El consumo de ácido fólico durante el embarazo ayuda al desarrollo de los órganos y tejidos del bebé y reduce el riesgo de malformaciones. Se recomienda consumir 400 microgramos de ácido fólico a través de alimentos como cereales enriquecidos, pan, verduras verdes, naranjas, hígado, garbanzos, espinaca y coliflor.