La comunicación es ahora un elemento estratégico e integral para las organizaciones, alineando sus objetivos con la planificación estratégica general. Las empresas ya no solo se enfocan en la rentabilidad sino también en la inversión en intangibles como la marca. La comunicación influye en la imagen y reputación de una empresa, lo que afecta su valoración en el mercado. En la era de la comunicación del siglo XXI, es más importante publicitar los intangibles como la credibilidad y los valores de una organización para posicionarla exitosamente.