El documento propone cinco dimensiones de la ciencia que deben incorporarse en la enseñanza en la escuela: 1) el aspecto empírico de realizar observaciones y experimentos, 2) el aspecto metodológico de formular preguntas e hipótesis y ponerlas a prueba, 3) el aspecto abstracto de construir modelos explicativos, 4) el aspecto social de construir conocimiento colaborativamente, y 5) el aspecto contraintuitivo de que las explicaciones científicas a veces contradicen el sentido común.