desde Comte
y Durkheim hasta Marx y Weber. En la propuesta
particular de Saint-Simon la ciencia debía cumplir en el
nuevo orden la misma función que la religión en el viejo.
Por medio del «positivismo» que habría de consistir en la
aplicación de los principios científicos a los fenómenos
sociales.
El conocimiento había pasado por diversas
etapas de desarrollo, desde la teología a la metafísica
y de ésta a las ciencias. En un primer momento, Saint-
Simon albergó la esperanza de construir una física de lo
social, intentando dar un salto en la historia de las ideas,
al pasar de la especulación religiosa o filosófica a la
comprobación empírica de los fenómenos sociales. Este
intento metodológico sería recordado como «fisicismo»
y concurriría al inicio de su pensamiento científico
o «positivo». De este modo, Saint-Simon, “con el
fisicismo, ha abandonado las etapas conjeturales para
llegar a un estadio positivo en el cual todo conocimiento
será unificado sobre una base científica positiva. Por
consiguiente, llegamos a una conclusión ineludible: que
Saint-Simon creó tanto el nombre como los principios
fundamentales del positivismo”. 14
Adiferencia de los cambios radicales promovidos
por la revolución francesa, Saint-Simon veía un ejemplo,
más orgánico y ordenado, en el caso de Inglaterra, en la
que apenas un año antes de su «Revolución de 1688»,
Issac Newton había publicado los «Phylosophiae
naturalis principia matetmatica». Un cuerpo teórico
y un conjunto de leyes universales, que por primera
vez en la historia, podían ser totalmente comprobadas
14 ZEITLIN. Op. Cit. P. 74.
38. 38
experimentalmente y reproducidas independientemente
del espacio y el tiempo, dando origen a la física moderna.
Así, “con Newton, la ciencia nueva parece haber
alcanzado un logro del cual la Europa de las Luces hace
un objeto de glorificación, Newton será, mucho tiempo
después de su muerte, presentado como el símbolo de
la revolución científica, el modelo inspirador de todo
conocimiento erudito”.15
Saint-Simon percibe este giro original del
«utilitarismo inglés» y se adentra en la comprensión
de un proceso histórico caracterizado por la estrecha
relación entre industriales y científicos. La «Revolución
Industrial», incrementó la capacidad económica y el
poder político de la burguesía inglesa. Paulatinamente,
los propietarios del nuevo modo de producción,
especializado en el uso de máquinas, habían incorporado
los adelantos en el campo de la física y los incorporarían a
la producción fabril. El desarrollo de nuevas tecnologías
redundaría en máquinas más rápidas y eficientes para
la producción de mercancías y, por consiguiente, más
redituables para la lógica del sistema capitalista. En el
auge paulatino de la industria, los intereses económicos
habían ido evolucionando guiados por paradigmas que
parecían ser irrefutables y que acrecentarían la renta de
capital desde principios científicos inaugurales que ya
se hallaban en Newton. Podemos observar su síntesis
histórica en la «máquina de vapor» perfeccionada, un
siglo después de la aparición de los «Principia» por el
inventor James Watt, cuya patente data de 1769.
Watt, tras asociarse con el empresario Matthew
Boulton, fundaría la compañía «Boulton & Watt»
15 BALANDIER. Op. Cit. P. 48.
39. 39
llegando a ser una especie de paradigma no sólo industrial
sino también científico y tecnológico para los liberales
de la época. Este ejemplo histórico de Inglaterra sería
para Saint-Simon crucial en el reordenamiento de toda
Europa. Por ello, en su obra destacaría la relación entre
el industrialismo y la física de Newton. La sociedad
industrial debía emular el orden factico y concreto de
la física, se trataba de constituir un método de análisis
social tan sólido como el de Newton, intención que
también perseguiría, su discípulo, Comte. “Saint-Simon
logra definir las formas propias del conocimiento de
lo social a través de una reflexión sobre las ciencias
que han alcanzado ya el estatuto científico. Tal
como lo comprendió claramente Auguste Comte, la
epistemología de las ciencias sociales había de ser
definida concretamente en la física newtoniana”. 16
Sin embargo, a poco menos de iniciar su
última década de vida, abandonaría los supuestos del
«fisicismo». Lo sabemos porque “los escritos de Saint-
Simon posteriores a 1816 no reflejarán ya su entusiasmo
inicial por las ciencias físicas”. 17
A pesar de ello, este
período inicial no puede ser olvidado ya que suministra
a Saint-Simon una justificación general de los métodos
científicos y de las reglas de la observación, que debían
ser institucionalizadas siguiendo el ejemplo de las
ciencias naturales. “Tenemos que reconocer, dice Saint-
Simon en «Le politique», que la política sea tratada,
cultivada y enseñada de la misma forma que la física”.18
Para Saint-Simon, en la futura sociedad industrial el
16 ANSARLT, Pierre. “Sociología de Saint-Simon”. Presses Univ. De France. Ed.
Barcelona. 1971. Pp. 25-26.
17 ANSARLT. P. 36.
18 IONESCU. Op. Cit. P. 22.
40. 40
gobierno sería sustituido por la «administración de
las cosas». Mientras que las relaciones políticas y el
ejercicio del poder serían reemplazados por «la política
de las capacidades». Propondría así una democracia
sumamente igualitaria y estructuralmente equilibrada
por las «corporaciones» en los sectores industriales,
gremiales, científicos y tecnológicos, incluso en los
artísticos e intelectuales, y cuyas actividades se volverían
másorgánicascuantomásavanzaseladivisióndeltrabajo
social. Esta concepción, del poder y la política, refutaría
antiguas concepciones que “enfrentarían a Saint-Simon
en una lucha sin cuartel con Maquiavelo y Hobbes”. 19
Tras las derrotas de Napoleón, las potencias
europeas vencedoras dieron por finalizado los procesos
revolucionarios, que se habían iniciado en 1789,
restauranso a la monarquía Borbón en el trono de
Francia. Por ello, a éste período de la historia francesa
se lo recordará como la «Restauración». La consecuente,
reacción conservadora contaría, además, con el apoyo de
sectores locales y extranjeros de la Nobleza y la Iglesia
Católica. Sin embargo, los gobiernos de Luis XVIII, de
1814 a 1824 y su sucesor, hasta 1830, Carlos X, debieron
convivir con nuevas instituciones y formas jurídicas y
económicasconsolidadasgraciasaldesarrollocapitalista.
Entre los ejemplos más significativos encontramos los
límites constitucionales a la Monarquía y la existencia del
Parlamento, donde los sectores que habían surgido con
el avance del industrialismo: empresarios, comerciantes,
clases medias y obreros, continuarían ejerciendo una
gran cuota de poder. Saint-Simon, simpatizante de estos
últimos grupos, comprendería la inutilidad de muchas de
19 IONESCU. Op. Cit. P. 25.
41. 41
las acciones políticas y económicas de los restauradores.
La existencia de estas nuevas instituciones sería una
cuestión prioritaria en las perspectivas sociológicas de
los franceses, desde Saint-Simon, a fines del siglo XVIII,
pasando por Comte en el XIX, hasta Durkheim quien
llegaría a observar el progreso pleno de la industria en
los inicios del XX, donde “continuando la tradición
establecida por Saint-Simon. Durkheim vinculó el origen
de las instituciones modernas al impacto producido por
la industrialización”. 20
Esta compleja dinámica social promovida por
la industrialización era incompatible con el «fisicismo»
porque el modelo de la ciencia física postulaba que los
fenómenos naturales permanecen constantes y a cada
acción le correspondería una reacción determinada.
Respecto “al principio del «Determinismo». Saint-
Simon es perfectamente consciente de los límites
de este postulado”. 21
Al tropezar con el obstáculo
epistemológico radicado en las convenciones de la física.
Saint-Simon comprendió que, por el contrario, lo social
posee características orgánicas más que físicas. Por ello,
reemplazará a la física por la biología para completar su
método. Mediante un esquema denominado «fisiología
social» le fue posible observar la anatomía de la
sociedad como si se tratase de un cuerpo biológico cuyas
partes u órganos, serían el equivalente a las personas,
grupos y asociaciones. Si bien todos las instituciones
desempeñarían funciones específicas, todas continuarían
siendo dependientes del cuerpo social; e incluso “había
observado que una rigurosa fidelidad a los principios de
20 GIDDENS, Anthony. “Consecuencias de la Modernidad”. Alianza. Madrid. 2004.
P. 24.
21 ANSARLT. Op. Cit. Pp. 38-39.
42. 42
-la física- podía conducir también a la justificación de
una filosofía conservadora”. 22
Entre los años 1816 y 1818, las ideas económicas
de Saint-Simon se alinearon expresamente con la
concepción del «Laissez-faire» surgida de la escuela
«clásica liberal» británica, pero “discrepa de la
suposición de los economistas clásicos en el sentido
de que la búsqueda del bienestar individual conducirá
automáticamente al bien general”. 23
A partir de 1819,
abandonaría definitivamente las nociones liberales,
en particular la idea del «homo economicus» que
consideraba al hombre como individuo aislado del resto
de la sociedad y cuyas relaciones o motivaciones eran
guiadas exclusivamente por los dictámenes del mercado.
Por el contrario, su concepción de la economía política,
se basaría en “los «Nouveaux Principes d´Economic
Politique» de Sismondi publicados en 1819, obra en
la que este demostró que los pobres sufren en grado
sumo las crisis y la depresiones económicas y que
por consiguiente, los utilitaristas y los economistas
clásicos estaban equivocados”. 24
Para Saint-Simon la
economía no puede separarse de la política. Lo atestigua
su enfrentamiento con Jean-Baptiste Say, quien sería
uno de los principales recepcionistas franceses de
las propuestas originadas en Gran Bretaña por Adam
Smith, a quienes Saint-Simon les reprocharía que “el
observador social debe enfrentarse a una tarea que
J. B. Say quería proscribir: estudiar las relaciones
entre la economía y la política”. 25
Por el contrario,
Saint-Simon rechazaría a muchos de los objetivos de
22 ANSARLT. Op. Cit. P. 40.
23 ZEITLIN. Op. Cit. P. 75.
24 ZEITLIN. Op. Cit. P. 76.
25 ANSARLT. Op. Cit. 55-56.
43. 43
los liberales clásicos, considerando que debería ser la
«ética cristiana» la base espiritual que garantizaría el
orden en su visión igualitaria y fraterna de la sociedad
industrial. En relación a la estabilidad social, su ejemplo
a seguir sería la consistencia orgánica alcanzada por
el sistema feudal, “Saint-Simon admiraba hasta tal
punto la «unidad medieval» que la adoptó”. 26
En este
sentido, tanto Saint-Simon como Comte, elogiarían a
los conservadores católicos como Bonald y Maistre por
sus propuestas de estabilidad espiritual, “Saint-Simon
y Comte prodigaron sus elogios a Maistre y Bonald”.
27
Demostrado por la preocupación común en sus obras
sobre el estudio de los períodos «críticos» y «orgánicos»
de la historia Europea, y también por sus preocupaciones
para encontrar formas legítimas de estabilizar el
industrialismo y la democracia mediante las tradiciones
culturales del catolicismo. La sociedad medieval, con su
localismo, su jerarquía y su constitución religiosa, debía
ser un punto de referencia para la concepción del orden
en el nuevo régimen industrial.Si bien Saint-Simon y
Comte admiraban la unida social de la Edad Media tanto
como Bonald y Maistre, reconocían por el contrario que
no había manera de volver atrás en la historia y optaron
por reinterpretarlos para explicar el contexto de su época.
Enfrentándose a los liberales clásicos y, concordando
con Hegel, pero independientemente de él, Saint-Simon
expondría una concepción del desarrollo histórico
notablemente similar a la del «Maestro de Jena». No
obstante, mientras Hegel contemplaría al desarrollo
histórico como la creciente realización de la razón o
el «Espíritu Absoluto»; Saint-Simon colocaría en este
26 ZEITLIN. Op. Cit. P. 83.
27 NISBET. Op. Cit. P. 27.
44. 44
papel a una combinación que surgiría del conocimiento
científico y el evangelio católico, como la nueva base
de la sociedad industrial. Coincidiendo en ésta oposición
rechazaría las perspectivas individualistas del progreso
que esgrimían los liberales clásicos, “el freno del
egoísmo en la nueva sociedad, iba ser el amor fraternal
cristiano. «Amaos los unos a los otros» es el lema que
Saint-Simon puso en la primera página de su «Sistema
Industrial»”.28
Paralelamente, Saint-Simon, Comte y Durkheim,
aunque con sus discrepancias, heredarían una misma
mirada orgánica de la sociedad. Esta preocupación por
el orden ya se venía observando desde los tiempos de
Monstequieu. “La solidaridad social, en la medida en
que puede existir en la sociedad moderna brota de la
división del trabajo, que crea la interdependencia de
individuos y grupos. Durkheim tomó esta idea de Saint-
Simon,quienasuvezlahabíatomadodeMontesquieu”.29
A Saint-Simon debemos ubicarlo entre los teóricos de
un orden funcional y orgánico pero, paradójicamente,
su obra también influiría decididamente en la de
posteriores pensadores revolucionarios; “Marx
reconoció estar «impregnado» por las ideas de Saint-
Simon”.30
Marx reelaboraría las problemáticas que había
observado previamente Saint-Simon sobre los períodos
revolucionarios, sus contradicciones y sus conflictos
de clase. Marx nunca dejó de considerar a Saint-Simon
como su antecesor. No obstante y a pesar de su afinidad
Marx califica a Saint-Simon como un «socialista
utópico». Para Marx, Saint-Simon no había logrado
28 ZEITLIN. Op. Cit. P. 80
29 ZEITLIN, Irving. La clasificación de las sociedades propuesta por Montes-
quieu. En: Ideología y teoría sociológica. Amorrortu. Buenos Aires. 2006. P. 30.
30 BALANDIER. Op. Cit. Pp. 68.
45. 45
observar que los conflictos de clases conducirían a un
inevitable enfrentamiento entre proletarios y burgueses,
quizás porque en la época de Saint-Simon, todavía no
era del todo evidente el potencial de la clase trabajadora.
Autodenominado superador de Saint-Simon, Marx, se
adjudicaría para sí, el origen del verdadero «socialismo
científico». Incluso, en este sentido, otros pensadores
posteriores opuestos al «materialismo histórico», como
“Durkheim asignan a Saint-Simon el mérito de haber
definido al socialismo en sus comienzos”. 31
Muchos
sobrenombres valen para Saint-Simon: socialista, liberal,
feudal, revolucionario, cristiano, conservador, utópico o
científico, lo cierto es que Saint-Simon logró vislumbrar
tanto al orden como a la crisis, atrapando a las ideas
como a las mariposas.
31 BALANDIER. Op. Cit. Pp. 69.
46. 46
BIBLIOGRAFÍA
ANSARLT, Pierre. Sociología de Saint-Simon. Presses
Univ. De France. Ed. Barcelona. 1971.
BALANDIER, Georges. El Desorden. La Teoría del
Caos y las Ciencias Sociales. Gedisa. Barcelona. 1993.
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Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. FCE.
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Simon. FCE. México, 2005.
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social. Labor. España. 1992.
NISBET, Robert. La formación del pensamiento
sociológico. Amorrortu. Argentina. 1977.
NISBET, Robert. Historia de la idea de Progreso.
Gedisa. Barcelona. 1991.
PORTANTIERO, Juan C. La sociología clásica:
Durkheim y Weber. CEAL, Buenos Aires, 1985.
ZEITLIN, Irving. Ideología y teoría sociológica.
Amorrortu. Buenos Aires. 2006.
49. 49
Para abordar la temática de la producción teórica
de Karl Marx, lo primero que tenemos que poner en
consideración es la centralidad que posee, en este cuerpo
teórico, el concepto de Producción de la vida material.
[...] Podemos distinguir al hombre de los
animales por la conciencia, por la religión o por lo que
se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los
animales a partir del momento en que comienza & pro
ducir sus medios de vida [...] (La ideología alemana p.
19).
Pero los seres humanos nunca producen
simplemente como individuos, sino que siempre lo hacen
como miembros de una determinada forma de sociedad.
Por lo tanto, no hay ningún tipo de sociedad que no
se funde en un determinado conjunto de relaciones de
producción.
[...] En la producción, los hombres no actúan
solamente sobre la naturaleza, sino que actúan también
losunossobrelosotros.Nopuedenproducirsinasociarse
de un cierto modo, para actuar en común y establecer un
intercambio de actividades. Para producir, los hombres
contraen determinados vínculos y relaciones, y a través
de estos vínculos y relaciones sociales, y sólo a través de
ellos, es como se relacionan con la naturaleza y como se
efectúa la producción... (“Trabajo asalariado y capital”,
Obras escogidas, vol. 1, p. 82).
Esta producción de la vida material es una
producción social históricamente determinada. Es social
porque se establece desde el punto de vista de la relación
50. 50
entre los individuos, y en el sentido de- la cooperación
necesaria para producir; es siempre un organismo social
el que produce. Y es histórica porque existe un sustrato
natural, fundante, y de algún modo podríamos llamarlo
“universal”, que es la necesidad de los hombres de
satisfacer sus necesidades básicas.
[...] la satisfacción de esta primera necesidad, la
acción de satisfacerla y la adquisición del instrumento
necesario para ello conduce a nuevas necesidades,
y esta creación de necesidades nuevas constituyen el
primer hecho histórico [...J (ibíd., p. 28).
Y en este proceso histórico los hombres entran
en relaciones sociales condicionadas por el lugar que
ocupan en el proceso de producción de bienes materiales,
porque para Marx la sociedad no consiste en la suma de
individualidades, sino que se expresa en tanto relación
social independiente de su voluntad.
[...] La sociedad no consiste en individuos, sino
que expresa la suma de relaciones y condiciones en
las que esos individuos se encuentran recíprocamente
situados. Como si alguien quisiera decir: desde el punto
de vista de la sociedad no existen esclavos y ciudadanos:
éstos y aquéllos son hombres. Más bien lo son fuera de
la sociedad. Ser esclavo y ser ciudadano constituye
determinaciones sociales, relaciones entre los hombres
A y B. El hombre A, en cuanto tal, no es esclavo. Lo es en
y a causa de la sociedad [...] (Elementos fundamentales
para la crítica de la economía política, pp. 204-205).
51. 51
De esta manera, Marx entiende que los individuos
se constituyen a razón de sus medios, es decir, que la
conciencia individual se estructura a partir de lo social,
de la existencia social de este individuo; es así como
el ser social va a determinar la conciencia individual,
que va a estar condicionada por la forma de producción
material que le corresponde a una determinada fase del
desarrollo histórico.
[...] en la producción social de su existencia, los
hombres contraen determinadas relaciones necesarias
e independientes de su voluntad, relaciones de produc
ción que corresponden a una determinada fase de de
sarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El
conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real so
bre la que se eleva un edificio jurídico y político y al
que le corresponde determinada forma de conciencia
social. El modo de producción de la vida material de
termina el proceso de la vida social, política y espiri
tual en general. No es la conciencia del hombre la que
determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es
lo que determina su conciencia [...] (Contribución a la
crítica, de la economía política, Prólogo).
Es así como el modo de producción, o la forma en
que se organiza una sociedad en un momento histórico
determinado para producir los bienes necesarios,
describe no sólo la manera, la forma en que se producen
los bienes materiales sino la forma de organización
de la totalidad social, en tanto estructura jurídica y
política. Toda forma de producción engendra sus propias
52. 52
instituciones jurídicas y su propia forma de gobierno.
Y lo que distingue a las épocas económicas unas de las
otras no es lo que se produce sino el cómo se produce,
con qué instrumentos de trabajo se hace.
[...] Tal y como los individuos manifiestan su
vida, así son. Lo que son coincide, por consiguiente, con
su producción, tanto con lo que produce corno con el
modo cómo producen. Lo que los individuos depende,
por lo tanto, de las condiciones materiales de su pro
ducción [...J (La ideología alemana, p. 19).
Para el análisis de cada sociedad se debe partir
entonces del análisis de la producción, considerando
el proceso de trabajo, es decir, la transformación de la
naturaleza que el hombre realiza para convertirla en algo
útil que satisfaga una necesidad determinada.
Pero ese proceso de trabajo se manifiesta con
forma histórica concreta, en una relación de producción.
Pues, a partir de ese primer ‘’hecho histórico” de la
constitucióndenuevasnecesidades,conlamultiplicación
de la población y la constitución de relaciones de
intercambio aparecen, en la historia, diferentes sistemas
productivos y, a través de ésta, el grado hasta el cual se
ha desarrollado la división del trabajo.
Esta división del trabajo trae aparejada la
formación de diferentes sectores sociales y a su vez
determina la relación de los individuos entre sí.
[...] la división del trabajo sólo se convierte en
verdadera división a partir del momento en que se se
53. 53
paran el trabajo físico y el intelectual [...] con la división
del trabajo se da la posibilidad, más aún, la realidad de
que las actividades espirituales y materiales, el disfrute
y el trabajo, la producción y el consumo, se asignen a
diferentes individuos [...] (ibíd., p. 33).
Y es así como esta división del trabajo se va a
extender al campo de la distribución, como distribución
desigual tanto cualitativa como cuantitativa del trabajo
y sus productos; es decir, la propiedad. Estos dos
términos son idénticos, división de trabajo y propiedad
están íntimamente relacionados, ya que uno es producto
del otro. Por lo tanto, cada etapa histórica de la división
del trabajo corresponde a una etapa particular de la forma
que adquiere la propiedad.
[...] cada etapa de la división del trabajo
determina también las relaciones de los individuos entre
sí, en lo referente al material, el instrumento y el produc
to del trabajo [...] (ibíd., p. 21).
Marx distingue cuatro formas de propiedad,
formas históricas de producción y de división del trabajo:
La primera de ellas es la propiedad tribal (o
modo de producción tribal), en donde la producción es
incipiente y la división del trabajo se encuentra en los
primeros pasos de su desarrollo. La organización social
se reduce a la ampliación de los lazos familiares al resto
de la organización social.
La segunda forma de propiedad está representada
por la antigua propiedad comunal y estatal (modo de
54. 54
producción esclavista), que es el resultado de la unión
de diferentes tribus para la formación de una ciudad. Es
aquí donde se empieza a desarrollar la propiedad privada
mobiliaria y más tarde la inmobiliaria. La producción
de los bienes materiales está basada en los esclavos. La
división del trabajo está aquí más desarrollada, en primer
término entre la ciudad y el campo, y luego dentro de la
misma ciudad, entre el .trabajo industrial y el comercial.
La tercera forma de propiedad es la propiedad
feudal o por estamentos (modo de producción feudal);
este modo de producción tiene como base de producción
el campo, y aparece en la Edad Media luego de la caída
del Imperio Romano de Occidente. Es la rearticulación
de elementos dispersos de las formas productivas
anteriores, condicionadas por las conquistas de los
bárbaros y la destrucción de gran parte de las fuerzas
productivasdelapropiedadcomunal.Tambiéninfluyeron
en su constitución la estructura del ejército germánico.
Esta propiedad también se basa en la idea de comunidad
(al igual que el modo de producción tribal), pero no en
la existencia de esclavos, sino en pequeños campesinos
siervos de la gleba. Junto a esta forma de propiedad de
baso territorial se desarrolló, en las ciudades, otra forma
de propiedad con base corporativa, fundada en el trabajo
de los artesanos asociados en gremios, reproduciendo en
éstos la misma estructura jerárquica semejante a la que
imperaba en el campo.
[...] la forma fundamental de la propiedad era la
propiedad territorial con el trabajo de los siervos a ella
vinculados, de una parte, y, de otra, el trabajo propio
55. 55
con un pequeño capital que dominaba el trabajo de los
oficiales de los gremios [...] (ibíd., p. 24).
El desarrollo de la división del trabajo entre
los distintos gremios en las ciudades; el aumento de
la población, debido á la emigración hacia la ciudad
de grandes masas de individuos en busca de mejores
condiciones de vida; la consecuente aparición de
trabajadores libres en doble sentido; la separación de
la producción y el cambio; la escisión entre productor
y medios de producción; la extensión del comercio
por medio de mercaderes a otras ciudades y el avance
de las comunicaciones; la evolución de las colonias
con su consecuente aumento de la navegación y la
competencia entre las naciones, llegaron a tal punto de
desarrollo, que sirvió de sustrato para la cuarta forma de
propiedad (modo de producción capitalista). En donde
se constituye, a través de la propiedad privada de los
medios de producción, una clase, la burguesía.
Este tipo de propiedad se ve condicionado por la
granindustriaylacompetenciauniversal;desarrollándose
el capital como relación, la propiedad privada pura queda
despojada de todo carácter comunitario y se elimina todo
tipo de influencia del Estado sobre el desarrollo de la
propiedad. Estas relaciones, que se establecen a partir
del proceso de producción, aparecen en la historia como
resultantes de luchas internas de los sistemas productivos
anteriores (esclavismo, feudalismo) y del desarrollo
propio de los medios de producción.
[...] La sociedad burguesa es la más compleja
y desarrollada organización histórica de la producción.
56. 56
Las categorías que expresan sus condiciones y la
comprensión de su organización permiten al mismo
tiempo comprender la organización y las relaciones
de producción de todas las formas de sociedad pasa
da [....] (Elementos fundamentales para la crítica de la
economía política p. 26).
Estos modos de producción son el resultante de la
articulación de los medios de producción, y el desarrollo
de las fuerzas productivas, con las relaciones sociales
de producción que se establecen a partir de este proceso.
Cuando Marx habla de fuerzas productivas se
refiere a los medios de producción (instrumentos de
trabajo y de producción, conocimientos tecnológicos
productivos y materias primas) y a la fuerza de trabajo
(condiciones físicas y espirituales de la población). Y,
por otra parte, las relaciones sociales de producción son
aquellas bajo las cuales producen materialmente los
individuos, cuya expresión jurídica son las relaciones de
propiedad, es decir: tribal, comunal y estatal, feudal o
por estamentos o capitalista.
Es importante tener en cuenta que estos dos
elementos —fuerzas productivas y relaciones sociales
de producción— aparecen como diferenciados pero
formando una unidad, pues están concebidos como
diferentes en el sentido dialéctico, es decir, diferentes en
el seno de la unidad, en la unidad del modo de producción.
[...] los medios de trabajo no sólo son escalas
graduales que señalan el desarrollo alcanzado por la
fuerza de trabajo humana, sino también indicadores de
57. 57
las relaciones sociales bajo las cuales se efectúa ese
trabajo [...] (EL Capital, tomo I, p. 218).
En la concepción de Marx, el desarrollo de
las fuerzas productivas es lo que permite explicar los
cambios en la estructura de las sociedades, es decir,
el pasaje de un modo de producción a otro. Estas
transformaciones, épocas de revolución social, se
producen como consecuencia de la contradicción que,
en determinados momentos históricos, se plantea entre
las fuerzas productivas y las relaciones de producción
vigente, que se convierten en obstáculo para el desa
rrollo de las fuerzas productivas.
[...] Al llegar a una determinada fase de
desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la
sociedad chocan con las relaciones de producción
existente, o, lo que no es más que la expresión jurídica
de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las
cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de fuerzas productivas, estas relaciones se
convierten en trabas suyas. Se abre así una época de
revolución social. Al cambiar la base económica se re
voluciona, más o menos rápidamente, todo el inmenso
edificio erigido sobre ella [...] (Contribución a la crítica
de la economía política, Prólogo).
Enresumen,podríamosdecirquetodaproducción
social esta históricamente determinada en una sociedad
concreta; lo que hay que observar es la forma en que se
produce, las relaciones que establecen los hombres para
producir y el modo en que participan de la apropiación
de lo producido.
58. 58
Cuando hablamos de relaciones sociales de
producción no estamos hablando de relaciones humanas
entre hombres, sino de relaciones entre agentes que
intervienen en la producción de los bienes materiales.
Hombres que tienen una función bien determinada en la
producción de estos bienes. Según la forma en que éstos
se vinculan a los medios de producción, se constituye
una relación entre los hombres y los objetos (propietarios
- no propietarios).
Es así como nos adentramos en la consideración
de cómo los individuos se ubican en torno a la relación
con estos objetos (medios de producción), con la
propiedad y con las formas de apropiación del excedente
socialmente producido. Es decir, entra en consideración
la cuestión de las clases sociales, definidas como grandes
grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar
que ocupan en un sistema de producción históricamente
determinado, por las relaciones en que se encuentran
frente a los medios de producción, por su papel en la
organización del trabajo y, por lo tanto, en el modo y
proporción en que perciben la riqueza generada.
Una clase puede apropiarse del trabajo de otra,
por ocupar un lugar diferente en un determinado modo
de producción. Por lo tanto, son grupos antagónicos,
en donde uno se apropia del trabajo de otro a causa del
lugar que ocupa en la estructura económica del modo
de producción, lugar determinado fundamentalmente
por la forma como se relaciona con los medios de
producción. Esto es, por la propiedad o no de los medios
de producción, que son las condiciones materiales
59. 59
indispensables para el proceso productivo.
Pero hay que tener muy en cuenta que, para
Marx, el concepto de clase social se estructura, no como
posiciones o situaciones de clase, sino fundamentalmente
como relación. Los antagonismos de clase no son
antagonismos individuales, relativos a los sujetos, sino
diferencias que sólo existen desde el punto de vista de
la sociedad.
Esto permite definir las clases como relación
social y la estructura de clases, no como conjunto
diferenciado de posiciones que ocupan los individuos,
sino como la suma de las relaciones y condiciones en
las que esos individuos se encuentran recíprocamente
situados.
El término de clase social, por lo tanto, no
aparece corno elemento aislado, sino como un nexo
entre relaciones que la determinan. Pero este concepto
quedaría vacío de contenido si no es tornado en cuenta
como una totalidad articulada que le da sentido.
[...] Parece justo comenzar por lo real y lo
concreto, por el supuesto efectivo; así, por ejemplo,
en la economía, por la población que es la base y el
sujeto del acto social de la producción en su conjunto.
Sin embargo, si se examina con mayor atención, esto se
revela como falso. La población es una abstracción si
dejo de lado, por ejemplo, las clases sociales de que se
compone. Estas clases son, a su vez, una palabra vacía
si desconozco los elementos sobre los cuales reposan,
por ejemplo, el trabajo asalariado, el capital, etc. Estos
60. 60
últimos suponen el cambio, la, división del trabajo, los
precios, etc. [...] (Elementos fundamentales para la
crítica de la economía política. p. 21).
Habitualmente, Marx define el concepto de
clase social sólo al referirse a la sociedad burguesa, es
decir, a las relaciones típicas de la sociedad capitalista.
Y las distingue, principalmente, con los estamentos de
la sociedad feudal, o con las relaciones de dependencia
personales típicas de las sociedades precapitalistas.
Pues, éstas aparecen como “...una limitación personal
del individuo por parte de otro...” y las relaciones de
clase del capitalismo aparecen como “...una limitación
material del individuo, resultante de relaciones que
son independientes de él y se apoyan en sí mismas...”
[borrador] (Elementos fundamentales para la crítica de
la economía política).
Estasrelacionesdeclase,enelinteriordelproceso
de producción capitalista, adquieren condiciones únicas,
en donde se manifiestan como relaciones recíprocas y
contrapuestas; es así como una constituye la negación de
la otra.
Pero a su vez se reproducen en conjunto en el
proceso mismo de trabajo. Sólo en el modo producción
capitalista el trabajador libre (en su doble sentido) puede
disponer de la capacidad de trabajo como su propiedad.
Es así como Marx analiza el proceso de
producción capitalista, desagregando sus componentes’
fundamentales, constituyendo dos procesos
contrapuestos:
61. 61
1) El trabajador intercambia su mercancía —
el trabajo, el valor de uso que como mercancía también
tiene un precio, como todas las demás mercancías— por
determinada suma de valores de cambio, determinada
suma de dinero, que el capital le cede.
2) El capitalista recibe en cambio el trabajo
mismo, el trabajo como actividad creadora de valores; es
decir, recibe en cambio la fuerza productiva que mantiene
y reproduce al capital y que, con ello, se transforma
en fuerza productora y reproductora del capital, en
una fuerza perteneciente al propio capital (Elementos
fundamentales para la crítica de la economía política
[borrador], p. 215).
En el punto 1 aparece el intercambio en forma
sencilla, en donde, el trabajador entrega trabajo y recibe
un salario; en el punto 2 el intercambio no es tan lineal,
porque el capitalista entrega salarios (valores de cambio)
por el uso del trabajo (por su valor de uso) sólo a fin de
convertir este valor de uso en valor de cambio adicional.
En el párrafo anterior hemos nombrado, además
de los antagonismos de clase, dos elementos básicos para
entender la forma en que se hace fáctica la explotación de
una clase sobre otra en el modo de producción capitalista.
Esto es el concepto de valor de uso y el de valor de
cambio. Es decir, el doble carácter de las mercancías.
Pues, fundamentalmente, el capitalismo es un modo
de producción que tiene como base la producción y el
intercambio de mercancías, y es en el interior de éstas
donde Marx encuentra el centro del antagonismo.
Pues, en primera instancia, toda mercancía tiene este
62. 62
doble carácter, según su cualidad y según su cantidad.
La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso
.
[...] El valor de uso se efectiviza únicamente en
el uso o en consumo. Los valores de uso constituyen el
contenido material de la riqueza [...] (El Capital, tomo
I, vol. I, p. 44).
Y, a su vez, un valor de cambio, en donde se
refiere al valor que tiene un producto cuando se ofrece
en intercambio por otros productos.
[...] El valor de cambio se presenta como relación
cuantitativa, proporción en que se intercambian valores
de uso de una clase por valores de uso de otra clase
(ibid., p. 45).
Un objeto puede tener valor de uso tanto si es
una mercancía como si no; en cambio, ningún producto
puede ser mercancía si no es a la vez un objeto útil. Es
decir que el valor de cambio presupone una relación
económica determinada, y es inseparable de un mercado
donde se intercambian los artículos; sólo significa algo
en relación con mercancías.
Ahora bien, ¿cómo se constituye el valor de
una mercancía?, ¿qué elemento en el interior de una
mercancía origina que tenga un valor diferente de otra?,
¿por mayor calidad y duración de las cosas?, ¿por su
utilidad? ¿Acaso por medio de la oferta y la demanda se
fija su valor en el mercado? ¿O está determinado por los
costos de producción?
63. 63
He aquí el concepto central de la teoría del valor-
trabajo de Marx, en donde cualquier objeto, sea o no
mercancía, sólo puede tener valor en la medida en que
se ha desempeñado cierta fuerza de trabajo humano para
producirlo.
Pero el valor de cambio no puede deducirse del
valor de uso. Puesto que, por ejemplo, una cantidad de
trigo representa una cantidad de hierro determinada, pero
si podemos relacionar estos dos productos es porque
ambos elementos son iguales a un tercer elemento, es
decir, que utilizamos una medida común entre ambos.
Esta medida en común no tiene que ver con las cualidades
físicas ni del trigo ni del hierro.
[...] Ese algo en común no puede ser una
propiedad natural de las mercancías [...] es precisamente
la abstracción de sus valores de uso lo que caracteriza
la relación de intercambio entre las mercancías [...]
(ibíd., p. 46).
Es así como un valor de uso vale exactamente
lo mismo que otro; porque en cuanto a este valor las
mercancías sólo son diferentes por su cualidad.
[...] si ponemos a un lado el valor de uso del
cuerpo de las mercancías, únicamente les restará una
propiedad: la de ser productos del trabajo [...] (ibíd p.
46).
Hay muchas diferencias entre los distintos tipos
de trabajo (cultivar trigo o producir metales); entonces,
del mismo modo que el valor de uso es una abstracción
64. 64
de las características físicas de las mercancías, el valor
de cambio es una abstracción del trabajo humano; como
plantea Marx, “trabajo general abstracto”. Entonces el
trabajo abstracto es la base del valor de cambio, mientras
que el trabajo útil es la base del valor de uso. Estos dos
aspectos de la mercancía no son más que los aspectos de
la misma fuerza de trabajo; por un lado, como fuerza de
trabajo., como desgaste de energía física del organismo
y, por el otro, como tipo determinado de trabajo, es decir,
como un conjunto específico de operaciones en que se
canaliza esta energía, como algo propio de la producción
de mercancías para un uso concreto.
[...] Todo trabajo es, por un lado, gasto de fuerza
humana de trabajo en un sentido fisiológico, y es en
esta condición de trabajo humano igual, o de trabajo
abstractamente humano, como constituye el valor de
la mercancía. Todo trabajo, por otra parte, es gasto
de fuerza humana de trabajo en forma particular y
orientada a un fin, y en esta condición de trabajo útil
concreto produce valores de uso [...] (ibid., p. 57).
El trabajo abstracto es una categoría histórica,
puesto que solamente es aplicable a la producción de
mercancías. Ahora bien, si el valor de una mercancía
está determinado por la cantidad de trabajo que ha sido
incorporado a ella, esto no quiere decir que es el valor
del trabajo individual incorporado, sino la cantidad
de trabajo que la sociedad entera gasta en producir
determinado producto.
[...] Es sólo la cantidad de trabajo socialmente
necesario, pues, o el tiempo de trabajo socialmente
65. 65
necesario para la producción de un valor de uso, lo que
determina su magnitud cíe valor [...] (ibíd., p. 48).
Este tiempo de trabajo socialmente necesario
es el que se requiere para producir una mercancía en
condiciones normales de producción y con “el grado
medio de destreza e intensidad de trabajo” imperantes en
una especialidad concreta en una determinado momento.
Según Marx, este tiempo socialmente necesario es muy
fácil de medir por estudios empíricos. Por lo tanto, el
valor de una mercancía se mantendría constante si fuera
constante el tiempo de trabajo requerido para producirla.
Pero esto puede variar al cambiar las fuerzas productivas,
es decir, un adelanto tecnológico que reduzca el tiempo
socialmente necesario para producirla.
Ahora bien, el trabajo genera mercancías; la
circulación de éstas es el punto de partida del capital.
El capital aparece por primera vez como dinero; el
dinero en cuanto dinero y el dinero en cuanto capital
sólo se distinguen, en un principio, por su distinta forma
de circulación. Es decir, en una sociedad donde las
empresas pertenecen a capitalistas individuales que son
propietarios de sus empresas y las organizan de acuerdo
con sus intereses, sólo se relacionan las diferentes partes
en el intercambio (circulación) de los productos en el
mercado. Pero el intercambio no es exclusivamente
capitalista; puede haber intercambio entre productores
directos.
En líneas generales, podemos resumir como
formas de circulación: 1) la forma directa de circulación
mercantil (economía mercantil simple), en donde el
66. 66
productor de la mercancía es al mismo tiempo productor
y dueño, y puede disponer de ella. El productor
independiente logra obtener por medio de la venta de
su mercancía el dinero suficiente para comprar otras
mercancías que necesita para satisfacer sus necesidades y
que él no produce. Produce el ciclo M-D-M (Mercancía-
Dinero-Mercancía). Es decir, convierte una mercancía en
dinero y reconvierte éste en una nueva mercancía, vender
para comprar. Y paralelamente a ésta nos encontramos
con; 2) la forma de circulación capitalista (economía
capitalista), en donde el productor directo no es due
ño de los medios de producción. El capitalista quiere
vender los productos para procurarse más dinero que el
que gastó en producir una mercancía; el intercambio no
tiene sentido si no le aporta más dinero. Produce el ciclo
D-M-D’ (Dinero-Mercancía-Dinero). Es decir, convierte
el dinero en mercancías y lo reconvierte en más dinero,
comprar para vender, Según Marx, el dinero que en su
movimiento se ajusta a este último tipo de circulación,
se transforma en capital, “deviene en capital y es ya,
conforme a su determinación, capital”.
[...] El ciclo M-D-M parte de un extremo
constituido por una mercancía y concluye en el extremo
configurado por otra, la cual egresa de la circulación y
cae en la órbita del consumo. Por ende, el consumo, la
satisfacción de necesidades o, en una palabra, el valor
de uso, es su objetivo final. El ciclo D-M-D, en cambio,
parte del extremo constituido por el dinero y retorna
finalmente a ese mismo extremo. Su motivo impulsor y su
objetivo determinante es, por tanto, el valor de cambio
mismo [...] (ibíd., p. 183).
67. 67
Ahora bien, como vimos anteriormente en el
ciclo de capital, el capitalista “tiene necesariamente que
comprar la mercancía por lo que vale y venderla por
su valor, y, sin embargo, sacar al final del proceso más
valor del que invirtió”. Cómo se logra este mecanismo:
sencillamente si encontramos una mercancía que el-
capitalista pueda comprar en el mercado y que, a través
de su uso produzca valor. Y como vimos anteriormente,
el origen último del valor es el trabajo humano: ¿la
fuerza de trabajo es la única mercancía, capaz de
generar valor.
Pero fuerza de trabajo no es una mercancía (valor
de uso + valor de cambio) en cualquier sociedad, no lo
es en el modo de producción esclavista ni en el feudal,
puesto que existen condiciones necesarias para que ésta
surja como tal. Este hecho central es la doble libertad
de los obreros para vender su fuerza de trabajo en el
mercado.
[...] libre en el doble sentido de que por una
parte dispone, en cuanto hombre libre, de su fuerza de
trabajo en cuanto mercancía suya, y de que, por otra
parte, carece de otras mercancías para vender, está
exento y desprovisto, desembarazado de todas las cosas
necesarias para la puesta en actividad de su fuerza de
trabajo [...] (ibíd., p. 205).
Todo esto significa que la fuerza de trabajo
también es una mercancía que se compra y se vende en
el mercado, y si el valor de una mercancía depende del
tiempo socialmente necesario para producirla, ¿cómo
se calcula el valor de la “mercancía trabajo”? Esto es,
68. 68
el obrero consume energía en el proceso de trabajo que
debe reconstituir; a su vez, también deberá consumir
cierta cantidad de bienes de consumo (comida, abrigo,
etc.). Además, es necesario asegurar la multiplicación
natural de los obreros; el trabajador debe tener medios
para mantener a su familia y, por lo tanto, esto debe
tomarse en cuenta cuando se calcula el valor de la fuerza
de trabajo. Es decir, el valor de la fuerza de trabajo del
obrero es el tiempo de trabajo socialmente necesario pa
ra producir lo que necesita para vivir. Entonces, el valor
de la fuerza de trabajo como mercancía es igual al valor
de todo lo necesario para producirla y reproducirla en
una sociedad determinada (o sea, para que al otro día
el trabajador pueda volver al trabajo, y pueda, además,
tener hijos que reemplacen el desgaste natural de la
fuerza de trabajo en el futuro).
[...] el límite mínimo del valor de la fuerza de
trabajo lo constituye el valor de la masa de mercancías
sin cuyo aprovisionamiento diario el portador de la
fuerza de trabajo, el hombre, no puede renovar su
proceso vital; esto es, el valor de los medios de sub
sistencia físicamente indispensables [...] (ibíd., p. 210).
Ahora bien, ¿cómo se materializa la ganancia del
capitalista? Esto es porque en la producción industrial
el trabajador produce en un día de trabajo mucho más
de lo necesario para cubrir el coste de su subsistencia.
Es decir, para producir lo que corresponde al valor del
mismo trabajador se necesita sólo una parte del día de
trabajo; la otra parte del día de trabajo (su producto) es
apropiada por el capitalista. A modo de ejemplo, si el día
69. 69
de trabajo es de diez horas y el trabajador produce para
su subsistencia en la mitad de ese tiempo, las cinco horas
restantes son producción excedente de la que puede
apropiarse el capitalista, es decir, trabajo no pagado. A
este trabajo no pagado, Marx lo llama plusvalía.
Marx denomina “cuota de plusvalía” o “cuota de
explotación” a la proporción entre el trabajo necesario
y el trabajo excedente. La plusvalía es la fuente de la
ganancia, pero es la forma visible y superficial de ésta.
Porque la cantidad de dinero que el capitalista tiene que
gastar en salarios es sólo una parte del gasto en el proceso
productivo,puestambiénenélparticipanmateriasprimas,
maquinarias, edificios y otros elementos necesarios para
el proceso productivo. Al capital invertido en estos
elementos, Marx lo llama Capital Constante, mientras
que al gasto invertido en fuerza de trabajo lo denomina
Capital Variable. El Capital Constante transfiere valor
a una mercancía pero no crea valor en sí, lo transfiere
en la medida en que es puesto en marcha por la acción
del trabajo humano. Y el Capital Variable crea valor,
hace variar el valor de una mercancía determinada. En
contraste con la cuota de plusvalía, que es la relación con
el capital variable, la cuota de ganancia debe calcularse
haciendo referencia tanto al capital variable como al
capital constante. La proporción entre capital constante
y capital variable constituye lo que Marx denomina
“Composición Orgánica del Capital”. Dado que la cuota
de ganancia es inferior a la cuota de plusvalía, depende
de esta composición orgánica, puesto que la cuota de
ganancia es mayor, cuanto menor sea el capital invertido
en capital constante respecto al capital variable.
70. 70
Es así como Marx va a ir definiendo cómo la
forma de explotación está íntimamente relacionada
con e] trabajo humano, es decir, explotación de los
hombres, como clase, sobre otros. Pues se establecen
como intereses contradictorios en donde las diferentes
clases participan, de distinta manera, en el proceso de
producción, en relación con la propiedad y el control de
los medios de producción y en la forma de expropiación
del excedente producido; en donde las clases sociales
son el eje en el que giran las relaciones de producción
y de las cuales depende la organización política de la
sociedad. Para Marx, la organización política y el po
der económico están íntimamente ligados, pues la
forma de gestión política se basa en el modo de
producción. El poder político de un grupo o de una
clase descansa siempre en una función económica
(Prólogo). Y la lucha de clases, según Marx, es una lucha
política.
[...] toda clase que aspira a implantar su domina
ción tiene que empezar conquistando el poder político
para poder presentar su interés como interés general
[...] (La ideología alemana, p. 43).
Yesta lucha política se da porque el poder político
es, según Marx, la expresión oficial del antagonismo de
clases dentro de la sociedad civil. El antagonismo entre
proletariado y burguesía es la lucha de clase contra
clase, lucha que, llevada a su, más alta expresión,
implica una revolución total (La miseria de la filosofía,
p. 171).
71. 71
Porque la dominación que se basa en un proceso
productivo tiene su correlato en la conformación
ideológica que le da sustento en la universalidad de las
ideas dominantes. Las ideas de la clase dominante son
las ideas dominantes de una época; esto es, la clase que
ejerce el poder material en una sociedad determinada
es, al mismo tiempo, su poder espiritual: Las ideas
dominantes no son más que la expresión ideal de las
relaciones materiales dominantes (ibíd., p. 51). Las
relaciones socioeconómicas y las relaciones políticas van
a constituir una unidad. Así lo expresa Marx: No digáis
que el movimiento social excluye el movimiento político.
No hay jamás ningún movimiento político que, al mismo
tiempo, no sea social (La miseria de la filosofía, p. 160).
Una característica de la sociedad capitalista es
el proceso de concentración, no sólo económico sino
también político, que se materializa en la construcción
del Estado moderno, Estado capitalista que en un primer
momento se estructura corrió una forma de lucha contra
los restos del sistema feudal, y el luego es un instrumento
de concentración política de la burguesía.
La burguesía suprime cada vez más el fracciona
miento de los medios de producción, de la propiedad
y de la población. Ha aglomerado la población, cen
tralizado los medios de producción y concentración de
la propiedad en manos de unos pocos. La consecuencia
obligada de ello ha sido la centralización política. Las
provincias independientes, ligadas entre sí casi úni
camente por lazos federales, con intereses, leyes, go
biernos y tarifas aduaneras diferentes, han sido con
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solidadas en una sola nación, bajo un solo gobierno,
una sola ley, un solo interés nacional de clase y una sola
línea aduanera (Manifiesto del Partido Comunista, p.
41).
Esta concentración política, a través del Estado,
es una necesidad instrumental de clase, pues a partir de
ella se estructura como una organización exterior a la
sociedad civil, en donde se erige en defensa de la voluntad
general y como solución de los intereses contradictorios
que en ella aparecen.
[...] La burguesía, por ser ya una clase, y no un
simple estamento, se halla obligada a organizarse en
un plano nacional y no ya en un plano local, y a dar a
su interés medio una forma general. Mediante la eman
cipación de la propiedad privada con respecto a la co
munidad, el Estado cobra existencia especial junto a la
sociedad civil y al margen de ella; pero no es más que
la forma de organización que se dan necesariamente los
burgueses, tanto en el interior corno en lo exterior, para
la mutua garantía de su propiedad y de sus intereses [...]
el Estado es la forma bajo la que los individuos de una
clase dominante hacen valer sus intereses comunes [...]
(La ideología alemana, p. 72).
Y con esta forma de Estado se desarrolla el
derecho privado que legitima los intereses particulares,
dando el carácter de resultante de la voluntad general
y creando una superestructura ideológica que cubre
la explotación de clase bajo el manto de relaciones
“naturales” y en pos de la voluntad general.
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De esta manera Marx nos va ir demostrando
cómo este mismo modo de producción va generando
las condiciones objetivas para su desaparición. Puesto
que el modo de producción capitalista es un sistema
inestable de por sí, porque se encuentra construido sobre
la base de antagonismos que sólo pueden resolverse por
medio de cambios que terminarán por hundirlo. Esta
contradicción proviene de su carácter clasista, es decir,
por la relación asimétrica entre el capital y el trabajo. El
funcionamiento del modo de producción capitalista (al
igual que los anteriores) conduce irremediablemente a
su disolución. Esto no significa la destrucción total de
éste sino la superación a través de un proceso dialéctico.
Porque el desarrollo del capitalismo engendra los
cambios necesarios para su superación. Esto es: la cre
ciente conciencia del proletariado, como conciencia
activa; la pobreza de los trabajadores en su conjunto; la
miseria de los trabajadores desocupados (o como Marx
los llama: ejército de reserva, el excedente relativo de
población); la disminución de los salarios y el aumento
de la desocupación por el proceso de concentración y
de avance tecnológico; el agotamiento de las fuerzas
productivas.
Lo más notable y lo que más debe enfatizarse en
la teoría de Marx acerca del derrumbe capitalista, es su
gran amplitud y flexibilidad. Las crisis catastróficas que
se resuelven finalmente en un proceso revolucionario
son sólo una de las variantes posibles del proceso
de derrumbe. Porque en cada posible tendencia
de derrumbe el mismo Marx plantea una cantidad
significativa de tendencias dilatorias. Esta lista incluye